♠ Pareja: KyuMin
♠ Género: Romance, Drama, Lemon.
♠ Descripción: Sungmin está atrapado en una vida monótona, en la que está manejado por sus padres y es obligado a armar la vida perfecta, convertirse en el heredero de la familia, trabajar solo por dinero y vivir con todas las restricciones posibles. Aburrido de eso, el y su amigo Eunhyuk (Quien se encuentra en las mismas condiciones) repasan que tanto odian su vida y deciden por primera vez aceptar una invitación de su amigo Heechul: Una invitación para enloquecer. Sungmin está emocionado y terriblemente decidido a perder la razón con todos los excesos que le ofrezca esta aventura, pero no sabe que algo de aquella demencia podría quedar impregnada permanente en el y cambiar su vida para siempre.
♠ Canción que inspiró este shot: Diet Mountain Dew- Lana del Rey (Entre otras más de la misma artista ♥ )
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Sexo, alcohol y rock n roll ¿Qué será de nosotros dos?
¿Crees que nuestro amor dure para siempre?¿Crees que nuestro amor durará?~
Así fue. Fue algo que pasó tan rápido, tan sexy, tan demencialmente, que a veces no teníamos idea de que mierda pasaba a nuestros alrededores, y por eso puedo asegurar, que no me controlé en ningún momento… pero aún así… sin importar los incontables excesos, puedo recordar cada detalle, desde el principio al final.
Los días eran amarillos, los atardeceres naranjos y la noche era de azul rey con estampados blancos en forma de estrellas. En resumidas cuentas, el verano había llegado, pero esta vez era más intenso…más ardiente que lo acostumbrado, y mi mejor amigo y yo queríamos quemarnos completamente en ese fuego. Ser consumidos por la locura de una aventura desenfrenada de verano.
A diferencia de lo que la gente piensa, ambos tenemos 25 años, aún nos ven como si recién estuviéramos entrando en la veintena, pero no, tenemos 25 años…25 años que hemos malgastado patéticamente en ser los hijitos de papá y en crear la vida perfecta digna de Barbie y Ken. Tantos años estudiando hasta caer dormidos sobre el escritorio, tantos años siendo corteses hasta con el patán más molesto o aburrido, tantos años intentando ser el próximo orgullo de la familia, tantos años fingiendo ser alguien que no nos apetece ser… tanto tiempo desperdiciado, tanto que ya la escapatoria de esta monótona vida no aparecía por ningún lugar ante nuestros ojos, y la locura, la libertad, la pasión y ninguna de esas cosas está interesadas en nosotros, y por ello nosotros corrimos hacia ellas. Ya no importaba nada, dejaríamos toda esta mierda, aunque sea por unos momentos seríamos malditamente salvajes y libres, luego podríamos morir felices pensando en que por un instante hicimos lo que nosotros quisimos.
El momento de enloquecer llegó cuando un amigo, quien era el imbécil al que más envidiábamos en el mundo, nos llamó. Heechul era un vividor, no se quedaba quieto, no tenía una rutina, un trabajo estable, una vida calmada ni ninguna de esas mierdas que la gente supone que forman parte de la pócima para conseguir la felicidad. El solo vivía como quería, trabajaba cuando ya no tenía a quien sacarle dinero, buscaba lo primero que se le ocurría y trabajaba por un tiempo. Al obtener lo que quería, se subía en la furgoneta que le robó a su padre y se apoderaba del mundo sobre sus 4 ruedas. Y aún con las pocas cosas y el poco dinero que llevaba sobre su automóvil, siempre montaba fiestas, donde fuera, en la playa, en la casa de un amigo, en lugares abandonados, en las esquinas de una carretera solitaria, etc. Donde ponía el pie, montaba juergas, y nosotros siempre éramos invitados. No importaba que por el trabajo o los estudios nunca hayamos ido a enloquecernos con el, siempre llamaba, nosotros formábamos parte del microscópico círculo de personas con las que tenía una relación seria, por eso el siempre nos iba a buscar. Cabe agregar, que no por eso el se comportaba diferente con nosotros y lo veíamos todos los días. El era solo una persona, devastadoramente sincera y con solo un rostro, su rostro alocado y libre, el cual le llevaba a largarse hacia cualquier lugar. A veces pasábamos meses sin saber de el, pero siempre que volvía y lo encontrábamos podíamos ser los mismos de siempre, como si no se hubiera ido nunca. Era casi un trato el que hicimos cuando nos volvimos amigos en el instituto, no importaba los caminos que siguiéramos ni que hiciéramos en la vida o con nuestras vidas, siempre nos tendríamos, y aunque pasaran miles de años de no vernos, cuando nos volviéramos a encontrar siempre podríamos hablarnos tan normalmente como la última vez que nos vimos. Éramos y somos amigos, así simple y llano y por eso el siempre llamaba, aunque últimamente ya lo hacía por bromear y como excusa para saber de nosotros, porque sabía que nos volvimos en unos patéticos idiotas presos del trabajo y de las apariencias, y por eso nunca aceptábamos...hasta ese día. No sabía que estaba bebiendo en ese momento, pero se atoró por un largo instante cuando le dije que si iría a una de sus locuras.
-¡Mierda! ¿Es en serio Sungmin? ¿Vendrás?
Me preguntó al otro lado del teléfono, sin creerlo.
-Sí, yo y Eunhyuk.
-Pero...recorreremos las carretera y por las ciudades 3 semanas aproximadamente, y será un grupo de al menos 15 personas casi tan dementes como yo, habrá muchos excesos ¿Están totalmente seguros?
-Si te tenemos a ti para que nos protejas el trasero, no hay nada más que hablar.
-Woooooh, en serio...nunca esperé que algún día dijeran que si ¡Pero será genial! ¡Mas les vale no arrepentirse, hijos de puta!
-No, esta vez no... Dime cuando es, donde es y que debo llevar.
-El sábado a las 6 de la tarde en la gasolinera en frente del centro comercial. Trae una mochila llena de ropa, tu cepillo de dientes y dinero para alcohol, drogas y putas, tu cobijita te la dejas en casa, que esta juerga va a ser la más desenfrenada del maldito mundo.
Y así nos revelamos en contra de nuestra actual realidad. Elaboramos en conjunto una elaborada mentira para los ojos juzgadores de nuestros padres y superiores, y nos largamos corriendo al punto de encuentro, siendo el anaranjado sol el único testigo de nuestra fechoría aquel diferente y místico sábado. Al llegar vimos un grupo de chicos perdidos en su mundo de libertad, excesos y sexo, algunas parejas se besaban, otros compartían alcohol y risas, otros fumaban a saber que cosa, hundidos todos en una decadencia que les hacía sonreír de oreja a oreja. Nos acercamos tímidamente, eran tan diferentes a nosotros, aunque no pasó mucho para que nuestra única conexión con ese mundo tan distante del nuestro apareciera efusivamente.
-¡Hey!
Heechul nos abrazó fuerte a ambos y nosotros a el ¿Hace cuanto no le veíamos? ¿Dos semanas?
-¿Dónde has estado, malparido? -Hyuk preguntó risueñamente- Hace mucho no te veo.
-Ya sabes, follándome a la vida por el culo ¿y que hay de ustedes? ¿Qué les pasa? ¿Por qué de repente quieren unirse a esto? De verdad me sorprendí cuando me dijeron que si.
-Las razones por las cuales tu no deseas hacer una vida normal nos están afectando a nosotros -Suspiré- Estamos hartos de toda esta mierda de "vida" que llevamos, queremos vivir como se debe al menos una vez.
-Pues están en el lugar correcto, conocerán toda la locura y libertad a la que un ser humano puede aspirar aquí -Heechul rió revolviéndonos el cabello- Y no se preocupen tanto, que aquí hay varios como ustedes que quieren experimentar la locura por primera vez, y los experimentados como yo son buenas personas dentro de todo.
-Oh...
-¡Y ya! -Gritó- Si no se van a follar con un hombre, dejen esa pose de maricas y únanse al grupo ¡Chicos, estos son Sungmin y Eunhyuk!
-¡Hola!
¿¡Que tal!?
Todos voltearon a mirarnos y nos saludaron amistosamente mientras Heechul se llevaba nuestros bolsos a su viejo furgón. Y no pasó mucho para que la aventura diera inicio.
-¡Wooooooooooooooooh!
El vehículo iba a toda marcha, ese y otro más que llevaba al resto del grupo. Al principio el vértigo nos consumió horriblemente por la velocidad, Heechul al volante rompía varias reglas de seguridad y tránsito que yo había memorizado tan minuciosamente cuando aprendí a conducir, pero en cuanto las botellas de ron y las latas de cerveza rondaron cerca de nosotros, ya nada importaba y empezamos a reírnos y gritar idioteces junto con los demás. Empezábamos a adquirir el espíritu del verano más memorable de nuestras aburridas vidas.
-¡Heechul condenado! ¿Cómo mierda has hecho un puto hoyo en el techo de tu furgoneta?
Preguntó Eunhyuk muerto del a risa por el enorme agujero por el que estaba asomado y por la intoxicación viajando por sus venas.
-Ah, ese fue un idiota al que le debía dinero. Estaba tan cabreado que se subió encima y empezó a romper el techo y los vidrios con un hacha. Las ventanas las pude reponer pero el techo quedó hecho mierda así que decidí cortar la parte destrozada con una sierra y quedó así. A que parece un auto convertible ¿No?
-Pero Ch-chul -Dije algo mareado, riendo- Esto es un furgón jajaja
-Una mierda, igual estás asomado por ahí.
Contestó, concluyendo la conversación. Volví a levantar el rostro para mirar hacia adelante. Mi cabello era violentamente empujado hacia atrás por el tibio viento veraniego y junto a Hyukjae y Hangeng, un tipo de no se donde que también se había unido al grupo, gritábamos enloquecidos mientras bebíamos, y los que iban en la otra furgoneta nos contestaban igual de enloquecidos. Levante mis brazos recibiendo la libertad que todo esto me hacía sentir. Mierda, debí ser un diablo vividor como Heechul...
-¡Woooooooh! ¡Eso es, nena!
Uno de los chicos que iba sentado dentro de la furgoneta, asomó su cabeza por el agujero en el que estábamos para mirar hacia el otro vehículo. Por la escotilla de la otra furgoneta, una chica se había sacado la polera y había empezado a bailar locamente solo con sus sostenes puestos, aunque no tardó en levantarlos para enseñar sus pechos y volver locos a todos los chicos.
-¡Ansío comerme esos pechos en la noche, preciosa!
Le gritó uno de los que iba en nuestra furgoneta, asomándose por la ventana.
-¿Pechos? ¿Qué pechos? - Heechul preguntó alarmado saliéndose de su puesto de conductor para subirse al agujero del techo y mirar con nosotros.
-¡HEECHUL! ¿QUÉ MIERDA? ¡VUELVE AL PUTO VOLANTE! ¡NOS VAS A MATAR!
A Hyuk casi se le va el alma por la boca al ver a Heechul asomarse, y empezó a tirarle golpes para que volviera a su lugar. Verlos peleando a manotazos me recordaba a nuestra época de escuela.
-¡Y-ya! ¡YA! ¡Basta demonios! - Gritaba el otro bloqueando sus golpes- ¡Hongki está conduciendo!
-¿Quién es Hongki?
Pregunté mientras bebía.
-Yo soy Hongki.
-¿Hum?
Me agaché y algo doblado, desde el puesto de co-piloto, un chico de linda sonrisa se arrimaba al puesto de conductor, mientras Heechul lo abandonaba dificultosamente.
-Hola Hongki, soy Sungmin.
Le dije sin saber realmente porque me estaba presentando. El alcohol al parecer seguía haciendo de las suyas.
-Hola, Sungmin.
Rió el chico por mi actitud, y antes de que pudiera decirle otra babosada, Heechul me agarró del pelo y me hizo levantarme para asomarme de nuevo por el agujero, y cuando estaba bien incorporado, el muy idiota atrapó mis labios pasándome cerveza desde su boca. Cuando me soltó escupí, atorándome.
-¡No hagas eso! - Chillé riéndome, ya a estas alturas estaba acostumbrado a las idioteces de Heechul- ¡Cochino degenerado!
-Ahh solo ha sido un beso.
-Pero no me gustan los tuyo puaj puaj
-Tu te lo pierdes - Bufó sin molestia y tomando más cerveza- ¡HEY, YUNHO IDIOTA!
Gritó, y a los pocos segundos, desde el puesto de conductor de la otra furgoneta, un moreno y fornido chico se asomó.
-¿Qué desea, su excelentísima homosexualidad?
- ¡PONE FUERTE LA RADIO, HAY QUE ENTRAR EN AMBIENTE!
-Como tu ordenes.
El chico dejó la ventana abierta y prendió la radio a todo volumen, sonando justo una de las canciones más aclamadas del grupo "Kiss"
-Wooooooooh
Todos exclamamos al unísono. Ni nosotros podíamos desconocerla, por lo que todos los pasajeros de nuestra y la otra furgoneta, empezamos a cantar.
-I was made for loving you baby, you were made for loving me♪ And I can't get enough of you baby, can you get enough of me ♪
Cantamos desafinadamente y con un inglés horrible por varios minutos, riendo y tomando, hasta que unos potentes gritos se escucharon desde atrás de nosotros. Los chicos y yo nos dimos vuelta y vimos otra furgoneta acercarse a la nuestra. Todos gritaron emocionados, mientras yo no entendía nada.
En cuando el vehículo iba a nuestro ritmo, Heechul les gritó.
-¡Llegas tarde, Kangin!
-¡Perdona la demora! ¿¡Me extrañaste, bonito!?
Gritó un chico de buen cuerpo y ojos bromistas que se asomaba por una de las ventanas de su furgoneta mientras los demás adentro iban tan enfiestados y enloquecidos como nosotros.
-¡Siempre, querido! ¿¡Ya no falta nadie más!?
-¡No, ya estamos todos! ¿¡Donde vamos ahora!?
-¡A la playa! ¿¡O no!? ¿¡Que dicen, chicos!?
-¡Siiiiií!
-¡Pues allá vamos!
El tipo volvió a meterse a su vehículo, y casi a la vez, las tres furgonetas aceleraron, enloqueciendo a todos los pasajeros.
Viajamos alrededor de una hora, en la que reímos y bromeamos a más no dar. Dando razón a las palabras que dijo Heechul antes de subirnos, la locura nos invadió por completo. Casi me ahogué de la risa cuando los chicos de la furgoneta de Yunho pusieron sus traseros en las ventanas para asustar a una familia que viajaba en un auto que para su mala suerte, se encontró con los nuestros. Gritamos como locos cuando las chicas asomaron sus pechos para que un camionero tocara su potente claxon, y cuando hicimos una pausa para hacer nuestras necesidades básicas, varios chicos se subieron a un monte de tierra y empezaron a orinar en las cosechas de un granjero. El escape que hicimos cuando el dueño apareció fue épico, ya que con su escopeta casi le dio en todas las nalgas a un tipo llamado Yoochun, y otro llamado Jaejoong casi se queda abajo debido a que Yunho partió inmediatamente al oír los disparos y tuvo que subirse mientras el vehículo iba andando.
Cuando por fin llegamos a la costa, todos nos bajamos algo más relajados. Respiré hondamente el salado olor a mar que perfumaba el aire. Recordaba haber ido a esa dichosa playa varias veces cuando era un niño, y era bien sabido que en el día pertenecía a las familias y en la noche a los locos como nosotros. Sobrio después de haber llenado mi estómago con una gran bolsa de galletas de chocolate, rebusqué en mi bolso algún chaleco ya que la noche parecía estar llegando poniendo fresco el ambiente. Solucionado mi problema, volteé a mirar todo el gran grupo, al parecer ya éramos como 20 en vez de 15, pero la había pasado tan bien hasta ahora que me parecía bien toda esta descarriada multitud.
-Ya te dio frío ¿He?
Hyukjae se acercó con una dulce sonrisa a mi lado para buscar un abrigo en su bolso. El también parecía complacido así que me sentí mejor por todo eso, todo esto había sido correcto...pero...¿Cuando llegaría la verdadera locura? Ciertamente, gritamos e hicimos muchas idioteces mientras viajábamos, pero aunque nosotros nunca las hayamos vivido, era claro que eran típicas bromas de amigos algo ebrios ¿Entonces los excesos y la locura verdadera cuando llegaba? No mentí en cuando decidí que quería olvidarme de toda la mierda de vida que llevaba y enloquecer totalmente en este lugar. Deseaba probarlo todo. Drogas, bromas extremas, alcohol, cigarros y bueno, sexo... patearle los huevos a mi padre perdiendo la virginidad de la manera más sucia posible, y no con una princesita insípida de buena familia con la que el desee que me case algún día, sino con una muchachita de senos libres y libido en cada célula de su gen o incluso un hombre que pudiera parecerme lo suficientemente atractivo para activar mis deseos ¿Pero cuando sucedería todo eso? Mientras esperaba empecé a mirar a una chica o chico que me pareciera bien para perder totalmente la razón a su lado, decepcionándome al ver que ninguno parecía lo suficientemente apetecible. Bien, parecía que debía emborracharme al máximo para empezar a ver de otra forma a todas las personas que estaban en ese lugar, porque bien me había dicho Heechul hace un buen tiempo cuando nos juntamos: "En las juergas en las que yo participo, a veces nos volvemos tan locos que al terminarla, puedes mirar a todos y recordar que te has acostado con cada uno de ellos."
Citando aquello en mi cabeza, volví a rebuscar en mi bolso y me guardé algunos condones. Algo bueno me esperaba, yo lo sabía, aunque no tenía idea en ese momento de que tan intenso sería todo aquello. De como me quemaría con el fuego de esa locura y las cicatrices sería permanentes al acercarme tanto a ella.
-¡Waaah!
Un sonido fuerte me distrajo bruscamente de mis pensamientos. Miré hacia donde provenía el ruido y vi como una enorme hoguera se levantaba desde su nacimiento en algunas ramas de árbol que habían conseguido los chicos, siendo la razón que la hizo crecer tanto una buena dosis de combustible que Heechul le había tirado.
-Eres idiota ¿Sabes?
Le regañó Hongki pegándole una palmada en toda la cabeza.
-Oiee, estoy ebrio, deberías ser mais amable.
Reclamó haciendo reír a todos los que estaban a su alrededor por su pésimo estado. La camaradería que había entre todos era innegable y me fue imposible negarme a participar. Bien, era hora de dejarse llevar.
Después de estabilizar la fogata, nos reunimos todos alrededor de ella. Varios chicos empezaron a sacar y ofrecer a todos los presentes lo que habían traído, notándose fácilmente la variedad que había para consumir, desde malvaviscos hasta marihuana, y ninguna de ellas fue rechazada por nadie. Al principio fue difícil, pero Kangin me enseñó amablemente como fumar y cuando deje de atorarme y manejé el humo con más destreza, incluso logré liberar circulitos de humo por la boca, aunque nunca pude expulsarlo por la nariz como mi maestro lo hacía, pero de todas formas, no era lo que importaba. Cuando la cannabis llegó a mis manos y aspiré su esencia, la cabeza me dio vueltas y me sentí caer en un mundo nuevo. No estaba pensando en mi vida, en lo que pasaría después de que toda esta aventura termina, en los problemas ni en mis padres, era el ahora, solo el ahora y este ahora en aquel mundo era libre y sin complicaciones, los colores eran más intensos, los ruidos más interesantes, la vida hermosa, las personas a mi alrededor lo más fantástico del mundo. Reía de felicidad ¿Pero que me la provocaba? No lo sabía, pero solo reía y a mí alrededor los demás también reían, se besaban, bebían, conversaban, enloquecían en paz.
No pasó mucho para que la marihuana siguiera causándonos diversos síntomas. Primero el hambre, los paquetes de papas fritas que dejó Shindong, un simpático chico que venía en el vehículo de Kangin, se acabaron de inmediato. No sabía porque tenía tanta hambre, pero me atiborraba la boca de lo primero comestible que encontraba. Después de eso vino la música, teníamos muchos deseos de escuchar música, de sentirla. Esta vez fue un chico con boca de pato quien sacó de uno de los furgones un estéreo que funcionaba a pilas y puso buenos discos de rock y música indie, desde los legendarios Queen hasta la aclamada reina de Coney Island Lana del Rey, hicieron retumbar sus melodiosos sonidos en nuestras cabezas, elevándonos al cielo.
Siguió el deseo de volver a fumar, pero esta vez me negué. Si seguía tomándole el gusto a fumar aquello, podía volverme adicto y eso definitivamente no era para mí ni para Eunhyuk, por lo que también le impedí seguir fumando, así que nos dedicamos a emborracharnos. Cerveza, Martini, agua ardiente, ron, brandy, cognac y licores varios llegaban a nuestras manos mientras hacían sus rondas por las diversas manos del lugar, parecía realmente que alguien había asaltado la licorera de su padre. Sin importar eso, fuimos probando los que más nos llamaron la atención, volviendo nuevamente a caer en la borrachera, solo que ahora la calentura surgió en todos los presentes. No había pasado ni media hora, y los que ya habían caído en la total demencia y ebriedad estaban esparcidos por la arena teniendo sexo desenfrenado. No importaba si era tu mejor amigo o un total extraño, en ese momento ya no importaba nada, todos se estaban poniendo cariñosos con el primero que veían. Al principio me impactó ver a unos dos metros ver a dos chicos follar tan libremente delante de todos, pero a nadie le importaba lo que estaba haciendo el otro, nadie juzgaba y después de otro sorbo de un licor de chocolate que me había adjudicado, a mí tampoco me importaba. Miré a mi izquierda, Hyukjae miraba con el mismo interés a las parejas teniendo sexo o haciéndose mimos previos al acto sexual, y ni si quiera lo pensé cuando agarré su quijada con una de mis manos y le di un beso en la boca para ver que pasaba.
-Nahh…
Espetamos segundos después, al parecer el deseaba comprobar lo mismo que yo pero tampoco le resultó. No sentimos ni mera excitación al juntar lo labios. Rayos, el ambiente de verdad se calentaba más y más, ya sea por el sexo o los bailes enloquecidos de algunos chicos al ritmo de un buen rock, y nosotros estábamos sentados aún, solo bebiendo, pero grande fue mi sorpresa al verme pronto traicionado por mi amigo. Los ojos de Hyuk puestos en una botella de ron se desviaron rápidamente cuando una de las voluptuosas chicas que bailaba perdió el equilibrio y cayó sobre su regazo. Sus ojos perdieron su cordura al ver esos perfectos senos frente a el y a la bella chica no le importó su descaro ni volver a unirse a la danza. Cinco minutos después, el le comía la boca y tocaba esos senos justo a mi lado. Bien, estaba harto, todos estaban enloqueciendo menos yo, quizás debía unirme al baile y a las conversaciones sin sentido para probar suerte, pero primero sería mejor ponerse algo más abrigado, el frío estaba aumentando y por lo que veía, en buen rato no tendría como acalorarme. Con bastante dificultad, me levanté de la suave arena y con una botella de cerveza me encaminé a donde estaban las furgonetas. Me sorprendí al ver que había una persona apoyada en una de ellas, fumando y firmemente parado sobre sus pies, sin dar indicios de estar bebido o “En el viaje”. Cuidadosamente me acerqué al lugar buscando ver su rostro a ver si era alguno de los chicos con los que había hecho buenas migas durante la tarde, pero no resultó ser ninguno, al parecer era uno de los cuantos chicos que había venido con Kangin. No importa, eso pasó rápidamente a segundo plano cuando a cada segundo podía mirar mejor su rostro. Vaya ¿Cómo no lo había visto antes? Su rostro varonil parecía haber sido esculpido por el mismo Miguel Angel. Era …interesante.
-¿Hum?
Me alarmé considerablemente cuando sus profundos y brillantes ojos notaron mi presencia y me inspeccionaron de arriba a abajo.
-Hola…
Fue lo único que atiné a decir a lo que el me respondió solo observándome. Incómodo, seguí mi camino hacia la furgoneta de al lado. Sin emitir ruidos fuertes, abrí la puerta trasera del vehículo, puse el cerveza sobre el piso de este y empecé a rebuscar en mi bolso. Ya habiendo encontrado el abrigo adecuado empecé a ponérmelo, pero en plena faena el tipo me habló.
-Hey.
-¿S-si?
Pregunté dudoso con la prenda aún puesta a medias.
-¿Puedes darme un poco de eso?
Indicó la cerveza con la misma mano que tenía su cigarro.
-Ah- Rápidamente me terminé de poner la chaqueta, tomé la botella y se la entregué- Toma…
El chico miró el contenido e hizo que se moviera agitando en círculos la botella, para luego tomarse todo lo que quedaba de un empujón. Ya cumplido su cometido, se puso a mirarme nuevamente por largos segundos.
-¿Qué?
Pregunté incómodo, de verdad su mirada estaba paseándose muy deliberadamente por cada centímetro de mi cuerpo ¿Le había parecido interesante yo también?
-¿Qué hace un niñito estirado y correcto metido entre tantos bastardos locos?
El estómago se me revolvió al oír semejante pregunta. Rayos, pensaba que hasta el momento nadie había descubierto que tan aburrido son mi vida y yo mismo en la cotidianidad.
-¿Disculpa?
De todos modos intenté hacerme el indignado.
-No pareces ser como Kangin o Heechul, pareces un niñito dedicado y estudioso que vino aquí a portarse mal a escondidas de su padre…
Demonios.
-¿A-a quien le importa eso?- Pregunté delatándome, muy nervioso por la imponente y seria presencia de ese tipo- He venido aquí a enloquecer como todos y ser libre por primera vez… no es como si eso estuviera mal…
-¿Entonces porque no estás borracho hasta la coronilla teniendo sexo con cualquiera, como todos los demás?
-Bu-bueno…- Aquel extraño preguntaba muchas cosas que no le incumbían pero por alguna razón no podía evitar responderle, como si de verdad le debiera todas esas explicaciones- Es que…ahh…
Pero no sabía como contestar realmente, después de un rato bufó hacia un lado y caminó hacia mí. Al salir de las sombras oscuras que le proporcionaba la camioneta y exponerse ante el brillo de la luna, pude observarle mejor. Era más alto y aparentemente, más fuerte que yo, delgado pero con un pecho y brazos firmes, sus piernas largas, rectangulares como las de un modelo de alta moda y un ceño fruncido en su rostro que le daba un aire temible y misterioso.
-¿Qué balbuceas?- Preguntó levantando mi mentón- Rayos, estás totalmente perdido aquí. Si hasta parece que aún eres virgen…
Abrí desmesuradamente los ojos por su atrevimiento.
-¿Y-y-y que tiene eso? Puedo perderla aquí y aprender a disfrutar de la locura…
-Ja –Sonrió de medio lado, acercándose aún más, haciéndome retroceder y quedar pegado en la pared de la furgoneta- ¿Y de verdad crees que es correcto para ti perderla en un lugar como este?
Le miré desafiante por unos segundos, pero totalmente nervioso por dentro. Estaba muy cerca, y sus ojos parecían querer devorarme.
-Es lo que quiero así que lo es- Le contesté, evitando su mirada- Además, lo que importa es de verdad haber hecho el amor una vez en la vida, y eso no necesariamente pasa cuando pierdes la virginidad…la primera vez… es una cogida como cualquier otra…no es importante…al menos no para mi…
-Hum, interesante pensamiento…-Acotó alejándose de mí, para tirar su cigarro al suelo, pisarlo y caminar de nuevo hacia la furgoneta de Kangin, donde estaba apoyando, aunque esta vez corrió la puerta y me miró- Entonces… ¿Qué tal si te la quito yo?
-¿He?
La pregunta me descolocó completamente, haciéndome sonrojar de pies a cabeza. No, no, no , no, calma, era una broma…¿Verdad?
-Tengo ganas de follar, a ti no te interesa tu virginidad y has venido aquí a enloquecer hasta olvidarte de todo ¿Cierto? – Intuyó- Pero parece que no te está funcionando, allá están todos follando y drogándose y tu estás aquí medio ebrio hablando conmigo. Por lo que veo, el destino a dictado que yo sea quien te enseñe a tener sexo y a vivir como corresponde toda esta aventura ¿No crees?
-A-ah…
-Además te has sonrojado como una nenita, no es como si fueras muy indiferente a mi propuesta.
Fruncí el ceño apretando las manos. Que pedazo de…pero…
Miré hacia atrás, a unos cuantos metros de ahí los gritos, los gemidos, las risas y todos los ruidos emitidos por ese grupo de condenados inundaba todo la playa, toda su locura…y yo quería probarla también. Eunhyuk ya era parte de ella ¿Por qué yo no?
Temblando de nervios, me acerqué cabizbajo a aquel chico. No tenía idea de lo que estaba a punto de hacer…ni en lo que estaba por meterme, pero de eso se trataba…enloquecer sin importar lo que iba a pasar ¿O no?
Entré con cuidado a la furgoneta, la cual por ser la más grande de las tres era bastante diferente a la que tenía Heechul. Era amplia, los asientos estaban solo en la mitad de ella y se podían correr, mientras en la parte de atrás había un gran espacio liso, al parecer el dueño había quitado unos cuantos asientos para dejar ese espacio libre. Era increíble que una furgoneta idónea para una linda familia fuera usada para tantas locuras. Me moví con cuidado para no pisar las botellas y los bolsos esparcidos por el lugar, y me senté en el piso. El chico entró cerrando la puerta detrás suyo y corriendo un poco más los asientos para poder acceder hasta donde yo estaba.
Cuando se pudo sentar frente a mi me quedé petrificado ¿Qué se supone que debía hacer?
-Te ves muy nervioso- Acotó- ¿De verdad harás valer tus palabras?
Parpadeé un par de veces saliendo de mis ensueños.
-¡S-sí!
Su sonrisa de medio lado volvió a dibujarse, y de inmediato se dobló para alcanzar una botella de cerveza atrás suyo. La abrió y me la ofreció, a lo que yo la recibí y me tomé un gran trago de su contenido para armarme de valor.
-Aaaagh…
Solté por lo fuerte que estaba, apretando los ojos y entregándosela de vuelta. Cuando los abrí vi como el bebía con mucha más resistencia a su sabor que yo, tirándola de un momento a otro para atrás. Verlo relamer sus labios me hizo quedar embobado por unos segundos, hasta que su mirada se posó nuevamente en mí y empezó a estirarme con sus manos. Me dejó tendido en el suelo completamente y con paciencia se puso sobre mí, mirándome con sus luminosos ojos. Solo la luz de la luna filtrándose por las pequeñas ventanas fue testigo de cómo fue bajando lentamente su cabeza para tomar mis labios. Fue un beso gentil al principio, uno que no me costó seguir y con cada aumento en su velocidad me gustaba más. Cerré suavemente los ojos para sentirlo mejor, sus enormes y carnosos labios tomaban total control sobre los míos, era como si de verdad me estuviera comiendo. Con un leve temblor en mis brazos, apreté su camiseta mientras el tomaba mi mentón para profundizar el beso. Su lengua estaba a punto de fundirse con la mía hasta que una duda vino a mi mente.
-¿Y tú…- Me tomé un breve momento para respirar antes de seguir- …que hacías aquí solo?
El se extrañó brevemente.
-Estaba esperando que algo interesante pasara…
Su respuesta me hizo parpadear varias veces, y antes de que intentara volver a besarme, le detuve.
-Solo una cosa más…¿C-cómo te llamas?
Al menos eso quería saber.
-Kyuhyun.
-Kyuhyun…-Le imité- Yo soy Sungmin, un gusto conocerte…
El sonrió levemente al oírme, haciéndome sonreír también, y sin más volvió a besarme.
Si soy sincero conmigo mismo, de verdad que tenía mucho que aprender. No sabía nada sobre sexo ni del poder que tenía el de “arriba” sobre el que iba “abajo” durante este. Aquel hombre me dio besos húmedos y con lengua por un tiempo que no pude contar, el calor en mi cuerpo me estaba sofocando y sentir como me excitaba por primera vez debido al contacto con una persona y no por estar viendo alguna revista de adultos, era muy raro. La ansiedad me devoraba y era peor cuando Kyuhyun empezó a restregar su hombría sobre la mía. Quería más, lo necesitaba imperiosamente y el lo entendió cuando sutilmente tironeaba su camiseta hacia arriba. Con cuidado, hizo volar mis prendas y fue gracioso pensar que aquella chaqueta me la había puesto por el frío que tenía y ahora estaba muriendo por quitármela. En un santiamén, el siguió demostrándome los beneficios y tareas de quien domina. Estaba desnudo, jadeante y medio ebrio, y no me importaba, su boca estaba recorriendo minuciosamente mi cuerpo ¿Cómo podía hacerlo tan bien? Saboreaba mis pezones como yo disfrutaba toffes en mis ratos libres, y seguía bajando más y más ¿De verdad la gente era capaz de chupar los genitales de su amante? Supe que si rato después cuando Kyuhyun metía y sacaba mi hombría de su boca, mientras dificultosamente se quitaba la camisa. Nunca había sentido algo tan jodidamente bueno y aprendí que la gente gemía no por darle una señal a su pareja de que lo estaba haciendo bien, si no que era porque se convertía en una maldita necesidad, como también lo era curvar la espalda.
-Aaahhh….aaaammmm…Kyuhyun…aa-ahhhh
Y tal vez, tomar sus cabellos y pedir así que lo hicieran más rápido, pero mis deseos fueron complacidos por poco tiempo. Su experta lengua bajó por mis testículos y empezó a violar sin piedad mi entrada, sacándome un gemido gutural y casi salvaje. Diablos, en ese momento termine de convencerme sobre cuan desperdiciada estaba mi vida.
-Ahora, necesito que te relajes un poco.
Me susurró con la voz ronca ¿De que hablaba?
-¡Agh!
Un dedo ¿Qué hacía metiéndome un dedo? Dolía y era muy incómodo.
-Agh…¿Por qué…haces…eso?
-¿Crees que voy a quitarte la virginidad sin prepararte? Solo si quieres sangrar y que te duela hasta el año 3000 lo haré así.
-¿He? Agh…
De verdad no había pensado en eso ¿Cómo lo hacían los hombres? Nunca me había mirado ahí ¿Qué tan chico era ese lugar que tenía que meterme dedos para prepararme? Me asusté al pensar en ello, sin embargo, seguí resistiendo el dolor y la incomodidad mientras el metía otros dos dedos. Ya con tres dedos ahí empezó a moverlos como tijera y a simular penetraciones, haciendo que poco a poco el dolor se fuera esfumando y el placer volviera a mi cuerpo. Vaya ¿Así era hacerlo? Ah, no, faltaba que el la metiera ¿No? ¿O yo también tendría que meterle los dedos?
Después de unos minutos el sacó los dedos y empezó a quitarse sus pantalones y su ropa interior. Mis ojos se perdieron en su pene totalmente erecto asomándose a medida de que el se despojaba de su ropa. Nunca me había gustado mirar desnuda a la gente, menos me agradaba si eran hombres, el pudor alejaba mis ojos de los cuerpos de mis compañeros cuando nos bañábamos en el instituto después de hacer algún deporte, pero estando así de excitado y acalorado no me desagradaba ver el de el. Wow, era grande y parecía palpitar ¿El estaba tan excitado como yo?
Volví a la realidad cuando se puso entre mis piernas y las levantó, poniéndolas sobre sus hombros. Me sentía muy ansioso y a la vez asustado, de verdad estaba a punto de perder la virginidad ¿Estaba en verdad listo para entregarme a la locura? Mi respuesta no fue contestada ya que de inmediato el tomó su miembro y empezó a empalarme. Dios, Dios, Dios….
-Aaa-ahhh…
Un alarido de dolor salió de mi boca ¡Maldita sea, dolía como el demonio! Una lágrima de mis ojos fuertemente apretados no pudo evitar escapar por mi mejilla. Cuando estuvo ya adentro completamente se detuvo, dejándome volver a respirar ¿De verdad después de esto iba a haber placer inigualable? Me costaba creerlo y como si Kyuhyun hubiera escuchado mis pensamientos, empezó a masturbarme suave mente con su mano, inclinándose hacia mí para atrapar mis labios. Supongo que estaba tratando de destensarme, ya que realmente parecía funcionar, y en vista de eso, tomé su rostro y profundicé el beso buscando olvidar el dolor. Entre beso y beso, no me di cuenta cuando ya no sentía aquella incomodidad y había enredado mis piernas en su trasero, pero el si estaba alerta, por lo que empezó a moverse lentamente.
-Ah…
¿Qué era esto?
-A-ah…
Mis gemidos volvieron a oírse, gemidos del más puro placer. Ya no dolía, se sentía…
-Ahh…
Delicioso. No había otra palabra, era lo mejor. Me sentía totalmente sofocado por aquel extraña nueva sensación y apreté mis piernas para sentirla mejor, lo que el tradujo como un deseo por más velocidad, y así lo hizo. Lentamente, aumentaba más y más sus embestidas, dejándome sin aire, obligándome a jadear. Era el cielo, pero el cielo más sucio de todos. Su sudor y el mío se fundían mientras nos besábamos, el golpeteo de sus testículos contra mi trasero y nuestros gemidos eran la melodía erótica más memorable que oiría en mi vida, las ventanas empañadas era una imagen que nunca borraría de mi mente ni tampoco la de todo el lugar moviéndose al ritmo de las embestidas, Kyuhyun me follaba con la bestialidad de un perro.
-Ahhhh por Dios…
Todo era tan pervertido, todo, pero eso ya no era nada cuando entre embestida y embestida Kyuhyun dio con un punto especial.
-¡AHHHHHHH!
Un gemido que seguro se escucho por toda la playa salió de mi boca ¿Q-qué era eso?
-Pa…rece…que lo …he encontrado…
Dijo entrecortadamente mientras volvía a dar una y otra vez en ese lugar sin parar. Mis gemidos cortos pero potentes no podían dejar de escucharse, aquello era más de lo que esperaba.
-Mierda.
Masculló Kyuhyun. Luego de una larga sesión de placer, mi estómago empezaba a cosquillear, estaba a punto de correrme. Iba a tocarme, pero Kyuhyun corrió mi mano con la suya y empezó a hacerlo el mismo, concibiendo un resultado aún mejor. Luego de unos segundos mi semilla ensució nuestros vientres y mi interior fue marcado por Kyuhyun. Mi virginidad fue borrada de mi cuerpo de la mejor manera posible.
La mañana siguiente llegó, o más bien la tarde. Abrí los ojos lentamente, sentía la cabeza pesada y el cuerpo diferente, cansado y satisfecho. Parpadee un par de veces antes despertarme completamente, miré hacia los asientos y un chico hurgaba en uno de los bolsos. Sin entender muy bien aún que había pasado, miré mi cuerpo y me vi tapado únicamente por una manta.
-Ah.
Gemí espantado, tapándome aún más por la vergüenza, haciendo que el sujeto me mirara extrañado, y luego de sacar lo que quería, saliera del vehículo cerrando la puerta. Traté de calmarme sentándome, era lo más normal para ellos ver a gente desnuda que había tenido sexo, no debí reaccionar así...ahh… Dios ¿De verdad lo había hecho? Pero un momento ¿Dónde estaba el? Como pude e ignorando el leve dolor en mi espalda baja, me puse velozmente la ropa. Estaba listo, algo nervioso y apunto de salir, cuando Kyuhyun abrió la puerta y me encontré con el frente a frente. Nos miramos petrificados por unos segundos, el traía una pequeña bolsa en sus manos, vestía ropa diferente a la de ayer y se veía aún mejor ante la claridad del día. Me sonrojé involuntariamente ¿De verdad el y yo…?
-Te traje desayuno. Yunho y Leeteuk fueron a comprar en una de las furgonetas a una tienda a unos kilómetros de aquí y te guardé un pan dulce.
Dijo entrando finalmente.
-Gracias…
Le susurré mientras recibía el pastelito. Comimos en silencio, la verdad no sabía que decir ¿Debía iniciar una conversación sobre lo de ayer? Me voltee a mirarlo, y me encontré con sus ojos. Nos quedamos mirando un largo rato, hasta que puso el pestillo a la puerta, cerró las cortinas y puso un disco de Bon Jovi a más no dar. No entendí el propósito de todo eso hasta que se acercó, y tomando mi mejilla con una de sus manos me atrajo para besarme. Estaba perplejo, sin saber realmente como reaccionar ante tal impulso, hasta que acarició mi entrepierna por sobre la ropa, haciéndome soltar un bufido en su boca. Un calor parecido al de ayer en la noche empezó a recorrer mi cuerpo mientras se acercaba más a mi y me dejaba atrapado entre la pared, un par de botellas de ron y el. Ahí fue cuando lo supe: Mi verdadera aventura había empezado.
Durante los siguientes días, las cosas cambiaron totalmente ante mis ojos. Yo cambié. Antes de todo esto no me reconocía a mi mismo como un pervertido, pero después de conocer a Kyuhyun, lo que siguió entre el y yo fue sexo, sexo y más sexo. Como había dicho, en cada encuentro me enseñaba a tener sexo junto a el, lo hacíamos en distintas posiciones y cada vez el encuentro siguiente parecía mejor que el anterior. El me enseñaba, aprendía de lo que más me gustaba y yo de lo que más le gustaba el. Había una devoción tan grande hacia el cuerpo del otro, que por estar haciéndolo a penas notábamos que estaban haciendo los demás. Ellos enloquecían en su mundo y nosotros en el nuestro. En las fogatas hechas en los diversos lugares a los que viajábamos, todos yacían haciendo de las suyas, mientras nosotros nos besábamos uno encima del otro y luego de uno minutos nos íbamos a apoderarnos de algunas de las furgonetas para llegar más lejos. También cuando viajábamos a otros lugares, nos íbamos juntos, emborrachándonos y besándonos torpemente por el alcohol en las venas. Por cosas como esa, pronto Heechul y los demás chicos nos empezaron a llamar “KyuMin”, ya que habíamos sido uno de los pocos que habían perdurado involucrándose solo entre si y con nadie más. La verdad es que nunca esperé que algo así ocurriera, cuando le dije que si vendría a Heechul pensé que perdería la cordura totalmente y me involucraría con medio mundo mientras me drogaba como un maldito adicto, pero estaba perdiendo la cordura con una persona, y sin necesidad de ningún alucinógeno. Aunque no debía intentar siquiera sentir algo por el o pensar cosas peligrosas, y eso me lo demostró muy bien un día. Era una mañana calurosa, ya íbamos en el sexto día de nuestra aventura desenfrenada y en la furgoneta de Kangin estábamos estirados sobre el suelo, cubiertos por una delgada manta, desnudos. Me encontraba apoyado sobre el pecho de Kyuhyun, acariciándolo mientras miraba la nada y el estaba bajo mío con sus manos cruzadas bajo la nuca. Había amanecido raro, como ido en sus pensamientos, no, de hecho su rareza había empezado la noche anterior, cuando todos fuimos a divertirnos en una disco y le pedí bailar conmigo. No sé que había hecho de malo, eso no nos involucraba en nada especial, solo era…bailar. Y bueno, se quedó así varios segundo hasta finalmente lo dijo.
-Creo que desde ahora jugaré más con los chicos y buscaré acostarme con otras personas.
-¿Hum?
La verdad es que en ese momento me sorprendí mucho ¿Por qué tan de repente?
-Sería bueno para ti hacer lo mismo.
Agregó, y poniéndose velozmente su ropa se levantó y se fue del furgón, dejándome sin habla. Miré por varios segundos el suelo sin saber que debía hacer desde ese momento.
-Está bien…- Concluí en un susurro- ¿O no?...
Asentí poco convencido y me puse lentamente la ropa. Después de ello, salí de la furgoneta y busqué a Eunhyuk para pedirle que me acompañara a las duchas públicas que estaban en una playa cercana a donde nos habíamos instalado. En el camino le pedí que me dijera que había hecho en toda esta semana, aunque fue muy difícil tomarle real atención, estaba tan distraído como había estado Kyuhyun en la mañana. Después de asearme adecuadamente y en toda la tarde, el ni siquiera se me acercó, se veía entretenido hablando con sus amigos e interesado en los coqueteos de la chicas, así que como pude, traté de salirme de mi rutina de estar casi todo el día solo con Kyuhyun para volver al plan que tenía al principio, el cual esta vez se veía más prometedor. Durante el almuerzo en un local de comida rápida, Heechul me comentó que habían varios chicos y chicas que tenían sus ojo posados en mí, al principio no lo creía, pero mientras las horas pasaban, al hacer vagar mis ojos por mis alrededores, miradas coquetas se mezclaban con mis ojos dándole la razón a mi amigo. A saber porque se habrían interesado en mí, pero intentaría acercarme y volverme loco junto a ellos. De seguro también podrían darme sexo increíble, no solo Kyuhyun… Aunque realmente no me sentía con ganas de tenerlo, pero tal vez el alcohol y la bohemia me harían cambiar de opinión.
La noche llegó y mi segunda botella de cerveza estaba a la mitad. Suspirando, me senté en la arena, al final habíamos terminado trasladándonos a la playa que estaba cerca de nuestro campamento temporal, ya que habría una fiesta pública esa noche y los chicos deseaban participar, aunque no me sentía de ganas, así que me quedé con algunos de los muchachos que también habían decidido no ir. Varios de los que me habían mirado antes estaban ahí pero no sabía a cual y como acercarme, hasta que vi a uno de ellos sacar una guitarra y ponerse cerca de la fogata para tocar algunas canciones. Raspar cuerdas era un viejo pasatiempo que yo tenía, me ayudaba a mantener la cordura cuando estaba a punto de perderla en mi casa, supuse que sería un buen motivo para acercarse y empezar a hablar.
Entre sorbos de cerveza y caladas a un cigarro que el tenía, me enteré de que se llamaba Jungmo, que venía con el mismo plan que yo y hasta ahora la había pasado bastante bien. Era amable y su personalidad ebria era bastante parecida a la mía cuando estaba en la misma condición, aunque no dudó en acercarse a mí y ponerse cariñoso en cuanto pudo. Me reía levemente y me sonrojaba con sus halagos, pero me era difícil sentirme atraído por el como el se sentía por mi, pero por otra parte, deseaba quitar el rastro y la confusión que Kyuhyun había dejado en mi y dejar de hacerme problemas estúpidos en la cabeza para disfrutar como se debe esta juerga desenfrenada, así que tras respirar hondamente, no rechacé los torpes mimos que me daba el y en cuanto lo comprendió, no dudó ni medio segundo en tirarse encima de mío. Sonreí falsamente y cerré los ojos…si, intentaría disfrutarlo. Segundos después sentí su agitada respiración sobre mi cuello, pero antes de que pudiera besarme aquella zona, algo muy extraño pasó. De una mano, fui jalado bruscamente hasta quedar de pie y atrapado entre los brazos de quien fuera que me tenía así.
-Ah…
Me pasmé enormemente cuando levanté la vista y vi a Kyuhyun mirando seriamente a Jungmo quien yacía aún en la arena sin entender lo que pasaba. Sin más, segundos después Kyuhyun me arrastró de la misma mano que había tomado hacia la furgoneta donde tantas veces lo habíamos hecho antes. Me estampó con menos violencia contra la parte trasera del vehículo y empezó a darme cortos y húmedos besos sobre la zona en la que Jungmo casi había puesto su boca para luego subir por mi quijada y besarme de forma demandante.
-A-ah, Kyu…Kyuhyun….
Traté de hablarle pero parecía no tomarme atención.
-Escucha, durante esta aventura, tu solo estarás conmigo y nadie más ¿Oíste?
Me ordenó con la voz cargada de pasión, mientras yo solo podía mirarlo perplejo.
-P-pero…¿Qué ocurrió con eso de que ... preferías acostarte con otros?
-Olvídalo, es una molestia intentar coquetearle a otras personas.
-Ah- Un poco de decepción se posó dentro de mi ser- Era eso…
El me miró por unos segundos, con sus ojos profundos y serios, sin saber que decir, por lo que poco después volvió a arrastrarme de la mano a la furgoneta con impaciencia.
-No te lo hice ni en la mañana ni en la tarde- Me susurró mientras me sentaba en sus piernas, ya dentro del lugar- Deberás estar despierto para mi hasta la madrugada… debemos compensar aquello…
Asentí a su sugerente orden, tomando su rostro entre mis manos y apoderándome de sus labios en la penumbra. Creo que ni un día había alcanzado a pasar desde la última vez que lo hicimos, pero me había acostumbrado a excederme en todo y negarme a volver lo antes posible a sentirlo sobre mi no estaba ni cerca de lo que quería. Sus manos viajando desde mis piernas hasta mis mejillas me causaron unos escalofríos de lo más delicioso, como si hubieran pasado 1000 años desde la última vez que nos tocamos, y escuchar sus jadeos en mi cuello mientras danzaba encima suyo me hacía experimentar una autosuficiencia tal como la que el concebía al hacerme gritar cuando estábamos a puntos de llegar al momento culmine de nuestro encuentro.
Y de esta manera, es como volvimos a ser solo el y yo.
Nuestra aventura siguió su marcha, cada vez parecíamos volvernos más y más apegados al otro. Después de que almorzábamos en algún lugar barato junto a los demás, dormíamos siestas sobre la arena, el pasto, los asientos de alguna de las furgonetas o donde fuera que estuviéramos en ese momento. Recorríamos las carreteras tan desenfrenadamente como la primera vez, pero cuando me asomaba por la escotilla (O el agujero que tenía Heechul en su furgoneta) y levantaba los brazos para sentir el viento golpearme, podía apreciar su tacto sobre mi piel, aprisionándome, otorgando la seguridad a mi alma de que nunca me pasaría algo malo a su lado. Solo me emborrachaba o fumaba hierba con el, si me follaba o me acariciaba cuando ambos teníamos la mente nublada, las sensaciones eran místicas y deliciosamente distintas a las comunes. Pero siempre prefería hacerlo con el teniendo todos mis sentidos despiertos, y al parecer el también lo prefería. Ya había pasado una semana y media, y podía apostar que nadie volvería a follarme de esa forma en la vida. Podía parecer una locura en vista de todo lo que había pasado a manos de mis padres y mis superiores, pero por primera vez amaba que alguien me controlara ¿Es patético que un hombre ame que otro le controle? ¿He perdido mi virilidad? De seguro muchos o todos pensarían eso, pero yo fácilmente podría responderles que no lo entendían solo porque no lo habían vivido. La forma en que apretaba mi carne contra la suya, en que paseaba sus labios por cada centímetro de mi cuerpo, el modo en que arremetía sin piedad contra mi, como se atrevía sin pudor a profanar mi trasero, su osadía al llenarme de su esencia, el hecho de que mis piernas estaban abiertas agitándose en dirección al cielo más seguido de lo que estaban en el piso…todo eso me volvía loco y podían excitarme solo al pasearse por mi memoria. El podía fácilmente transformar en un paraíso a una sucia y desordenada furgoneta mientras la voz intensa de Ian Gillan sonaba de fondo. Y por supuesto, a cada segundo que pasaba, mi corazón no estaba siendo indiferente a ello, pero como mentirse a si mismo es un clásico de todos los tiempos, yo me negué a creer cualquier cosa que pasara por mi cabeza. No quería meterme en problemas, ni con Kyuhyun, ni conmigo ni con nadie, empezar a preguntarse si sentía algo o esto de verdad estaba llegando demasiado lejos era inoportuno e innecesario. Solo follábamos, el resto podía decir lo que quisiera, pero era follar y punto, nos deseábamos intensamente pero en ese momento nada daba un indicio de que fuéramos a volvernos una pareja o algo así, era una locura. Además, me había metido a esta locura para despreocuparme y ser libre, pensar en ese tema solo me hacía hervir el cerebro…
Pero…
De todas formas, pensar que despreocuparse y permitir que las cosas siguieran avanzando estaba bien, fue una falta enorme de criterio por mi parte. Era obvio que las cosas seguirían complicándose si las dejaba estar… bueno, ahora es obvio para mi, pero en ese tiempo, con esa locura entorpeciendo mi cerebro y la poca experiencia amorosa registrada en el archivo de mi vida, no tenía idea de nada.
Los días siguieron pasando, y para hacer más profundo el hoyo donde conseguiría mi perdición, llegamos al lago Tangeum, en Cungju, sorprendiéndome al llegar porque nunca pensé que viajaríamos tan lejos. Minuciosamente buscamos un lugar alejado y tranquilo para instalar nuestra juerga móvil, y cuando la tarde llegó y la gente alrededor se había alejado lo suficiente de nuestros gritos, excesos y estupideces, medio grupo se desnudó y se metió al lago a jugar. No estaba seguro de querer nadar hasta que Kyuhyun se quitó la ropa, me quitó la mía y me tomó de la mano, arrastrándome al agua.
-Ack…
Me quejé un poquito al sentir el frío tacto del cristalino líquido, pero el siguió arrastrándome más y más adentro por lo que no tuve más opción que ponerme a nadar. Avanzamos varios metros hasta quedar algo lejos de los demás y recién ahí el se decidió a parar. De pie sobre las piedras del lago y con el agua hasta el pecho, me atrajo hacia si embobándome con su profunda mirada y empezó a besarme delicadamente el cuello, sacándome varios suspiros, y mientras lo hacía, empezó a quitarme los bóxers bajo el agua. Nervioso, me afirmé en sus hombros ayudándole con su tarea levantando las piernas. Cuando me tenía desnudo, dejó mis bóxers flotar en el agua mientras yo me hundía un poco para quitarle los suyos, y apenas terminada la faena, se tiró encima de mí y me beso apasionadamente. Los toques de su lengua en toda mi boca me derretían aún estando en medio del agua fría, por lo que ayudar a hacer la experiencia más deliciosa me fue inevitable. Enredé mis brazos alrededor de su cuello y le dejé abrazarme por la cadera a la par que me hacía agachar. En pocos segundos nos besábamos sumergidos bajo el agua, aunque no duró mucho porque era bastante difícil. Me puse a reír sin saber porque cuando volvimos a la superficie y tratábamos de respirar, sin embargo era algo inútil hacerlo porque apenas recuperado el aire seguimos quitándonoslo a besos. Sus manos se pusieron en mis piernas para elevarme y hacer que las enredara en sus caderas, bufé un poquito al sentir nuestro miembros entrar en contacto, pero al segundo volví a atrapar su boca mientras con las manos tiraba su castaña cabellera hacia atrás. Era tan mágico que creía que podía estar ahí besándolo el resto de mi vida, solo alimentándome de sus caricias y sus besos, pero los chicos no entendían aquello y no dudaron en interrumpir. De un momento a otro, silbidos, gritos y ruidos varios hechos con la boca se escucharon desde la orilla hacia nosotros. Ninguno con mala intención, solo deseaban fastidiar.
-¡Mierda! ¡El monstruo del lago Ness se está comiendo a Sungmin!
Gritó Heechul haciendo reír a todos los presentes y que Kyuhyun le enseñara gentilmente su dedo de al medio sin despegarse de mi.
Después de unas cuantas bromas más, ellos siguieron jugando y nosotros seguimos besándonos en medio del agua, hasta que el sol empezó a esconderse tras los árboles dando bienvenida al atardecer y con ello al frío, por lo que Kyuhyun estimó conveniente salirse del agua antes de que termináramos resfriándonos. Estábamos a punto de llegar a la orilla, el nivel del agua iba bajando y la verdad no me placía salir así, por lo que me detuve, haciéndolo notar rápidamente a Kyuhyun quien me llevaba de la mano.
-¿Hum? ¿Qué te ocurre?
-Es que…-Miré hacia otro lado, complicado- No quiero que todos me vean desnudo…
El se quedó en silencio mirándome. Ciertamente era algo complicado de solucionar, nuestra ropa interior debía estar flotando muy lejos de ese lugar y de ninguna manera alguno de esos ebrios locos podría o accedería a ayudarnos.
-Ufff…
Soltó finalmente devolviéndose. Para mi sorpresa, me tomó en brazos exactamente como antes, haciendo que enredara mis extremidades en su cuerpo, poniendo sus manos en mi trasero como si lo estuviera cubriendo.
-Bueno, así al menos no te verán nada de adelante- Resopló- Es todo lo que puedo hacer.
-Ah, así está bien…
Le contesté apoyando mi mentón sobre su hombro y abrazándolo más fuerte. El empezó a caminar hacia afuera y ya sobre tierra todos los chicos y chicas desnudos que jugaban a cualquier tontería nos empezaron a mirar extrañados.
-¿He? ¿Qué pasa? ¿A Sungmin le ha dado algo?
Preguntó Jaejoong algo preocupado.
-Naah, no es eso- Interrumpió Heechul, intuyendo mi problema- Sungmin es una nenita delicada cuando se trata de mostrar su cuerpo. Recuerdo que cuando hacíamos deportes en el instituto, le pedía al entrenador si se podía cambiar de ropa en el camerino de chicas.
Todos se rieron ante la vergonzosa anécdota contada por mi amigo y esta vez fui yo quien le levantó el dedo de al medio mientras Kyuhyun me llevaba a la furgoneta, aún sintiendo las bromas y las risas detrás de nosotros.
Cuidadosamente, el me metió aún en brazos al vehículo, depositándome con suavidad en el suelo. Era curioso pensar que al no estar viajando, ese espacio nos pertenecía solo a nosotros. Solo de vez en cuando alguien entraba a sacar o guardar una que otra cosa, pero quien permanecía ahí, éramos solo el y yo. Algunos chicos ocupaban las otras furgonetas para dormir o follar, a otros les daba igual hacer esas cosas al aire libre o bajo alguna carpa, pero todos sabíamos que quienes follaban y dormían ahí, éramos solo nosotros. No era que la camioneta realmente perteneciera a Kyuhyun, pertenecía a Kangin, pero cuando el miraba a su dueño con sus ojos serios y profundos, el otro y todos los demás se rendían, dejándonos libres de hacer lo que quisiéramos. Justamente, luego de nadar y volver al vehículo, volvimos a sumergirnos en otra ola de placer para saciar nuestros inagotables deseos, los que a veces surgían solo cuando nos mirábamos. Era tan confuso para mi en ese momento ver sus ojos en la oscuridad y poder mezclar nuestras miradas como una sola, me llevaba a intuir, desear, hacer una teoría, soñar, suponer que de verdad tras esos ojos tan oscuros había algo más que deseo, pero después juntábamos calmadamente los labios y eso solo servía para noquear todos mis sentidos de un solo golpe.
Acudimos a nuestros deseos dos veces en ese instante, el cual duró horas y tras dejar otras más pasar, era definitivo que la noche había llegado. Kyuhyun dormía plácidamente a mi lado, sosteniéndome firmemente entre sus brazos, pero mi corazón inquieto golpeando en mi pecho no me permitía dormir. Sin más me levanté sigilosamente y me puse la ropa que llevaba durante el día. Salté lo más silenciosamente que pude de la furgoneta, y caminé hacia donde estaban los chicos. Ellos de verdad tenían energías, no sabía como algunos de ellos podían seguir jugando en el agua después de días de juerga interminable, pero verlos tan emocionados y sonrientes hacía pensar que eran más aguerridos y admirables de lo que la gente común creía, haciéndome sonreír también. Obviamente, nunca faltaría la excepción y ese era Eunhyuk tirado sobre una toalla durmiendo medio ebrio. Sin más opción, lo levanté cuidadosamente, lo llevé a la furgoneta de Heechul, le cambié la ropa húmeda y lo tapé para que siguiera durmiendo.
-La estás pasando bien ¿Cierto?
Susurré divertido al verlo descansar a pierna suelta, y luego de revolver un poco su cabello, volví a fuera. Suspiré hondamente al ver mí alrededor y evaluar lo que había notado desde que llegué a buscar a mi amigo: Todos hablaban. Batían sus lenguas y gesticulaban con la boca sin parar, como si las palabras necesitaran desesperadamente salir de sus cabezas, aunque se estuvieran besando, aunque estuvieran tomando, aunque estuvieran fumando, aunque estuvieran bailando, aunque estuvieran jugando, hablaban, hablaban y hablaban entre si. Miré hacia la furgoneta de Kangin y pensé: "¿Yo hablaba con Kyuhyun?" Ciertamente, era muy poco. Descontando suspiros y jadeos, el solo me hablaba para llamarme, decirme que me alejara de algo peligroso, ofrecerme comida y otras cosas cotidianas. Su ser, sus acciones, como se portaba conmigo, todo ello era muy cálido, pero sus palabras y su expresión facial eran tan...frías y serias ¿De verdad creía que éramos tan diferentes y poco compatibles fuera del sexo para conversar tan poco? Ja, quizás lo éramos, total ninguno sabía como era el otro o de donde venía en realidad.
-No te preocupes por cosas así, el siempre ha sido serio, de pocas palabras y casi estoico.
Después de un rato vagando, me senté en el pasto a conversar con Yesung y Ryeowook, una pareja que junto a nosotros conformaba el grupo de "Solo me acuesto con una persona". Había visto a Kyuhyun acercarse a hablarles un par de veces y por boca de ellos me enteré de que eran sus amigos desde hace años.
-¿E-en serio?
Intenté asegurarme preguntando otra vez ¿Entonces no lo hacía solo conmigo?
-En serio - Rió Ryeowook acomodándose en el hueco que le había dejado su novio entre sus piernas- El solo es así, reflexivo y callado.
-Es de familia de hecho- Agregó Yesung- El es así, su padre es así, su abuelo es así y de esa manera siguiendo hacia atrás. El mutismo está en la sangre.
-Oh...
-Así que no te sientas ofendido si no te habla mucho. Nosotros lo conocemos desde crio y aún así generalmente se limita a escucharnos.
-Deberías sentirte halagado incluso. La verdad Ryeonggu y yo nunca habíamos visto que se acercara tan rápido a alguien.
Abrí los ojos como platos, impresionado por el reciente descubrimiento, aunque al poco tiempo Ryeowook llamó mi atención con su mano.
-Hey, hey, ustedes están enamorados ¿Verdad?
Preguntó tapándose la boca, emocionado por saber, aunque de verdad...
-Siempre están juntos, Kyuhyun te mira con mucha intensidad y pareciera que usaran la mayor parte del tiempo en hacer "cosas"jijiji
No sabía como contestarle, y sus acotaciones solo podían hacerme sonrojar.
-Ahh que metiche eres- Le regañó su novio- No le preguntes esas cosas...
-Bu buuuu...
Ryeowook se quejaba ante le protesta de su novio hasta que se quedó mirando un punto fijo, provocando que Yesung también lo hiciera y posteriormente, yo me uniera por la curiosidad. Kyuhyun estaba apoyado sobre la furgoneta, vestido, fumando y mirando hacia acá. De verdad, aún estando así de lejos podía sentir el color café oscuro de sus ojos traspasando mi piel.
-El quiere que vayas.
-¿Hum?
-Ve- Me empujó suavemente Ryeowook con una sonrisa- O provocarás que ocurra un milagro y se ponga a gritar tu nombre.
Inmediatamente me levanté y caminé a paso lento hacia el. Parecía bastante relajado, pero su mirada mostraba el salvajismo en su interior, abochornándome un poco.
-¿No podías dormir?
Me preguntó secamente mientras botaba humo.
-Aaah...sí...
Le respondí aún evadiendo su mirada, no notando como el al segundo se acercó y me atrajo hacia su cuerpo. Levanté levemente el rostro, topándome con su nariz que empezó a pasearse lentamente por mi frente. Cerré los ojos por el suave tacto.
-¿Estás mejor ahora?
-Lo estoy...
El hizo una pequeña mueca para luego con esos mismos labios buscar los míos. Le facilité el trabajo poniéndome sobre las puntas de mis pies, aferrándome de su cuello para atrapar su boca. Sentí como hizo un movimiento para lanzar lejos su cigarro y levantarme un poco de un abrazo. Su boca recorrió toda la mía, mis labios fueron succionados suavemente por los suyos, comidos por sus feroces dientes y mi mentón y mi cuello saboreados hambrientamente por su lengua. Sentía como estaba a punto de morir por sus expertas caricias ¿Cómo alguien que usaba tan poco la boca en la cotidianidad podía besarme tan bien? Me sentía enormemente inútil al ver como el lo hacía tan bien y me hundía en un abismo de placer celestial. Pero aún así, no me sentía cómodo teniendo solo eso. Al haber obtenido tanto de esta aventura, mi sed de obtener más fue inevitablemente activada. Se que no éramos novios, no éramos nada, pero aún así...cuando nos tuviéramos que separar algún día no muy lejano... quería recordar más que su rostro, su nombre y lo bien que sabía hacérmelo.
Entramos dificultosamente a la camioneta mientras aún seguíamos pegados, al parecer el demonio insaciable que tenía dentro de su cuerpo había despertado otra vez ese día, y realmente no me molestaba en lo absoluto cuando pasaba. Pero en ese momento...
-K-kyuhyun...
Susurré.
-¿Qué sucede?
-Me gusta-taría que...pudiéramos hablar un poco más...
Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal.
-Quisiera conocerte mejor...s-se que no somos nada...pero creo que...que estaría bien...
-¿Eso crees?
Preguntó volviendo a su semblante normal, acomodándose aún más encima de mí.
-Sí...-Susurré mientras el depositaba pequeños besitos en mis labios- Por favor...
Y finalizada la pequeña conversación, seguimos besándonos, hasta seguir con lo que le tan bien me había enseñado.
La mañana siguiente llegó, y algunas de las chicas entrando a la furgoneta a buscar alguna cosa para embellecerse me hizo despertar. Me incorporé tallándome los ojos, y en medio de un bostezo miré a Kyuhyun. El seguía durmiendo tan pacíficamente como antes, así que solo me quedé ahí en silencio, ya que el sueño se había ido y no sabía que hacer. Paseé un poco la vista por la cada vez más desordenada furgoneta, hasta que di con uno de los espejos de las chicas. Me moví un poco para alcanzarlo y empecé a analizarme. Mi piel parecía más brillante y mi cuerpo se veía más delgado. Claro, con tanta acción era obvio perder un montón de las calorías que ingería. Seguí observándome hasta notar que tenía el cabello bastante desordenado, y algunos mechones estaban graciosamente parados. Jugueteé con el un rato, acomodándolo y haciéndome unos cachitos que hacía cuando mi pelo estaba así de indomable. Pasaron varios minutos cuando por fin estaban bien formados sobre mi cabeza, y estaba tan concentrado en ello que no sentí cuando Kyuhyun empezó a despertarse. De un momento a otro, sentí un suave beso en mi hombro que me hizo saltar levemente por el susto.
-Buenos dí-- ¿Hum?- Arqueó una ceja al ver los pequeños cachitos sobre mi cabeza- ¿Qué diablos estás haciendo?
-A-ah, yo yo...solo...me...esto...
Las palabras se trabaron torpemente en mi boca, bueno ¿Que palabras? No sabía que decir realmente, hasta que vi una pequeña sonrisa en su rostro, que me dejó definitivamente sin siquiera poder balbucear. Creo que no lo había visto sonreír desde que nos vimos por primera vez y había olvidado que realmente podía hacerlo. Era gratificante, muy muy muy gratificante. Y hermoso también.
-Eres todo un caso ¿He?
Me susurró, atrapando mi boca al instante siguiente. Aún perplejo, me costó un poco tomar el ritmo de sus labios, pero mientras acariciaba mi cabeza, de a poco empecé a ceder.
-Creo que estás más delgado que el día cuando te conocí.
-Es tu culpa- Le contesté- Hacérmelo tantas veces…
-¿Ah sí?
Me susurró encima de los labios, dejándome volver a respirar, y luego de unos segundos iba a volver a tomar mi boca hasta que sentimos unos golpes fuertes en la ventana. Kyuhyun volteó la cabeza mientras yo solo la corrí un poco para ver quien era.
-¡Ya degenerados, basta de tener sexo por un rato! -Gritó Kangin con la vista hacia otro lado para no ver algo que no le gustaría- Junsu fue a dar una vuelta y dijo que a poco tiempo de aquí hay un centro comercial y atracciones para turistas. Vamos todos a comer allá así que vístanse.
Y sin más se fue. Kyuhyun volvió a mirarme con su sutil sonrisa, me dio un corto beso, se puso sus boxers y salió del lugar, dejándome ahí, sonrojado, mucho más confundido.
Después de asearnos, vestirnos, meter las cosas que estaban afuera y subir todos a las furgonetas, emprendimos marcha. Esta vez Kyuhyun y yo nos fuimos en la camioneta de Yunho. Heechul y los demás chicos estaban demasiado enérgicos ese día y Kyuhyun me susurró que quería ir en un vehículo más tranquilo, así que mandamos a volar a Jaejoong y a Junsu a las otras furgonetas, colándonos en la que estaban ellos inicialmente. No entendí porque el deseo de tranquilidad de Kyuhyun, pensé que quizás le dolía la cabeza, pero no supe la verdad hasta que me acomodé entre sus piernas sobre los asientos.
-¿De que quieres hablar?
Creí que mis ojos se caerían de mi rostro por la impresión. Giré bruscamente la cabeza hacia Kyuhyun segundos después de oír el susurro en mi oído, encontrándome con su rostro serio y calmado de siempre ¿Era real?
-A-ah... de cualquier cosa...
Le dije, y así empezamos. Le pregunté su nombre completo, era Cho Kyuhyun y después de eso me dijo que tenía 23 años, por lo que entre preguntas y bromas estuve varios minutos tratando de obligarle a decirme Hyung sin éxito, aunque no importaba, me sentía extrañamente bien pudiendo hablar con el, por muy de a poco que fuera soltándose. La verdad es que cuando estábamos cerca de los chicos o de alguna multitud, me hablaba al oído y a veces solo respondía con monosílabos, soltándose un poco más cuando caminábamos un poco más alejados del grupo. Era como si el quisiera ser sincero únicamente conmigo, y eso solo provocaba que la calidez fuera más difícil de dejar escondida en el fondo de mi corazón. Cuando fuimos a un Mc Donald's a comer y el me compró una enorme hamburguesa y un helado de chocolate, solo quería tirarme encima suyo para preguntarle que me estaba haciendo, porque me hacía sentir así. El día avanzaba y avanzaba y cada vez, oyendo su voz, sintiendo sus labios sobre los míos, jugando en las atracciones con el y los chicos, sintiendo su protección a cada paso que daba y a la vez sintiéndome tan libre y feliz, estaba perdiendo la cordura.
-Ahhh, ahhhh, ahhh.
Ahogado por todo estos pensamientos, en los baños públicos del parque de diversiones, me tiré agua en la cara y me apoyé sobre el lavamanos tratando de respirar. De repente sentí como la puerta de un cubículo atrás mío se abría bruscamente y levanté la cabeza para mirar a través del espejo. Eunhyuk salió de el algo acalorado y con la ropa desordenada, mirándome preocupado y confundido, mientras detrás de el se asomaba uno de los chicos de nuestro grupo mientras se ponía su polera, y aquello me hizo regresar los pies a tierra. Si, había visto a ese chico antes "jugueteando" con mi amigo, el estaba enloqueciendo tal y como dijimos que haríamos, porque de eso se trataba ¿No? Y yo enloquecía con Kyuhyun, solo con el porque no había nadie más que me atrajera, pero no estaba mal. Estábamos enloqueciendo al fin y al cabo, por muy feliz que estuviera al lado de Kyuhyun era solo locura, porque el me hacía sentir bien, pero cuando volviera a casa todos los pensamientos extraños y las sensaciones dentro de mi pecho se irían. Tenían que irse ¿No?
-Sabía que era tu voz- Hyuk se acercó y me sobó suavemente la espalda, inclinándose para verme el rostro- Dios ¿Estás bien, Sungmin?
Sí, sentir algo tan maravilloso dentro mío me estaba asustando y confundiendo de tal forma que me mentía de formas patéticas para evadirlo.
-Ahhhh si, no es nada -Fingí reír- Solo que corrí mucho con los chicos y me sofoqué.
Pero el final siempre llegaba y nos pasaba la cuenta de todos nuestros errores.
Los días siguieron avanzando, seguí engañándome, sintiendo la calidez de Kyuhyun sin decir nada, sin que el me dijera nada. No sabíamos cuando finalizaría esa aventura así que solo la disfrutábamos intentando no pensar en otras cosas. En la mañana besos y a veces sexo, en el día disfrutar con los chicos y junto a el, en la tarde siestas, charlas y contemplar el atardecer juntos, en la noche juergas, alcohol, delirio, drogas, rock y sexo hasta altas horas de la noche. No pensábamos en nada y parecía que tuviéramos la vida más ocupada en disfrutar que una persona normal en esclavizarse en su trabajo, íbamos al límite, hasta que ese mismo nos cobró la cuenta. Todos parecían tener energías de sobra para seguir enloqueciendo y excediéndose en todo, pero un suceso nos quitó toda la adrenalina. Yoochun, quien es asmático y a pesar de eso era el que más se excedía, colapsó un día. La desesperación que nos invadió tratando de hacerlo volver a respirar y el impacto que nos dejó ver que se lo llevaban grave en una ambulancia nos mató las ganas de seguir jodiendo, por lo que Yunho se limpió las lágrimas, puso su mano sobre el hombro de Heechul y lo dijo.
-Ya, es suficiente. Vámonos a casa.
Mis miedos se materializaron completamente al oírlo. Era como si nunca había pensado que el final iba a llegar aunque lo tenía más que presente, y miré a Kyuhyun para que me dijera que no era cierto, pero el solo miraba el suelo, sin ninguna expresión, sin habla, sin moverse. Sin nada aparente que expresarme.
Ordenamos adecuadamente nuestras cosas y nos aseguramos de que todas ellas y todo aquel a quien les pertenecían estuvieran arriba de los vehículos. Y nos largamos.
Estuvimos viajando un día entero con sus 24 horas incluidas y quizás un poco más. Fue tanto que tuvimos que hacer una pequeña pausa en algún lugar para descansar y seguir al amanecer, pero nadie hizo juerga ni festejó. Luego de la angustia sufrida por Yoochun, a todos les cayó el peso de todo lo que habían hecho durante las semanas, así que solo durmieron, durmieron y trataron de recuperar toda la energía de sus cuerpos que se sentían molidos. Sin embargo, nosotros lo hicimos de todas maneras esa noche.
-Una despedida.
Dijo el antes de entrar en mi, pero ni siquiera quería pensar en eso. No deseaba soltarme de su cuerpo, no quería dejar de sentirlo, dejar de gritar su nombre, de ver su rostro, de besarlo por largos minutos, de escuchar su voz hablarme solo y únicamente a mí, y va a saber alguien si el también extrañaría al menos mi cuerpo, pero esa noche lo hicimos tres veces. Y solo en esa oportunidad durante el viaje, quise engañarme de otra forma y hacerme creer que estábamos haciendo el amor.
A la mañana siguiente partimos muy temprano, todos querían llegar a sus casas para seguir durmiendo, aunque yo estaba agonizante, pensando en el momento en que nos tendríamos que separar definitivamente. Lo recuerdo claramente, cuando tres horas antes de que terminara el viaje me soltó la mano y se fue a sentar a un asiento tal como los demás y no se quedó en la parte trasera junto a mí. Recuerdo como empecé a asimilarlo totalmente, a ahogarme, a sentir dolor en el pecho, a desesperarme, y cuando por fin llegamos y nos bajamos todos de las furgonetas en la misma gasolinera donde me subí al partir, inclinó levemente su cabeza hacia mi y sin más, se marchó, como si supiera que si nos despedíamos más afectuosamente no podría soportarlo. Aunque de todas maneras, algo en mi se quebró cuando lo perdí de vista. Ya no lo vería más...¿Verdad?...Nunca más...
Después de despedirnos de todos, junto a Hyukjae caminamos a la parada de autobús. Mi rostro estaba pálido y no sabía muy bien que hacer a cada paso que daba, aunque todo mi dolor era ingeniosamente encubierto por el cansancio de todo el asunto vivido.
Viajé sobre el autobús al rededor de 15 minutos, y no resultaba nada sublime en comparación a los viajes en la furgoneta, pero aún así me llevó sano y salvo a casa. Apenas abrí la puerta mi padre apareció con una expresión profundamente molesta y culminó su ira con una bofetada en mi mejilla. Lo entendía, no había llamado en las 3 semanas y media que no estuve en casa, y además agregó que olía a vagabundo alcohólico o alguna mierda así. Pero no me importaba, ni siquiera me había acordado de el o de esta asquerosa vida en toda la experiencia, como tampoco me interesaba lo que el dijera o pensara de mi, ya no más.
Después de llegar, pasé días hundidos en mi cama, apenas comiendo u haciendo algo productivo, pensando en lo diferente que era estar ahí a estar riendo libre con los chicos, pero por sobre todas las cosas, pensaba en Kyuhyun. Cada día le extrañaba más y más, quería volver a sentirlo en todo aspecto posible. Revivir su voz en mi mente contándome pequeñas cosas sobre el como también mascullando groserías mientras lo hacíamos, solo conseguía que la tortura fuera cada vez peor, pero no podía dejar de hacerlo. Y mientras pensaba en la oscuridad de mi habitación, la lucidez llegaba lentamente a mí. Ya a esas alturas era tonto no asumir que me gustaba, era malditamente claro, pero bueno ¿Y que con eso? ¿Qué habría podido hacer admitiéndolo antes? Kyuhyun de todos modos se iría por su camino, yo me iría por el mío, además…El nunca me dijo algo, sus palabras siempre fueron las esperadas, las mismas, nunca me dijo que le gustaba o aludió a ello. Solo fui su aventura de verano y nada más, que me haya fijado en el más profundamente, era cosa mía.
-Vaya…
Y sin una lágrima, sin un gesto de dolor o una pataleta, lo acepté. Ya había vivido mi momento de locura, eso era lo que quería y lo tuve, muy bien, ya era momento de regresar a la vida de antes. Si, volé bien por un buen tiempo, era hora de volver a mi jaula, no había nada para mi allá afuera que quisiera o me correspondiera para seguir volando lejos. Así que una semana después de haber llegado, me levanté. Empecé a comer como antes y un poquito más para recuperar el peso perdido, saliendo en las mañanas a correr para mantener el equilibrio. Eunhyuk, a quien volví a contactar también, se unió a mis maratones matutinas. Me confesó que la experiencia le había dejado lo suficientemente convencido de que no debía seguir perdiendo su vida de la forma que lo hacía, por lo que reuniendo sus ahorros secretos de su trabajo, contrataría un abogado y se desligaría legalmente de todo lo que tuviera que ver con sus padres, sus negocios y su herencia. No se volvería un trotamundos, pero si trabajaría donde quisiera, y haría lo que quisiera con su vida amorosa, financiera y futura, cosa que sus padres, al igual que los míos, querían controlar. Además agregó que tal vez buscaría a Donghae, el chico con el que estaba en los baños públicos del parque de diversiones y con el que además estuvo entreteniéndose hasta que terminó la aventura. Mientras los días pasaban, también me proponía que me largara con el, pero por más que insistiera, no tenía ganas de luchar tanto por una vida feliz que no había para mi. Donghae le dijo que le gustaba y que desearía volver a verlo, Kyuhyun me dejó ir libremente sin decir nada, era obvio que no había nadie por quien luchar allá afuera y hacerlo por mi no era suficiente motivación, menos cuando la situación me tenía tan hundido.
El tiempo corrió, ya faltaba poco más de una semana para que mis vacaciones terminaran y tuviera que volver al trabajo, por lo que revisé mi correo electrónico para ver si había algo con lo que ponerme al día. Había bastante poco en realidad, pero entre ese poco, había un mensaje de mi antigua universidad. El amable profesor de investigación económica deseaba que diera una charla sobre la crisis en España, uno de los temas centrales de mi tesis cuando me gradué, y que además participara y acotara información en el debate que harían sus alumnos luego de escucharme. Suspiré y contesté que aceptaba, aquello me ayudaría a poner nuevamente la mente en cosas serias. Además, la universidad había hecho mi vida un poco menos desgraciada cuando estudié ahí.
Me preparé adecuadamente durante los días que restaron, analizando e informándome sobre la más mínima cosa de la que hablaría para quitar a la persona que rondaba molestamente en mi mente.
El día llegó, aunque no lo supe hasta que el despertador me avisó. Por haber estado tanto tiempo durmiendo en el suelo de esa furgoneta, en un punto donde solo daba sombra y el sol no interrumpía, tomé el gusto a no sentir el sol en la cara, por lo que dejaba cerrada las persianas en la noche, y a veces debido a eso, en los primeros segundos que llevaba despierto, creía que aún estaba en ese reducido lugar, desnudo, durmiendo sobre el pecho de Kyuhyun, rodeados de mochilas y botellas de alcohol, hasta que distinguía que el ruido que me despertaba era del molesto despertador y no de las aves o los chicos jugando. Con pereza me incorporé en mi cama y me fui a bañar. Cuando estaba listo y con todos los documentos en mi maleta, desayuné en un santiamén y sin cruzar palabras demás con mis padres, me fui en mi auto. El ambiente era tan tenso e incómodo, tal vez largarse si ayudaría en algo…
Luego de 20 minutos llegué a la entrada de mi universidad, la que lucía impecable, imponente y hermosa como siempre. Estacioné mi auto en un lugar adecuado y fui a la portería a pedir indicaciones. Me enviaron al segundo edificio, tercer piso, sala 152. Recorriendo el lugar muchos recuerdos vinieron a mi mente, sobre todo aquellos en los que Eunhyuk y yo soportábamos la presión paternal en el campus, y como celebrábamos el entrar a clases antes que ellos a su trabajo luego de las vacaciones. Después de unos 10 minutos llegué justo a tiempo a la dichosa sala. Suspiré un poco y golpee la puerta. Segundos después, el profesor Kim me abrió y me saludo efusivamente como siempre había acostumbrado.
-¿¡Cómo estás muchacho!? Llegando a la hora como siempre ¿He? ¿Qué tal te ha ido?
-Bueno, no me puedo quejar. Vengo recién llegando de mis vacaciones.
-Mira tú, que maravilla ¿Y te ha ido bien en tu trabajo?
-Ah si, me esfuerzo mucho.
-Eso es bueno, pero vamos al grano ahora ¿Estás listo?
-Por supuesto- Le sonreí- Pero antes dígame ¿Qué edad tienen más o menos? ¿18 años? ¿20 años?
- Oh no no no, son grandes, tienen entre 22 y 23 años, están haciendo práctica laboral incluso. El próximo año les toca su tesis.
-Ohhh, entonces están más o menos a mi nivel.
-¡Pues claro, hombre! Si yo les enseñé jajaja Bueno, entraré a avisarles que ya llegaste.
Mi robusto ex profesor entró nuevamente a la sala para dirigirse a sus alumnos, mientras yo acomodaba mis lentes y sacaba rápidamente mis apuntes por si los necesitabas.
-Bueno muchachos, como les dije en la clase pasada, hoy un antiguo alumno mío que ha sido uno de los mejores que he tenido participaría de la actividad. El les hablará sobre el panorama económico actual de España y luego debatiremos diversas teorías creadas por ustedes para poder enfrentarlo provisoriamente- Finalizada la introducción de la clase de hoy el me miró y me llamó con la mano- Ven, pasa por favor.
Obedecí, entrando tímidamente a la enorme aula.
-El es Lee Sungmin, se graduó hace un año y hoy trabaja diligentemente en un cargo administrativo en Sendbill. Por favor, dénle un aplauso a nuestro invitado.
Los estudiantes aplaudieron mientras cuchicheaban a saber sobre que cosa, avergonzándome levemente por la presión, sin embargo, debía hacer esto, así que firme levanté el rostro y empecé a hablar con buena cara.
-Gracias a todos, espero poder entregarles un poco del conocimiento que he adquirido en este tiempo. Yendo directamente al tema, ahora les habl--------
No pude seguir hablando. Mi corazón se detuvo súbitamente al encontrarse con los de un estudiante.
-K-kyuhyun…
Susurré. Era Kyuhyun, estaba ahí, sentado en los últimos puestos de más arriba, mirándome tan perplejo como yo lo miraba a el ¿Era cierto? ¿De verdad estaba ahí? ¿QUÉ MIERDA ERA TODO ESTO?
Mis piernas empezaron a temblar, casi con la intención de hacerme caer al suelo y estaba casi seguro de que me había sonrojado por toda la conmoción. Me sentía triste, feliz, aliviado y por sobre todo muy confundido. Aquel ferviente deseo que quería apagar, aquel que pedía a gritos volver a ver a Kyuhyun, se había cumplido…pero ¿Ahora qué debía hacer?
-Sungmin-ssi ¿Sucede algo?
El profesor llamó mi atención moviéndome un brazo. A lo que yo desperté de mi letargo totalmente alterado, viendo como mis notas estaban repartidas por el suelo.
-A-ah, lo siento, lo siento mucho… E—es que me puse n-nervioso…
Dije mientras me agachaba a recoger los papeles junto a una amable alumna que se ofreció a ayudarme.
Después de eso no sé como sobreviví. A duras penas hablé lo más calmado que pude del tema, evitando por sobre todas las cosas mirar a Kyuhyun. Una media hora después vino el debate, Kyuhyun dio su opinión varias veces, no era como si fuera algo opcional, el asunto era con nota y estuviera yo o no el tendría que opinar y dar sus propias teorías. Escuché atentamente todo lo que decía, de verdad era muy inteligente y se notaba que tenía talento. Un par de veces me di el tiempo de mirarlo mientras hablaba, vestía sumamente diferente a cuando estábamos viajando. Usaba camisa, un jersey a rayas y un pantalón perfectamente planchado que junto a su peinado casual le daba un aire de joven elegante e intelectual ¿Así era el en su vida cotidiana?
Abracé mi carpeta y esperé impaciente para que la clase terminara. No se si era la primera, la intermedia o la última clase que Kyuhyun tendría en el día, pero en cuanto llegara el receso tenía que ir hacia el, no sabía que le diría o que haría, pero tenía que volver a estar a su lado de alguna forma.
Después de una larga tortura por parte del tiempo, la clase terminó. Los alumnos arreglaban sus mochilas mientras el profesor me felicitaba por la presentación y me pedía si podía venir algún otro día a exponer a otra de sus clases, mientras yo asentía a todo y esperaba que terminara lo antes posible. Cuando por fin lo hizo y volteó para arreglar sus cosas, salí disparado del aula tras Kyuhyun quien solo había salido hace unos segundos. Corrí por un rato hasta que por fin lo encontré en uno de los pasillos.
-¡Kyuhyun!
Le llamé, pero el ni siquiera se volteó, y solo asumiendo que no me había escuchado corrí hacia el y tomé una de sus manos.
-¡Kyuhyun, yo…!
Me sorprendí angustiadamente al ver como el soltó mi mano bruscamente, pero no me rendí aún y corrí hasta ponerme frente a el e interrumpir su camino.
-¡K-Kyu…!
-Suéltame y déjame caminar.
Soltó finalmente, asustándome aún más, angustiándome hasta la mierda.
-P-pero…- Volví a afirmar su brazo mientras pasaba por mi lado- Y-yo…
-¡Suéltame he dicho! –Gritó moderadamente, tomándose el rostro- Dios… fue una coincidencia muy grande que tu y yo nos hayamos encontrado aquí, pero solo pasó y ya, hay que dejarlo pasa. Vete a tu casa o donde sea y déjame seguir con mi vida en paz.
-Es que tu…y yo…
Susurré. No entendía su comportamiento y de verdad me estaba asustando.
-¿Tu y yo? Sungmin, estuvimos juntos en ese viaje, pero fue una simple aventura, no significó nada- Sus palabras me hicieron retroceder, eran como dagas filosas ¿Por qué estaba diciendo eso tan a la ligera?- Recuérdalo como algo bueno que ocurrió en tu pasado y fin, sigue con tu vida, yo seguiré con la mía. Nada puede pasar entre nosotros estando aquí.
-Pe-pero…
Pero esperé con tanto fervor y dolor dentro de mi alma volver a verte ¿Por qué me haces esto?
-¿Qué?- Dijo acercándose a mi, viéndome atrapado por la pared- ¿Te has enamorado de mi?
Abrí fuerte los ojos, los suyos parecían no expresar nada ¿Qué diablos? Me había tratado tan bien durante el viaje y ahora no sé lo que era. Había maneras menos dolorosas de alejarme si no quería tenerme cerca suyo.
Sin saber como contestarle, mis ojos liberaron aquello que querían liberar desde que nuestras manos se soltaron en aquella furgoneta. Las cristalinas lágrimas rebotaron por mi rostro asustado, Kyuhyun me tenía aprisionado y estaba diciéndome cosas que no deseaba escuchar nunca. No podía imaginar que tan atemorizado, triste y confundido estaba, y muchos menos como seguir.
Pasamos varios segundos así, hasta que el volvió a ponerse las manos en el rostro, pero con mucha más ira que antes.
-Mierda, mierda, mierda, mierda ¡Mierda!
Repitió una y otra vez hasta que la planta de su pie estalló contra el suelo. Volvió a mirarme con sus ojos intensos, y agarrándome de un brazo me arrastró bruscamente hacia una puerta. El la abrió aceleradamente, dejando al descubierto el armario donde todas las escobas e implementos varios de los empleados de limpieza guardaban sus cosas. Me metió dentro junto con el, cerró la puerta con pestillo y se abalanzó sobre mi.
-K-k-ky----
Pero antes de que pudiera hablar, su boca tenía hambrientamente atrapada la mía. No entendía nada, así que traté de alejarlo pero eso solo lo animó a que me apresara más fuerte y su beso se hiciera más intenso ¿Qué era esto? ¿Por qué si me despreciaba tanto para alejarme de esa manera, ahora me besaba con tanta devoción?
No sabía y el simplemente no frenaba, por lo que fui poco a poco cediendo ante mis propios deseos y destensé mi cuerpo, enredando tímidamente mis brazos alrededor de su cuello.
Los minutos avanzaban, y como si tuviera aire guardado en algún lado no dejó de besarme en todo ese tiempo. Su lengua violaba salvajemente mi boca mientras yo a duras penas podía seguirle el ritmo, pero no me importaba, había añorado tanto sus besos que aún si me hacía mil pedazos los labios, estaría bien para mi. Rápidamente, sus labios pasaron de mis labios a mis mejillas, a mis ojos, a mi nariz, a mi mentón y a mi cuello, y era bastante difícil resistir calmado cuando los cariños que me proporcionaba eran tan apasionados, y se hacía notablemente peor, cuando empezó a pasar su pierna por mi miembro.
-Ahhg…
Gemí lo más despacio que pude, provocando que el volviera a mi boca, aunque su deseo de hablar impidió que la besara por mucho.
-¿Qué mierda te crees?- Masculló sosteniendo fuerte mi rostro y con los labios casi pegados- ¿Por qué vienes aquí a arruinar mis malditos planes y más encima poniéndote a llorar? ¿Quién te dijo que hicieras eso? ¿Cómo es que volviste a mí? ¿Cómo es que supiste que con tan solo jugar un poco con mis emociones volvería a ti?
-A-ah…
No sabía que decirle, cada vez entendía menos.
-Definitivamente haz hecho algo, por eso me estoy volviendo loco ¿Verdad? La primera idea que tuve cuando te vi fue que si accedías a follar conmigo, te usaría por el resto del viaje para saciar mis deseos. Eras un maldito juguete, pero de repente, en un tiempo increíblemente corto, ya no quería compartirte con nadie ni estar con ningún otro. Casi patee en el suelo a ese idiota de Jungmo cuando vi que intentó besarte, quería hacerlo mierda para que entendiera que el único que podía marcarte soy yo. Luego seguimos estando juntos, quería alejarte de mí pero a la vez no podía hacerlo, necesitaba tenerte a mi lado y hacerte mío cuantas veces se me vinieran en gana, pero con eso solo conseguía seguir encantándome contigo, incluso podíamos hablar fluido entre los dos ¿Qué mierda era eso? No entendía nada. Cuando por fin el viaje terminó y me fui de vuelta a casa pensé que podría quitarte de mi mente en menos de un día, pero tu maldita sonrisa y tu maldito cuerpo permanecían frescos en mi mente a cada segundo, y no sé como aguanté el querer tirarme encima de ti apenas te vi entrar a la sala, pero ahora siento que no te puedo dejar ir y…¡Maldición! ¿Qué has hecho? ¿Qué me has hecho?
-E-eh… yo…
-¿Te imaginas la magnitud de esto? ¿Sabes que pasaría si mi padre se entera de que te he follado tantas veces de la misma manera que quiero follarte ahora? ¿Sabes que pasaría si se enteran el y sus mierdas de socios que quiero joderte de la forma más sucia y estar a tu lado hasta el fin de mis putos día? ¡Me harían mierda en un santiamén! ¡Me tirarían a la calle antes de poder terminar mi carrera y mi vida se iría por el caño! ¡No puedo estar contigo! ¿Pero porque vuelves y me provocas de esta manera?¿Por qué tienes tanto interés en cargarme la vida? ¿He?
-Y-y-yo….
-¿Yo qué, Sungmin-Hyung?
-Yo…so-solo quiero estar contigo…-Boté en un suspiró- No me importa si nos vamos a la mierda…Solo quiero…solo te quiero a ti…
Confesé, sincero por primera vez, llorando aún más.
-No, no, no ,no, no, no hagas eso, lo vuelves peor así ¿Sabes?- Agregó limpiándome las lágrimas con sus dedos y besándome la boca lentamente- Es peor si lloras…No quiero verte llorar…Detenlo…
Siguió rogando mientras me besaba aún más intensamente…y siguió besándome por varios minutos, pero había tanto cariño y deseo cargado en su boca, que me fue imposible encontrarlo maravillosamente diferente.
-No importa que yo me vista como un santurrón, y que tu seas el consentido de tus superiores…el alcohol, el sexo y el rock n roll nos han pegado la locura- Me susurró serio, atrayéndome aún más hacia el- Y si seguimos dejando que se expanda libremente, muchas cosas van a cambiar y se van a arriesgar, podríamos perderlo todo ¿Sabes?
Le miré directamente a los ojos y asentí sin hacer ninguna mueca. Estaba conciente de todo eso…y no me importaba…la mierda estaba bien, si la compartía junto a el…
Pocos segundos después el me tomó de una mano, abrió la puerta y salimos juntos caminando del lugar.
-¿D-donde vamos?
Le pregunté limpiándome los últimos vestigios de agua salada en mi rostro.
-A mi departamento. Hace semanas no te veo…- El volteó levemente, observándome con una sonrisa ladina- No te imaginas cuanta acción me debes.
Me sonrojé brevemente por su insinuación, hasta que una pregunta llegó a mi mente.
-Kyuhyun…
-¿Sí?
-¿Cómo se siente hacerlo en una cama?
El rió levemente al oí la pregunta. Sin duda era algo que me causaba duda, solo nos habíamos vuelto uno sobre el piso de una sucia furgoneta.
-Dímelo tú después de haberlo hecho en la mía.
Me respondió, y yo solo le sonreí, acercándome un poco más a el para poder caminar a su lado.
Así fue como tomamos rumbo hasta su hogar, y de paso, por un camino incierto a lo que fuera que nos llevara esto. No nos conocíamos tan bien como quisiéramos, nuestras familias eran un gran obstáculo, la meta personal de Kyuhyun también estaba de por medio y quien sabe cuantas cosas más que aún no conocíamos, dejando en frente un futuro nebuloso y que era realmente aterrador. Con tanto problema, solo había una cosa que podíamos preguntarnos una y otra vez:
¿Qué sería de nosotros dos?
Lo único que podía consolarnos entre tanto cuestionamiento es que poseíamos la locura corriendo por las venas, la magnífica locura que sentíamos por el otro, y en el departamento de Kyuhyun, mirándonos los ojos al hacer el amor por primera vez, creímos que si esta perduraba, aun con todas las desventajas podríamos sobrevivir juntos a todo lo que el destino nos pusiera por delante. Así es, sobreviviríamos a la asquerosa vida, sin importar que todo haya surgido por sexo, alcohol y rock n roll.
FIN
Me encanto lo historia lo unico q la caga es el final osea nada q ver q t termime asi continuela qeremoj saber q pasara con ellos y con su amor qeremoj mas y no soy la unika ay un monton d chicasq nonles gusto tu final x fa continualaaaaa continualaaabase segunda temporada q se yoo pero x fa continualaaaaaa
ResponderBorrarDE VERDAD!!!! Una de las historias más buenas que leí y una de mis favoritas también!!!! me encanta hasta la médula.
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