miércoles, 30 de noviembre de 2016

Asperger: Cuando Sungmin conoció a Kyuhyun [Extra]




~Cuando Sungmin le pidió a Kyuhyun tener
 sexo por primera vez ~

Aquel día, Sungmin usó al máximo su bien conocida habilidad para decir cualquier cosa directamente.

Kyuhyun, quiero tener sexo contigo Exclamó sin que se le moviera un pelo.

Y fue pura compasión divina, que a su lado Kangin estuviera escuchando música con audífonos y no hubiera nadie más en el comedor, Kyuhyun estuvo malditamente seguro. Contuvo el infarto que la impresión quiso causarle, se levantó y se llevó casi volando a su novio a la habitación. Una vez adentro, cerró con llave y se desplomo en su cama tratando de volver a respirar. Unos segundos después se incorporó y lo miró al rostro. La carita del mayor estaba surcada por la confusión ¿Aquello había sido real? Era lo primero de lo que tenía que asegurarse.

S-S-Sungmin ¿P-Puedes repetirme lo que dijiste en el primer piso hace un instante? Balbuceó con la voz temblorosa.
Kyuhyun, quiero tener sexo contigoConcedió el bajito, y ante la mirada más atónita de su novio, se acomodó junto a él en posición de acecho y con los ojos más vivos que nunca. Kyuhyun necesitó afirmarse con más fuerza a la cama para no volver a desplomarse.
¿A-Ahora? Preguntó más por intentar acostumbrarse a la situación que por querer saber. Tenía claro que si Sungmin quería algo al instante, lo pediría en ese instante y si quería algo una hora después, lo pediría una hora después.

El mayor se alejó un poco, cerró los ojos y respiró hondamente. Luego volvió a abrirlo y respondió:

 No tengo tareas agendadas para las próximas horas, Kyuhyun tampoco; La noche es templada, nos bañamos hace una hora; Somos novios hace 10 meses, 17 días, 2 horas y 19 minutos, así que estamos en la etapa idónea para tener relaciones sexuales; No puedo embarazarme, Kyuhyun tampoco; Soy virgen, Kyuhyun también, por lo que no hay riesgos de contraer enfermedades venéreas, tampoco de lastimarnos porque he leído mucho sobre sexo homosexual; nuestra habitación es perfecta para el coito porque aísla el sonido y proporciona intimidad; Ambos somos mayores de edad así que no estaríamos cometiendo un delito; Las muestras de afecto de Kyuhyun me producen excitación sexual, y a Kyuhyun le producen excitación las mías, lo sé porque cuando estás sobre mí besándome, siento tu erección palpar la mía, que Kyuhyun se sienta excitado por mí me hace sentir muy bien por una razón que no entiendo del todo; Nos hemos abrazado, besado, acariciado y masturbado previamente, tener sexo es lo que sigue; Kyuhyun me agrada y tengo confianza  en él,  yo le agrado y le doy confianza a Kyuhyun. Por todos estos factores, sí, creo que ahora es el mejor momento para hacerlo.

Para cuando terminó, Kyuhyun estaba tan rojo e impactado que estuvo seguro de que si se desmayaba no volvería a despertar. Nunca envidió más el desconocimiento e indiferencia de su novio por las normas sociales como en ese momento. Miró su velador, donde yacían ocultas una botellita de lubricante y una caja de condones, recordó todo el tiempo que estuvo investigando sobre cómo usar eficientemente todas esas cosas cuando el momento llegara, no obstante, no pudo recordar nada de lo que había aprendido, y como si no fuera suficiente tener la mente en blanco, Sungmin se acercaba cada vez más a él como si fuera un depredador a punto de cazar a su indefensa presa ¿Era su forma de insinuarse? Lo aterradoramente graciosa que resultaba relajó ligeramente a Kyuhyun. Tenía que centrarse y aceptar la situación aún estuviera temblando como un flan.

Aigo, este chico va a matarme Fue lo primero que pudo soltar, y de todas formas se volvió a desplomar en la cama.
No Kyuhyun, yo no quiero matarte. Nunca he matado nunca a ninguna forma de vida, así que por favor, no te muerasSe espantó el mayor apoyándose sobre el pecho de su novio, haciéndole reír.
—Eres un caso…—Suspiró Kyuhyun aún entre risas. Luego se levantó y abrazándolo posesivamente, metió los labios en su cuello y lo besó— No mi amor, no moriré, es una exageración nada más porque me ha impresionado lo que has dicho.

Relajando nuevamente el gesto, Sungmin lo miró con intensidad, y Kyuhyun respondió de la misma forma.

—¿E-Estás seguro de querer hacerlo? —El menor suavizó tanto la voz que por un momento creyó que no era suya— Sé que ya me dijiste que confías en mí y todo eso, son puras verdades, y yo…deseo tener sexo contigo hace mucho tiempo, pero es una decisión muy importante y no tenemos experiencia, puede ser doloroso ¿En serio estás listo para hacerlo ahora?

Sungmin reflexionó por un momento.

—Estoy seguro, y sé que puede ser doloroso, no obstante, contigo he comprobado que cosas que disgustan o incomodan al principio pueden valer la pena después, y creo que esto al involucrarte directamente, puede traerme una gran felicidad— Respondió con una sonrisa, y Kyuhyun estuvo a punto de lloriquear hasta que Sungmin se dobló para recoger un libro sobre la cama y hojearlo— Además, con este libro he aprendido mucho y lograré que la incomodidad sea la mínima, sobre todo para mí que, según lo que dice el autor, uso la posición de “Pasivo”, Y claro, si tú te sientes incómodo con tu posición de “Activo”, estoy preparado para cambiar roles y ser quien te penetre y de placer.

Kyuhyun abrió tanto los ojos que por poco se le salieron de sus cuencas, luego miró la portada del libro. “¿Soplar la nuca o morder la almohada?: Una guía para tener sexo homosexual” ponía. Su rostro empalideció. No sería mala idea asesorar desde ahora a su novio en la compra de libros de auto-ayuda.

Tras eso, pasó saliva y vio como Sungmin miraba con gran interés las hojas engordadas con notitas hechas por él mismo. Kyuhyun volvió a reírse, esta vez enternecido.

—Eres muy considerado, pero te aseguro que estoy muy satisfecho con ser el activo— Aclaró quitándole suavemente el libro de las manos y dejándolo donde estaba— Y yo también me he preparado por mi cuenta, así que te aseguro que no necesitaremos este u otros libros. EN SERIO.
—De acuerdo—Aceptó el mayor sin objeción alguna, colgándose del cuello de su novio. Kyuhyun le hizo estirarse, se acomodó encima suyo y besó una de sus mejillas.
—Bien…entonces…si estás seguro…va-vamos a hacerlo— Susurró estando nariz con nariz. Su cara volvió a enrojecer y su cuerpo a temblar, y por supuesto Sungmin no notó nada. Parecía bastante alegre bajo suyo.
—Vamos a hacerlo— Le imitó con una gran sonrisa, y amarrando las piernas alrededor de su trasero, agregó:—Estoy ansioso por tenerte dentro mío.

Kyuhyun volvió a abrir excesivamente los ojos, esta vez cambiando la palidez de su rostro por un rojo vivo. Trató de no desplomarse por tercera vez enterrando su rostro en el cuello del mayor.

—Da-Dame un minuto ¿Sí? —Suplicó respirando hondo. Aquello era demasiado para la mente de un chico que a pesar de tener un carácter pícaro, no era capaz de hablar de sexo sin sonrojarse entero.
—Está bien— El bajito accedió y palmeando la espalda del otro empezó a contar— 59, 58, 57, 56…

Después de esa noche, Kyuhyun estaba seguro de que tenía que quitar de la cabeza de Sungmin todo lo aprendido de esos extraños libros si quería conservar intacta su integridad mental y física. Por mientras, era mejor darle en el gusto para que no se impacientase, no quería imaginar que trucos de seducción tendría su novio bajo la manga. 


FIN

martes, 29 de noviembre de 2016

Asperger: Cuando Sungmin conoció a Kyuhyun [11/13]


11♥ Alta probabilidad de mostrar signos de torpeza física, problemas motrices e hipersensibilidad en la piel y a nivel sensorial.

5 de la tarde en la majestuosa biblioteca de la SNU. El sol primaveral recién descendía, cubriendo de tonos naranjas a Sungmin quien recogía los libros dejados en las mesas de estudio. Había mucho trabajo ese día ya que la mitad de las facultades seguían en época de exámenes, y los carritos para transportar libros habían sido acaparados por las trabajadoras veteranas, así que de un modo u otro tendría que arreglárselas. Se llenó el regazo de ejemplares hasta que le tocaron el mentón y con poco equilibrio se encaminó al primer estante. Dejó rápidamente un par de libros y terminado su quehacer ahí sin siquiera temblar, decidió tentar a su buena suerte dando un rápido giro, enredándose con sus propios pies como castigo y cayendo con libros y escándalo incluido. Darse de bruces contra el suelo era algo que le pasaba con frecuencia y patalear enojado justo después era su cábala, pero ahora simplemente no quería darle tanta importancia. Se limitó a mostrar su frustración respirando largamente y empezó a reunir los libros esparcidos. Distrajo su mente pensando en el mensaje que Kyuhyun le envió durante su descanso. Hoy saldría temprano de su empleo de medio tiempo e iría a buscarlo para ir juntos a casa, y solo 59 minutos exactos le separaban de eso. Con todos los libros reunidos se puso lentamente de pie y apelando a su buen ánimo se recordó las técnicas para caminar correctamente que había aprendido.

“Espalda recta, vista al frente, dar zancadas de 20-25 centímetros, sin arrastrar los pies pero poniéndolos firmes en el suelo una vez lo toquen”

No es que no supiera caminar, él lo hacía mejor que muchas personas, su saludable espalda se lo agradecía a diario, pero a veces es necesario recordarnos esas cosas que hacemos de memoria para así asegurarnos de hacerlas bien, y para el bajito, era mucho más vital si no quería volver a besar el suelo por culpa de su torpeza innata.

Cuando se nace siendo Asperger, se está predestinado a padecer ciertas características propias de dicho trastorno, entre ellas están los problemas de motricidad y movimientos automáticos. Lo único que varía es a qué nivel afecta a cada sujeto, y en caso de Sungmin, su carencia de coordinación motriz era bastante profunda. Todo empezó cuando se familiarizó por primera vez con la independencia al pararse por sí mismo. Que Sungmin pusiera los pies en dirección hacia adentro y caminara como si los tuviese atados fue rápido motivo de preocupación, peor era con las dificultades que tenía tomando cosas o abriendo pocillos. Sus padres pensaron que se trataba de una enfermedad relacionada con el crecimiento, incluso algunos médicos pensaron en operarle, sin embargo, entre exámenes y exámenes, y añadiendo las demás señales, supieron finalmente a que se debía y recurrieron a terapias kinesiológicas. Hasta la mitad de su tiempo en secundaria, estuvo en tratamiento corrigiendo muchos de sus males y con el tiempo logró ser casi normal, no obstante, los kinesiólogos por mucho que lo intentaron no pudieron pasar ese “Casi” a un “Completamente”. El diagnóstico inicial era tan malo que de inmediato le dijeron a su madre que buscara como eximirlo en su escuela de actividades deportivas. Se hundía cuando trataba de nadar, no podía montar una bicicleta, no metía una sola pelota al arco, ni siquiera podía correr bien ni muy lejos, no era necesario ni humano exponerlo a esas frustraciones y humillaciones, además con su inhabilidad era más propenso a sufrir lesiones, y eso lo agravaría todo. Sólo cuando ya podía hacer todas esas cosas, aunque con un desgaste físico tremendo, se le dio la oportunidad de sumarse a las actividades deportivas habituales en las escuelas, pero Sungmin se negó y no lo intentó ni siquiera una vez. Ya se había acostumbrado a una vida rígida que no incluía actividad física mayor y el único buen motivo que tenía, o sea, una última oportunidad de hacer amigos a través del trabajo en equipo, la daba por perdida y de todos modos no quería intentar ver si realmente era así, estaba lo suficientemente decepcionado y herido para no querer arriesgarse otra vez.

Sungmin caminó al siguiente estante y dejó varios libros. Al verse más ligero suspiró aliviado. Miró el ejemplar que ahora estaba en la cima “1914-1918: Historia de la primera guerra mundial por David Stevenson”. Un libro de historia. Sonrió involuntariamente y siguió su camino. Agradecía tener ese interés tan profundo en dicha área, le había salvado de enfrentarse cara a cara con la soledad y del predicamento de encontrar diversión haciendo menos que caminar o trotar. La única dificultad con la cual tropezó fue su también profundamente escasa motricidad fina. En todo lo que significaba usar movimiento pequeños y precisos como escribir, calcar y dibujar el apestaba. Su maestra de primaria le tuvo los 6 años con caligrafía adicional y así apenas consiguió una letra legible, algo que de todos modos era muy malo para él pues despojaba de elegancia a los exhaustivos ensayos que realizaba. Con el dibujo y el calcado se rindió de inmediato, sabía que el arte abstracto que hacía no le llevaría a ningún lado. Se contentó con saber leer mapas en vez de hacerlos y diseñar extravagantes títulos para sus amados textos, aunque al finalizar siempre quedaba con la mano temblorosa y una terrible migraña por el sobreesfuerzo. Sus padecimientos creativos terminaron únicamente cuando sus padres le regalaron su primera computadora, y fue como quitarle un camión de encima, porque al fin podía concentrarse en los problemas que sus males le ocasionaban en la vida diaria, pues si la pobre coordinación motriz le impedía cosas como vestirse o desvestirse fácilmente, la carencia de motricidad fina le dificultaba atarse las agujetas, abotonarse chalecos, hacer nudos de corbata, entre otras cosas.

Sungmin siguió ordenando y digitando préstamos de libros hasta que dieron las 6 en punto. En cuanto la discreta alarma de su reloj se lo anunció, se levantó con parquedad, fue a buscar sus cosas a la sala de empleados, se despidió de sus compañeros y se dirigió a la salida rápidamente. Tal como esperaba, Kyuhyun se encontraba en las escaleras aguardando por él. Apenas sus ojos se encontraron el menor sonrió encantadoramente, haciendo que por alguna razón Sungmin quisiera caminar más de prisa. Un delicioso beso lo recibió en cuanto cayó en los brazos del más alto, retribuyéndole una tierna sonrisa al separarse. El mayor estaba muy feliz, por los exámenes pasados no había podido pasar mucho tiempo con su novio, este era como un reencuentro y lo aprovecharían tanto como pudieran.

¿Vamos a casa?Le propuso Kyuhyun luego de varios dulces mimos. El bajito asintió.

Tomados de la mano se dirigieron al paradero más cercano. Había sido un día realmente largo y no les apetecía atravesar las kilométricas instalaciones de la universidad para llegar a la estación del metro. Se subieron al primer autobús de acercamiento que llegó y al cabo de 10 minutos ya estaban en la entrada de la estación. La temprana hora y el hecho de que los estudiantes se quedaban hasta tarde estudiando para sus exámenes, propició que la cantidad de pasajeros fuera mucho menor de la que acostumbraban a ver ,y además, cada pasajero iba muy concentrado en lo que veían en la ventana o en sus celulares para fijarse en quien subía o bajaba. Esto les otorgó la privacidad perfecta. Se acomodaron en los asientos al final del vagón y sin contenerse, Kyuhyun pasó una mano por el cuello de su novio y con la otra tomó su mentón para besar sus labios profundamente.

Mmm… No pasaron 15 segundos cuando disgustado, Sungmin empezó a gimotear levemente.

Kyuhyun interrumpió el beso y sin demora el bajito comenzó a rascarse el cuello.

Kyuhyun, siento comezón, odio la comezón Reclamó mientras aún trataba de aliviarse. El menor lo entendió de inmediato y se alejó totalmente.
¡Ah, lo siento! Es el sweater nuevo que me envió mi madre, no me había fijado que era de lana. Enseguida me lo quito Tras hacerlo, guardo la prenda en su bolso y revisó el sarpullido Está un poco rojo, pero no te ha salido ninguna roncha, ¿Te sigue picando?
Ya no, pero he sido bastante descuidado al no darme cuenta Dijo frunciendo el ceño exageradamente mientras se arreglaba el cuello de la camisa. Kyuhyun volvió a rodearlo con su brazo y pegó su frente a la suya.
Ambos lo fuimos y tendremos más cuidado en el futuro. No pienses más en eso Dicho esto, guiñó el ojo izquierdo y Sungmin olvidó totalmente el tema, ansioso por continuar el interrumpido beso.

Kyuhyun lo arrinconó más y le metió mano con descaro. Sungmin reaccionó instantáneamente a la caricia, tal como había reaccionado a la prenda de su novio y como reaccionaba a todo.

Torpeza no era la única singularidad de su cuerpo, también le destacaba una profunda hipersensibilidad, la cual desencadenaba una sobreestimulación en sus 5 sentidos con las cosas más cotidianas, afectando su humor y a veces, su bienestar. Ante ruidos fuertes y agudos los oídos le dolían y se ponía histérico; el olor a comida picante lo sentía tan intenso que le producía náuseas; el color dorado, sobretodo en su formato brillante, le hacía arder los ojos y ponerse de muy mal humor; comer frutos secos le avinagraba el estómago y, por supuesto, el entrar en contacto con lana, real o sintética, además de otras texturas del tipo rasposas, le provocaban sarpullidos.

La pequeña irritación había desaparecido para cuando llegaron a su destino. Sintiéndose ligeramente con más energías, decidieron caminar el trecho de 15 minutos de la estación hasta la residencia. Apenas llegaron Kyuhyun fue con Siwon a ver si lograba intercambiarle su sweater por otra prenda, mientras Sungmin, quien se quitaba la mochila y el abrigo, era sigilosamente acechado por Kangin y Heechul. En cuanto lo vieron más desprevenido, se tiraron encima de él y lo abrazaron efusivamente.

¡Noooooooooooooo!

 Ni un segundo bastó para que el bajito comenzara a chillar y patalear iracundo, haciendo reír a sus 2 malvados amigos. Porque la hipersensibilidad no lograba afectar tanto a sus otros sentidos como lo hacía a nivel táctil, y ni el tacto de la lana le provocaba tanto disgusto como el contacto físico. Siempre evaluaba la real necesidad de tocar a otra persona y si era tocado por sorpresa, era capaz de sacudirse berrinchudamente para alejar al culpable- tal como lo estaba haciendo-. En el pasado sólo con su familia se permitía ser más tolerante, sin embargo eso no lo hacía agradable, por lo que prácticamente debían rogar si deseaban un contacto “innecesario” como un abrazo o un beso.

¡Vamos, danos un beso en la mejilla al menos! También rebajándose a la súplica, Kangin le acercó la mejilla.
¡No, no! ¡Sin tocar! ¡Apestan! ¡Kangin apesta, Heechul apesta! ¡Son feos! ¡No me gustan! ¡No hay besos! Se opuso el bajito protegiéndose con sus brazos de aquellos dos.
Ah, pequeño bastardo. Cuando nos tratas así me dan más ganas de fastidiarte Gruñó Heechul, tratando de apresarlo con más fuerza.
¡Nooooooooooo! Volvió a gritar el bajito.
¿Qué hacen, retrasados? Intervino Kyuhyun, quien regresaba con su prenda intercambiada.
¡El novio calenturiento! Anunció Heechul a viva voz.
¡¿Qué?! La ira del aludido se encendió al segundo.
¡Corre! Gritó Kangin, y tan pronto lo dijo ambos salieron huyendo.
¡Hijos de…! Profirió Kyuhyun con todo el rostro rojo. Luego se acercó a su novio y le tomó los hombros ¿Te molestaron muchos esos idiotas?

Sungmin observó por unos segundos el suave agarre de su novio y luego lo miró detenidamente a los ojos.

Era cierto.

Torpeza, problemas motrices, hipersensibilidad, esas “fallas” en su cuerpo, como él las denominaba, le habían hecho la vida más difícil y dolorosa. No podía olvidar nunca que las tenía, siempre estaban frente a él preparadas para hacerlo errar en cualquier cosa, hacerlo sentir como si estuviera en piel ajena. Eso le había causado periodos de depresión durante su vida en los que salía de casa únicamente cuando era necesario, e incluso en sus primeros días junto a Kyuhyun, al ser víctima de su torpeza, hacía acopio de todo su ego y buen humor, diciendo que si no fuera por su genial cerebro, su cuerpo sería una bolsa de carne inservible y sin propósito. El menor notaba el tono de súplica en las palabras de su novio, como Sungmin pedía que si esos males nunca se irían de su cuerpo, al menos tuviera algo bueno, algo que para el funcionara mejor de lo que funcionaba para los demás, que el mundo se equilibrara ínfimamente a su favor. Sólo una cosa bastaba. En ese entonces el más alto no tenía idea de cómo conceder algo así, ni siquiera podía imaginar una posible solución a tal dilema. No tenía idea de que juntos darían con ese milagro muy pronto y él no lo sabría hasta mucho tiempo después.

Kyuhyun, hagamos el amor Pronunció el bajito.

Era el efecto físico del amor.

¿Ah? El menor se sorprendió al oír aquello luego de tan prolongado silencio, y no ayudó a que su sonrojo bajara, mucho menos con ese rostro tan inocentemente incitante cerca suyo Te he dicho que no digas esas cosas donde puedan escucharnos, pequeño desvergonzado…
Sungmin tomó la mano de su novio sobre su hombro y sosteniendo la mirada, se acercó más. El menor sonrió.
Vamos a la habitación Se rindió con un tono suave pero sutilmente cargado de deseo.

De la mano subieron y encerrados en su pequeño nido, Kyuhyun estiró al mayor sobre su cama y se acomodó sobre él con la más pura intención de hacerlo completamente suyo esa anaranjada tarde. Las caricias fueron el inicio de eso como la clave del anhelado milagro. El mayor lo descubrió en esos tiempos de instituto cuando seguían siendo amigos, aquella tarde en que Kyuhyun le había llevado a casa luego de invitarle aquel helado y Sungmin, el alérgico al contacto humano, sin ser mandado por nadie le acarició el cabello en agradecimiento. Ese primer contacto entre ellos fue totalmente espontáneo y nada desagradable para ninguna de las partes, y el bajito quedó absolutamente intrigado por ello ¿Por qué le había gustado? ¿Por qué los días siguientes quería tocarle de nuevo? ¿Por qué desde la primera vez que lo vio había querido hacerlo? La curiosidad por esa sensación le invitó a dejarse llevar cuando ese impulso volvió a aparecer, esta vez besando a Kyuhyun justo después de que este se confesara. El contacto de sus labios fue como la apertura de los secretos del universo ante sus ojos. Las miles de terminaciones nerviosas en sus labios enviaron una oleada de descargas eléctricas por todo su cuerpo que le hicieron estremecer ¿Había sido real? Supo que sí cuando Kyuhyun volvió a apoderarse de sus labios en un largo y suave masaje. “Delicioso” Fue lo primero que vino a su mente, y el temblor producto de todos esos besos bajo el atardecer no se le quitaron hasta llegar a casa. En su habitación con la cabeza ligeramente más fría pudo entenderlo totalmente.



“No como comida, sino como papá y mamá se gustan, es la forma en que Kyuhyun se siente atraído hacia mí, y a mí me gusta hablar con Kyuhyun, me gusta mirarlo, me gusta tocarlo, sus besos se sienten bien. Eso es atracción, atracción, yo también siento atracción por Kyuhyun. No como comida, sino como papá y mamá.”

No lo dimensionaba del todo, pero en el fondo, Sungmin entendía lo que le pasaba, y sabía que la atracción por una persona disparaba la secreción de sustancias químicas en el cerebro, causando efectos a nivel corporal. Mejillas rosadas, latidos de corazón más fuerte y reacciones placenteras a nivel sensorial cuando se tiene a la pareja cerca ¡Ahí estaba! Si la hipersensibilidad le hacía sentir al doble lo que era desagradable para él, lo que era agradable también se duplicaba.

Podía sentir mucho más el placer de hacer contacto con su pareja de lo que podían los demás.

El bajito estalló de felicidad, no podía creer que su deseo había sido cumplido ¡Su cuerpo tenía utilidad después de todo! y a pesar de que su rostro mantuvo la neutralidad de siempre, logró exteriorizar su emoción con lo mucho que le gustaba prolongar los besos y caricias de su novio, fascinándose con las sensaciones explosivas que recibía. Por otro lado, Kyuhyun estaba tan baboso por el bajito que le buscaba tanto como Sungmin a él y no notó su cambio, no al menos hasta llegado aquel momento.

A-ah… Ya desnudo y con el cuerpo a mil, el mayor se estremecía enredado en el cuerpo de su novio, siendo empalado lentamente por este mientras con sus labios atrapaba todos sus suspiros.

El adictivo olor de su perfume mezclado con su sudor; su voz grave y aterciopelada; su encantadora apariencia; el delicioso sabor de sus labios y el roce de sus grandes manos sobre su cuerpo, todo ese exceso de Kyuhyun enloquecía tanto a Sungmin, que dado un momento, besar, acariciar y masturbar no le parecía suficiente. Él tenía claro que el sexo era lo siguiente a lo que podía aspirar y Kyuhyun también lo sabía. Para ese entonces el menor llevaba semanas preparándose para hacerlo y también para pedirlo, incluso se había entrenado mentalmente para no morir de vergüenza cuando tuviera que expresarle directamente lo que quería, más todo eso se fue por el caño cuando Sungmin le demostró que también había hecho su investigación y abordó todo el significado de “Sin pelos en la lengua” al pedírselo. Kyuhyun de todas formas casi se desmayó de vergüenza esa noche, no obstante, el librarse de esa embarazosa propuesta le permitió actuar con más calma al momento de meterse entre las sábanas. Por supuesto, el sexo fue tan soso y breve como se esperaba de una primera vez, aun así, develó todo lo que Sungmin había querido saber de aquella experiencia y dejó ver a Kyuhyun el secreto de la nueva alegría de su novio. Lo supo en como a pesar de que los movimientos de Sungmin fueron torpes como siempre, al culminar su encuentro, el bajito no parecía nada molesto consigo mismo y, en cambio, tenía brillo en los ojos y se encontraba totalmente ido. 15 minutos después, se tiró encima de Kyuhyun pidiéndole otra ronda.

No siento mi trasero ¿No es magnífico? Así no dolerá cuando entres

Argumentó eufórico. El menor lo contempló atónito y no viendo más opción a la actitud del otro – y a su propia calentura- aceptó.

Los siguientes días, Sungmin demostró transparente su fascinación por aquella nueva práctica, y apenas su agenda dictaba un momento junto a Kyuhyun, lo buscaba, se encerraban en la habitación y se arrimaban uno encima del otro con un entusiasmo que enorgullecería a los conejos. El apremio poco discreto entre ambos alertó rápidamente a los demás de lo que ocurría, provocando especialmente en sus amigos unos deseos irresistibles de molestar a Kyuhyun.



 Hastiado de bromas de doble sentido, el menor se vio obligado a hacer planes para ser más sutiles.

Kyuhyun, vamos a jugar Starcraft Era el nuevo código entre ellos, y Sungmin lo pronunció por primera vez un tarde en la sala. Todos los presentes le miraron por breves segundos, luego sin más volvieron a lo suyo.
Sí que te has encaprichado con ese juego. Está bien, vamos a jugar Respondió el menor con una sonrisa victoriosa mientras se levantaba del sillón y tomaba de la mano a su novio.

Los demás volvieron a elevar sus miradas, viéndoles abandonar la sala. Finalmente se miraron entre ellos y regresaron una vez más a sus asuntos.

Creerán que somos estúpidos… Susurró Heechul hojeando una revista con poco interés, aunque ni él ni nadie dijo nada acerca de eso tiempo después. Al menos había que reconocerles el mérito por intentarlo.


¡Umm! Hincados en la cama, Kyuhyun abrazaba por la espalda a Sungmin dejándole húmedos besos en el cuello mientras este trataba de resistir tanto placer. Su novio había logrado dar en su próstata y ponerle los ojos blancos al mismo tiempo.



Ese día había sido jodidamente pesado, pero en cuanto Sungmin le hizo esa demandante propuesta, la energía matutina de Kyuhyun regresó a su cuerpo. Con el paso del tiempo el bajito no se había descubierto ante él como una bestia sexy, ni siquiera era ruidoso en la cama, pero la inocentona sensualidad de su rostro y la honestidad de su hermoso cuerpo ponían a mil a Kyuhyun con sólo imaginarlo. Le encantaba como esa nívea piel sufría espasmos con la más ligera caricia y cada grado de placer deformaba deliciosamente su rostro. Amaba como lo disfrutaba y lo feliz que le hacía disfrutarlo. Después de largas angustias, su novio había hallado ese algo que le significó la paz consigo mismo. Sobre todo después de la aparición del sexo, Sungmin ya no se enojaba tanto con las fallas de su cuerpo y cuando lo hacía lo olvidaba rápidamente. No había gruñidos, ojos vidriosos o miradas perdidas, únicamente un suspiro y una sonrisa optimista al saber que tenía una gran cualidad que merecía más su atención, y para Kyuhyun, saberse responsable de ese hallazgo le hacía muy feliz, tanto que en realidad no le molestaba la forma poco discreta que Sungmin tenía de hacerle ver su deseo sexual ni que fuera capaz de pasar a llevar sus propias manías despertándose a las 3 de la madrugada para decirle:

“Kyuhyun, tengamos sexo”

En realidad, Kyuhyun era capaz de abofetearse con tal de desperezarse y decirle:

“Pequeño pervertido, no tienes remedio”

 Para inmediatamente tirarse encima de él. Sí, podía decirse que inclusive le agradaba un poco. Un poco nada más.

Kyuhyun, tengo hambre. Es hora de comer Sungmin le llamó haciéndole regresar a la realidad.

 Tras terminar se habían quedado un rato abrazados en la cama, lo suficiente para que el bajito se recuperara del intenso letargo que le producía experimentar tanta sensación.

Pues yo tengo a mi cena justo entre mis brazos Bromeó el menor con una mirada juguetona.
Kyuhyun, te he dicho 46 veces que no soy comida Rebatió Sungmin con seriedad, haciendo reír a su novio.
Lo sé, lo sé Le concedió atrapando sus labios, el mayor se dejó hacer sin objeción los breves segundos que duró el contacto. Luego Kyuhyun se alejó y saltó fuera de la cama Quédate, yo traeré algo.

Poniéndose la ropa interior, el menor abrió la puerta y asomó la cabeza. Todo el pasillo a oscuras. Como era viernes seguro los demás inquilinos habían salido de juerga. Tomó su celular y mientras caminaba a la cocina aseguró su teoría revisando sus mensajes. Sí, Kangin le había dejado un mensaje al respecto. Sin más, tomó una bolsa y echó en ella algunas botanas que había comprado y guardado en la alacena hace unos días. Tras eso retornó leyendo un mensaje que Heechul le acababa de enviar.

“Si deciden dejar de coger por 5 minutos al menos, estaremos en la disco “Drive”. Un travesti se está tratando de ligar a Siwon y él aún no se da cuenta ¡Vengan rápido! K k k k k”

Kyuhyun soltó una ligera carcajada mientras abría la puerta, más tanto la risa como la respiración se le cortaron apenas miró al interior. Estirado boca abajo, destapado y todavía desnudo, Sungmin hojeaba un libro despreocupadamente. Las definidas caderas seguidas por esas dos grandes y bien formadas nalgas fueron como un ataque directo y letal. No siempre tenía una vista frontal tan clara de una de las zonas más sensuales de su novio, y Kyuhyun sintió como su coeficiente bajaba y toda la baba se le caía. Volviendo en sí uno rato después, miró su celular y de inmediato lo lanzó sobre el nido de ropa en el suelo. Rodeó la cama sigilosamente y dejó un húmedo beso en el hombro de su amante, con una idea en mente que después de llevar a cabo seguro le haría desmayarse de vergüenza. Sungmin dejó el libro, fulminándolo por largos segundos con sus chispeantes ojos, como si entendiera sus intenciones.

Kyuhyun, sigo con apetito Aclaró.
Sí, yo también Dicho esto sacó una lata de crema batida de la bolsa seguida por una sonrisa perversa.


A Kyuhyun le pareció que Sungmin necesitaba seguir conociendo a fondo los beneficios de un cuerpo con hipersensibilidad para que se le grabaran bien en la cabeza, y estando así las cosas, no había tiempo para discotecas. Quedaba mucho por hacer.

Continuará...


jueves, 24 de noviembre de 2016

Asperger: Cuando Sungmin conoció a Kyuhyun [10/13]

10♥ Dependencia psíquica de la organización y diseño de su entorno y vida diaria de modo que se mantengan invariables, atrapándole en una rutina inflexible y que no acepta cambios repentinos.

Vengan todos, acérquense. A ver si organizamos esto de una vez ¿No? Exclamó un joven castaño dando palmadas con los brazos en alto.

Era el segundo día de estancia en Seúl para los muchachos y la mágica ilusión de vivir en un nuevo hogar se había desvanecido totalmente en sus corazones, ahora oprimidos por todo lo que había para hacer. Al final, no fue intervención divina la que les permitió encontrar cupos, se debía solamente a que la casera había abierto una segunda y nuevecita residencia a la que había trasladado a sus viejos inquilinos como beneficio de antigüedad, cediendo así sus lugares a nuevos aspirantes, y tomando en cuenta que ella era conocida como santa por acoger jovencitos desordenados y no muy ágiles de cerebro, la antigua residencia estaba, por consecuencia, hecha un chiquero, y ninguno de los chicos que vivirían ahí ahora se había instalado oficialmente. Esto los dejaba en un aprieto muy grande, añadiendo que desde ese momento tenían 3 días para limpiar, amoblar e instalar a más de 10 personas, porque después de ese plazo la mitad de los residentes entraban a clases y tener un desorden en la residencia desataría la locura. Y ahora mismo no estaban muy lejos de eso.

Para solucionar dicha contrariedad, los inquilinos se habían levantado temprano para una reunión grupal después de pasar todo el día anterior limpiando, no obstante, no parecían interesarse en el tema. Orgullosos dueños de una energía desbordante, hacían oír sus cuchicheos y tonterías hasta la calle, no dejando hablar al encargado que hace buen rato trataba de captar la atención de todos. Sin embargo, había alguien que aún en medio de todo ese escándalo mantenía la compostura. Sí, sentado en un mullido sillón y ajeno a la anarquía, Sungmin esperaba atento, con agenda y lápiz en mano, cumplir su más apremiante objetivo: Saber sus horarios para ir al baño en las mañanas. El no conocer esa información le impediría precisar a qué hora levantarse, vestirse, desayunar, tomar el bus y demás cosas. En términos simples, desestabilizaba su día entero y eso era inaceptable.

Desde temprana edad, Sungmin había aprendido a dominar su memoria y usar provechosamente los aprendizajes que adquiría día con día, y sentado frente al reloj, un día empezó a imaginar lo bueno que sería medir el tiempo que usaba en cada una de sus actividades y controlar en que parte del día ocurriría cada una. Poco después, cuando ya había aprendido a escribir por si solo mientras sus compañeros apenas dominaban las vocales, tomó sus hojas de dibujo y en la mayoría de ellas, lentamente y con pocos detalles, empezó a enlistar sus actividades diarias, animándose cada vez más a escribir sus actividades futuras, retándose a hacerlas tal y como las había escrito. Con 7 años recién cumplidos, sin darse cuenta había forjado una personalidad completamente maniaca, y sus padres supieron que no podían seguir ignorando la rareza de su hijo creyendo que era cosa de la edad. Si bien que Sungmin preguntara que harían los siguientes días y lo anotara en una libretita parecía simple curiosidad, el término quedó muy pequeño cuando empezó a mostrar ciertas actitudes acompañadas de mucha ansiedad. Cualquier niño era condenadamente feliz con una visita sorpresa a Lotte World ¿Verdad? ¿Entonces por qué él se había puesto tan incómodo al punto de no querer bajar del auto? Era indicio de algo, y pocas semanas después ese algo tuvo nombre y explicación.

En la actualidad, aquella parte de Sungmin había logrado ser controlada con terapia, medicamentos y mucho esfuerzo, pero nunca eliminada. Él comprendía eso y hasta hace poco estaba resignado, no obstante, de un momento a otro empezó a parecerle agotador. Adoraba el orden en todos los aspectos de su vida y eso era un hecho, más ya no quería invertir tanto tiempo fijándose en esas cosas. Un inesperado y más atractivo interés había aparecido ante sus ojos recientemente, y él no podía ni quería apartar su mirada de él. Ese muchacho riendo a su lado simplemente reclamaba su atención con mucha más fuerza que todas sus manías.

Deseaba pasar todo el tiempo posible con él.



Y a pesar de que la cadena que lo unía a sus obsesiones era perpetua, la determinación por realizar ese deseo tan potente e ilógico era tan grande que lograría de cualquier modo que ambos coexistieran. Ese era el motivo de su interés en la reunión, satisfaciendo rápido sus manías más pronto podría pasar tiempo con él y preparar todos los planes que tenía para hacer juntos. Eran tantas ideas que solo pensarlo le ponía ansioso.

Vamos, chicos. Guarden silencio y así terminaremos más rápido Insistió otra vez el castaño sin obtener resultado. Finalmente, apretándose la cien, decidió hablar en el idioma de ellos ¡YA CÁLLENSE, BESTIAS!

Silencio absoluto. El joven suspiró victorioso y tomó un gran afiche y un marcador.

Hola a todos, como ya saben soy Leeteuk, encargado de los dormitorios. Ayer después de mucho esfuerzo, conseguí organizarme con quienes traerían a la residencia sus posesiones y he parcelado las llegadas de estas durante este día y mañana. Por tal, vamos a distribuir los dormitorios ahora. Sé que aún falta gente por llegar, pero el primer camión arribará en una hora y no podemos esperar más. Pegaré en la sala este cartel con la distribución una vez hayamos terminado así que tengan la amabilidad de enseñárselos a quienes faltan ¿Entendido?
Siiiií Gritaron todos con desanimo. Leeteuk recuperó su humor ante la obvia moral caída.
Bien, ahora al grano. En este lugar hay 7 habitaciones y si bien creí que seríamos 14 personas y se otorgarían por dúos, más temprano la casera me informó que finalmente seremos 15 inquilinos. Por esto, la habitación más grande tendrá que ser usada por 3 personas y la competencia de ramen picante para ver que dúo se la queda no podrá ser llevada a cabo.
¡Diablos! El lamento de Donghae hizo reír a todos.
Eeeeentonces, estando así las cosas, empecemos con ella, ¿Quiénes quieren quedarse en esa habitación? ¿Quizás nuestros amigos de Daegu? ¿Kangin? Siwon? ¿Heechul? Inquirió Leeteuk apuntándoles con el lápiz.
Por mi está bien Contestó Siwon, y el fortachón a su lado asintió.
Yo ni de joda, los ronquidos de Kangin hacen tiritar las paredes Protestó el pelirrojo, ganándose un gruñido del aludido.
¿Y qué tal tú, Sungmin? ¿Quieres dormir en la habitación grande? Le preguntó el encargado.
No, yo quiero dormir con Kyuhyun Su respuesta tan directa hizo que todos lo miraran sorprendidos y Kyuhyun se sonrojara de pies a cabeza.
N-No, lo que Su-Sungmin quiere decir, es que ya habíamos hablado antes de que queríamos compartir habitación. Te-tenemos confianza, eso es Se explicó el menor bastante nervioso. No se avergonzaba de su relación, solo no quería ventilarla a unos desconocidos apenas llegaran, no obstante, por las risas de sus amigos y las miradas escépticas de los demás supo que no había engañado a nadie. De todas formas, no se oyó juicio o palabra alguna.
En ese caso, los anotaré juntos ahora mismo Continuó Leeteuk ¿Cualquier habitación está bien?
Sí, no tengo objeción para con ninguna habitación Respondió el bajito, y tras asentir, Kyuhyun lo contempló con la suficiente intensidad para que le diera su quinto pre-infarto en lo que llevaba en Seúl y no pudiera prestar atención al resto de la reunión.

Sus preocupaciones habían quedado atrás y él había vuelto a ser el mismo de siempre, eso incluía soñar tanto que se alejara inevitablemente de la realidad ¡Que vinieran los arcoíris y los ponys que había predicho Heechul porque la vida sería bella, bella, bella! Desde ahora el hermoso rostro de su novio sería lo primero que vería en la mañana y lo último que vería en la noche, todo esto sin presión escolar y vigilancia paternal. Su corazón se alocaba, y sin poder controlarlo, su entrepierna también, era tanta felicidad que no podía impedir que esta se reflejara en sus sonrisas espontáneas y sus sonrojos nada masculinos.

No temía para nada que su jolgorio interno era algo apresurado.

Apenas finalizó la reunión y Sungmin consiguió la información que quería, se fue directo a la habitación que compartirían. Extrañado, el más alto lo siguió. Se posó bajo el dintel de la puerta y le contempló analizando el lugar minuciosamente, hasta sacó una huincha para medir el lugar. Finalmente, con el rostro iluminado se acercó a Kyuhyun, quien esperaba ansioso por una confirmación de que todo sería como había deseado.

Quiero que me ayudes a dividir la habitación por la mitad, necesito que lo hagas Sungmin rompió su ingenuo sueño con voz potente.
¿Eh? Kyuhyun balbuceó incrédulo.
Pongamos nuestros armarios en medio y eso bastará para formar una pared Agregó ignorando involuntariamente el pasmo en el rostro ajeno Tendré mi espacio y Kyuhyun el suyo, eso estará muy bien ¿Lo harás? ¿Me ayudarás?
Ah, s-sí, sí El menor respondió por pura inercia y regalándole una dulce sonrisa, Sungmin se fue.

Kyuhyun le siguió con la mirada ¿Qué acababa de pasar? Por un segundo creyó que por la puerta entraría un MC de un programa de variedades diciéndole que había caído en una cámara oculta, pero además de sus sueños abandonando la habitación, nadie más entro o salió de ahí. Por suerte estaba sostenido de la puerta, de lo contrario habría caído dramáticamente de rodillas al suelo.

Después de un rato, tragó aire y dio un gran suspiro. Qué remedio, la madre de Sungmin le advirtió bien antes de que se subieran al bus, no podía protestar.

Para Sungminnie la privacidad y el espacio personal son cosas muy importantes. Solo permitiéndole un espacio donde sea el único morador y tenga oportunidad de establecer su orden le harás muy feliz. No digo que perderá la cordura de lo contrario, pero la frustración y ansiedad provocarán que su día a día sean más duros. De todas formas, tu evalúa la situación y decide que harán, puede que te pida algo descabellado

El menor se lamentó por haber subestimado esas palabras. Sabía que tratándose de su novio no había imposibles, con su último problema lo corroboró ¡Pero nunca creyó que exigiría edificar el muro de Berlín en la habitación! Bueno, lo hecho, hecho estaba, solo quedaba cumplir su promesa, ayudarlo en lo que deseara y el resto dejarlo en sus manos…aunque no estaba contento. Desde ese momento en adelante, Sungmin le puso la mínima atención, organizar meticulosamente sus días y su entorno parecía más importante que cualquier cosa. Apenas podían verse entre la universidad, el trabajo, dormir y que usara su tiempo libre en detallar su inflexible rutina detrás de esa pared de muebles que habían creado. Era deprimente, cada día más, incluso sus amigos se compadecían de él a su manera.

Vamos, Kyuhyun ¿Qué pasa? Kangin le sobó la espalda mientras el otro yacía inerte en un sillón de la sala.
Está abatido porque la vida con Sungmin no es cursilerías y sexo a diario como él creía Interrumpió Heechul, mientras se echaba una partida de Marvel v/s capcom  contra Kibum, otro inquilino.
¡Claro que no, cierra la boca! Se espantó Kyuhyun, lanzándole un cojín, aunque el rubor en sus mejillas no pudo contradecirlo del todo Solo me deprime no verlo tanto como en el instituto.
 Pero no te jodas por eso, estúpido Le consoló el fortachón con su característica falta de tacto Ya verás que pronto se adaptará a este lugar y podremos estar todos juntos. Era obvio que le costaría más que a nosotros.
Lo sé, pero ufff… ¿Cuánto va a durar? Kyuhyun suspiró pesaroso.

Unos segundos después la puerta de entrada se abrió y todos involuntariamente dirigieron sus miradas al recién llegado.

Buenas Saludó aquel cancinamente, yéndose directamente a su habitación. Kyuhyun le siguió con la mirada.

Ahí estaba el último problema que quitaba tiempo a su novio.

Apareció el día de la reunión, cuando por fin llegaron los inquilinos faltantes, siendo él parte de ellos.

Déjenme presentarles a los nuevos compañeros Introdujo Leeteuk Ellos son Kim Ryeowook, Kim Jongwoon y Lee-
¡ES HYUKJAE! Soltando un grito tan estruendoso, Sungmin llevó la atención de todos hacia él.
¡WAAAH! Correspondió quien sería mencionado, con la sorpresa bien expresada en su rostro⸻ ¿Su-Sungmin? ¿Eres tú?El bajito asintió exageradamente Di-os… ¿Cómo? Ah… Tras los balbuceos, el chico tiró sus bolsos y fue rápidamente a abrazar al bajito.
Hyukjae, ¿Por qué me abrazas? Decías que las estrellas de lucha libre como tú no dan abrazos Se extrañó el bajito, haciendo reír al delgado chico apegado a él.
Eso lo decía a los 8 años, he madurado Contestó entretenido Tú, en cambio, eres el mismo que dejé en Daegu.
Por supuesto, no puedo convertirme en otra persona Sungmin respondió confundido, haciendo reír al otro.

Cuando la última carcajada de Hyukjae se apagó, el silencio perduró hasta que Siwon aclaró su garganta, dado que Kyuhyun estaba inmovilizado por la pura impresión.

¿Quién puta mierda era ese que estaba abrazando tan confianzudamente a su novio?

Ah, lo siento Se avergonzó el delgado, alejándose un poco del bajito Soy Lee Hyukjae, lamentó la interrupción, pero Sungmin y yo éramos los mejores amigos de niños y reencontrarnos aquí es… impresionante.

Kyuhyun apenas escuchó lo que dijo y lo ocurrido después, solo veía la luminosa mirada que Sungmin entregaba a ese chico. Resulta que el amigo de la infancia del que tanto le había hablado ahora estaba ahí por la coincidencia más grande, y los dos, que intercambiaron e-mails por años, no querían perder ningún segundo libre sin el otro ahora que se habían reencontrado. Así Kyuhyun, vio como parte de los ratos de ocio que su novio no usaba planificando su rutina, los invertía en una mágica retrospectiva junto a ese amigo con el cual se entendía tan bien y, a propósito, no se había amedrentado con el título de novio con el que Kyuhyun trató de intimidarlo. Y, en consecuencia, la vida apestaba muchísimo más.

¿Sabes, Kyuhyun? Le llamó Heechul Creo que Sungmin va a engañarte con él.

El menor no tardó ni un segundo en liberar toda su ira.

¡¿Qué no sabes cerrar el pico?! ¡Cállate! ¡Cállate, maldición! Gritó furioso mientras molía a almohadazos al pelirrojo.

Rato después Kyuhyun subió a los dormitorios con el cuerpo endeble y el espíritu hecho polvo. Estar sin su novio era su punto débil y la situación se aprovechaba de eso. Odiaba que su promesa de felicidad con Sungmin y sus padres fuera tan intensa, de lo contrario derribaría ese muro de muebles ahora mismo, y además tendría una buena sesión de puñetazos con Hyukjae, oh sí. Solo de pensar en la broma de Heechul le daban arcadas.

Perezosamente entró al baño, se lavó los dientes, se dio una ducha y finalmente, fue a su habitación.

¿Quién es? Preguntó Sungmin detrás de su fortaleza.
KyuhyunSe anunció el chico.
Ah, pensé que sería Hyukjae otra vez Exclamó el bajito y Kyuhyun liberó un sutil bufido lleno de desprecio De todas formas así es mejor, estimo que estaré ocupado 27 minutos más.
Estudia tranquilo, solo vengo a acostarme. Buenas noches.
Buenas noches Finalizó Sungmin.

Kyuhyun echó fuera de su cuerpo un último suspiro, se puso el pijama y entró en su acolchada cama. Se tapó hasta la nariz y observó el muro de madera que lo separaba de su novio.

“Bueno, al menos conseguí hacerlo sentir cómodo”

Pensó tratando de reconfortarse, luego se tapó hasta la cabeza e intentó dormir. Se dio varias vueltas y repasó lo que tendría que hacer al día siguiente. Varios minutos después empezó a caer en la inconciencia del sueño, eso hasta que sintió algo colarse en su cama sigilosamente y acomodarse a su lado. Medio dormido los primeros segundos no le dio importancia, más cuando eso empezaba a amarrarse a su cintura, espabiló de un salto, bastante asustado vale decir.

Escondido bajo las sábanas, Sungmin lo miraba aturdido. Kyuhyun tapó su rostro y respiró aliviado.

Min, ¿Q-Que pasa? ¿Qué haces en mi cama? Preguntó mientras trataba de serenarse.
Es “Tiempo con Kyuhyun”, pero ya estabas dormido así que me acosté a tu lado Explicó el bajito.
¿Tiempo con Kyuhyun? ¿Qué es eso? Se intrigó el menor sin entender nada.
Es mi tiempo contigo durante este día de la semana Contestó el bajito sonriéndole orgulloso Realmente he trabajado duro en esto y al fin terminé de organizar mis horarios y mi vida en Seúl ¿Quieres ver?

Kyuhyun lo miró totalmente desconcertado, aún no lograba procesar lo que le estaban diciendo.

Bueno Dijo casi por inercia.

Sungmin tomó su mano y lo guio por el estrecho caminito entre la pared y el armario que daba a su pedazo de habitación. Kyuhyun no logró contener su sorpresa al ver que esta “nueva” habitación tenía sus muebles y objetos en la misma ubicación que habían tenido en la casa de Sungmin. De no ser por las ventanas, el color del cuarto y el piso, sería una réplica exacta. Instantes después, su vista reparó en la gran pizarra donde Sungmin enlistaba sus quehaceres diarios. “Tiempo con Kyuhyun” se repetía de Lunes a Domingo, a veces más de una vez al día. Su corazón se llenó de un calorcito de lo más dulce y una calma sonrisa surcó su rostro.

He esperado ansiosamente esta noche, me es muy gratificante haber terminado después de tantos días Explicó Sungmin Ahora podremos pasar mucho tiempo juntos. Quise destinar un poco más de tiempo a Hyukjae, pero a él le gusta ver películas de adultos con Shindong y realmente eso no me interesa así que decidí dejarles en paz.
Sí, mejor así Le convenció Kyuhyun, alegrándose malsanamente por dentro.
Y además… Continuó Sungmin bajando el rostro. Kyuhyun reconoció la tristeza en sus ojos aun cuando su rostro no cambió en lo absoluto A mi familia tampoco puedo incluirla porque no están aquí, solo Kyuhyun y nuestros amigos, y ya no podemos salir a pasear luego del instituto porque ya no estamos en él. Seúl ha cambiado casi toda mi vida.

Kyuhyun lo miró detenidamente. Y él que creía que estaba haciendo bien en darle su espacio...

¿Ha sido difícil para ti acostumbrarte a vivir en este lugar? Preguntó abrazándolo por la espalda.
 Lo ha sido. Vivir en Seúl es raro, lo único de Daegu que permanece somos nosotros porque hasta el boleto de autobús es distinto. Mi antigua rutina es inutilizable aquí, así que tuve que recolectar información, organizar y agendar todo otra vez. Resultó incómodo y aterrador, hubo momentos en que creí que no podría hacerlo.
¿Y por qué no nos pediste ayuda? Le recriminó su novio.
Kyuhyun, tú estabas muy ocupado, los demás también. Mamá me dijo que es egoísta molestar con cosas fútiles a personas ocupadas en asuntos importantes, y ser egoísta está mal Explicó Sungmin dándose vuelta.
Pero si esas cosas fútiles les importan a quienes te quieren, es egoísta no avisarles que tienes problemas con ellas Rebatió el menor. Sungmin miró nuevamente al suelo.
El egoísmo es muy contradictorio, no lo entiendo Gruñó frustrado Pero yo no pretendía ser egoísta, solo no quería molestarlos con los problemas que yo me causo. Yo quiero que te sientas bien y estemos juntos, es mi mayor propósito.

El menor enmudeció por unos segundos, suspiró y luego acunó en sus manos el rostro de su novio. Él siempre podía tocar su corazón aún sin usar las típicas palabras de amor.

Yo tengo el mismo objetivo contigo, y no puedo sentirme bien si sé que tú no te sientes bien, menos si no me permites ayudarte a sentirte bien Respondió sonriendo Tener manías es duro, lo sé porque todos tenemos en mayor o menor medida ¿Pero sabes? Estas estorban menos cuando hay personas que te ayudan a desviar tu atención de ellas, y tú las tienes. Me tienes a mí, siempre. Así que no vuelvas tus dificultades tan insignificantes que solo pueden importarte a ti, porque si son lo suficiente potentes para incomodarte yo querré ayudarte. Si puedo hacer que tus manías te agobien o atareen menos, lo haré sin importar lo difícil, cansador o ridículo que sea o te parezca. No te sobrecargues porque yo te apoyaré sí o sí, y no solo yo, también nuestros amigos, y… supongo que Hyukjae puede incluirse.

Sungmin permaneció en silencio, mirándolo con los ojos más grandes que nunca.

No estás solo, en serio, no vuelvas a enfrentar solo algo tan duro, porque en mi caso particular, prefiero mil veces ayudarte que estar lejos de ti como estos días.

El mayor depositó sus manos sobre las de Kyuhyun y cerró los ojos largo rato.

Kyuhyun, siempre explicas las cosas de modo que yo puedo entenderlas a la perfección Acató sonriendo.

Su novio también sonrió. Cerró el ojo derecho y ambos se abrazaron posesivamente. Sungmin enterró la nariz en el pecho de su novio y aspiró extasiado. Ese olor, ese cuerpo, ese rostro, esa persona, era la distracción y cura perfecta para sus males. Kyuhyun no lo sabía y quizás él tampoco, pero era quien más pedía a la vida que no alejaran a esa persona de su lado.

¿Vamos a continuar el “Tiempo con Kyuhyun”? Sugirió el menor y Sungmin asintió.

De la mano fueron de vuelta a la cama del menor, se metieron entre las sábanas y en el cálido refugio del regazo ajeno. Kyuhyun peinó el cabello de su novio observando su rostro con embeleso y sin aviso previo tomó sus labios. Sungmin lo esperaba, ese nivel en la dilatación de las pupilas y el entrecerrado de ojos del menor ya significaban algo específico para él, que Kyuhyun iba a besarlo hasta que quedaran sin aliento, y a él no le importaba ¡Qué bien se sentían esos labios fundirse con los suyos después de tanto tiempo! El menor sintió ese anhelo cuando Sungmin se aferró a su cuello por voluntad propia, y entonces decidió que tampoco escondería el suyo. Se mimaron y jugaron tanto como pudieron sin prestar atención al cansancio y al calor creciendo bajo sus vientres. El “Tiempo con Kyuhyun” terminó justo para cuando no pudieron más, no obstante, Sungmin decidió quedarse y dormir con él, y lo decidió así los próximos días, ya sea invadiendo la cama de su novio o pidiendo que fuera a la suya. No importaba sus rígidas costumbres y su inflexible rutina, si estaba con Kyuhyun podía desobedecerla y nada pasaría, después de todo, su novio era su más grande manía y junto a él cosas interesantes podrían pasar.



 Continuará...