♠ Pareja: KyuMin
♠ Género: Romance, Drama, Lemon, Fluff, Comedia.
♠ Descripción: Para Kyuhyun, hay un antes y después desde la aparición de Sungmin en su vida. Antes: rebeldía, vacío existencial, infelicidad, disconformidad; Después: sosiego, alivio, amor, Felicidad. La llegada del bajito y precioso titulado de Odontología sin duda mejora su existencia y gracias al poderoso amor que comparten, por fin se siente listo para abandonar su pasado y ser un hombre adulto responsable y bien portado. Pero a veces los errores pasados no siempre nos permiten continuar como queremos. Un día cierto obstáculo llega a su puerta con el objetivo de cambiarles la vida para siempre ¿Podrán ellos seguir avanzando a pesar de esto? ¿Su amor podrá seguir sobreviviendo a lo largo de los años? ¿Podrán juntos mantener la felicidad mientras evaden los baches de la vida?
Capítulo 1: Hoy sin un padre, mañana con dos.
-Kyuhyun-ah ¿Terminaste de aspirar la sala?
-Sí, Hyung.
Respondió el chico, liberando un cansino suspiro por la tarea recién terminada. Pero bueno, aquello no importaba, ni esa tediosa faena ni ninguna otra, incluso que le golpearan las bolas estaba bien porque era feliz y nadie podría arruinar eso. La cantidad de paz que se desbordaba en su interior, Dios…era enorme, y más aún cuán bien le hacía sentir eso.
Se sentía tan malditamente completo.
Todo aquel vacío y duda existencial experimentada en su vida se había esfumado, porque aquello que necesitaba había aparecido por fin: Lee Sungmin, su novio, el amor de su vida.
Tan solo llevaban diez meses y unos cuantos días juntos, pero tenía claro que deseaba proyectarse con aquel hombre hasta el día de su muerte, porque nunca había existido alguien que le hiciera sentir temor de lo tan enamorado que estaba, así tampoco, quién le motivara a reponerse de lo insufrible que era su vida en el pasado.
A Kyuhyun no le gustaba del todo ser así, pero a causa de la presión paternal sobre sus hombros y la propia por conseguirse una buena vida, siempre fue un estudiante modelo. Primaria, secundaria e instituto. En cada grado siempre fue el primero de la clase y priorizó sus estudios hasta lograr a estudiar administración pública en la Universidad. Y el primer año como siempre fluyó perfectamente, buenas notas y ningún problema a su alrededor, solo el enorme vacío de soledad en su interior.
Hasta que un día, las cosas cambiaron y no para bien.
No sabe precisamente cómo entró a aquel grupo, pero recuerda que una tarde soleada, un chico de su clase lo invitó a una fiesta, la cual presagiaba espiral de alcohol, desenfreno, drogas, sexo e irresponsabilidad. Lo entendió en cuanto se vio con una lata de cerveza en la mano, frente a un espejo en la casa del no se quién que había organizado la juerga y a pesar de saber que estaba mal, no se resistió a ser consumido totalmente por la estupidez, porque todos le decían que aparte de una buena apariencia tenía un futuro asegurado, pero a él no le importaba porque seguía sintiéndose inconforme con su vida y quería averiguar si aquello la llenaría de alguna forma.
Su padre estaba iracundo, su madre decepcionada y su hermana mayor terriblemente preocupada, pero sin importarle, por casi tres años Kyuhyun se encargó de auto-destruirse tanto física como mentalmente. Dentro de un grupo de "Amigos" tan o más perdidos que él, aprendió a ser un patán de primera llenando sus pulmones de drogas baratas, sus venas de alcohol y su cuerpo de malos tratos. Durante todo ese tiempo recuerda haber terminado al menos siete veces en el hospital por intoxicación, aunque por más que intentara rememorar, nunca pudo traer de vuelta a su mente el rostro de la chica con la que perdió la virginidad, o si quiera su nombre. Bueno, no era como si importara, total, desde ese punto en adelante tuvo relaciones inestables tan irrelevantes como aquel momento.
Para sus compañeros y amiguetes fue un total misterio como a pesar de todo el descuido, Kyuhyun era capaz de aprobar todas sus asignaturas con notas medio decentes ¡Si hasta se quedaba dormido en clases! aunque sus cercanos sabían que él poseía una brillantez innata, permitiéndole sacar buenas calificaciones sin mucho esfuerzo. Aún así, cuando a duras penas llegó a su quinto y último año, tuvo gran dificultad con un ramo. Tanto había sido su indiferencia en clases, que el rey indiscutido de las matemáticas no podía entender lo que estaban pasando en cálculo avanzado. En ese momento fue su Noona Ahra, una de los pocos que amaba en su familia, la que le suplicó una vez más que se saliera de aquel abismo en el que se estaba hundiendo y agregó junto con un cheque que se buscara un tutor para que no reprobara aquella materia. Ella no lo supo en ese momento, pero esa última cosa, había sido la petición más inteligente que pudo hacerle a su hermano para sacarlo de su infierno, porque tras obedecer de mala gana y buscar en uno de los murales de la universidad a un tutor de cálculo, encontró a Lee Sungmin, quien aparte de ofrecer clases por cinco dólares la hora, añadía como promoción limitada, el sosiego que el tanto necesitaba.
No fue ni muy rápido ni muy lento cómo se enamoró, pero en cada clase se sentía más encantado con su bajito tutor. Era tan diferente a lo que era él en ese momento y muy parecido a lo que era antes de caer en las bajezas de la vida, solo que al contrario de él, Sungmin era feliz, animoso y dulce. También tenía esa particularidad de emanar paz y comprensión, ya que se había graduado en la misma universidad hacía un año y sabía de la mala reputación de Kyuhyun y su pandilla, pero aún así nunca reparó en sus errores y se los echó en cara, al contrario, siempre fue dulce y con palabras correctas supo cómo ayudarle a encontrar el camino adecuado, porque sabía que Kyuhyun era una buena persona a pesar de lo que cuchichearan en la universidad. Además, también era dulce con él aunque no se diera cuenta, y eso a Sungmin, tampoco tardó en gustarle.
Y durante un semestre completo, Sungmin fue una presencia aliviadora en la vida del menor, como tutor, después como amigo, y finalmente volviéndose alguien imprescindible, colmándolo de felicidad en cuanto se dieron el primer beso, porque en cuanto esa dulce boca chocó con la suya en una danza apacible, Kyuhyun sintió en su interior como ese vacío iba siendo lentamente llenado, aprendiendo a la vez, a encauzar su vida del modo correcto. Y aprendió que si quería retomar su vida, debía dejar los excesos, y gracias a eso supo cómo distinguir a las personas que valían la pena, así empezó a amar a Sungmin, así comenzó a hacer el amor por primera vez, y así fue como también pensando en él decidió hacer su práctica y tesis con todo el potencial que su brillante cabeza poseía y se tituló exitosamente, consiguiendo trabajo después en la área administrativa de un hospital, enfrentándose a su encolerizado padre, diciéndole que le importaba un rábano la herencia y la imagen familiar, que prefería mil veces estar con Sungmin y por eso se irían a vivir juntos al departamento del mayor, cosa que habían empezado hace un par de meses y estaba resultando bastante bien hasta ahora.
Kyuhyun se sentó pesadamente en el sillón frente a la televisión y exhaló paz y satisfacción. No era mucho lo que tenía por ahora, ambos estaban recién empezando en sus respectivas profesiones, pero aún así, Kyuhyun estaba agradecido y sentía que no necesitaba nada más. Era feliz, un hombre sano, se sentía curado y purificado por el amor de su novio. Limpiado de sexo irracional, de drogas, de alcohol, de amistades estúpidas y de todo lo que en el pasado hubiese hecho mal.
- Kyu- Llamó el mayor de brillante cabello azabache, buscando las piernas de su novio para sentarse- ¿Dónde dejaste el té?
-En la alacena.
-Pero amor, eso va en el primer compartimiento del buffet.
-Ah, lo siento- Se disculpó algo apenado- Aún no me aprendo el lugar de todas las cosas.
-No importa- Rió el mayor, tomándole el rostro- Pronto encontraremos la forma de adaptarnos correctamente a la presencia del otro. Además, me gusta un poco que las cosas no estén en su lugar, me ayuda más a acostumbrarme a que estés aquí.
-Ouw…-Soltó el otro enternecido.
-Pero no abuses- Sungmin advirtió enseguida haciendo reír al castaño bajo su cuerpo.
-Ah, ese es mi maniático novio- Suspiró atrapando los labios del otro.
-Ñejeje, novio- Sungmin carcajeó tiernamente al oír la palabra.
-¿Qué? ¿Casi un año y aún te emociona que diga que eres mi novio?- Se mofó el menor, entretenido.
-Ah, cállate- Espetó el otro avergonzado, haciendo a Kyuhyun apretujarlo fuerte en sus brazos y darle un malicioso beso en el cuello.
-No te enfades- Le pidió con un tono patoso de súplica, rozando el sensible oído del pelinegro con sus labios- A mí también me emociona oírlo y decirlo.
-¿En serio?- El azabache preguntó de vuelta solo para gozar de la afirmación de Kyuhyun.
-Sabes que sí.
-Te amo.
-Y yo a ti, mi amor.
-Que cursi eres, Cho- Bromeó el mayor.
-Tú me lo pegaste, Lee- Replicó, finalizando la conversación con un profundo beso.
La vida para Cho Kyuhyun ahora era de lo mejor, pero lamentablemente hay errores que no se limpian simplemente con cambiar. Si entierras un clavo en una cerca, puedes quitarlo pero el agujero nunca podrá ser borrado, y eso era algo que Kyuhyun comprobaría aquel mismo día.
Después de ese beso profundo y largo, Kyuhyun estiró a su Hyung sobre el mullido sillón, queriendo besarlo aún más hasta llegar a un nivel más interesante, pero antes de siquiera aflojarle el cinturón, un relámpago imaginario resonó en todo el lugar justo después de que sonara el timbre. En ese momento Kyuhyun no supo el porqué, pero un escalofrío recorrió toda su espina al oírlo.
-Ve a ver quién es- Le ordenó cariñosamente el mayor, con la voz un poco agitada- Iré a ver la comida.
-Mmm…- Kyuhyun hizo un mohín en respuesta por tener que frenar tan repentinamente.
-Ya habrá tiempo para eso después de comer- Le consoló de vuelta chocando sus narices- Ahora se buen dueño de casa y abre la puerta.
-Grrr…-Kyuhyun gruñó como un perro, plantándole un beso que le animara a levantarse del sillón y caminar hacia la entrada para atender el llamado.
Y aunque le brotaban buenas vibras y alegría por todos los poros, lo primero que dijo al abrir la puerta y ver quien era fue…
-¡Castigo de Dios!
O más bien gritó.
Tenía piel lechosa, cabello castaño hasta la cintura, ojos color miel, delicada figura, piernas largas y linda ropa, pero un corazón negro como el carbón, y una lengua venenosa que en un principio cautivó a Kyuhyun pero que después le demostró solo ser el reflejo de su alma. Y él no quería una chica mala, al menos no una que en verdad lo fuera.
Oh si, aquella era una de las ex del menor. La última en realidad.
- A mí también me alegra verte, Kyuhyun- Contestó ella con evidente sarcasmo.
-¿Que haces aquí?- Preguntó Sumamente nervioso e impactado por su repentina aparición- O más importante ¿Cómo diablos me encontraste?
-Mis contactos son muy capaces. No tardé mucho en dar con tu paradero.
-Bien por ti- Fingió alegría mientras empujaba la puerta para cerrarla- Ahora adiós.
-Hey, hey, hey ¿Crees que vine aquí solo a verte?
-Sena…- El castaño le llamó por su nombre con tono cansino- No voy a volver contigo.
-¿Y quién diantres quiere volver contigo?- Contestó horrorizada por la idea.
-¡Entonces dime de una vez que quieres y déjame en paz!- Gritó olvidándose de tener la voz baja para no alarmar a su novio.
-Kyuhyunnie- Le llamó este asomándose desde la cocina- ¿Por qué gritas? ¿Qué sucede?
-Interesante- Murmuró Sena mirando entretenida al bello pelinegro asomado- ¿Así que te cambiaste de bando, “Kyuhyunnie”? Aunque debo admitir que mal gusto no tienes.
-Cállate arpía- Le masculló mirando al instante a su novio- Tranquilo Hyung, no es nada. Después te contaré.
-Ok…- Se conformó el mayor, volviendo inseguro a su faena.
-Escúchame- Ordenó Kyuhyun, esta vez hablándole de nuevo a Sena con un tono duro y serio- No me importa lo que tú y los demás digan o piensen de mí, pero tengo algo bueno con él, estoy enamorado y no quiero que nada lo arruine, NADA. Por esa misma razón dejé los excesos, la irresponsabilidad y la estupidez. Te recomiendo hacer lo mismo y que me dejes en santa paz- Finalizó agitado, remarcando fuerte las últimas dos palabras.
Aún con eso, a Sena no se le movió ningún músculo y su semblante confiado y venenoso no cedió ni por un instante.
-Oh Kyuhyun, de verdad me conmueve que hayas encontrado la felicidad follando culos de hombrecitos afeminados y desentendiéndote totalmente del pasado- Comentó ella con fingida emoción- Y también me alegra que me hayas dicho ese consejo porque es precisamente lo que estoy haciendo, pero aunque me apene taaaaanto atentar contra tu felicidad, debo decirte que por culpa tuya no lo estoy logrando. Eso es lo que me ha traído hasta aquí.
-¿P-Por mi culpa?- Preguntó el alto de cabello castaño, notablemente confundido- ¿De qué mierda hablas?
-Veamos… ¿Cuál es la manera más suave de decirlo?-Pensó en voz alta- No, mejor te lo muestro y ya.
Kyuhyun pestañeó confundido, mientras la veía quitarse la mochila de su espalda, sin embargo, al notar el cuidado con que lo hacía empezó a temblar de solo imaginarse lo que podía ser.
-Uhh-uhhm…
No era una mochila.
Atrás de ella, sostenido por una especie de bolso con tirantes, había un rellenito y pequeño bebé. Haciendo una que otra maniobra con los brazos, la chica hizo viajar al bultito desde su espalda hacia su pecho. Kyuhyun la miró boqueando, no sabiendo que decir o pensar.
-Adivina- Espetó la castaña, solo con eso activando el pánico y la sorpresa dentro de Kyuhyun.
Habría gritado si Sungmin no estuviera ahí, por lo que se limitó a retroceder patosamente y afirmarse del respaldo del sillón para no desmayarse.
¿Aquel bebé era suyo?
Debido a que esa pregunta atentaba contra la obviedad por como su ex novia se lo presentó, inquirió sobre lo segundo que le vino a la mente.
-¿Pe-pero…cómo?- Pronunció con un hilo de voz, temblando como nunca en su vida.
-Curiosamente pasó cuando terminamos, bonito- Suspiró la chica.
El castaño rememoró por unos segundos terminando su recorrido mental con un “¡Por Dios!” contenido con sus manos atrapando su rostro.
La relación con Sena era una de las que Kyuhyun más recordaba por ser la última antes de que Sungmin llegara a su vida y también por su particularidad, porque aún pensándoselo mucho, fue claro desde el inicio que ella y él no tenían nada en común. O al menos no algo que les conviniera o fuera realmente importante. Había que admitir que se dejaban llevar por la misma estupidez, que se reían mucho estando ebrios y que en la cama tenían una excelente química ¿Pero igualdades más profundas? ¡Para nada! Ambos entendieron desde al principio que era una relación que nacería para morir, por ello se plantearon disfrutarla hasta que el fin inevitable llegara. Y cuando ese llegó en vista de que pasaban peleando y solo lo solucionaban con sexo, cosa que también empezó a aburrirles, entre gritos e insultos decidieron terminar, pero antes de separar sus caminos, creyeron que una despedida no estaría mal en honor a los buenos tiempos.
Sin embargo, algo ocurrió ese día.
En medio del coito, Kyuhyun sintió algo extraño en su miembro, comprobando al final que el condón se había roto. Ambos lo miraron, no le tomaron gran importancia y siguieron individualmente con sus vidas, total ¿Qué tan posible era haberla jodido solo por algo tan pequeño?
Hoy, un año y medio después, Kyuhyun veía las posibilidades puestas en su contra y el tamaño de su desastre en los ojos molestos de Sena.
-¿Po-por qué diablos no me avisaste antes?-Preguntó Kyuhyun, cada vez más cerca de un paro cardio-cerebral-muscular-respiratorio – No puedes llegar y aparecerte con un bebé ¡Por Dios! ¡Un niño!
-Es niña, idiota- Contestó ella- Y me negué a contártelo por varias razones. La principal es que me enfurecí tanto cuando lo supe que te odié con todas mis fuerza y sabía que si te veía te mataba. Tú sabes que soy capaz. Después, pensé que no estaba todo perdido y que podía abortar, pero temí por el aspecto de mi cuerpo y mis padres son unos viejos metiches y religiosos que me estuvieron vigilando a todo minuto para que no huyera a una clínica para salirme con la mía. Finalmente, intenté cambiar, ser más humana y una madre para ella. Asumir completamente mi responsabilidad y resignarme a ser una socialmente menospreciada madre soltera.
-Bu-bueno, entiendo ¿Pero qué quieres que haga? Te daré pensión y toda la ayuda que necesites si es lo que quieres- Ofreció.
-¿Qué? No, no quiero eso- Despreció la castaña- Es otra cosa. A ver… Sostén a la bebé.
El chico ofreció sus manos temblando como gelatina para recibir al bultito. Era tan pequeña y frágil.
-Ok, la tengo bien afirmada- Dijo el mayor, dirigiéndose más a si mismo que a Sena. Le daba miedo la existencia de la recién conocida bebé y más aún estar tocándola.
-Bien, ahora es completamente tuya- Sentenció la chica con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿¡AH!?- Esta vez a Kyuhyun no le importó mantener el tono de voz. Si no mostraba lo completamente impactado que estaba caería en un eterno estado de coma.
-Lo que oyes- Masculló la chica tomando el bolso que había dejado entre sus piernas- Dije que intenté hacerlo, no que lo logré. Es irremediable, no tengo madera de madre y mis planes futuros no encajan con una hija.
-Es broma ¿Verdad?- Preguntó Kyuhyun con una risa nerviosa- Como me vas a dejar así a… ¿Cómo se llama?
-No tiene nombre.
-¿¡No la has registrado!?- El más alto preguntó atónito.
-No se me ocurrió ningún nombre ¿Ok? Ni eso pude lograr.
-¿¡Qué tan desnaturaliza---
-¡Oye! No te atrevas a insultarme con esas mierdas- Amenazó con los ojos chispeantes- Porque si ella está sana y robusta es gracias a mí. Ocupé tiempo precioso de mi vida cuidándola, aprendiendo a asistirla y haciéndola dormir. Claro, agradezco que todo el esfuerzo me haya hecho bajar unos cuantos kilos, pero eso no paga las horas de sueño pérdidas, el horrible cansancio y que de tanto amamantar mis pechos dolieran como el infierno.
-Esto…
-Por cierto, no debes preocuparte por eso ya que hace un mes empecé a darle leche en fórmula. Está en este bolso para que sepas cual debes conseguir- Añadió abriendo dicho objeto- También está toda su ropa, unos cuantos pañales, sus juguetes, el comprobante de parto y otros documentos para que la registres y varias cosas más.
-Y-Yo…
-Mira, Cho- Lo volvió a interrumpir- Vienes de una familia llena de pasta y aún así te compraste el condón más barato que encontraste así que gran parte de la culpa es tuya. Debes aceptar las consecuencias que te toquen, sean las que sean, y estas son las tuyas. Yo no estoy dejándote a mi hija porque sea una perra desalmada como crees, yo la quiero, pero sé que no puedo cuidarla porque no nací para eso y no lograría hacerlo bien aunque tuviera toda la ayuda del mundo. Yo le haría daño y ella me haría daño a mí, nos destruiríamos. Entonces, como soy consciente de ello, tengo el deber de buscarle al reemplazo adecuado, o sea, su padre. Tú eres su padre. En toda nuestra relación solo me acosté contigo y es claro que al terminar no pude hacerlo con nadie más así que estoy 1000000% segura, así que asume tu responsabilidad y no te atrevas a dudar de mí. La niña se queda contigo. Lo que hagas después, ponerla en adopción o dársela a alguien que la quiera, es cosa tuya. Adiós.
-¡Oye, no!- Kyuhyun la llamó antes de que volteara- N-No puedes irte. Abandonarla así como así…
- Con que no puedo ¿Eh?
-Entiendo tus razones, pero no puedes hacerme esto. Recién me enteré, acabo de conocerla y… y… no sé nada de bebés.
-Yo tampoco sabía cuidarla, pero por tu causa aprendí. De seguro tú también aprendes, querido- Respondió Sena volviéndose a voltear y recobrando su expresión firme y molesta que había abandonado hace unos segundos.
-¡Que no te vayas, maldición!- Kyuhyun también volvió a detenerla, esta vez tomándole un brazo- S-Sí lo haces, dejaré a la bebé en el sillón, te perseguiré y te llevaré con la policía denunciándote por abandono de menores …¡Ah, y también por vender drogas cuando estábamos juntos!
-Oh…- La chica miró por unos segundos al nervioso y nada seguro Kyuhyun tratar de hacer una expresión molesta- ¡Mira, tu novio volvió a asomarse!- Apuntó hacia la cocina, logrando que Kyuhyun se distrajera y consiguiendo la oportunidad de soltarse y correr tan rápido como sus pies se lo permitieran.
-¡O-oye!- Gritó con la cabeza inclinada hacia el pasillo del piso, viéndola escapar y desaparecer en menos de tres segundos.
Hace una hora era plenamente feliz y se sentía en paz consigo mismo. Ahora tenía un bebé cuya madre simplemente se había marchado.
El grito desgarrador que quemaba en su garganta pero que reprimió se oía fuerte en su interior. Los 28 grados que sofocaban a la ciudad no significaban nada con el horrible frío que recorrió su cuerpo y le hizo tiritar. Pero el pánico que le envolvía en ese momento no era nada comparado al sentido cuando Sungmin se asomó nuevamente, esta vez con el cuerpo completo y más curiosidad.
-¿Ya se fue aquella chica, Kyu?- Le preguntó algo inseguro por la expresión espantada que traía su novio. Un gemido impresionado salió de sus labios al ver el bulto sobre los brazos de Kyuhyun- ¿Q-Qué es eso?
El mayor no vio nada bueno venir por la expresión entregada.
-Hy-Hyung- Balbuceó después de unos segundos- Ne…Necesito que te sientes.
Y como no quería repetir los mismos errores del pasado con Sungmin diciendo mentiras y haciendo estupideces, se decidió a decirle la verdad de una vez, sin embargo por el terror hacerlo no era fácil y menos entendible.
Después de que Sungmin se acomodara en el sillón de la sala y Kyuhyun se diera mil vueltas delante suyo con el bebé a cuestas, se animó tembloroso a sentarse al lado de su novio y enseñarle a la niña.
-¿U-Un bebé?- Obvió el mayor, impactado.
-Es-Esta bebé…e-es mía…es mi hija…-Contestó tiritando las dudas del otro- La chica que vino…era…era su madre…
Kyuhyun no se atrevía a poner los ojos en el rostro del mayor, y asociando esa reacción con las palabras dichas, el cuerpo de Sungmin de repente se sintió débil, la vista se volvía nebulosa y en su pecho crecía un dolor agudo.
-E-Entonces tú…- Balbuceó el pelinegro, suponiendo lo peor.
-¡No!- Kyuhyun lo paró de inmediato, acomodando al bebé en el otro sillón más pequeño para acercarse a su novio- Escúchame.
-A-ah…
-Escúchame, Hyung. Ni siquiera lo pienses, ni lo imagines- Le ordenó con voz firme, tomando su rostro y atreviéndose a juntar sus temblorosas miradas- No te he engañado, nunca podría hacerlo. Te amo y desde que estamos juntos no puedo mirar a nadie más.
-Pe-pero- Sungmin susurró con los ojos rojos, aún sin saber que creer.
-Mira, mira- Dijo corriendo a buscar el bolso que Sena le dejó y tras rebuscar un poco, sacó el comprobante de parto, buscó la fecha de nacimiento y se la enseñó a Sungmin- Este bebé nació hace 6 meses y contando los 9 meses de gestación, dime, ¿Cuándo fue concebida?
-En…Febrero…del año pasado…-Calculó con certeza.
-¿Y cuando nos conocimos? ¿Cuándo nos conocimos, amor?- El menor inquirió desesperado.
-En Abril…del año pasado…-Contestó Sungmin, sintiendo como el alma le regresaba al cuerpo.
-¿Ves? No te conocía cuando ocurrió- Dijo el menor acariciándole el rostro con una sonrisa triste.
-Perdón por sospechar…- Sungmin se lamentó buscando demandantemente los labios del otro- Es que con solo imaginarlo yo…
-No te preocupes, si fuera tú, yo también sospecharía de mí. Solía ser un completo estúpido, no merezco la confianza de nadie.
-No eres estúpido y has sido un buen novio, mereces toda mi confianza.
-Cambiarás de idea cuando te cuente lo que sigue.
-Pues veamos, dime que sigue- Suspiró Sungmin haciendo ademán con la mano para que el menor se sentara a su lado- ¿Qué es todo esto? ¿Hace cuanto sabes que tienes una hija?
-Hace 20 minutos.
-¿Ah?- El azabache pestañeó sorprendido.
-No he visto a Sena, mi ex, desde que terminamos y fue precisamente en ese entonces cuando nos acostamos y pasó esto…
Sungmin quedó congelado por unos segundos con los ojos como platos.
-De verdad eres estúpido- Comentó atónito.
-Mmmm…-Kyuhyun suspiró pesaroso, dándole la razón con la cabeza.
-Pero yo te amo, y lo hecho, hecho está- Agregó el azabache, abrazándolo y besando una mejilla de su novio, no tan seguro como quisiera mostrarse- Como sea, tienes una hija ¿Por qué Sena vino a dejártela?
-Para eso: Dejármela…por siempre.
-¿¡Que cosa!?- Esta vez Sungmin no pudo mostrarse calmado.
-Sena es una víbora venenosa, ni dando a luz a una hija se le pudo quitar- Contó mirando el suelo- No me quiso contar nunca durante todo este tiempo y ahora llegó, me soltó egoístamente que no va con sus planes cuidarla, la dejó y se fue corriendo.
-Pe-pero es su hija…- Sungmin no podía creer lo que oía- ¿Cómo puede dejarla así como así?
-No es una persona que se destaque por priorizar los sentimientos de los demás. Ella piensa en lo que significa un beneficio para sí misma y nada más. Siempre me lo dejó claro y como yo no la quería para algo serio en ese tiempo, acaté sus términos y saqué tanto “provecho” como pude de la situación.
Sungmin miró el suelo atónito. El nunca había conocido el lado oscuro que Kyuhyun tuvo alguna vez, siempre vio su lado más calmado y después de que su presencia sanara a su novio, el Kyuhyun rebelde se esfumó completamente.
Como pudo volvió a levantar el rostro y miró a su novio. Este miraba fijamente al bebé y empalidecido tiritaba muerto de horror. El mayor trató de dejar atrás su propio temor y volvió a abrazar a Kyuhyun.
-Hey, cálmate- Le susurró sobando su espalda- No entres en pánico, todo tiene solución.
-No lo sé Hyung, nunca me esperé esto- Farfulló aferrándose al bajito- Pensé que por fin estaba en paz, que por fin me había librado de todo, y no… no es así…tengo una hija ¡Una hija, Hyung!
-No es cualquier cosa sin duda- Le secundó el mayor.
-Claro que no lo es, porque no es una enfermedad, un problema financiero o con la policía, es un ser humano, pequeño y frágil ¿Qué voy a hacer, Hyung? ¿Qué voy a hacer?
Repitió a punto de romper a llorar, abrazando más fuerte al otro. Sungmin nunca vio tan débil al menor y a pesar de lo serio que se veía esto, no dudó un segundo en que tenía que ayudarlo y estar con él sí o sí.
-Calmarte es lo primero que debes hacer- Le habló con calma, mientras este volvía a incorporarse- Eso es.
Sungmin buscó sus ojos y acarició su rostro con ternura. Kyuhyun pareció relajarse con esto, hasta que un leve quejido de la bebé los alertó. Ambos se levantaron y la miraron con temor.
-Segundo: Debemos llamar a Sunny y Changmin-Sentenció el mayor.
Rato después, en la habitación de un departamento en el mismo edificio de ellos, el celular de una delgada y bella chica los despertaba abruptamente a ella y a su esposo de una reponedora siesta.
-¡Ah, sí! ¡Hola! ¡Que tal! – Al contestar casi involutariamente, soltó las primeras palabras que vinieron a su mente- Digo...¿Aló?
-Sunny, soy Sungmin, te necesito urgentemente- Contestó su receptor.
-Ummm ¿Qué tan urgente?- Preguntó estrujándose como un felino- Estaba durmiendo y la verdad es que me gustaría seguir haciéndolo.
Dijo acomodándose en la cama, pero en cuanto Sungmin le contó a grandes rasgos lo sucedido, toda la pereza desapareció y se levantó de golpe.
-¿¡QUÉ KYUHYUN-OPPA QUÉ!?- Gritó impactada- A-ah...¡Sí! ¡Sí! ¡Después me explicas! ¡Vamos enseguida!
Dicho esto colgó rápidamente y removió bruscamente al que dormía a su lado.
-¡Cariño, despierta!- Le llamó mientras él se tapaba la cabeza como una almohada- ¡Kyuhyun-oppa tiene un bebé!
-¿Y cuándo se embarazó que no lo supe?- Bromeó negándose a abrir los ojos.
-No bromees ahora, una chica llamada Sena fue a dejarle una bebé y nos necesitan.
- ¿Se-Sen--?¡Por el amor de Dios!- Espetó fuerte el alto hombre, hundiendo más la cabeza en la almohada. De sobra sabía de esa ex de Kyuhyun y de su nada agradable personalidad.
Y el estómago se le revolvió más al llegar al departamento y ver el mismo al bebé en cuestión. Sunny por su lado yacía sentada en el otro sillón, escuchando impactada a Kyuhyun contarle con detalle lo sucedido.
-¿¡Que eres estúpido!?- Preguntó al unísono la pareja apenas el relato terminó.
-¡Se que soy estúpido pero que me lo digan no ayuda en nada!- Gritó Kyuhyun de vuelta.
-¿Pero cómo…? ¡Ahhhhh, por Dios!- Clamó la rubia tomándose la cabeza.
-Sabemos que es impactante, pero no podemos estar lamentándonos por eso. Hay que hacer algo ahora- Terció Sungmin- Necesitamos que nos ayuden. Sunny, a mi me gustan los bebés pero no sé nada de ellos.
Por el fuerte tono de voz que usaron al hablar, el bebé no tardó en despertar definitivamente y ponerse a llorar por el ruido. Sunny suspiró.
-Está bien, perdón por alterarme- Lamentó levantándose- Entonces, empecemos de una vez. Antes de buscar una solución más concreta, primero necesitamos que la bebé tenga un lugar provisorio aquí.
Los dos chicos asintieron y de inmediato se pusieron en marcha. Sunny tomó a la bebé en brazos y trató de calmarla; Kyuhyun buscó los pañales para saber cuáles comprar mientras Sungmin y Changmin despejaban la sala para hacer con frazadas y cojines del sillón una cama improvisada al bebé. No era mucho, pero no podían acelerarse a comprarle cosas si aún no sabían qué pasaría con ella.
Al regreso del castaño, Sunny se la entregó para que tratara de familiarizarse en tanto ella preparaba leche tibia. Kyuhyun volvió a tensarse cuando la pequeña niña en sus brazos aún lloraba, no tan fuerte pero lo hacía ¿Qué se supone que debía hacer? Con casi un colapso nervioso, se animó a mecerla suavemente mientras le susurraba una canción que su hermana le cantaba cuando él era pequeño. Aquello era algo muy personal para él, pero no habiendo algo más personal que una hija ni dudó en cantársela. Para su sorpresa, poco después la bebé empezó a calmarse hasta dejar de llorar totalmente.
-¡Hey, lograste serenarla!-Celebró Sunny, llamando la atención de Sungmin y Changmin quienes recién habían terminado.
-S-sí, eso creo- Susurró nervioso el más alto, temiendo que la bebé volviera a llorar.
-Pensé que nos tardaríamos horas en hacerlo porque somos desconocidos para ella, pero al parecer supo reconocer a su padre- Agregó la recién graduada parvularia, entregándole la mamadera a Kyuhyun- Toma, dale su leche.
El chico tomó inseguro la botellita y miró a la niña. Sus pequeños y rasgados ojitos estaban fijos en la cálida bebida, al parecer tenía hambre, así que no haciéndola esperar, Kyuhyun se sentó y le acercó la mamadera a la boca.
-Woh…- Susurró.
No era gran cosa, pero se quedó embobado mirando como la pequeña puso sus manos sobre el biberón y cerrando los ojos empezó a beber. Sunny aprovechó de limpiarle parte de la cara empapada por sus lágrimas mientras sus pequeños labios se contraían al absorber, e incluso cuando la rubia se alejó y todos se acomodaron alrededor de él, no dejó de observarla ¿De verdad ese acto tan brusco y sin cariño que Sena y él habían cometido dio vida a esa pequeña niña que parecía hecha con tanto esmero y amor? Casi no podía creérselo.
-Es muy bonita- La voz de Sungmin sonó suave a su lado, alejándolo de sus cavilaciones.
Kyuhyun volteó la cabeza, Su novio miraba concentradamente a la bebé con una especie de embeleso mezclado con confusión.
-Y bien ¿Qué van a hacer con ella?- La pregunta clave salió de los labios de Changmin mientras se acomodaba al lado de su esposa- ¿Se la quedarán? ¿La podrán en adopción? ¿Se la darán a alguien?
-¿Ustedes la querrían?- Preguntó Sungmin.
-¿Estás loco? Somos muy jóvenes- Rechazó Sunny.
-Te casaste con veintiún años y Changmin con veintidós, no me vengas con esas.
-Sí, pero casarse es algo muy diferente a tener un hijo. Además, lo hicimos a espaldas de nuestros padres, somos inmaduros- Se excusó la chica acurrucándose en el pecho de su esposo- Aunque no me arrepiento.
-Entonces si ustedes no la quieren, entregársela a cualquiera está vetado- Acotó Kyuhyun suspirando- Solo queda asumirla como mi hija o dejarla en manos de un centro de adopción donde ellos elijan a la pareja idónea para ser sus padres.
-¿Y qué piensas de esas dos opciones?
-Por un lado, pensando en mi bien, lo mejor es la adopción, además tener padres homosexuales sería duro para ella, aunque por otro lado…
Kyuhyun hizo una larga pausa que llamó más la atención de todos.
-¿Por otro lado qué, oppa?- Preguntó la rubia con tono cariñoso.
-Es mía- Sentenció- Acabo de enterarme de su existencia, no sé nada sobre ella y tampoco sobre cómo cuidar bebés, pero dejarla así como así, del modo que Sena lo hizo…Siento que yo no podría. Mi sangre corre en sus venas, mi adn. Ella es parte de mí, es una parte buena de mí porque está viva y sana. Es el ser al que me corresponde cuidar y amar más que a mi vida, no vas y lo abandonas simplemente…
-Entonces no lo hagas y quédatela. Nosotros vamos a ayudarte en todo lo que necesites- Ofreció Changmin.
-No lo sé…- Dijo sacándole suavemente a la niña el biberón vacío de la boca- Debo pensarlo…
-Pero primero, debes sacarle los gases- Intervino la rubia.
-Descuida, yo lo haré- Dijo Sungmin, poniéndose una de las mantitas de la bebé en su hombro y quitándole a la niña de los brazos a Kyuhyun.
-Ah…- El chico boqueo levemente perplejo.
-Tranquilo, puedo hacerlo- Le alivió Sungmin- Ve a la habitación, abre las ventanas y reflexiona un poco.
Kyuhyun lo miró por unos segundos. El azabache le sonreía levemente tratando de reconfortarlo con eso, pero sus ojos seguían albergando esa extraña mezcla de emociones. Quiso hablar con él y saber que estaba sintiendo, pero lamentablemente ahora no era el momento idóneo para eso.
-Está bien- Aceptó al final, y sin más se levantó y se fue a su habitación.
La primera hora enclaustrado con sus pensamientos pasó lenta, hasta que Sunny interrumpió su soledad con la bebé llorando. Al parecer, mientras el reflexionaba, varias cosas habían pasado. Primero Sungmin había palmeado su espalda para que botara los gases, rato después tuvieron que cambiarle los pañales, luego se durmió y a los minutos después volvió a despertar.
-Se que necesitas tranquilidad, pero la bebé se remueve mucho en mis brazos y no puedo volverla a dormir- Se excusó Sunny- Tu pudiste antes así que…
-Está bien, déjala conmigo- Kyuhyun acepto sin objeción alguna- Yo me quedaré con ella desde ahora.
-Ok, estaremos afuera para cualquier cosa que necesites ¿Sí?- Recordó ella.
-Lo sé, gracias- El castaño le sonrió desganadamente.
Cuando la rubia volvió a cerrar la puerta Kyuhyun miró a la bebé llorando en brazos.
-Vamos, vamos ¿Por qué lloras? – Le susurró elevándola sobre su cabeza- Si quieres algo debes indicarlo, no es necesario llorar. Por ejemplo mírame, estoy aterrado porque tú de repente has aparecido a alterar todos mis planes y temo que mi novio ya no quiera estar conmigo, pero no estoy llorando ¿Ves?
Era claro que la bebé no entendía nada de lo que le decía Kyuhyun, pero prestaba tanta atención a lo que decía que pronto dejó de llorar. Esta vez se movía como si estuviera nadando en el aire y balbuceaba cosas indescifrable.
-¿Qué? Anda, dilo ¿Qué quieres de mi? – Le exigió el mayor- Indícamelo si no puedes decirlo.
Y entre sus movimientos excitados, la pequeña estiró sus cortos brazos hacia su padre, balbuceando más fuerte. Kyuhyun parpadeó desconcertado, atrayéndola nuevamente hacia él.
-¿Por qué me quieres?- Le preguntó, con el ceño fruncido- Sí, se que ya no tienes madre y buscarla no serviría de nada porque volvería a huir, pero yo no soy mejor que ella.
La bebé por su lado respondió gimiendo mientras se acomodaba en el pecho de Kyuhyun para dormir.
-Ni siquiera deberías acomodarte así sobre mí, no me conoces- Argumentó- No sabes si te voy a cuidar bien y ni yo lo sé. Traté de hacer feliz a Sungmin- Hyung y mira como salió. Estarías más segura con una familia que de verdad ansiara tener a una bebé como tú. Eres pequeña, robusta, rosada y linda, tu cabello es castaño claro como el de tu mamá, las parejas infértiles te pelearían, pero , ¿Por qué me quieres a mí?
La voz de barítono que Kyuhyun poseía desde la cúspide de su adolescencia parecía un arrullo tan potente como la canción de su hermana Ahra, porque de repente a la bebé no le importaba lo que él decía y de a poco se aferraba con sus pequeñas manitos al suéter de Kyuhyun para caer en un profundo sueño. El castaño bajó la vista lo más que pudo y miró la cabecita casi llena de cabello de la lactante adornada por un pequeño moñito rosa.
-¿Y por qué si solo vas a complicar mi existencia y podrías quitarme al amor de mi vida yo también quiero permanecer a tu lado?
Las horas pasaron hasta que el cielo estrellado hizo su iluminada aparición. De tanto pensar Kyuhyun vio la solución en estirarse en la cama de dos plazas que compartía con su novio y dejar a un lado suyo a la bebé. Cuando ni así supo que decidir, sus parpados pesaron y simplemente se durmió. Pero rato después, los gemiditos de la bebé sonando por largo rato volvieron a traerlo a la realidad. No era llanto lo que se oía, pero de todas formas se levantó sobresaltado. Aceleradamente buscó con la vista a la bebé, pero encontró más de lo que esperaba. Desconcertado observó cómo cerca de la ventana, Sungmin cargaba a la bebé. Ella celebraba emocionada cuando Sungmin agarraba con su mano la suya para indicarlo a él mismo.
-Yo, soy Sungmin, Suuuungmin. Repítelo conmigo, Sung-Min – Le pedía concentradamente a la bebé, mientras ella solo podía repetir “Mi” en respuesta- Vamos, Sungmin, Sungmin. Yo me llamo Sungmin ¿Y tú cómo te llamas?
-Mi…Mi…
-¿Mi? ¿Mimi? Que nombre tan raro- Rió el azabache- Debemos buscarte uno mejor ¿No crees?
La conversación con la bebé pronto terminó cuando Sungmin oyó al menor levantarse de la cama. Este seguía mirándolo confundido, sin embargo, el azabache no le dio importancia alguna a su gesto.
-Kyuhyun, debes ser más cuidadoso al dormir junto a la bebé. No le pusiste nada a un lado para protegerla, pudo caerse de la cama- Lo regañó sin enojo en su voz.
-Ah, lo siento, me quedé dormido sin darme cuenta- Se excusó volviendo en sí.
- Bueno, no importa. Toma lo que te dejé en el velador- Indicó un mediano plato hondo- La comida se estropeó después de que la bebé llegó porque se me olvidó por completo atender las ollas, así que boté lo otro y preparé ramen.
-Con eso basta- Le animó, acercándose al pequeño mueble- ¿Sunny y Changmin siguen aquí?
-Sí, están viendo televisión en la sala- Dijo acomodándose en un rincón de la cama, al lado del castaño que ya había empezado a sorber fideos- Están preocupados por lo que vas a decidir, no se irán hasta que les digas. Ya sabes como son.
-Lo sé- Contestó, comiendo otro bocado más de los fideos flotando en la humeante sopa, y no alcanzó a llevarse un tercer bocado cuando la pequeña tomó una de sus mangas y empezó a removerse- Oh, creo que quiere que la tome.
Después de volver a dejar el plato en el velador, Sungmin le ofreció la bebé al castaño y luego acomodó su cabeza en el hombro de este.
-O quizás tiene hambre- Sugirió el mayor observando como la niña miraba el plato al costado- Luego le pregunto a Sunny que come un bebé de su edad.
Poco interesado en esa acotación, Kyuhyun giró su cabeza hacia el hombro en el que Sungmin estaba apoyado y después de unos segundos, buscó inseguro sus labios. Pensó que el azabache se los negaría, no tenía una razón concreta para pensarlo pero lo creyó, sin embargo, estos no ofrecieron resistencia alguna y aprovechando esto, los tomó intensamente, como si nunca más en la vida fuera a besarlo, aunque solo pensar eso le revolvía el estómago. Ya rato después, casi sin aire, soltó su boca y respiró agitado sobre ella. El mayor se quedó estático en su lugar, mirándolo con los ojos chispeantes y las mejillas arreboladas.
-¿Qué harás con la bebé?- Preguntó en un susurró. Kyuhyun suspiró.
-Quiero…quedármela. No siento correcto dejársela a alguien más, ni siquiera si es más capacitado que yo. Pero… ¿Tú qué piensas al respecto?
Sungmin volvió a sentarse bien y miró el techo pensativo.
-Bueno… es una situación complicada sin duda y que se complicará más a futuro- Respondió en un suspiro- Pero si crees que puedes superar el reto de volverte padre de la noche a la mañana, entonces yo podré amarla como si fuera de mi sangre.
Kyuhyun botó aire con fuerza, como si después de muchos años le hubieran dejado respirar.
-Yo te amo Kyuhyun, lo sabes, y si tú no quieres dejarla, la cuidaremos- Agregó, acariciando el rostro del castaño.
Una sonrisa aliviada se formó en el rostro de Kyuhyun, y sonriente dijo: -Entonces está decidido, me la quedaré.
-Y yo estaré a tu lado- Completó Sungmin, abrazando desde su sitio a Kyuhyun y a la bebé en los brazos de este.
Ninguno de los dos estaban seguros del futuro que les esperaba, pero desde ahora, serían una familia y necesitaban de todo su coraje y amor para hacerla funcionar.
La historia de Kyuhyun y Sungmin recién comenzaba.
-Sí, Hyung.
Respondió el chico, liberando un cansino suspiro por la tarea recién terminada. Pero bueno, aquello no importaba, ni esa tediosa faena ni ninguna otra, incluso que le golpearan las bolas estaba bien porque era feliz y nadie podría arruinar eso. La cantidad de paz que se desbordaba en su interior, Dios…era enorme, y más aún cuán bien le hacía sentir eso.
Se sentía tan malditamente completo.
Todo aquel vacío y duda existencial experimentada en su vida se había esfumado, porque aquello que necesitaba había aparecido por fin: Lee Sungmin, su novio, el amor de su vida.
Tan solo llevaban diez meses y unos cuantos días juntos, pero tenía claro que deseaba proyectarse con aquel hombre hasta el día de su muerte, porque nunca había existido alguien que le hiciera sentir temor de lo tan enamorado que estaba, así tampoco, quién le motivara a reponerse de lo insufrible que era su vida en el pasado.
A Kyuhyun no le gustaba del todo ser así, pero a causa de la presión paternal sobre sus hombros y la propia por conseguirse una buena vida, siempre fue un estudiante modelo. Primaria, secundaria e instituto. En cada grado siempre fue el primero de la clase y priorizó sus estudios hasta lograr a estudiar administración pública en la Universidad. Y el primer año como siempre fluyó perfectamente, buenas notas y ningún problema a su alrededor, solo el enorme vacío de soledad en su interior.
Hasta que un día, las cosas cambiaron y no para bien.
No sabe precisamente cómo entró a aquel grupo, pero recuerda que una tarde soleada, un chico de su clase lo invitó a una fiesta, la cual presagiaba espiral de alcohol, desenfreno, drogas, sexo e irresponsabilidad. Lo entendió en cuanto se vio con una lata de cerveza en la mano, frente a un espejo en la casa del no se quién que había organizado la juerga y a pesar de saber que estaba mal, no se resistió a ser consumido totalmente por la estupidez, porque todos le decían que aparte de una buena apariencia tenía un futuro asegurado, pero a él no le importaba porque seguía sintiéndose inconforme con su vida y quería averiguar si aquello la llenaría de alguna forma.
Su padre estaba iracundo, su madre decepcionada y su hermana mayor terriblemente preocupada, pero sin importarle, por casi tres años Kyuhyun se encargó de auto-destruirse tanto física como mentalmente. Dentro de un grupo de "Amigos" tan o más perdidos que él, aprendió a ser un patán de primera llenando sus pulmones de drogas baratas, sus venas de alcohol y su cuerpo de malos tratos. Durante todo ese tiempo recuerda haber terminado al menos siete veces en el hospital por intoxicación, aunque por más que intentara rememorar, nunca pudo traer de vuelta a su mente el rostro de la chica con la que perdió la virginidad, o si quiera su nombre. Bueno, no era como si importara, total, desde ese punto en adelante tuvo relaciones inestables tan irrelevantes como aquel momento.
Para sus compañeros y amiguetes fue un total misterio como a pesar de todo el descuido, Kyuhyun era capaz de aprobar todas sus asignaturas con notas medio decentes ¡Si hasta se quedaba dormido en clases! aunque sus cercanos sabían que él poseía una brillantez innata, permitiéndole sacar buenas calificaciones sin mucho esfuerzo. Aún así, cuando a duras penas llegó a su quinto y último año, tuvo gran dificultad con un ramo. Tanto había sido su indiferencia en clases, que el rey indiscutido de las matemáticas no podía entender lo que estaban pasando en cálculo avanzado. En ese momento fue su Noona Ahra, una de los pocos que amaba en su familia, la que le suplicó una vez más que se saliera de aquel abismo en el que se estaba hundiendo y agregó junto con un cheque que se buscara un tutor para que no reprobara aquella materia. Ella no lo supo en ese momento, pero esa última cosa, había sido la petición más inteligente que pudo hacerle a su hermano para sacarlo de su infierno, porque tras obedecer de mala gana y buscar en uno de los murales de la universidad a un tutor de cálculo, encontró a Lee Sungmin, quien aparte de ofrecer clases por cinco dólares la hora, añadía como promoción limitada, el sosiego que el tanto necesitaba.
No fue ni muy rápido ni muy lento cómo se enamoró, pero en cada clase se sentía más encantado con su bajito tutor. Era tan diferente a lo que era él en ese momento y muy parecido a lo que era antes de caer en las bajezas de la vida, solo que al contrario de él, Sungmin era feliz, animoso y dulce. También tenía esa particularidad de emanar paz y comprensión, ya que se había graduado en la misma universidad hacía un año y sabía de la mala reputación de Kyuhyun y su pandilla, pero aún así nunca reparó en sus errores y se los echó en cara, al contrario, siempre fue dulce y con palabras correctas supo cómo ayudarle a encontrar el camino adecuado, porque sabía que Kyuhyun era una buena persona a pesar de lo que cuchichearan en la universidad. Además, también era dulce con él aunque no se diera cuenta, y eso a Sungmin, tampoco tardó en gustarle.
Y durante un semestre completo, Sungmin fue una presencia aliviadora en la vida del menor, como tutor, después como amigo, y finalmente volviéndose alguien imprescindible, colmándolo de felicidad en cuanto se dieron el primer beso, porque en cuanto esa dulce boca chocó con la suya en una danza apacible, Kyuhyun sintió en su interior como ese vacío iba siendo lentamente llenado, aprendiendo a la vez, a encauzar su vida del modo correcto. Y aprendió que si quería retomar su vida, debía dejar los excesos, y gracias a eso supo cómo distinguir a las personas que valían la pena, así empezó a amar a Sungmin, así comenzó a hacer el amor por primera vez, y así fue como también pensando en él decidió hacer su práctica y tesis con todo el potencial que su brillante cabeza poseía y se tituló exitosamente, consiguiendo trabajo después en la área administrativa de un hospital, enfrentándose a su encolerizado padre, diciéndole que le importaba un rábano la herencia y la imagen familiar, que prefería mil veces estar con Sungmin y por eso se irían a vivir juntos al departamento del mayor, cosa que habían empezado hace un par de meses y estaba resultando bastante bien hasta ahora.
Kyuhyun se sentó pesadamente en el sillón frente a la televisión y exhaló paz y satisfacción. No era mucho lo que tenía por ahora, ambos estaban recién empezando en sus respectivas profesiones, pero aún así, Kyuhyun estaba agradecido y sentía que no necesitaba nada más. Era feliz, un hombre sano, se sentía curado y purificado por el amor de su novio. Limpiado de sexo irracional, de drogas, de alcohol, de amistades estúpidas y de todo lo que en el pasado hubiese hecho mal.
- Kyu- Llamó el mayor de brillante cabello azabache, buscando las piernas de su novio para sentarse- ¿Dónde dejaste el té?
-En la alacena.
-Pero amor, eso va en el primer compartimiento del buffet.
-Ah, lo siento- Se disculpó algo apenado- Aún no me aprendo el lugar de todas las cosas.
-No importa- Rió el mayor, tomándole el rostro- Pronto encontraremos la forma de adaptarnos correctamente a la presencia del otro. Además, me gusta un poco que las cosas no estén en su lugar, me ayuda más a acostumbrarme a que estés aquí.
-Ouw…-Soltó el otro enternecido.
-Pero no abuses- Sungmin advirtió enseguida haciendo reír al castaño bajo su cuerpo.
-Ah, ese es mi maniático novio- Suspiró atrapando los labios del otro.
-Ñejeje, novio- Sungmin carcajeó tiernamente al oír la palabra.
-¿Qué? ¿Casi un año y aún te emociona que diga que eres mi novio?- Se mofó el menor, entretenido.
-Ah, cállate- Espetó el otro avergonzado, haciendo a Kyuhyun apretujarlo fuerte en sus brazos y darle un malicioso beso en el cuello.
-No te enfades- Le pidió con un tono patoso de súplica, rozando el sensible oído del pelinegro con sus labios- A mí también me emociona oírlo y decirlo.
-¿En serio?- El azabache preguntó de vuelta solo para gozar de la afirmación de Kyuhyun.
-Sabes que sí.
-Te amo.
-Y yo a ti, mi amor.
-Que cursi eres, Cho- Bromeó el mayor.
-Tú me lo pegaste, Lee- Replicó, finalizando la conversación con un profundo beso.
La vida para Cho Kyuhyun ahora era de lo mejor, pero lamentablemente hay errores que no se limpian simplemente con cambiar. Si entierras un clavo en una cerca, puedes quitarlo pero el agujero nunca podrá ser borrado, y eso era algo que Kyuhyun comprobaría aquel mismo día.
Después de ese beso profundo y largo, Kyuhyun estiró a su Hyung sobre el mullido sillón, queriendo besarlo aún más hasta llegar a un nivel más interesante, pero antes de siquiera aflojarle el cinturón, un relámpago imaginario resonó en todo el lugar justo después de que sonara el timbre. En ese momento Kyuhyun no supo el porqué, pero un escalofrío recorrió toda su espina al oírlo.
-Ve a ver quién es- Le ordenó cariñosamente el mayor, con la voz un poco agitada- Iré a ver la comida.
-Mmm…- Kyuhyun hizo un mohín en respuesta por tener que frenar tan repentinamente.
-Ya habrá tiempo para eso después de comer- Le consoló de vuelta chocando sus narices- Ahora se buen dueño de casa y abre la puerta.
-Grrr…-Kyuhyun gruñó como un perro, plantándole un beso que le animara a levantarse del sillón y caminar hacia la entrada para atender el llamado.
Y aunque le brotaban buenas vibras y alegría por todos los poros, lo primero que dijo al abrir la puerta y ver quien era fue…
-¡Castigo de Dios!
O más bien gritó.
Tenía piel lechosa, cabello castaño hasta la cintura, ojos color miel, delicada figura, piernas largas y linda ropa, pero un corazón negro como el carbón, y una lengua venenosa que en un principio cautivó a Kyuhyun pero que después le demostró solo ser el reflejo de su alma. Y él no quería una chica mala, al menos no una que en verdad lo fuera.
Oh si, aquella era una de las ex del menor. La última en realidad.
- A mí también me alegra verte, Kyuhyun- Contestó ella con evidente sarcasmo.
-¿Que haces aquí?- Preguntó Sumamente nervioso e impactado por su repentina aparición- O más importante ¿Cómo diablos me encontraste?
-Mis contactos son muy capaces. No tardé mucho en dar con tu paradero.
-Bien por ti- Fingió alegría mientras empujaba la puerta para cerrarla- Ahora adiós.
-Hey, hey, hey ¿Crees que vine aquí solo a verte?
-Sena…- El castaño le llamó por su nombre con tono cansino- No voy a volver contigo.
-¿Y quién diantres quiere volver contigo?- Contestó horrorizada por la idea.
-¡Entonces dime de una vez que quieres y déjame en paz!- Gritó olvidándose de tener la voz baja para no alarmar a su novio.
-Kyuhyunnie- Le llamó este asomándose desde la cocina- ¿Por qué gritas? ¿Qué sucede?
-Interesante- Murmuró Sena mirando entretenida al bello pelinegro asomado- ¿Así que te cambiaste de bando, “Kyuhyunnie”? Aunque debo admitir que mal gusto no tienes.
-Cállate arpía- Le masculló mirando al instante a su novio- Tranquilo Hyung, no es nada. Después te contaré.
-Ok…- Se conformó el mayor, volviendo inseguro a su faena.
-Escúchame- Ordenó Kyuhyun, esta vez hablándole de nuevo a Sena con un tono duro y serio- No me importa lo que tú y los demás digan o piensen de mí, pero tengo algo bueno con él, estoy enamorado y no quiero que nada lo arruine, NADA. Por esa misma razón dejé los excesos, la irresponsabilidad y la estupidez. Te recomiendo hacer lo mismo y que me dejes en santa paz- Finalizó agitado, remarcando fuerte las últimas dos palabras.
Aún con eso, a Sena no se le movió ningún músculo y su semblante confiado y venenoso no cedió ni por un instante.
-Oh Kyuhyun, de verdad me conmueve que hayas encontrado la felicidad follando culos de hombrecitos afeminados y desentendiéndote totalmente del pasado- Comentó ella con fingida emoción- Y también me alegra que me hayas dicho ese consejo porque es precisamente lo que estoy haciendo, pero aunque me apene taaaaanto atentar contra tu felicidad, debo decirte que por culpa tuya no lo estoy logrando. Eso es lo que me ha traído hasta aquí.
-¿P-Por mi culpa?- Preguntó el alto de cabello castaño, notablemente confundido- ¿De qué mierda hablas?
-Veamos… ¿Cuál es la manera más suave de decirlo?-Pensó en voz alta- No, mejor te lo muestro y ya.
Kyuhyun pestañeó confundido, mientras la veía quitarse la mochila de su espalda, sin embargo, al notar el cuidado con que lo hacía empezó a temblar de solo imaginarse lo que podía ser.
-Uhh-uhhm…
No era una mochila.
Atrás de ella, sostenido por una especie de bolso con tirantes, había un rellenito y pequeño bebé. Haciendo una que otra maniobra con los brazos, la chica hizo viajar al bultito desde su espalda hacia su pecho. Kyuhyun la miró boqueando, no sabiendo que decir o pensar.
-Adivina- Espetó la castaña, solo con eso activando el pánico y la sorpresa dentro de Kyuhyun.
Habría gritado si Sungmin no estuviera ahí, por lo que se limitó a retroceder patosamente y afirmarse del respaldo del sillón para no desmayarse.
¿Aquel bebé era suyo?
Debido a que esa pregunta atentaba contra la obviedad por como su ex novia se lo presentó, inquirió sobre lo segundo que le vino a la mente.
-¿Pe-pero…cómo?- Pronunció con un hilo de voz, temblando como nunca en su vida.
-Curiosamente pasó cuando terminamos, bonito- Suspiró la chica.
El castaño rememoró por unos segundos terminando su recorrido mental con un “¡Por Dios!” contenido con sus manos atrapando su rostro.
La relación con Sena era una de las que Kyuhyun más recordaba por ser la última antes de que Sungmin llegara a su vida y también por su particularidad, porque aún pensándoselo mucho, fue claro desde el inicio que ella y él no tenían nada en común. O al menos no algo que les conviniera o fuera realmente importante. Había que admitir que se dejaban llevar por la misma estupidez, que se reían mucho estando ebrios y que en la cama tenían una excelente química ¿Pero igualdades más profundas? ¡Para nada! Ambos entendieron desde al principio que era una relación que nacería para morir, por ello se plantearon disfrutarla hasta que el fin inevitable llegara. Y cuando ese llegó en vista de que pasaban peleando y solo lo solucionaban con sexo, cosa que también empezó a aburrirles, entre gritos e insultos decidieron terminar, pero antes de separar sus caminos, creyeron que una despedida no estaría mal en honor a los buenos tiempos.
Sin embargo, algo ocurrió ese día.
En medio del coito, Kyuhyun sintió algo extraño en su miembro, comprobando al final que el condón se había roto. Ambos lo miraron, no le tomaron gran importancia y siguieron individualmente con sus vidas, total ¿Qué tan posible era haberla jodido solo por algo tan pequeño?
Hoy, un año y medio después, Kyuhyun veía las posibilidades puestas en su contra y el tamaño de su desastre en los ojos molestos de Sena.
-¿Po-por qué diablos no me avisaste antes?-Preguntó Kyuhyun, cada vez más cerca de un paro cardio-cerebral-muscular-respiratorio – No puedes llegar y aparecerte con un bebé ¡Por Dios! ¡Un niño!
-Es niña, idiota- Contestó ella- Y me negué a contártelo por varias razones. La principal es que me enfurecí tanto cuando lo supe que te odié con todas mis fuerza y sabía que si te veía te mataba. Tú sabes que soy capaz. Después, pensé que no estaba todo perdido y que podía abortar, pero temí por el aspecto de mi cuerpo y mis padres son unos viejos metiches y religiosos que me estuvieron vigilando a todo minuto para que no huyera a una clínica para salirme con la mía. Finalmente, intenté cambiar, ser más humana y una madre para ella. Asumir completamente mi responsabilidad y resignarme a ser una socialmente menospreciada madre soltera.
-Bu-bueno, entiendo ¿Pero qué quieres que haga? Te daré pensión y toda la ayuda que necesites si es lo que quieres- Ofreció.
-¿Qué? No, no quiero eso- Despreció la castaña- Es otra cosa. A ver… Sostén a la bebé.
El chico ofreció sus manos temblando como gelatina para recibir al bultito. Era tan pequeña y frágil.
-Ok, la tengo bien afirmada- Dijo el mayor, dirigiéndose más a si mismo que a Sena. Le daba miedo la existencia de la recién conocida bebé y más aún estar tocándola.
-Bien, ahora es completamente tuya- Sentenció la chica con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿¡AH!?- Esta vez a Kyuhyun no le importó mantener el tono de voz. Si no mostraba lo completamente impactado que estaba caería en un eterno estado de coma.
-Lo que oyes- Masculló la chica tomando el bolso que había dejado entre sus piernas- Dije que intenté hacerlo, no que lo logré. Es irremediable, no tengo madera de madre y mis planes futuros no encajan con una hija.
-Es broma ¿Verdad?- Preguntó Kyuhyun con una risa nerviosa- Como me vas a dejar así a… ¿Cómo se llama?
-No tiene nombre.
-¿¡No la has registrado!?- El más alto preguntó atónito.
-No se me ocurrió ningún nombre ¿Ok? Ni eso pude lograr.
-¿¡Qué tan desnaturaliza---
-¡Oye! No te atrevas a insultarme con esas mierdas- Amenazó con los ojos chispeantes- Porque si ella está sana y robusta es gracias a mí. Ocupé tiempo precioso de mi vida cuidándola, aprendiendo a asistirla y haciéndola dormir. Claro, agradezco que todo el esfuerzo me haya hecho bajar unos cuantos kilos, pero eso no paga las horas de sueño pérdidas, el horrible cansancio y que de tanto amamantar mis pechos dolieran como el infierno.
-Esto…
-Por cierto, no debes preocuparte por eso ya que hace un mes empecé a darle leche en fórmula. Está en este bolso para que sepas cual debes conseguir- Añadió abriendo dicho objeto- También está toda su ropa, unos cuantos pañales, sus juguetes, el comprobante de parto y otros documentos para que la registres y varias cosas más.
-Y-Yo…
-Mira, Cho- Lo volvió a interrumpir- Vienes de una familia llena de pasta y aún así te compraste el condón más barato que encontraste así que gran parte de la culpa es tuya. Debes aceptar las consecuencias que te toquen, sean las que sean, y estas son las tuyas. Yo no estoy dejándote a mi hija porque sea una perra desalmada como crees, yo la quiero, pero sé que no puedo cuidarla porque no nací para eso y no lograría hacerlo bien aunque tuviera toda la ayuda del mundo. Yo le haría daño y ella me haría daño a mí, nos destruiríamos. Entonces, como soy consciente de ello, tengo el deber de buscarle al reemplazo adecuado, o sea, su padre. Tú eres su padre. En toda nuestra relación solo me acosté contigo y es claro que al terminar no pude hacerlo con nadie más así que estoy 1000000% segura, así que asume tu responsabilidad y no te atrevas a dudar de mí. La niña se queda contigo. Lo que hagas después, ponerla en adopción o dársela a alguien que la quiera, es cosa tuya. Adiós.
-¡Oye, no!- Kyuhyun la llamó antes de que volteara- N-No puedes irte. Abandonarla así como así…
- Con que no puedo ¿Eh?
-Entiendo tus razones, pero no puedes hacerme esto. Recién me enteré, acabo de conocerla y… y… no sé nada de bebés.
-Yo tampoco sabía cuidarla, pero por tu causa aprendí. De seguro tú también aprendes, querido- Respondió Sena volviéndose a voltear y recobrando su expresión firme y molesta que había abandonado hace unos segundos.
-¡Que no te vayas, maldición!- Kyuhyun también volvió a detenerla, esta vez tomándole un brazo- S-Sí lo haces, dejaré a la bebé en el sillón, te perseguiré y te llevaré con la policía denunciándote por abandono de menores …¡Ah, y también por vender drogas cuando estábamos juntos!
-Oh…- La chica miró por unos segundos al nervioso y nada seguro Kyuhyun tratar de hacer una expresión molesta- ¡Mira, tu novio volvió a asomarse!- Apuntó hacia la cocina, logrando que Kyuhyun se distrajera y consiguiendo la oportunidad de soltarse y correr tan rápido como sus pies se lo permitieran.
-¡O-oye!- Gritó con la cabeza inclinada hacia el pasillo del piso, viéndola escapar y desaparecer en menos de tres segundos.
Hace una hora era plenamente feliz y se sentía en paz consigo mismo. Ahora tenía un bebé cuya madre simplemente se había marchado.
El grito desgarrador que quemaba en su garganta pero que reprimió se oía fuerte en su interior. Los 28 grados que sofocaban a la ciudad no significaban nada con el horrible frío que recorrió su cuerpo y le hizo tiritar. Pero el pánico que le envolvía en ese momento no era nada comparado al sentido cuando Sungmin se asomó nuevamente, esta vez con el cuerpo completo y más curiosidad.
-¿Ya se fue aquella chica, Kyu?- Le preguntó algo inseguro por la expresión espantada que traía su novio. Un gemido impresionado salió de sus labios al ver el bulto sobre los brazos de Kyuhyun- ¿Q-Qué es eso?
El mayor no vio nada bueno venir por la expresión entregada.
-Hy-Hyung- Balbuceó después de unos segundos- Ne…Necesito que te sientes.
Y como no quería repetir los mismos errores del pasado con Sungmin diciendo mentiras y haciendo estupideces, se decidió a decirle la verdad de una vez, sin embargo por el terror hacerlo no era fácil y menos entendible.
Después de que Sungmin se acomodara en el sillón de la sala y Kyuhyun se diera mil vueltas delante suyo con el bebé a cuestas, se animó tembloroso a sentarse al lado de su novio y enseñarle a la niña.
-¿U-Un bebé?- Obvió el mayor, impactado.
-Es-Esta bebé…e-es mía…es mi hija…-Contestó tiritando las dudas del otro- La chica que vino…era…era su madre…
Kyuhyun no se atrevía a poner los ojos en el rostro del mayor, y asociando esa reacción con las palabras dichas, el cuerpo de Sungmin de repente se sintió débil, la vista se volvía nebulosa y en su pecho crecía un dolor agudo.
-E-Entonces tú…- Balbuceó el pelinegro, suponiendo lo peor.
-¡No!- Kyuhyun lo paró de inmediato, acomodando al bebé en el otro sillón más pequeño para acercarse a su novio- Escúchame.
-A-ah…
-Escúchame, Hyung. Ni siquiera lo pienses, ni lo imagines- Le ordenó con voz firme, tomando su rostro y atreviéndose a juntar sus temblorosas miradas- No te he engañado, nunca podría hacerlo. Te amo y desde que estamos juntos no puedo mirar a nadie más.
-Pe-pero- Sungmin susurró con los ojos rojos, aún sin saber que creer.
-Mira, mira- Dijo corriendo a buscar el bolso que Sena le dejó y tras rebuscar un poco, sacó el comprobante de parto, buscó la fecha de nacimiento y se la enseñó a Sungmin- Este bebé nació hace 6 meses y contando los 9 meses de gestación, dime, ¿Cuándo fue concebida?
-En…Febrero…del año pasado…-Calculó con certeza.
-¿Y cuando nos conocimos? ¿Cuándo nos conocimos, amor?- El menor inquirió desesperado.
-En Abril…del año pasado…-Contestó Sungmin, sintiendo como el alma le regresaba al cuerpo.
-¿Ves? No te conocía cuando ocurrió- Dijo el menor acariciándole el rostro con una sonrisa triste.
-Perdón por sospechar…- Sungmin se lamentó buscando demandantemente los labios del otro- Es que con solo imaginarlo yo…
-No te preocupes, si fuera tú, yo también sospecharía de mí. Solía ser un completo estúpido, no merezco la confianza de nadie.
-No eres estúpido y has sido un buen novio, mereces toda mi confianza.
-Cambiarás de idea cuando te cuente lo que sigue.
-Pues veamos, dime que sigue- Suspiró Sungmin haciendo ademán con la mano para que el menor se sentara a su lado- ¿Qué es todo esto? ¿Hace cuanto sabes que tienes una hija?
-Hace 20 minutos.
-¿Ah?- El azabache pestañeó sorprendido.
-No he visto a Sena, mi ex, desde que terminamos y fue precisamente en ese entonces cuando nos acostamos y pasó esto…
Sungmin quedó congelado por unos segundos con los ojos como platos.
-De verdad eres estúpido- Comentó atónito.
-Mmmm…-Kyuhyun suspiró pesaroso, dándole la razón con la cabeza.
-Pero yo te amo, y lo hecho, hecho está- Agregó el azabache, abrazándolo y besando una mejilla de su novio, no tan seguro como quisiera mostrarse- Como sea, tienes una hija ¿Por qué Sena vino a dejártela?
-Para eso: Dejármela…por siempre.
-¿¡Que cosa!?- Esta vez Sungmin no pudo mostrarse calmado.
-Sena es una víbora venenosa, ni dando a luz a una hija se le pudo quitar- Contó mirando el suelo- No me quiso contar nunca durante todo este tiempo y ahora llegó, me soltó egoístamente que no va con sus planes cuidarla, la dejó y se fue corriendo.
-Pe-pero es su hija…- Sungmin no podía creer lo que oía- ¿Cómo puede dejarla así como así?
-No es una persona que se destaque por priorizar los sentimientos de los demás. Ella piensa en lo que significa un beneficio para sí misma y nada más. Siempre me lo dejó claro y como yo no la quería para algo serio en ese tiempo, acaté sus términos y saqué tanto “provecho” como pude de la situación.
Sungmin miró el suelo atónito. El nunca había conocido el lado oscuro que Kyuhyun tuvo alguna vez, siempre vio su lado más calmado y después de que su presencia sanara a su novio, el Kyuhyun rebelde se esfumó completamente.
Como pudo volvió a levantar el rostro y miró a su novio. Este miraba fijamente al bebé y empalidecido tiritaba muerto de horror. El mayor trató de dejar atrás su propio temor y volvió a abrazar a Kyuhyun.
-Hey, cálmate- Le susurró sobando su espalda- No entres en pánico, todo tiene solución.
-No lo sé Hyung, nunca me esperé esto- Farfulló aferrándose al bajito- Pensé que por fin estaba en paz, que por fin me había librado de todo, y no… no es así…tengo una hija ¡Una hija, Hyung!
-No es cualquier cosa sin duda- Le secundó el mayor.
-Claro que no lo es, porque no es una enfermedad, un problema financiero o con la policía, es un ser humano, pequeño y frágil ¿Qué voy a hacer, Hyung? ¿Qué voy a hacer?
Repitió a punto de romper a llorar, abrazando más fuerte al otro. Sungmin nunca vio tan débil al menor y a pesar de lo serio que se veía esto, no dudó un segundo en que tenía que ayudarlo y estar con él sí o sí.
-Calmarte es lo primero que debes hacer- Le habló con calma, mientras este volvía a incorporarse- Eso es.
Sungmin buscó sus ojos y acarició su rostro con ternura. Kyuhyun pareció relajarse con esto, hasta que un leve quejido de la bebé los alertó. Ambos se levantaron y la miraron con temor.
-Segundo: Debemos llamar a Sunny y Changmin-Sentenció el mayor.
Rato después, en la habitación de un departamento en el mismo edificio de ellos, el celular de una delgada y bella chica los despertaba abruptamente a ella y a su esposo de una reponedora siesta.
-¡Ah, sí! ¡Hola! ¡Que tal! – Al contestar casi involutariamente, soltó las primeras palabras que vinieron a su mente- Digo...¿Aló?
-Sunny, soy Sungmin, te necesito urgentemente- Contestó su receptor.
-Ummm ¿Qué tan urgente?- Preguntó estrujándose como un felino- Estaba durmiendo y la verdad es que me gustaría seguir haciéndolo.
Dijo acomodándose en la cama, pero en cuanto Sungmin le contó a grandes rasgos lo sucedido, toda la pereza desapareció y se levantó de golpe.
-¿¡QUÉ KYUHYUN-OPPA QUÉ!?- Gritó impactada- A-ah...¡Sí! ¡Sí! ¡Después me explicas! ¡Vamos enseguida!
Dicho esto colgó rápidamente y removió bruscamente al que dormía a su lado.
-¡Cariño, despierta!- Le llamó mientras él se tapaba la cabeza como una almohada- ¡Kyuhyun-oppa tiene un bebé!
-¿Y cuándo se embarazó que no lo supe?- Bromeó negándose a abrir los ojos.
-No bromees ahora, una chica llamada Sena fue a dejarle una bebé y nos necesitan.
- ¿Se-Sen--?¡Por el amor de Dios!- Espetó fuerte el alto hombre, hundiendo más la cabeza en la almohada. De sobra sabía de esa ex de Kyuhyun y de su nada agradable personalidad.
Y el estómago se le revolvió más al llegar al departamento y ver el mismo al bebé en cuestión. Sunny por su lado yacía sentada en el otro sillón, escuchando impactada a Kyuhyun contarle con detalle lo sucedido.
-¿¡Que eres estúpido!?- Preguntó al unísono la pareja apenas el relato terminó.
-¡Se que soy estúpido pero que me lo digan no ayuda en nada!- Gritó Kyuhyun de vuelta.
-¿Pero cómo…? ¡Ahhhhh, por Dios!- Clamó la rubia tomándose la cabeza.
-Sabemos que es impactante, pero no podemos estar lamentándonos por eso. Hay que hacer algo ahora- Terció Sungmin- Necesitamos que nos ayuden. Sunny, a mi me gustan los bebés pero no sé nada de ellos.
Por el fuerte tono de voz que usaron al hablar, el bebé no tardó en despertar definitivamente y ponerse a llorar por el ruido. Sunny suspiró.
-Está bien, perdón por alterarme- Lamentó levantándose- Entonces, empecemos de una vez. Antes de buscar una solución más concreta, primero necesitamos que la bebé tenga un lugar provisorio aquí.
Los dos chicos asintieron y de inmediato se pusieron en marcha. Sunny tomó a la bebé en brazos y trató de calmarla; Kyuhyun buscó los pañales para saber cuáles comprar mientras Sungmin y Changmin despejaban la sala para hacer con frazadas y cojines del sillón una cama improvisada al bebé. No era mucho, pero no podían acelerarse a comprarle cosas si aún no sabían qué pasaría con ella.
Al regreso del castaño, Sunny se la entregó para que tratara de familiarizarse en tanto ella preparaba leche tibia. Kyuhyun volvió a tensarse cuando la pequeña niña en sus brazos aún lloraba, no tan fuerte pero lo hacía ¿Qué se supone que debía hacer? Con casi un colapso nervioso, se animó a mecerla suavemente mientras le susurraba una canción que su hermana le cantaba cuando él era pequeño. Aquello era algo muy personal para él, pero no habiendo algo más personal que una hija ni dudó en cantársela. Para su sorpresa, poco después la bebé empezó a calmarse hasta dejar de llorar totalmente.
-¡Hey, lograste serenarla!-Celebró Sunny, llamando la atención de Sungmin y Changmin quienes recién habían terminado.
-S-sí, eso creo- Susurró nervioso el más alto, temiendo que la bebé volviera a llorar.
-Pensé que nos tardaríamos horas en hacerlo porque somos desconocidos para ella, pero al parecer supo reconocer a su padre- Agregó la recién graduada parvularia, entregándole la mamadera a Kyuhyun- Toma, dale su leche.
El chico tomó inseguro la botellita y miró a la niña. Sus pequeños y rasgados ojitos estaban fijos en la cálida bebida, al parecer tenía hambre, así que no haciéndola esperar, Kyuhyun se sentó y le acercó la mamadera a la boca.
-Woh…- Susurró.
No era gran cosa, pero se quedó embobado mirando como la pequeña puso sus manos sobre el biberón y cerrando los ojos empezó a beber. Sunny aprovechó de limpiarle parte de la cara empapada por sus lágrimas mientras sus pequeños labios se contraían al absorber, e incluso cuando la rubia se alejó y todos se acomodaron alrededor de él, no dejó de observarla ¿De verdad ese acto tan brusco y sin cariño que Sena y él habían cometido dio vida a esa pequeña niña que parecía hecha con tanto esmero y amor? Casi no podía creérselo.
-Es muy bonita- La voz de Sungmin sonó suave a su lado, alejándolo de sus cavilaciones.
Kyuhyun volteó la cabeza, Su novio miraba concentradamente a la bebé con una especie de embeleso mezclado con confusión.
-Y bien ¿Qué van a hacer con ella?- La pregunta clave salió de los labios de Changmin mientras se acomodaba al lado de su esposa- ¿Se la quedarán? ¿La podrán en adopción? ¿Se la darán a alguien?
-¿Ustedes la querrían?- Preguntó Sungmin.
-¿Estás loco? Somos muy jóvenes- Rechazó Sunny.
-Te casaste con veintiún años y Changmin con veintidós, no me vengas con esas.
-Sí, pero casarse es algo muy diferente a tener un hijo. Además, lo hicimos a espaldas de nuestros padres, somos inmaduros- Se excusó la chica acurrucándose en el pecho de su esposo- Aunque no me arrepiento.
-Entonces si ustedes no la quieren, entregársela a cualquiera está vetado- Acotó Kyuhyun suspirando- Solo queda asumirla como mi hija o dejarla en manos de un centro de adopción donde ellos elijan a la pareja idónea para ser sus padres.
-¿Y qué piensas de esas dos opciones?
-Por un lado, pensando en mi bien, lo mejor es la adopción, además tener padres homosexuales sería duro para ella, aunque por otro lado…
Kyuhyun hizo una larga pausa que llamó más la atención de todos.
-¿Por otro lado qué, oppa?- Preguntó la rubia con tono cariñoso.
-Es mía- Sentenció- Acabo de enterarme de su existencia, no sé nada sobre ella y tampoco sobre cómo cuidar bebés, pero dejarla así como así, del modo que Sena lo hizo…Siento que yo no podría. Mi sangre corre en sus venas, mi adn. Ella es parte de mí, es una parte buena de mí porque está viva y sana. Es el ser al que me corresponde cuidar y amar más que a mi vida, no vas y lo abandonas simplemente…
-Entonces no lo hagas y quédatela. Nosotros vamos a ayudarte en todo lo que necesites- Ofreció Changmin.
-No lo sé…- Dijo sacándole suavemente a la niña el biberón vacío de la boca- Debo pensarlo…
-Pero primero, debes sacarle los gases- Intervino la rubia.
-Descuida, yo lo haré- Dijo Sungmin, poniéndose una de las mantitas de la bebé en su hombro y quitándole a la niña de los brazos a Kyuhyun.
-Ah…- El chico boqueo levemente perplejo.
-Tranquilo, puedo hacerlo- Le alivió Sungmin- Ve a la habitación, abre las ventanas y reflexiona un poco.
Kyuhyun lo miró por unos segundos. El azabache le sonreía levemente tratando de reconfortarlo con eso, pero sus ojos seguían albergando esa extraña mezcla de emociones. Quiso hablar con él y saber que estaba sintiendo, pero lamentablemente ahora no era el momento idóneo para eso.
-Está bien- Aceptó al final, y sin más se levantó y se fue a su habitación.
La primera hora enclaustrado con sus pensamientos pasó lenta, hasta que Sunny interrumpió su soledad con la bebé llorando. Al parecer, mientras el reflexionaba, varias cosas habían pasado. Primero Sungmin había palmeado su espalda para que botara los gases, rato después tuvieron que cambiarle los pañales, luego se durmió y a los minutos después volvió a despertar.
-Se que necesitas tranquilidad, pero la bebé se remueve mucho en mis brazos y no puedo volverla a dormir- Se excusó Sunny- Tu pudiste antes así que…
-Está bien, déjala conmigo- Kyuhyun acepto sin objeción alguna- Yo me quedaré con ella desde ahora.
-Ok, estaremos afuera para cualquier cosa que necesites ¿Sí?- Recordó ella.
-Lo sé, gracias- El castaño le sonrió desganadamente.
Cuando la rubia volvió a cerrar la puerta Kyuhyun miró a la bebé llorando en brazos.
-Vamos, vamos ¿Por qué lloras? – Le susurró elevándola sobre su cabeza- Si quieres algo debes indicarlo, no es necesario llorar. Por ejemplo mírame, estoy aterrado porque tú de repente has aparecido a alterar todos mis planes y temo que mi novio ya no quiera estar conmigo, pero no estoy llorando ¿Ves?
Era claro que la bebé no entendía nada de lo que le decía Kyuhyun, pero prestaba tanta atención a lo que decía que pronto dejó de llorar. Esta vez se movía como si estuviera nadando en el aire y balbuceaba cosas indescifrable.
-¿Qué? Anda, dilo ¿Qué quieres de mi? – Le exigió el mayor- Indícamelo si no puedes decirlo.
Y entre sus movimientos excitados, la pequeña estiró sus cortos brazos hacia su padre, balbuceando más fuerte. Kyuhyun parpadeó desconcertado, atrayéndola nuevamente hacia él.
-¿Por qué me quieres?- Le preguntó, con el ceño fruncido- Sí, se que ya no tienes madre y buscarla no serviría de nada porque volvería a huir, pero yo no soy mejor que ella.
La bebé por su lado respondió gimiendo mientras se acomodaba en el pecho de Kyuhyun para dormir.
-Ni siquiera deberías acomodarte así sobre mí, no me conoces- Argumentó- No sabes si te voy a cuidar bien y ni yo lo sé. Traté de hacer feliz a Sungmin- Hyung y mira como salió. Estarías más segura con una familia que de verdad ansiara tener a una bebé como tú. Eres pequeña, robusta, rosada y linda, tu cabello es castaño claro como el de tu mamá, las parejas infértiles te pelearían, pero , ¿Por qué me quieres a mí?
La voz de barítono que Kyuhyun poseía desde la cúspide de su adolescencia parecía un arrullo tan potente como la canción de su hermana Ahra, porque de repente a la bebé no le importaba lo que él decía y de a poco se aferraba con sus pequeñas manitos al suéter de Kyuhyun para caer en un profundo sueño. El castaño bajó la vista lo más que pudo y miró la cabecita casi llena de cabello de la lactante adornada por un pequeño moñito rosa.
-¿Y por qué si solo vas a complicar mi existencia y podrías quitarme al amor de mi vida yo también quiero permanecer a tu lado?
Las horas pasaron hasta que el cielo estrellado hizo su iluminada aparición. De tanto pensar Kyuhyun vio la solución en estirarse en la cama de dos plazas que compartía con su novio y dejar a un lado suyo a la bebé. Cuando ni así supo que decidir, sus parpados pesaron y simplemente se durmió. Pero rato después, los gemiditos de la bebé sonando por largo rato volvieron a traerlo a la realidad. No era llanto lo que se oía, pero de todas formas se levantó sobresaltado. Aceleradamente buscó con la vista a la bebé, pero encontró más de lo que esperaba. Desconcertado observó cómo cerca de la ventana, Sungmin cargaba a la bebé. Ella celebraba emocionada cuando Sungmin agarraba con su mano la suya para indicarlo a él mismo.
-Yo, soy Sungmin, Suuuungmin. Repítelo conmigo, Sung-Min – Le pedía concentradamente a la bebé, mientras ella solo podía repetir “Mi” en respuesta- Vamos, Sungmin, Sungmin. Yo me llamo Sungmin ¿Y tú cómo te llamas?
-Mi…Mi…
-¿Mi? ¿Mimi? Que nombre tan raro- Rió el azabache- Debemos buscarte uno mejor ¿No crees?
La conversación con la bebé pronto terminó cuando Sungmin oyó al menor levantarse de la cama. Este seguía mirándolo confundido, sin embargo, el azabache no le dio importancia alguna a su gesto.
-Kyuhyun, debes ser más cuidadoso al dormir junto a la bebé. No le pusiste nada a un lado para protegerla, pudo caerse de la cama- Lo regañó sin enojo en su voz.
-Ah, lo siento, me quedé dormido sin darme cuenta- Se excusó volviendo en sí.
- Bueno, no importa. Toma lo que te dejé en el velador- Indicó un mediano plato hondo- La comida se estropeó después de que la bebé llegó porque se me olvidó por completo atender las ollas, así que boté lo otro y preparé ramen.
-Con eso basta- Le animó, acercándose al pequeño mueble- ¿Sunny y Changmin siguen aquí?
-Sí, están viendo televisión en la sala- Dijo acomodándose en un rincón de la cama, al lado del castaño que ya había empezado a sorber fideos- Están preocupados por lo que vas a decidir, no se irán hasta que les digas. Ya sabes como son.
-Lo sé- Contestó, comiendo otro bocado más de los fideos flotando en la humeante sopa, y no alcanzó a llevarse un tercer bocado cuando la pequeña tomó una de sus mangas y empezó a removerse- Oh, creo que quiere que la tome.
Después de volver a dejar el plato en el velador, Sungmin le ofreció la bebé al castaño y luego acomodó su cabeza en el hombro de este.
-O quizás tiene hambre- Sugirió el mayor observando como la niña miraba el plato al costado- Luego le pregunto a Sunny que come un bebé de su edad.
Poco interesado en esa acotación, Kyuhyun giró su cabeza hacia el hombro en el que Sungmin estaba apoyado y después de unos segundos, buscó inseguro sus labios. Pensó que el azabache se los negaría, no tenía una razón concreta para pensarlo pero lo creyó, sin embargo, estos no ofrecieron resistencia alguna y aprovechando esto, los tomó intensamente, como si nunca más en la vida fuera a besarlo, aunque solo pensar eso le revolvía el estómago. Ya rato después, casi sin aire, soltó su boca y respiró agitado sobre ella. El mayor se quedó estático en su lugar, mirándolo con los ojos chispeantes y las mejillas arreboladas.
-¿Qué harás con la bebé?- Preguntó en un susurró. Kyuhyun suspiró.
-Quiero…quedármela. No siento correcto dejársela a alguien más, ni siquiera si es más capacitado que yo. Pero… ¿Tú qué piensas al respecto?
Sungmin volvió a sentarse bien y miró el techo pensativo.
-Bueno… es una situación complicada sin duda y que se complicará más a futuro- Respondió en un suspiro- Pero si crees que puedes superar el reto de volverte padre de la noche a la mañana, entonces yo podré amarla como si fuera de mi sangre.
Kyuhyun botó aire con fuerza, como si después de muchos años le hubieran dejado respirar.
-Yo te amo Kyuhyun, lo sabes, y si tú no quieres dejarla, la cuidaremos- Agregó, acariciando el rostro del castaño.
Una sonrisa aliviada se formó en el rostro de Kyuhyun, y sonriente dijo: -Entonces está decidido, me la quedaré.
-Y yo estaré a tu lado- Completó Sungmin, abrazando desde su sitio a Kyuhyun y a la bebé en los brazos de este.
Ninguno de los dos estaban seguros del futuro que les esperaba, pero desde ahora, serían una familia y necesitaban de todo su coraje y amor para hacerla funcionar.
La historia de Kyuhyun y Sungmin recién comenzaba.
Continuará…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario