Capítulo 3: Y así fue como continuamos...
Las familias de ambos habían decidido ir a visitarles para festejar juntos la Navidad y de paso, ver que tal iba la pareja, por lo que en conjunto se organizaron para recibir a los invitados. Días antes, limpiaron la casa de arriba a abajo, aunque no era complicado por lo poco amueblada que estaba. Las pocas cosas que habían comprado y las que trasladaron de sus casas apenas cubrían la mitad del espacioso comedor.
A pesar de ello, Sungmin insistía en dejar impecable cada rincón, debido a su manía por la limpieza y por la ansiedad que el suceso le causaba: Iba a encontrarse con sus padres y sus suegros. La única comunicación que había tenido con los primeros durante su estadía en Seoul había sido por teléfono y a los segundos, los vio por última vez cuando se fue de Busan, no sabía cómo reaccionarían al verlos convivir como una pareja, teniendo una vida casi independiente y una relación que incluso se había consumado. Sabía que sus padres estaban locos y no les importaban mucho las cosas, pero aún estaba asustado y nervioso pensando en lo que ellos y sus suegros dirían. Su preocupación se sentía aún más la noche anterior a la llegada de las visitas, provocando que Kyuhyun lo notara.
-Hey- El castaño le llamó desde atrás. Ya se habían ido a acostar y Kyuhyun le tenía abrazado de la espalda- ¿Estás bien?
-A-Ah...Si...
Respondió poco convencido, haciendo suspirar al menor.
-Amor, todo estará bien- Le dijo besándole su hombro- Ni tus padres ni los míos dirán cosas malas. A los tuyos no les parece mal que estemos juntos y los míos lo están asimilando.
Sungmin volteó su rostro hacia arriba para mirar a su novio, aún con preocupación en sus ojos.
-Debemos demostrarles que nos amamos y que estamos felices juntos - Agregó el menor- Si tú no puedes aceptarlo, no les darás la confianza a ellos de hacerlo.
El rubio le miró un rato en silencio, y dándole la razón en su mente le sonrió, volteó completamente su cuerpo para besarlo en los labios y luego acurrucarse en su cálido pecho.
El 24 de Diciembre llegó y con él, las visitas, y como si su carencia de cosas para el hogar fuera una realidad mundial que todos conocían, las familias llegaron llenas de presentes para la pareja. Después de largos saludos, los Cho entregaron a su hijo algunas frazadas para pasar el invierno sin problemas, ropa que se le había quedado a Kyuhyun en Busan, vajilla y en vista del buen rendimiento de Kyuhyun en la universidad, un notebook.
-Woooh, mamá- Exclamó carcajeando el castaño al ver el aparato- Pero esto debiste dármelo como regalo de Navidad.
-No no no, esto es una necesidad. Los regalos para ti y Sungmin están en el auto. Mañana se los entregaré.
-Gracias mamá, aunque creo que es demasiado.
-¿Como que demasiado?-Preguntó abrazándolo- Estás lejos de casa y no te he visto en meses, necesito asegurarme de que estás viviendo bien.
El chico volvió a reír, recibiendo el posesivo abrazo de su madre, mientras Sungmin pasaba por una situación similar, pero con su padre y su hermano menor incluido.
-Yaaaah- Reclamó riendo- Me están ahogando.
-Es que te hemos extrañado mucho, mi pequeño conejo.
-En la casa se nota tu ausencia- Rió su padre- Está todo hecho un chiquero.
-Ay, por Dios- Se quejó el rubio alejándose para poner sus brazos en jarras- ¿Qué edad tienen?
-Tengo 50 años y sigo siendo una jovencita.
Exclamó la madre, haciendo una pose exagerada de supermodelo, provocando una leve carcajada en su hijo.
-Como sea ¿Que han traído? Pareciera que empacaron la casa y la trajeron hasta acá.
Acotó, mirando la enorme cantidad de bolsas y cajas en el piso del comedor.
-En la caja más grande hay un árbol de Navidad.
-¡Woooh!
-En una de las pequeñas hay adornos para decorarla, en otras dos más hay vino y ponche- Sungmin se pegó una palmada en la frente. Sus padres nunca cambiarían- En esa otra hay chucherías tuyas y...¿Qué más?
-En las bolsas hay frutas y verduras que te mando la abuela.
Agregó Sungjin, el más pequeño de los Lee.
-Ah, cierto, cierto...y...- Su madre rebuscó en su bolso y sacó un paquete que puso en las manos de su hijo- Aquí hay marihuana.
Sungmin abrió desmesuradamente los ojos. De verdad nunca cambiarían.
-¡Mamá, no quiero drogas!
-Estás en la universidad, aprovéchalo querido.
-¡Que no!
-Ay, este niño siempre tan derechito- Se lamentó su madre botando aire- Al menos úsalo cuando tengas sexo con Kyuhyun, se siente diferente cuando estás drogado.
El rubio casi se va de espaldas al oír semejante cosa.
-A-ahh...ma...mamá...-Reclamó, casi sin poder respirar, sonrojado de pies a cabeza y con una mano en la boca- Por Dios...
Y sin poder soportar más la vergüenza, tiró el paquete al suelo y huyó al baño.
-No ha cambiado nada ¿No crees, amor?
Le preguntó la señora Lee a su esposo viendo como su hijo escapaba, a lo el hombre respondió encogiendo los hombros.
De vuelta con los Cho, los hermanos tenían una corta conversación igual de picara mientras se abrazaban.
-Ahhhh, te he extrañado tanto hermanito- Suspiró Ahra para luego susurrarle al oído en tono bromista- ¿Cómo te ha ido con Sungminnie? ¿Ya te deja que le toques los codos siquiera?
"¿Los codos? Noona, ni te imaginas las zonas que le he tocado, y no con las manos precisamente" Pensó Kyuhyun sonriendo aunque fingió indignación para no tener que contarle.
-Que graciosa eres, Noona.
Rió con sarcasmo.
El día avanzó sin mayores contratiempos. Algunos de los invitados recorrieron el pequeño departamento, se refrescaron en el baño, charlaron con la pareja y la gran mayoría durmió siesta por lo cansados que les dejó el viaje. Ya cuando la noche empezó a llegar, los padres fueron con Sungjin a comprar algunos cocteles para la cena de noche buena, en la cual Sungmin aplicaba su talento en prepararla.Y mientras el rubio estaba atento en una sartén, Kyuhyun apareció por detrás, le puso un gorrito de chef que se consiguió quien sabe dónde y le abrazó por la espalda.
-¿Cómo has estado?
Le susurró el menor en el oído, refiriéndose a la presencia de sus familias.
-Bien, ni mis padres ni Sungjin parecen incómodos en algún grado, y tu familia ha sido amable conmigo, aunque a tus padres aún no se les ve tan convencidos.
-Tu les agradas, solo que aún les falta para acostumbrarse totalmente. Todo pasará a su tiempo- Le dijo depositando un besito en su cuello- Solo hay que tener paciencia ¿Si?
-Ok.
Kyuhyun los estrechó entre sus brazos con más fuerza al oír la respuesta, aspirando el dulce olor de su novio, y sin deseos de querer seguir resistiéndose, retiró suavemente las manos del rubio de la sartén y el cucharón con el cual revolvía las verduras y lo volteó para que quedara frente a él.
-¿Uh? ¿Qué haces?
-Necesito besarte.
Respondió tomando su rostro y contemplando los labios ajenos con gula.
-P-Pero nuestras madres y Ahra-Noona están en el comedor conversando. Podrían vernos.
-¿A quién le importa?- Resopló ansioso- Ellas deben aceptar todos los aspectos de nuestra relación, y uno de ellos es que me encanta comerte la boca.
Inmediatamente, el chico juntó sus labios con los del más bajo, el cual se sonrojó por los nervios...pero...sabía que su novio tenía la razón, debía dejar de preocuparse por la opinión de los demás y pensar solo en lo que ellos querían, y Sungmin ansiaba un beso tanto como su novio, por lo que bajó el volumen del fuego que calentaba la sartén, enredó sus dedos en el cabello de Kyuhyun y se dejó llevar por el ritmo que el otro imponía.
-Oh,Dios...- Exclamó Ahra sonrojándose al poner su vista en la cocina, provocando que las dos madres también voltearan a ver- Kyu y Sungminnie se están besando...
-Aigooo, que lindos se ven- Acotó la madre de Sungmin, tomando su copa de vino- ¡Brindo por eso!
Y de un empujón se tomó todo el líquido, mientras la madre de Kyuhyun aún miraba impactada la escena. El castaño tenía rodeado de la cintura a su novio con una mano y con la otra acariciaba suavemente una de las mejillas sonrojadas del rubio, mientras lo besaba con parsimonia y dulzura candente, teniendo los ojos suavemente cerrados. Mirara por donde se le mirara, había mucho amor en la imagen.
-Dios...-Boqueó la señora Cho, sonriendo levemente al final- De verdad se ven lindos...
-¡Vaaaya! Creí que no estaría viva para ver esto- Rió Ahra, sacando su celular para tomarles una foto- Bien, aquí tengo un registro del momento... Aunque por supuesto es para fines científicos...
- Hazme una copia a mí- Dijo la madre de Sungmin- Tam-también para miles cientíticos...
-Por Dios, Ahjumma- Suspiró Ahra- Ya estás borracha y ni siquiera ha comenzado la cena.
-Querida, yo nací borracha.
Aclaró haciendo reír a las dos mujeres.
Y mientras tanto, en un punto no muy lejano del departamento, los padres caminaban amenamente teniendo una interesante conversación.
-Y bien, Lee ¿Que sentiste o hiciste cuando Sungmin te dijo que estaba saliendo con Kyuhyun?
-Que sentí…mmmm…en realidad, no fue algo que descubrí de un momento a otro. Sungmin tenía varios amigos en Busan ¿Sabes? Pero al único que llevaba a casa era Kyuhyun y pareciera que desde que se conocieron, alguien les hubiera echado pegamento industrial. Pasaban juntos todo el tiempo, y aún así Sungmin se ponía nervioso a su lado- El hombre pausó para reír- Sabía desde hace mucho que sentían algo por el otro, y me dio gusto que después de tanto rodeo por fin se animaran a estar juntos como pareja. Mi hijo mostró valentía y algo de nuestro espíritu libre por primera vez para enfrentar sus miedos y conseguir lo que sinceramente quería. Eso está bien ¿No?
-P-Pero ¿No te decepcionaste? ¿O enojaste? ¿O algo?
Preguntó el señor Cho, incrédulo por el testimonio tan positivo del padre de Sungmin, quien rió levemente por la reacción ajena.
-¿Has visto la cara de estúpidos que ponen cuando se miran, Cho? - Le preguntó el señor Lee de vuelta, impresionándolo- Están enamorados y son felices juntos ¿No es eso lo que un padre desea? ¿Que sus hijos sean felices?
El padre de Kyuhyun miró nuevamente al frente, impactado por este nuevo punto de vista tan sabio recién revelado.
-Y es sabido que nosotros no podemos controlar lo que hará felices a nuestros hijos- Agregó abriendo una de las botellas de ron que habían comprado-Ellos tienen ese trabajo, porque son sus vidas y a nosotros como padres solo nos queda apoyarlos en lo que elijan ¿No crees?
-A-ah...pues si-Resopló el otro, volviendo en si- Tienes razón.
-Además...-Pausó para tomar un trago del alcohol- Hice demasiadas locuras con mi esposa cuando era joven, no tengo derecho de reprocharle nada.
El señor Cho bajó la cabeza riendo.
-Eres un vividor ¿He, Lee?
-Solamente disfruto la vida. Tú y tu esposa deberían salir con nosotros a divertirse y hacer lo mismo, están demasiado tensos- Le ofreció la botella para que bebiera, pasando un brazo por la espalda del señor Cho en señal de amistad- Les haría bien vivir un poco más la vida y celebrar por las cosas que tienen: Un buen matrimonio, una buena vida, una hermosa hija que ya es profesional y un hijo que le va bien en la universidad y es el que se la mete a mi hijo en su relación homosexual.
El último ejemplo hizo que el señor Cho escupiera todo el líquido en su boca y se atorara por varios segundos.
-¿Ves? Tienes tanto orgullo por ello que hasta se te ha salido por la boca.
Rió el padre de Sungmin ofreciéndole un pañuelo a aquel que trataba de volver a respirar normalmente. Sin duda los Lee eran personas extrañas e interesantes.
Al volver encontraron a las mujeres preparando las ensaladas ya que Sungmin tenía listo el platillo principal, por lo que él y su novio veían un partido de fútbol. Cuando el señor Cho entró y les vio sentados, se quedó pensativo. Su hijo tenía rodeada la espalda de Sungmin con uno de sus brazos, mirándole con los ojos brillantes y una sonrisa cálida, mientras el otro miraba empedernido los movimientos de los futbolistas. No halló más remedio que suspirar y sonreír. Su hijo definitivamente era feliz ¿Que había de malo en eso? Razones reales para estar decepcionado o enojado no habían.
Caminó tranquilamente hacia la pareja y se sentó al lado de Sungmin, quien se alarmó por su presencia y quitó rápidamente de su hombro el brazo de Kyuhyun, haciendo reír al hombre mayor.
-Dime, Sungmin ¿Que partido estás viendo?
Le preguntó, tratando de entablar una conversación con el pasmado chico.
-Ah, es un partido de caridad entre Seoul y Busan, señor.
- Ahhhhh, vaya ¿Y qué ha pasado con el campeonato? Por el trabajo no he logrado enterarme de los resultados.
-Hemos pasado a la semi-final, en unos días más competiremos contra Daegu.
-Ah, ellos han tenido una buena racha por el nuevo director técnico que tienen.
-Sí, pero aún tienen su defensa débil. Creo que si Busan se da cuenta a tiempo podríamos llegar a la final...
El señor Cho y Sungmin siguieron hablando cómodamente, provocando que incluso el primero palmeara la espalda el rubio en señal de aprobación. Kyuhyun les miraba sorprendido, aunque luego una sonrisa aliviada se formó en su rostro.
Unos cuantos minutos pasaron hasta que el banquete estuvo listo, por lo que todos los hombres debieron ir al estacionamiento y bajar la mesa y las sillas encima del techo de la furgoneta de los Lee, ya que sabían que los chicos no tenían ni siquiera esos muebles tan necesarios, así que debieron llevar los suyos.
Cuando la mesa llegó por fin al departamento y la cena navideña reposaba sobre ella, todos empezaron a comer amenamente.
-Ah, Dios- Suspiró la madre de Sungmin- Como extrañaba la comida de mi pequeño.
-Wow, de verdad está muy bueno- Exclamó Ahra- Ya veo porque mi hermano te puso los ojos encima, Sungminnie.
-No digas esas cosas, Noona.
Reclamó Kyuhyun.
-A ver ¿Entonces por qué estás tan robusto?
"Porque me lo estoy comiendo a él" Pensó maliciosamente mirando al mayor sentado al lado suyo, y como si hubiera leído sus pensamientos, Sungmin se atoró al sentir la vista de su novio encima, sonrojado hasta las orejas.
Después de ese pequeño accidente, la cena siguió agradable y cómoda. Los chicos estaban felices de poder compartir tan bien con sus familias a pesar de las inquietudes que aquejaban a Sungmin y en menor grado a Kyuhyun, pero tanto sus padres como sus suegros parecían cómodos y contentos al final del día así que no había nada que temer, de esa manera se lo confirmaron el uno al otro, al entrelazar sus dedos bajo la mesa y sonreírse tiernamente en algún instante de la cena.
Al terminar de comer, ambas familias compartieron juntas por varias horas, riendo, conversando, bebiendo y disfrutando, hasta que dieron las 11:30 de la noche y los padres decidieron que debían ir a hospedarse a un pequeño hotel ya que por razones obvias no estaban las condiciones para que se quedaran en el departamento, así que dejando a Sungjin quien dormiría en la habitación de su hermano mayor, las familias se fueron para volver al otro día en la mañana a pasar Navidad juntos.
-Waaaaaaah, estoy agotado.
Cuando todo en el comedor estuvo en orden y Sungjin ya dormía, la pareja entró a la habitación de Kyuhyun, siendo el rubio el primero en tumbarse en la cama y suspirar, mientras el castaño no perdía la oportunidad de ponerse encima de él.
-¿Estás cansado?- El menor lo miró algo decepcionado- Diablos, y yo que quería sexo navideño.
Sungmin abrió los ojos como platos.
-¿Se...sexo...navideño?- Pregunto sonrojado, sin creerlo- ¿Es...en en serio?
Kyuhyun se arrimó a su velador y sacó del cajón una barba blanca falsa y un gorro navideño.
-Jo jo jo feliz navidad.
El menor hizo una mala imitación del ídolo mundial de los niños, consiguiendo solamente un par de parpadeos atónitos del rubio. Aunque después...
-¡Oh por Dios!
Exclamó, partiéndose de la risa y tapándose el rostro para no ver la graciosa expresión de Kyuhyun. ¡Dios, si hablaba en serio!
-E-Eres...un bobo...Kyu...
-No seas malo- Le hizo un puchero acercándose más- Solo quería ponerte de ánimo.
-Lo siento, lo siento.
Dijo tratando de calmar su respiración soltando las últimas carcajadas.
-Pero ya- Insistió el menor rozando su nariz por el rostro ajeno- Quiero mi dulce navidad ahora...
-Es que...-El rubio miró dubitativo hacia un lado, volviendo a ponerse serio- Sungjin está durmiendo al lado... Podría escucharnos...
-Sungjin duerme como un muerto ¿Recuerdas cuando jugamos need for speed en tu casa y el estaba durmiendo en uno de los sillones junto a nosotros? Teníamos la televisión a todo volumen y él ni se inmutó.
-Si sé, pero...
-Vamos, no pude tocarte en casi todo el día-Suplicó el menor rozando sus labios- Kyu navideño necesita de tu amor.
El insistente chico empezó a besar sus mejillas y su cuello, también conocido como el punto débil de Sungmin. El rubio no pudo pensárselo mucho más al sentir el ardiente calor de su novio encima ¿Hace cuanto habían comenzado a hacer el amor? No había pasado mucho en realidad ¿Y hace cuanto Sungmin era incapaz de resistirse a los sucios deseos de su novio? Aunque aún le avergonzara, era vulnerable desde casi el mismo tiempo en que perdió la virginidad.
-Es-Está bien-Dijo finalmente- P-Pero quítate esas cosas...
-¿He? Pero si soy Santa Claus.
-Yo no quiero a Santa Claus...quiero a Kyu...
Le respondió mirando hacia otro lado, abrumado, a lo que el castaño le sonrió y lanzando las dos cosas lejos, atrajo el rostro del rubio hacia el suyo y le besó los labios.
Los minutos pasaron volando y los besos aumentaron su nivel de sensualidad. Los mimos tampoco tardaron en aparecer, al igual que la fricción de sus miembros, que descolocaba a ambos de una forma increíble.
-Aaaah...
Los suspiros de aquellos amantes se perdían en la boca ajena al mismo tiempo que se desprendían de sus ropas. A Kyuhyun le encantaba desvestir a Sungmin y explorar con su boca, ese día no era la excepción, haciendo que el rubio se estremeciera entre las sabanas al sentir los besos y la traviesa lengua recorrer todo su cuerpo. Y cuando por fin se volvían uno, el paraíso bajaba hasta sus cuerpos y les invitaba a experimentar el placer máximo.
-Aah...Aah...Aah...Aah...
Los jadeos inundaban la habitación en cuanto la danza daba inicio. Esta vez Kyuhyun estaba ligeramente abierto, sentado sobre sus talones, y sobre él tenía a Sungmin dándole la espalda, sostenido con las grandes manos del castaño, una a la altura del pecho y otra sobre la erección del mayor, quien jugaba deliciosamente con el pene de su novio en su interior y con la cabeza volteada buscaba los labios de aquel que le había convencido de hacer esa posición tan extraña y erótica, pero le convencía porque sinceramente la pose no importaba, las sensaciones siempre eran tan mágicas como la primera vez, y se ahogaban en cada oportunidad en un mar de lujuria, tal como hicieron sin falta aquella noche al llegar a un increíble orgasmo. Y todo esto era solo de ellos dos, nadie, ni siquiera el inocente Sungjin que dormía en la habitación contigua, se enteraba o intervenía en ello.
A la mañana siguiente y poniéndose el pijama para fingir ante su hermanito que había tenido una noche sin novedades y no la que sugería su pegajosa piel, Sungmin salió a preparar el desayuno para los tres y así comenzar aquel día de Navidad. Kyuhyun, quien también se vistió, salió somnoliento al comedor minutos después. Miró por unos segundos el lindo árbol de Navidad que habían armado y decorado el día anterior en la tarde y como Sungjin desde el sillón miraba ansioso los regalos que reposaban bajo el.
-Hey- Le llamó Kyuhyun poniéndose detrás del chico- Ahí también hay regalos para ti.
-¿En serio?- Le preguntó incrédulo- Pero mi árbol de Navidad está en Busan.
-Nah, los duendes debieron avisarle a Santa que estabas aquí para que viniera a dejar tus regalos. Anda, búscalos.
Inmediatamente el chico corrió hacia el árbol y cuando Kyuhyun vio su sonrisa al encontrar regalos para él, sintió que haberse levantado a las 6 de la mañana a dejarlos bajo el pino sintético había valido la pena. De inmediato, se volteó para caminar hacia la cocina y abrazar a su novio por la espalda.
-¿Por qué no vas a ver qué regalos te dejó Santa?
Le susurró al oído, mientras el otro calentaba leche chocolatada para los tres.
-No quiero regalos-Sonrió- Tengo todo lo que quiero.
-¿En serio? Y yo que me había enterado de que Santa te dejó una cantidad grotesca de chocolates y caramelos. Será una lástima que----
Pero antes de que pudiera terminar de hablar, el rubio ya había salido disparado hacia el árbol.
-¡Waah! ¡Chocolates!- Exclamó Sungjin al ver el regalo ya abierto de Sungmin- ¡Dame u---!
-¡No!- El chico le pegó una palmada en la mano y lo miró como un león defendiendo su caza de las hienas hambrientas- ¡Son míos!
-Ahhhh, pero si yo te di de mis "M&M" en la Navidad pasada.
-Yo no recuerdo nada.
-¡Hyung! ¡Eres un egoísta mentiroso!-Y dicho esto se le tiró encima tratando de alcanzar el regalo del mayor- ¡Solo quiero uno!
-¡Nooooooooooooooo!
Kyuhyun resopló al verlos pelear para luego reír brevemente. Tal vez debió entregarle el regalo al rubio en otra oportunidad.
La pelea idiota de esos dos hermanos finalizó pronto, así que después de que Sungmin escondiera su regalo, el día transcurrió alegre y entretenido. Poco tiempo después de terminar de desayunar, bañarse y vestirse, las familias volvieron al departamento. La madre de Sungmin y la de Kyuhyun llegaron cargadas de presentes para todos en el lugar, haciendo de la repartición de regalos un lio de lo más divertido y la Navidad muy especial.
Al día siguiente en la mañana las dos familias se fueron de vuelta a Busan, aunque la despedida no fue tan dramática ya que para el año nuevo serían ellos los que viajarían a su ciudad natal, por ello, los días siguientes las pasaron juntos disfrutando de sus cortas vacaciones de invierno y de por fin tener momentos a solas sin nada que hacer.
-Ahhhh Kyuhyun ¿Por qué hace tanto frío?
Reclamó el rubio acurrucándose en el pecho de su novio, quien lo tapó aún más con las frazadas y lo abrazó posesivamente. Se habían despertado hace varias horas, pero no se levantaron ni deseaban hacerlo, les gustaba vegetar, era su manera de pasar el tiempo juntos.
-Porque es invierno, amor.
-No me gusta...
-Pues no puedo hacer nada al respecto- Rió- Pero al menos pronto será tu cumpleaños... Por cierto ¿Que quieres que te regale?
-Primero dime tú, el tuyo también se acerca.
-Mmmm... Quiero que para mi cumpleaños... –El chico se arrimó al oído del mayor y le susurró sensualmente-Te pongas ropa interior comestible y te estires en mi cama solo con ella puesta.
El mayor se sonrojó totalmente, escondiéndose bajo las mantas.
-Ya, es broma, es broma- Rió el castaño intentando sacar a su abrumado novio del ovillo de mantas en el que se había ocultado “Aunque no estaría mal” pensó mientras lo hacía- Cualquier cosa que me des tú es perfecta.
-Buscaré...A-Algo bueno...
Dijo el rubio, volviendo a acomodarse en la cama.
-Pero dime ya ¿Que quieres que te dé?
-Mmmm...-El chico paseó su vista antes de decidirse- Quiero un poquito de tu valentía.
-¿Mi valentía?
-Tú eres muy valiente...has superado sin problema todas esos aspectos de nuestra relación que a mí me han atemorizado, y aún así te queda valentía para quedarte a mi lado, soportarme con todos mis miedos y motivándome a pesar de lo duro que ha sido... Quisiera un poco de tu valentía para poder enfrentar todos mis miedos, aceptarme y hacernos felices...
El rubio suspiró mirando hacia abajo, haciendo a Kyuhyun sonreír y levantarle el rostro para besarlo.
-Tú me haces muy feliz- Le aclaró- Y te ayude o no, se que podrás superar tus miedos por completo con tu propia valentía.
-Yo... No sé...
-¿De verdad dudas? ¿Acaso no recuerdas quien inició nuestro primer beso?
-A-Aaah...
Sungmin siguió con la vista hacia abajo, sonrojado y aún con semblante inseguro, haciendo que Kyuhyun se saliera de la cama y se pusiera de pie frente a él.
-Está bien, te lo probaré.
-¿Uh?
-Vamos a tener una cita hoy.
- ¿Una cita?
-Sí, como las que teníamos cuando estábamos a punto de graduarnos y durante las vacaciones.
-Pero si...vivimos juntos...
-Fingiremos que no-Sonrió- Tu te cambiarás de ropa en tu habitación y yo en la mía. Después te iré a buscar fingiendo que vengo desde mi casa hasta tu casa. Luego saldremos y te mostraré que tanto has cambiado y las cosas de las que eres capaz de hacer ahora.
-Aaah...
-No hay más opciones que esa.
- E-Esta bien...
-¡Ok, arriba!- Exclamó tirando hacia atrás las mantas con las que el rubio se cubría- Lleva ese hermoso trasero a la ducha o yo te llevaré y no haremos cosas muy cristianas ahí.
Como si le hubieran puesto un cohete en el trasero, Sungmin ignoró el frío y sonrojado corrió a la ducha apenas escuchó semejante amenaza. Se baño tranquilamente por un buen rato, para después salir y dejarle el turno a Kyuhyun. Y ambos se dedicaron a sí mismos un buen tiempo. Querían estar bonitos para el otro, ansiosos por el resultado de la cita.
Ya un buen rato después, Kyuhyun salió de su habitación con un elegante y largo abrigo, pantalones casuales, un conjunto de camisa y sweater, y un brilloso par de zapatos. Parecía un muchacho de clase alta a punto de ser presentado en sociedad, pero en su interior había la energía y emoción de un niño pequeño, la misma que le llevó a golpear la puerta del mayor.
-Hyung~ ¿Estás listo?
-Sí.
El rubio susurró desde el otro lado.
-Bien ¿Yo te vengo a buscar o tu a mi?
-¿Buscar?
-Recuerda que estamos fingiendo que tenemos una cita, Hyung.
Rió el castaño.
-Oh, oh, cierto. Pues... Ven tú.
-Ok.
El menor caminó hasta la puerta principal, la abrió y tocó el timbre, extrañando a Sungmin quien estaba pegado a la puerta de su habitación oyendo. Kyuhyun volvió a entrar al departamento y aclarando su voz, cerró la puerta.
-¡Oh, Kyuhyunnie! ¡Eres tú!
El castaño imitó graciosamente la voz de la mamá de Sungmin, provocando que el mayor abriera sus ojos desmesuradamente.
-¿Como está, señora Lee?
El chico volvió a hablar con su voz normal, intercalándola con la imitación para hacer una "conversación".
-Bien, querido ¿Has venido por Sungminnie?
-Así es.
-El se está arreglando, tendrás que esperarlo ¿Quieres beber una cerveza conmigo por mientras?
Sungmin carcajeó bajito al oír aquello. Aún recordaba como su mamá le ofrecía cosas indebidas a Kyuhyun mientras esperaba por él.
-No, gracias. No puedo beber.
-Ay, Sungmin y tú están cortados con la misma tijera. Yo empecé a beber a los 15 y nadie dijo nada. Como sea, iré a buscarle.
Kyuhyun caminó hacia la puerta del mayor y la golpeó un par de veces.
-Sungminnie, tu novio está aquí por ti- Canturreó el menor imitando a la enfiestada mujer- Los dejaré solo así que deja el miedo y sale de ahí.
-Ok, mamá.
Exclamó el rubio siguiendo el juego entre risas. Se acomodó por última vez la ropa y empezó a abrir lentamente la puerta. Calmadamente se asomó hacia afuera, y al ver a su apuesto novio a poca distancia de él y la puerta, se sonrojó levemente.
-Hola, Hyung.
Le saludó con una sonrisa, haciéndole sonreír también.
-Hola, Kyu.
El más alto le ofreció una mano, la cual el otro tomó saliendo totalmente de la habitación. Kyuhyun lo miró de arriba a abajo, era la obra de arte más condenadamente bella que había visto en su vida. Sungmin llevaba un chaleco blanco bajo el cual llevaba una camisa gris oscura. Unos jeans negros algo ajustados refugiaban sus fuertes piernas y unos botines sus pies. Su rubia cabellera era protegida por un sombrero negro de copa baja y desde sus hombros hasta sus rodillas un cálido abrigo cubría buena parte de su cuerpo. Lucía adorable, hermoso y Kyuhyun moría por comérselo.
El rubio fue atraído suavemente hacia su novio por la mano de este, quien hizo que el brazo del más bajo rodeara su cuello, y luego de que Sungmin pusiera su otro brazo, Kyuhyun le atrajo de las caderas y atrapó dulcemente su boca. Sus labios juguetearon sensualmente por una cantidad de tiempo que no midieron. El castaño succionaba, mordía y devoraba la boca ajena a gusto, violando concentradamente la cavidad del rubio con su húmeda lengua. Le encantaba besarlo, escuchar los ruiditos extasiados que el otro soltaba, sentirlo tensarse cuando le acariciaba pervertidamente el trasero y ver su sonrojo cuando terminaban de besarse.
-Un progreso para la lista: Podemos besarnos... en la casa de tus padres.
-Kyuhyun...
Rió el otro.
-Está bien, solo besarnos- Corrigió riendo- Pero es un progreso... Uno muy delicioso, por cierto.
Susurró sonriendo para volver a besar a su abrumado novio.
-Ya...K-Kyu...es una c-cita...Aún n-no ha...remos...eso...
Pidió el mayor entre besos.
-Mmmm...Aún ¿Eh?
El menor hizo una maliciosa sonrisa ladeada.
-A-Aah...
-¿Entonces significa que podemos hacer "cositas" más tarde?
El mayor bajó su vista sonrojado. Odiaba ponerse así, se sentía como el rey de los maricas, pero era inevitable hacerlo cuando Kyuhyun actuaba de esa manera, tan inevitable como terminar dándole en el gusto. Rayos, esa primera vez haciendo el amor le había cambiado mucho. Ese maldito hombre le había cambiado mucho.
-S-S-Sí...
Respondió avergonzado, ganándose un abrazo del sonriente chico. Sí, le avergonzaba e incomodaba todo aquello, pero ver la sonrisa de Kyuhyun le hacía sentir dichoso, además cuando le besaba y acariciaba de esa forma, le excitaba increíblemente.
-Bien, entonces vámonos- Dijo finalmente el castaño, depositando un beso suave en el cuello del rubio- Hay que anotar otro progreso para la lista: Caminar de la mano de aquí hasta el ascensor.
Y entrelazando sus dedos con los del más bajo empezaron a caminar hacia afuera. No era una prueba de valor aquello, de verdad podían hacerlo. Una tarde cualquiera estaban curiosos y sabiendo que en su piso solo viven amables ancianitas que solo abandonaban sus departamentos en la mañana, decidieron salir juntos con los 10 dedos entrelazados, y en vista de que había salido bien, ahí estaban de nuevo haciéndolo. Era muy breve el camino desde la puerta del departamento al ascensor, pero el calor que sus manos entrelazadas les otorgaba era eterno, y Kyuhyun odiaba cuando se soltaban, pero el bien del más bajo era su prioridad, así que siempre lo haría si el otro lo quería.
-Bien ¿Donde vamos primero?
Preguntó Kyuhyun, mientras caminaban a pocos centímetros uno del otro, fuera del edificio.
-Primero veamos cuánto dinero tenemos- Sugirió el rubio - La abuela me ha enviado a escondidas 30 wones en la bolsa de frutas, aunque no es mucho...
-Calma, mi papá me dejó 40 wones cuando se fue. Supongo que es su forma de decirme que nos acepta.
Sungmin puso su boca en forma de "O", gratamente impresionado.
-¡Entonces somos ricos!
-Pues sí, comeremos lo que tú quieras.
-¡Yei!
Sungmin aplaudió mientras su risueño novio pasaba una mano por su espalda. La verdad es que no era mucho el dinero que tenían, pero para una pareja que durante meses había vivido con lo justo y necesario para sobrevivir por sus escasos sueldos y humilde vida de universitarios semi-independientes, tener dinero de sobra era un milagro que no ocurriría muy seguido en sus años de estudio.
-Comeremos carne esta noche.
Kyuhyun dramatizó su situación tomando las manos de su novio y mirando el cielo esperanzado, en forma de broma.
-Por fin comeremos comida caliente.
Sungmin le siguió el juego riendo al instante junto al otro.
-En fin- Kyuhyun le soltó las manos riendo y volvió a poner su brazo detrás de la espalda de su novio- ¿Vamos al cine primero?
-Sí.
Asintió el otro radiantemente, y Kyuhyun quiso besarlo pero sabía que estando en la calle, camino al paradero de autobuses, eso no se podía aún.
Viajaron sobre el autobús a través de la invernal noche por poco más de 15 minutos, hasta llegar al centro de la ciudad. Dieron una breve caminata para por fin llegar a su destino. Eligieron una película de Adam Sandler, les gustaba como su humor mataba cualquier clase de aburrimiento y causaba distintas emociones en quienes vieran sus películas, por lo que con la decisión tomada, compraron un cubo enorme de palomitas de maíz y entraron a la oscura sala, la cual estaba llena de grupos de amigos y parejas jóvenes, mismos que empezaron a hacer de las suyas a la mitad de la función. No es que la película estuviera mala, todos mostraban reacción ante las diversas etapas de la historia, pero desde los discretos y alejados asientos donde los chicos estaban, se apreciaba perfectamente el festival de besos y jugueteos silenciosos de las parejas. Sungmin tenía apoyada su cabeza sobre el hombro de Kyuhyun mientras este le rodeaba con su brazo, y sabía que solo tenía que conformarse con eso ¡Pero demonios! ¡De verdad estaba verde de envidia! ¿Por qué el mundo era así? ¿Por qué convencía a su novio de que estaba mal que él lo besara donde quisiera? ¿Y por qué más encima se lo restregaba en la cara? Sus dedos se movían impacientes y sus labios eran mordisqueados por sus ansiosos dientes, pero así iba la cosa, por muy deseoso que estuviera sabía que no podía comérselo a besos en público... no hasta que el otro estuvieras listo.
-A-Aamm...
El menor estuvo largo rato tratando de concentrarse en la película, hasta que sintió unos balbuceos de su novio y como este depositaba tímidamente su manito en su pecho. El castaño bajó la vista encontrándose de frente con el rostro sonrojado de su novio.
-¿Qué pasa, amor?-Le preguntó al verlo inquieto- ¿Quieres que te compre más palomitas?
-N-No.
El más bajo se impulsó lentamente hacia arriba, quedando su nariz pegada a la del castaño, quien ahora le miraba sorprendido.
-¿Q-Qué?
El rubio bajo la vista y luego volvió a mirarlo. No sabía cómo decirle que quería superar ese obstáculo e intentar besarlo por primera vez en un lugar público, así que arrimó su temblorosa mano a la mejilla de Kyuhyun, tratando de hacerse entender un poco mejor, funcionando para su suerte.
-¿Qué quieres, amor?- Luego de entender, el menor decidió bromear un poco- ¿Quieres que te bese? ¿En un cine?
El rubio gruñó abrumado y le dio un leve golpecito en el pecho al tonto que tenía por novio, haciéndole sonreír.
-Que sinvergüenza eres- Siguió con una sonrisa maligna, depositando un pequeño besito en la comisura de los labios ajenos- Siempre estás queriendo besarme en todos lados. Eres insaciable, Hyung.
Y soltando una pequeña risita perversa, el más alto no se hizo más de rogar y tomó los labios de su novio. Empezó a saborear el labio inferior y superior del rubio con dedicación y mucha sensualidad, colando su lengua dentro de la boca ajena, la misma que respondía con obediencia a pesar de lo tenso que estaba el más bajo. Estaban hundidos en la oscuridad, sin la atención de nadie encima, era un lugar público perfecto para besarse sin ser notados, pero los miedos de Sungmin insistían en molestarlo aún y Kyuhyun lo entendía, así que luego de darle un par de besitos cortos, se alejó de su boca lentamente.
-Otro progreso más descubierto- Susurró el castaño mientras trataba de recuperar el aire- Nos podemos besar en un lugar público.
Sungmin le sonrió tiernamente en la penumbra, poniendo otra vez su cabeza sobre el hombro del castaño. Y siguieron viendo tranquilamente la película, regalándose pequeños besos de vez en cuando, y ya ni era por envidia a las parejas "Normales" o por querer parecer una, sino por el simple hecho de que les encantaba besarse y poder hacerlo en cualquier lugar, era un obstáculo que querían superar para poder seguir dándose en el gusto.
-¿Vamos a cenar ahora?
Le ofreció Kyuhyun al más bajo fuera del recinto al terminar la película, a lo que este asintió animadamente.
-Bien ¿Donde comeremos?
-Mmmm... Vamos a un restaurante. Quizás encontramos un plato genial y puedo pedir la receta para hacerlo en casa.
-Ok.
Acordado esto, dieron varias vueltas por la ciudad hasta que encontraron un lugar que a ambos les pareció bien. Entraron tranquilamente y buscaron una mesa discreta y tranquila, descubriendo que esta disponía de un sillón extendido donde varias personas podían sentarse, por lo que sin dudar se pusieron muy juntos y tal como en el cine, el menor rodeó a su novio con su brazo.
-Buenas noches- Una mesera se les acercó a entregarles los menús- ¿Qué desean servirse?
Los muchachos devolvieron amablemente el saludo y recibieron la carta viendo en ella todos los platillos a ofrecer, no sintiendo como a los pocos segundos, la mujer los observaba algo incómoda. La cercanía de ellos al susurrarse y tocarse las manos no sugería una amistad precisamente, pero ella decidió pasarlo por alto pensando que tal vez era una equivocación, así que se marchó con las órdenes ya pedidas, sin embargo, al volver con los palillos, los vasos y los aliños, presenció como el castaño le acariciaba sonriente una de las mejillas a su sonrojado novio, impulsándola a colocar todo lo que había traído nuevamente en la bandeja y devolverse a la cocina, extrañando a la pareja.
-Lo siento- Dijo al volver, con toda la amabilidad que le fue posible fingir- Necesito pedirles que se retiren, por favor.
-¿P-Por qué?
Preguntó un extrañado Kyuhyun, suponiendo de qué se trataba el asunto.
-No aceptamos homosexuales aquí- Respondió secamente- El dueño del restaurante no tolera a los gays, y si los ve a ustedes aquí tendré problemas con él, así que por favor váyanse y no vuelvan.
Sungmin abrió desmesuradamente los ojos al oír aquello, y pasmado notó las miradas acusadoras y asqueadas de la mesera y la gente en las mesas contiguas. Tiritó y palpando en su pecho una mezcla variada de emociones negativas, volvió a sentirse como antes, hasta que la afligida mano del menor estrechó la suya bajo la mesa.
-Disculpe, pero no entiendo- Le dijo el castaño a la mujer- ¿Qué tan malo estamos haciendo para que su jefe se moleste? No nos estamos besando, tampoco abrazando o algo parecido, solo conversamos y nos reímos ¿Qué tiene eso de malo?
-S-Se nota que son pareja y eso es suficiente para incomodarle a él y a la clientela.
-¿Solo por eso los incomodamos?- Inquirió Kyuhyun otra vez, esta vez con toda la indignación y enfado que tenía expresado en su rostro- Si usted mira a mi derecha, a tres mesas más allá de la nuestra, hay una pareja besándose de una forma grosera, parece que estuvieran a punto de hacer el amor delante de nosotros y es bastante incómodo de ver, pero eso no les molesta en absoluto ¿Y nosotros que no hacemos nada si? De verdad no entiendo una lógica tan estúpida.
-Señor, por favor, no queremos problemas- Insistió la mesera, algo nerviosa- Váyase o llamaré a seguridad.
Kyuhyun hizo una mueca y la miró con odio. Su límite llegaba cuando el bien de Sungmin podía estar en peligro, así que sin más se levantó.
-Vámonos de aquí, Hyung.
Le susurró al rubio, quien aún se encontraba en un letargo, avergonzado, asustado y confundido. Se incorporó temblando con la ayuda de su novio y caminaron juntos hacia afuera, sintiendo en sus pieles las hostiles miradas de las personas. Internamente, Kyuhyun maldijo una y un millón de veces, solo Dios y él sabían cuanto le había costado hacer que Sungmin aceptara lentamente todo aspecto de la relación ¿Cuánto podría haber retrocedido con esto? O sea, sabía que cosas como esa pasarían muchas veces y que solo había sido suerte que nadie los haya rechazado de forma tan fea antes, pero esperaba que ocurriera algo así cuando la seguridad del rubio fuera más sólida, no ahora que recién se forjaba ¿Qué pasaría entonces? Sungmin se veía tenso y su mirada estaba perdida ¿Debía abrazarle y decirle que esas cosas pasarían pero que no importaba porque el siempre estaría a su lado para protegerlo? ¿O debía quedarse en silencio y no tocarlo por un buen rato? Tal vez mantener distancia estaría bien, pero sentía que debía decirle algo, no quería que su Sungmin cariñoso se esfumara así como así, y por ello decidió intentarlo.
-Hyung...no...
Pero se detuvo al ver como su novio frenó su andar apenas oyó su voz. El castaño se le acercó lentamente, profundamente preocupado por su raro comportamiento, hasta sentir como el otro levantaba su vista y le miraba con ojos vidriosos. Mierda...
-H-Hyung...
Suspiró tembloroso, otra vez no pudiendo terminar su oración, esta vez al ver como el otro se lanzaba hacia él y le enjaulaba en un abrazo posesivo.
-No vuelvas a hacer eso.
Dijo finalmente, hundiendo su rostro en el cuello del más alto, confundiéndole.
-Dios...pensé que ella llamaría a unos matones... y nos harían daño- Agregó haciendo más fuerte el agarre al imaginarse algo tan horrible- Por favor...si vuelve a pasar eso, vámonos... a mí no me importa lo que digan...no nos defiendas y larguémonos...no quiero que te golpeen...por favor...por favor...
Kyuhyun abrió desmedidamente los ojos al oírlo y sin esperar un segundo más recibió el abrazo con la misma intensidad.
-Está bien...-Respondió besando su frente y sus ojos- No volveré a hacerlo...a la próxima solo nos iremos y no los tomaremos en cuenta...
Sungmin sonrió aliviado y tras recibirle un beso en los labios y un último abrazo, siguieron caminando. Kyuhyun se sintió malditamente dichoso, definitivamente el rubio estaba avanzando bien, mucho mejor de lo que él había creído, y de hecho se sintió mal por haberlo subestimado. Su novio era lo mejor. Sungmin por su parte ciertamente había vuelto a caer por unos segundos en sus antiguos miedos, pero al sentir la mano del menor en aquel restaurante y saber que era el único que valía la pena para él en ese lugar, reivindicó su posición y entendió una vez más que el resto no importaba.
-¿Ahora donde comeremos?
Preguntó Kyuhyun minutos después.
-Mmmm -Sungmin pensó un segundo- Mejor...deberíamos comprar alguna cosa y comerla en ca---
-¡Hey!
El rubio fue abruptamente interrumpido por un llamado al que ambos atendieron doblando la cabeza hasta donde se originaba. No muy lejos, vieron como sus amigos se aproximaban con las manos en alto junto a unos desconocidos.
-¡Heechul!- Exclamó un sonriente Kyuhyun al quedar frente al grupo- ¿Qué hacen aquí?
-¡Parrandeando pues!
Respondió animado.
-Íbamos a invitarlos, pero ninguno se dignó a contestar el celular.
Reclamó Donghae.
-Ah, es que los apagamos desde anoche- Argumentó Sungmin algo frustrado por olvidar volver a encenderlo- Pasaríamos toda la noche y el día durmiendo así que no queríamos ser molestados por ningún ruido.
-Durmiendo...Sí, claro...
Acotó Heechul, haciendo a la pareja sonrojar.
-¿Quieres morir?- Kyuhyun le amenazó levantando su puño- ¡Es cierto lo que dice!
-Pues que aburridos son- Resopló el pelinegro- En fin ¿A dónde iban?
-A casa, queríamos cenar en un restaurant pero nos echaron- Recordó Kyuhyun, algo angustiado aún- Así que vamos a comprar algo por ahí y comerlo en casa.
-¿Los echaron?
Se extrañó Ryeowook.
-¿A qué maldito nido de arpías se fueron a meter?
-Al restaurante de esa esquina.
Respondió Kyuhyun indicando con el dedo, haciendo que todo el grupo exclamara un largo "Ohhhh~" entendiendo la situación.
-Un consejo mis pequeños- Habló Heechul- No se metan a ningún restaurante de esa esquina, está lleno de malparidos homofóbicos. Que los hayan echado solamente es suerte, porque si te pillan los de seguridad armando conflicto pueden hasta incluso partirte la madre y mandarte a la policía con los cargos de disturbio público a tu nombre.
-Wooooh ¿Y cómo lo sabes?
-Es sabido por todos en esta ciudad, ustedes no conocen bien todo esto porque son de otra zona y llegaron hace poco- Argumentó el guapo chico pasando su mano por la espalda de la chica desconocida a su lado- Además, a Ryeowook y Jongwoon casi les ocurrió algo malo ahí hace algún tiempo.
-Son unos hijos de puta- Maldijo Ryeowook con rencor en sus ojosal recordar, abrazando al chico a su lado- Les haría comer mi mierda si pudiera.
La pareja suspiró impactada. Sungmin tembló al imaginar que las cosas hubieran ido más lejos estando ellos ahí.
-Pero bueno ¿Por qué no vienen con nosotros? -Invitó Hyukjae- También íbamos a comer, conocemos un buen lugar donde no discriminan ni nada. La única condición es que no hagan ninguna indecencia.
-¡No vamos a hacer ninguna indecencia!
Protestó Sungmin, sonrojado hasta los pies.
-Ya ya ya no te enojes, pequeño estúpido- Agregó Heechul pasando un brazo por sobre sus hombros mientras carcajeaba- Solo sígannos... ah, por cierto, no he presentado a los chicos.
La pareja miró a los desconocidos, aún sabrían quienes eran.
- Sungmin y Kyuhyun, ella es Sohee, mi novia.
-Un gusto conocerlos.
La chica hizo una pequeña venia a lo que la pareja los miró confundido.
-¿Tienes novia?
Se extraño Sungmin.
-Sí ¿Qué tiene?
-Nada, nada.
"Pues yo te veía gay hasta el último gen" Pensó el rubio analizando la impresión que había creado de Heechul en todo ese tiempo conociéndole.
-Como decía, la que está al lado de Donghae es Sandara, su novia.
-¿Qué tal?
Los tres se hicieron una corta venia mientras se sonreían.
-Ella es Hyoyeon- Indicó a otra chica- La novia de Eunhyuk.
-A-yo~
Saludó haciendo una venia y una señal de paz con los dedos.
-Y el que está al lado de Ryeowook pueden asumir que es su novio.
Rió Heechul viendo como la pareja estaba abrazada melosamente.
-Soy Kim Jongwoon- Sonrió el moreno- Es un gusto.
-Igual.
Respondieron los otros al unísono.
-Bien, listo, vámonos- Dijo Heechul poco interesado, emprendiendo marcha de la mano de su novia- Muero de hambre.
Todos empezaron a andar tranquilamente, hasta que Donghae hizo una observación.
-No sé porque, pero siento que somos un grupo algo extraño.
-Es que faltan chicas.
Acotó Eunhyuk recibiendo un golpe en la cabeza de parte de Kyuhyun, haciendo reír a todos los presentes.
-Yo soy feliz con mi Hyung, no necesito una chica.
Se defendió, haciendo que el rubio bajara su cabeza y sonriera.
-Sí, sí, lo sé- Suspiró Hyukjae- Solo era joda.
-Kyuhyun, ilústrame un poco- Heechul cambió el tema- ¿Por qué le dices Hyung a Sungmin si tienen la misma edad?
-Porque él nació en medio del año viejo y el año nuevo, casi a las 00:00:00, pero fue registrado el 1 de Enero, así que no sé si es o no mayor que yo, así que le digo Hyung- Rió- Aunque es más por ponerle un apodo y porque el siempre ha sido más maduro que yo.
-Wooooooooh
Soltaron todos impresionados. Cosas así no pasaban muy seguido en los nacimientos, eran casi un milagro, un milagro que había llegado a Kyuhyun para llenar de felicidad su vida. Los chicos de inmediato entendieron que solo eso podía significar.
-Entonces Sungmin cumplirá años en unos días más- Acotó Donghae-Podríamos hacerte un fiesta.
-Viajaremos a Busan para esas fechas.
Se lamentó Sungmin.
-Entonces Kyuhyun te dará un buen regalo en nombre nuestro.
Exclamó Heechul marcando su doble sentido con su libidinosa mirada, haciendo que Kyuhyun le reclamara.
-¿Quieres dejar de jodernos?
-¡Nunca!
-Como sea, come sea- Intervino Ryeowook- Podríamos invitarle la comida a Sungmin como regalo.
-Oh no, no quieren hacer eso.
Les previno Kyuhyun viendo como Sungmin abría los ojos fuertemente ante la invitación.
-¿Por qué no?- Se confundió Donghae- Claro que si lo haremos, tu come tranquilo hoy Sungmin, nosotros te invitamos.
-¡Yeiii!
-Bueno, yo se los advertí.
Resopló Kyuhyun mientras los demás lo miraban confundidos, no sabían lo que les esperaba...hasta que lo vivieron.
-¡Este pequeño bastardo! -Exclamó Heechul- Pareces un maldito saco roto ¿Es que nunca te llenas?
Pero Sungmin no contestó al reclamo del pelinegro. Una hora después, cuando ya habían llegado, pedido las ordenes y empezado a comer, vieron cuanto se habían equivocado en ofrecer tal beneficio a Sungmin, quien se atiborraba la boca de comida y no parecía nunca llenarse. Estaba fascinado ante toda el arte culinaria frente a sus ojos, más aún al ver que el enorme lugar tenía un bufé variado de pasteles y postres, del cual ya se había comido buena parte. Kyuhyun reía por la desgracia ajena mientras le limpiaba la boca al rubio, quien comía concentrado un pudín de chocolate finamente decorado.
-No te rías, bastardo- Se quejó Heechul una vez más mientras rebuscaba en su billetera- Maldita sea, no sé si me va a alcanzar...Sohee-ah, préstame dinero.
-No me metas a mi- Le reclamó- Ustedes cuatro le invitaron a la comida.
Los cuatro chicos suspiraron a la vez bajando sus cabezas. No era muy extrema la cuenta que Sungmin seguía haciendo crecer, pero también eran universitarios de bajos ingresos y gastar más dinero del presupuestado era algo que los ponía en problemas.
-Ya, ya, dejen de lloriquear, yo ayudaré también- Rió Kyuhyun sacando su billetera- Pero para la próxima piensen con cuidado cuando inviten a Sungmin-Hyung a algo relacionado con comida.
-Si, sí, gracias- Resopló Hyukjae- Pero dile ya que deje de comer o ni con todo el dinero que tenemos podremos pagar.
-Ya déjalo, está por llenarse.
Contestó risueño el castaño dándole un pequeño besito al mayor en sus blancas mejillas, haciendo que se tiñeran de rojo.
-Además se ve adorable comiendo- Agregó Sandara con una sonrisita enternecida- Con sus cachetitos inflados llenos de comida y su mirada concentrada en su plato. Hace mucho no veía a alguien de la universidad que pareciera un tierno niño de primaria.
Kyuhyun puso su vista gélida en la chica al terminar de oírla, quitándole al segundo después la cuchara y el plato a su Hyung.
-Bien Hyung, es suficiente.
-Noooooouu, mi pudiiiiiiin.
“Y el es más maduro que Kyuhyun…” Pensaron todos al ver al rubio reclamando mientras trataba de tomar su plato otra vez sin éxito. La blanca chica por su lado ponía una expresión extrañada por la actitud del castaño, dirigió su mirada al rostro de su novio quien le hizo una gesto de "No le tomes importancia".
-Es muy celoso al principio, pero cuando vea que no eres una amenaza te dejará hablarle a Sungmin en paz.
Donghae terminó explicándole al oído a su novia para que entendiera bien la actitud de Kyuhyun, a lo que esta le hizo una señal de Ok con la mano.
Después de comer y pagar la elevada cuenta, los chicos caminaron juntos por la ciudad. La pareja vio como su cita se había convertido en una reunión grupal, pero aún así les pareció bien, la pasaban genial con sus amigos y la pareja de cada quien eran muy simpáticos. Sungmin pensaba feliz en ello con su pancita llena, hasta que sus ojos se posaron en las demás personas con las que estaba. Ryeowook tenía apoyada la cabeza en el hombro de su novio, cruzando un brazo por la cintura de este mientras el otro tenía un brazo por detrás del cuello del más bajo. Sandara estaba abrazada a la cintura de Donghae, el cual tenía apoyado su brazo en la espalda de la chica mientras le daba pequeños besitos en su cabeza. Hyukjae había cruzado su brazo por alrededor de la cintura de Hyoyeon, quien tenía su mano sobre la que el chico había puesto en su abdomen. Finalmente, Heechul y Sohee solo iban tomados de la mano, la chica era tímida y el chico no era de esas personas extremadamente melosas, pero demostraban todo el amor que sentían por el otro en la pequeña conversación que tenían mientras caminaban...pero...¿Y ellos qué? Kyuhyun caminaba a su lado, sin tocarlo, solo ahí, como si fueran amigos o quizás nada. No había ningún indicio que aludiera a que eran novios o cuanto se amaban en realidad. Sungmin aún temía, pero no le gustaba nada eso, y quizás Kyuhyun se sentía mal al ver tantos cuadros de amor a su alrededores, y el también se sentía mal. Estaban pasando por una feria de artesanía y había mucha gente, pero de todas formas el rubio decidió ignorarlo y aspirando fuerte, arrimó su mano hasta la de Kyuhyun.
-¿Eh?
El castaño hizo un gesto sorprendido al sentir la mano de su novio cerca, y aún así, el rubio siguió con su plan, mirando el suelo por la vergüenza. A penas palpó los dedos ajenos, los entrelazó con los suyos y así los dejó, sorprendiendo de lleno a Kyuhyun. Algunas personas les miraron sorprendidas, otras enternecidas, algunas asqueadas, otros simplemente no los miraron, pero independiente de todo eso Sungmin no lo soltó. El no quería darle en el gusto a los demás, quería hacer feliz a su novio y ese era su único objetivo.
-Hyung...
Le llamó el menor en un susurró, sonriendo y haciendo más fuerte el agarre de su mano. Sungmin levantó su rostro, rojo como un tomate, solo para sonreírle, aunque al segundo volvió a bajarlo, haciendo reír a Kyuhyun y que le diera un corto besito en la sien. Otros dos progresos habían sido anotados en la lista: Podían darse la mano en público y convivir como una pareja delante de sus amigos.
La noche siguió avanzando, hasta llegar a un punto en que ya era demasiado tarde seguir deambulando y riendo por ahí, así que en una pequeña plaza, las parejas se despidieron entre ellas, ya que los chicos irían a dejar a sus novias a casa, Ryeowook vivía en el mismo edificio que Jongwoon y por supuesto, Kyuhyun y Sungmin vivían juntos. Ellos caminaron hacia el paradero de autobuses, aún de la mano, sintiéndose totalmente embrujados por la mágica noche que habían tenido, y se miraban con los ojos brillantes de vez en cuando, sintiéndose tan cursis como en realidad eran, esperando ponerle broche de oro a ese día de la forma tan magnífica que se merecía.
A penas llegó el autobús se subieron y durante el corto viaje a casa, siguieron tomados de la mano. Sungmin se quitó el sombrero para apoyar adecuadamente su cabeza en el hombro de su novio y dormitar un poco mientras el vacío transporte se mecía en el camino.
-Llegamos, amor.
El susurró de Kyuhyun hizo que abriera sus ojos de inmediato. Bajaron del autobús con calma y caminaron hacia el edificio. No había ningún alma rondando por el lugar, brindándoles una soledad perfecta para la ocasión. Entraron al lugar, subieron en el ascensor y caminaron hasta su departamento. En cuanto Sungmin abrió la puerta se sintieron felices y emocionados al ver el lugar, su pequeño nido de amor. No era muy ostentoso ni tenían algún lujo ahí, pero eran felices en ese lugar y aquello bastaba y sobraba. A penas el mayor cerró la puerta sintió las manos de su novio colarse debajo de sus brazos, haciéndole sonrojar. Lentamente se dio vuelta, dándole luz verde a Kyuhyun para que lo acorralara en la puerta y le diera un beso en la boca de todo menos sano.
-Mmmm...-El menor se relamió los labios al sentir el dulce sabor de la boca ajena- Pudín de chocolate...
Sungmin rió un poco para recibir de inmediato un segundo beso aún más intenso, mientras enredaba sus brazos en el cuello del castaño y este le levantaba haciendo que el más bajo pusiera sus piernas alrededor de sus caderas.
-A-ahhh...
Los suspiros del mayor inundaron la sala cuando el menor pasó de su boca a otras zonas. Sungmin se derretía al sentir la lengua de Kyuhyun hacer un camino recto desde su clavícula hasta el inicio de su mentón, y casi ni se dio cuenta de cómo el menor lo llevaba en brazos hasta su habitación por estar hundido en las sublimes caricias propinadas.
Zapatos, abrigos, camisas, chalecos, todo voló en un suspiro, menos el ardor que crecía en sus cuerpos. El castaño serpenteó desnudo sobre su novio enredando sus manos con las de su novio estirado en la cama, volviendo a besarlo mientras frotaba sus miembros despiertos.
-A-Ahh...Kyu...
Gimió el rubio lleno de satisfacción al sentir ese exquisito roce, y gimió más fuerte al sentir como el otro ponía sus piernas abiertas en dirección al cielo y devoraba su entrada con casi tanto deseo como el que tenía de enterrarse en ella. Y al poco tiempo, nuevos rasguños marcaron los viejos ya casi cicatrizados en la espalda de Kyuhyun después de que Sungmin y él culminaran sus deseos volviéndose uno.
-Aa...ahh...aamm...
Los gemidos dementes de ambos se oyeron muy pronto al empezar las deliciosas embestidas, y podía decir que se estaban volviendo locos el uno al otro, pero eso ya había pasado desde hace mucho. No cuando perdieron la virginidad y tampoco cuando se dieron el primer beso, sino aquella vez, en la sala del 1-A en el instituto, cuando tenían sus dulces 15 años y se vieron por primera vez a los ojos.
-¡Ahh! ¡Ahh! K-Kyu…
El rubio deliraba empapado en sudor mientras veía sus piernas agitarse en alto y oía la cama crujir en cada embestida, y por el salvajismo de Kyuhyun al hacerlo y el de su garganta al soltar gemidos cada vez más potentes, sabía que el final estaba a punto de llegar, además, Kyuhyun siempre lo besaba cerca del orgasmo…y sin excepciones, siempre decía lo mismo.
-Te amo.
Sungmin le sonreía al oírlo, y a segundos de llegar, de igual manera, el nunca olvidaba responderle.
-También te amo.
Y después de ese encuentro, otro progreso fue anotado: Podían hacer el amor, y aunque esos progresos no parecían muchos o muy grandes, eran lo que ellos habían conseguido y significaban mucho para ellos, porque era el resultado de su amor y el esfuerzo de ambos. Era algo solo de ellos y seguirían logrando más y más cosas, hasta que Sungmin no tuviera más miedos y pudieran mirar con seguridad al futuro.
Un par de días pasaron hasta que el 31 de Diciembre llegó, y con bolsos y maletas, ambos estaban arriba de un bus en camino a Busan. Ambos pensaban en cómo sería el recibimiento de sus familiares, les esperaba un festejo de año nuevo y el cumpleaños de Sungmin en el que tíos, abuelos, primos y familiares varios estarían involucrados en el asunto, opinando y valorando su relación. Pensaban que teniendo la aceptación de sus padres y hermanos, las cuales ya tenían, el resto no importaba, pero igual estaban inquietos. Kyuhyun decidió suspirar y no amargarse el viaje con pensamientos negativos, por lo que decidió pasarse al cumpleaños de su novio. Después de pasar la Navidad y antes de irse, su madre le entregó un anillo de familia muy preciado para ella, con el que le decía que aceptaba la relación y le daba el permiso para pedirle matrimonio a Sungmin con aquella sortija como ofrenda en el momento que el creyera oportuno. Kyuhyun imaginaba como sería en unos cuantos años más poder casarse con su novio. Ya licenciados y con trabajo, viajarían a un país en el que el matrimonio igualitario fuera posible ¿Qué opciones tenía? Estados unidos, Canadá, España, Argentina…No recordaba más, pero aquello no importaba. Imaginarse como esposo de Sungmin ante los ojos de Dios y la ley sería lo más bello que experimentaría en su vida, pero mirar a su novio durmiendo a pierna suelta en el asiento de al lado, con un semblante de niño y con muchas inseguridades aún rondando en su cabeza, le hacía sentir seguro de que esa proposición debía hacérsela cuando precisamente ya estuvieran licenciados y trabajando, aún era muy pronto. Eran jovencitos universitarios, aún tenían mucho que aprender, superar y vivir antes de comprometerse, por lo que este cumpleaños, en vez de sortija, un alegre cumpleaños, una torta enorme y entre varios regalos, un completo y caro libro de cocina internacional, era lo único que Sungmin necesitaba.
-Kyuhyun…Kyu…despierta…
El castaño, quien se había quedado dormido después de concluir aquello en su mente, fue despertado horas después por un descansado Sungmin que le sonreía hermosamente. El menor miró hacia todos lados medio adormilado y viendo a todos los que rodeaban distraídos, le robó un beso a su novio.
-¿Qué tal?- Le sonrió de medio lado volviendo a alejarse para no ser notados- ¿Ya llegamos?
-El conductor dijo que en 5 minutos más estaremos en el terminal.
-Ok.
El chico se acomodó, empezó a abrigarse y sacar sus bolsos del compartimiento de arriba, preparándose para bajar. Al llegar al terminal y salir del recinto miraron la ciudad. Busan lucía igual que siempre, provocándoles una enorme nostalgia. Casi se podía ver a si mismo junto a Sungmin con sus uniformes del instituto comprando helados en la pequeña heladería del centro comercial al frente del terminal.
Caminaron a paso lento hacia el autobús que los llevaría a la casa de Sungmin, aquella sería su primera parada. Al bajarse sintieron la fría brisa del invierno golpear sus abrigos, aunque lo que en realidad hacía temblar al mayor era el nerviosismo y el miedo. Podía escuchar a la numerosa y fiestera familia Lee dentro de la casa celebrar, preparándose para el nuevo año.
-Kyu…-Llamó a su novio mientras miraba fijamente el lugar frente a él- ¿De verdad…crees que algún día pueda enfrentar valientemente todos mis miedos?
El castaño tomo todos sus bolsos con una mano y con la que había dejado libre, entrelazó sus dedos con los de su novio.
-Mi amor…estoy seguro de eso…
Sungmin miró a Kyuhyun a su lado, y reafirmó su valor al ver la sonrisa cargado de amor y apoyo que su novio le brindaba.
-Bien…
Respondió, porque confiaba profundamente en él, y sabía que si Kyuhyun estaba a su lado, este siempre le levantaría cuando cayera en cualquier inseguridad y le ayudaría a enfrentar todos sus temores, porque Kyuhyun le amaba y el amaba a Kyuhyun. Sabía que junto a él, y solo con él, algún día al fin podría aceptarlo…aceptar por completo la relación y la vida que juntos estaban forjando como una pareja.
Y con esto en mente, el mayor tocó el timbre de su casa.
FIN
Holaaa (: fue el fic mas lindo de kyumin que e leído, me encanto como enfrentaron todas las dificultades juntos aww realmente fue hermoso
ResponderBorrarGracias !!
Hola ♥ *O* Es la primera vez que alguien comenta y me he emocionado mucho grhjgkhfj ♥ ¿Que decir? Me alegro mucho de que te haya gustado la historia y te agradezco por entrar, leer y darte el tiempo de comentar ♥ Muchos besos º3º~♥
Borrara mi tambien me a gustado estuvo emocionante me encanta el kyumin y eras una gran escritora y bien imaginativa
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