12♥
Notables problemas para comprender intuitivamente los sentimientos de otra
persona y/o ponerse en su lugar (Ausencia de empatía).
Era todo o nada, Sungmin lo tenía claro y esta vez,
no se equivocaría. Él llevaba perfectamente la cuenta: Iban un año, 3 meses y 2
días desde que se hizo amigo de Kyuhyun; 11 meses y 18 días desde que eran
novios; 7 meses y 29 días desde que era amigo de Heechul, Siwon y Kangin; y 3
meses con 15 días desde que vivía y se relacionaba con los demás inquilinos y
además se había reencontrado con su amigo de la infancia a quien conocía desde
hace 12 años, 3 meses y 2 días. Era tiempo y gente suficiente para que el cuadernillo
en sus manos contara con la información necesaria y le ayudara a superar una de
sus grandes dificultades con la interacción social: Leer el estado de ánimo en
las personas y en torno a él reproducir reacciones y palabras adecuadas. Podía
considerarse parecido, sin embargo era más que entender gestos de manos y
acciones sin aparente utilidad práctica, era dominar la vida útil de una
conversación y mostrar interés – real o no - en el bienestar de la persona con
quien se mantiene la conversación, algo aparentemente más importante de lo que
Sungmin creyó por mucho tiempo, pues había sido el motivo principal por el cual
le fue prácticamente imposible hacer amigos en el pasado. Pero volviendo a la
actualidad, Sungmin tenía consigo una extensa investigación que empezó poco
tiempo después de iniciar su relación con Kyuhyun, cuando decidió volver a
abrirse a las relaciones sociales, y estaba listo para poner a prueba la
versión final en, precisamente, su novio, a quien de todos mejor conocía, más
le hablaba, con quien más tiempo pasaba y sobre todo, a quien más deseaba entender
y satisfacer, porque le encantaba el radiante rostro que siempre mostraba para
él, y ahora por alguna razón, no estaba. Escondido en la cocina y espiándolo
sutilmente, el bajito trataría de descubrir la razón sin que Kyuhyun se lo
dijera.
Las primeras señales las descubrió apenas su novio
llegó a la residencia. Ojos opacos, espalda unos 10°grados más curvada, mejillas
descoloridas al menos 2 tonos, ojeras y, la señal clave, la bella y espontánea
sonrisa que Kyuhyun le entregaba cada vez no apareció, le sonrió 6 segundos
después, pero fue una sonrisa tiesa, como si por un pequeño lapsus hubiera
olvidado que debía sonreír y al recordarlo sólo lo hiciera por deber, no por
ganas. Después del desabrido recibimiento, Kyuhyun lo besó y abrazó, este
último gesto se intensificó y alargó más de lo habitual, luego compartieron un
par de palabras y finalmente, el menor se echó como un saco de papas sobre el
mullido sillón, donde permanecía hasta ahora, de vez en cuando rascándose la
cabeza y tapándose el rostro. Eran todas las pistas que Sungmin tenía, ahora había
que pensar. Definitivamente no estaba enfermo, el día anterior lucía
perfectamente saludable, y durante el abrazo no sintió su cuerpo afiebrado,
además, cuando Kyuhyun se enfermaba se ponía blanco como el papel y su palidez
actual no estaba ni cerca de eso. Descartando una gripe, quedaba una
posibilidad más: Su novio estaba triste. El bajito volvió a asomarse sutilmente
y notó algo más, los labios del menor se fruncían y curvaban hacía abajo
repetidamente. Sin demora, Sungmin tomó su cuadernillo y leyó la parte dedicada
a la tristeza, todo calzaba. Victorioso, soltó una pequeña risita, aunque su
pecho se sintió apretado.
“Congestión en el pecho, creo que yo si estoy
resfriado” Pensó, sobándose la zona afectada. Luego volvió su atención al tema.
¿Por qué su novio está triste? Como un egocéntrico
natural, Sungmin primero evaluó la posibilidad de que la tristeza estuviera
relacionada con él, más nada encontró. La frecuencia con la que se habían visto
esta semana era la habitual, no había nada realmente llamativo o novedoso que
hayan hecho o dicho, no se podía cuando Kyuhyun estaba en tiempo de exámenes y
los de Sungmin estaban en ciernes. Tampoco el tono de voz con el que su novio
le hablaba era distinto, se mantenía dulce y seductor. Besos y caricias
satisfactorios como siempre, también el sexo. La última vez que lo hicieron fue
la noche antepasada, 2 veces, la primera sobre la cama, la segunda en brazos
apoyado en la pared, en ambas Kyuhyun fue gentil y a la vez intenso, sin
embargo, insistía en decir esos comentarios caníbales que a Sungmin tanto le
molestaban.
“Quiero
devorarte entero… de los pies… a la cabeza…”
Aunque contradictoriamente, recordarlo hacía que su
entrepierna se sintiera apretada en sus pantalones. Tuvo que agitar su cabeza
para volver al tema, pero de todos modos no encontró nada. Su pecho se sintió
menos pesado por algún motivo ¿Entonces que era? ¿Su familia? No, ayer había
hablado con su madre y durante toda la conversación tuvo una gran sonrisa en el
rostro ¿Se sentía inquieto por la existencia vacía y sin sentido del ser
humano? No, Kyuhyun no se hacía esa clase de preguntas.
—¿Qué haces ahí sentado, Sungmin?—
Despertado abruptamente de sus cavilaciones, el bajito elevó la cabeza y miró a
Hyukjae, quien le devolvía la mirada con extrañeza.
—Estoy espiando a Kyuhyun. Él está
triste, quiero descubrir la razón— Sungmin contestó con estoicismo a
pesar de la angustia que mostraban sus palabras. Hyukjae se asomó y miró a
Kyuhyun.
—¿Él te dijo que estaba triste?— Inquirió
curioso.
—No, yo lo he descubierto por mi
cuenta— Respondió el mayor con firmeza. Hyukjae volvió a
mirar al muchacho a lo lejos. Sin duda se veía deprimido.
—Con que lo has hecho por tu
cuenta…— Susurró el delgado chico, agachándose para
acariciarle el cabello a su amigo con una gran sonrisa— Maldito
bribón, y tú antes no te inmutabas ni cuando lloraba frente a ti. Me alegro
mucho por saber que ahora puedes hacer esas cosas.
—¿Por qué te alegras, Hyukjae?— Se
extrañó el bajito mientras trataba de alejar las manos de su amigo— Yo no
entiendo cuando la gente dice que se alegra por mis logros. Son míos, yo
debería sentirme satisfecho por mis logros y las demás personas deberían sentirse
satisfechos por los suyos.
—Bobo, eso se llama empatía,
ponerse en el lugar del otro y compartir sus sentimientos. De hecho, por eso
quieres saber la razón de que Kyuhyun esté triste ¿Verdad? Quieres saber que se
siente y encontrar una forma de confortarle.
—Es lo que quiero hacer— Admitió
Sungmin— No obstante, lo que dices carece de lógica, ¿Cómo
podría ponerme en su lugar? Yo no puedo convertirme en Kyuhyun.
—No entiendes nada— Rio el
muchacho mostrando sus rosadas encías— Te lo ejemplificaré con Kyuhyun,
pero primero tenemos que saber qué le ocurre ¿Tienes alguna teoría?
—Estaba pensando en ello antes de
que me interrumpieras y nada encontré. No creo ser el culpable, tampoco su
familia. No son dudas existenciales y no hay ningún problema con su salud.
Tampoco creo que sea temor a la tercera guerra mundial, aunque en mi opinión es
un temor muy razonable.
—Ahí te estás yendo para el lado de
los quesos…— Rio Hyukjae.
—¿Quesos? — Se
extrañó el otro.
—Olvídalo. De seguro es algo más
sencillo y habrá ocurrido hoy, ¿Kyuhyun te mencionó alguna cosa cuando llegó?
¿Te dijo algo sobre su día?
—Él me saludó, me preguntó cómo
estuvieron mis clases y luego me contó de las suyas. Dijo: “Aprobé Finanzas,
pero reprobé la prueba de Cálculo con doble coeficiente y existe la
probabilidad de que repruebe la asignatura… ah, esto es muy serio”
—…— Hyukjae permaneció mudo un buen
rato antes de reaccionar explosivamente—¡Pues eso es! ¿Qué no lo notas?
¡Es obvio!
—¿Qué es, Hyukjae?
— Está deprimido por las malas
calificaciones que obtuvo y tiene miedo de reprobar la asignatura— Aclaró.
—Yo no entendí su miedo y por eso
lo ignoré ¿Es de verdad algo grave?— Inquirió el bajito.
—¿Qué dices?— Se
extrañó el otro— Cualquiera se preocuparía y se sentiría mal. Joderla
en una prueba de doble coeficiente no es cualquier cosa. Como te dijo, puede
reprobar el ramo, y con dos ramos reprobados puede perder una beca. Dudo que
Kyuhyun pueda pagar de su bolsillo el arancel, es Yonsei después de todo.
—Pero en el peor de los casos será
un ramo solamente, y realmente, yo no creo que repruebe Cálculo, sus
conocimientos en esa área están sobre el promedio, además cuenta con horarios
establecidos de estudio. Tiene posibilidades de éxito arriba del 85%.
—No es sencillo pensar tan
fríamente cuando has cometido semejante desliz. En momentos como estos se
utiliza la empatía. Como te expliqué antes, la empatía es ponerse en el lugar
del otro, no literalmente como pensaste, eso es imposible. Debes imaginarte
viviendo la vida y atravesando las situaciones de la persona con la que deseas
empatizar.
—Eso no puedo, yo desconozco
algunas actividades que realiza Kyuhyun, además sus rutinas son abismalmente
inconstantes y su forma de pensar muy distinta a la mía.
—Sí que eres difícil— Bufó
Hyukjae— Entonces inténtalo de esta forma: Debes buscar en
tus recuerdos una situación parecida a la que Kyuhyun vive ahora. ¿Has fallado
en algo que a pesar de no ser tan grave, te ha hecho sentir muy mal por todo el
tiempo y esfuerzo que dedicaste?
Sungmin pensó largo rato, revisando recuerdo por
recuerdo. No dándole muchas esperanzas a su amigo, este se puso a rememorar
también.
Hasta que encontró algo que podía ser útil.
—¡Ah! ¿Te acuerdas cuando teníamos
10 años y la profesora de lengua nos hizo realizar nuestro primer ensayo? Era
sobre un libro. Cómo se llamaba…
—El diario de Ana Frank, escrito
por Ana Frank. Publicado originalmente el 25 de junio de 1947. Tiene 225
páginas. Hay 3 copias en la biblioteca de SNU en el sector dedicado a la
segunda guerra mundial— Recordó Sungmin con impresionante exactitud.
—Sí, sí, sí. El asunto es que tú te
habías emocionado mucho, escribiste como 15 hojas con perfecta redacción y
ortografía, y aun así la profesora te reprobó porque en vez de hablar sobre el
libro, te referiste plenamente al contexto histórico en el cuál Ana y su
familia vivieron. ¿Puedes recordar cómo te sentiste en ese momento?
—Yo sentí mucha energía e inquietud
en mi cuerpo, era muy extraño, muy incómodo, traté de aliviarme pateando el
suelo y golpeando mi mochila, sin embargo, no logré sentirme aliviado hasta que
me puse a llorar y tú me regalaste tus galletas de vainilla. Sabían muy bien.
—Bueno, esa sensación extraña e incómoda
es la que Kyuhyun siente— Le reveló Hyukjae. El bajito se atrevió a sostener
su mirada por un tiempo que no pudo precisar.
—¿Kyuhyun…se está sintiendo así?— Murmuró
finalmente. Al ver a su amigo asentir, fue poniendo la mirada lentamente en el
punto vacío de antes. Su pecho volvió a apretarse y ya no estaba tan seguro de
que fuera congestión.
Al ver que lo entendía, Hyukjae sonrió y le sobó la
espalda— Seguramente antes compartiste así el sentir de
alguien, sólo que no sabías que era. Ahora lo sabes y puedes hacer algo. Eso
también forma parte de la empatía ¿Sabes? Ponerse en el lugar del otro no es
sólo entender cómo se siente, sino vivir con esa persona sus sentimientos y
situaciones, y ayudarles en el caso de que no estén pasándola bien, hacerlos
sentir como a ti te gustaría sentirte, pero claro, eso es algo que depende
únicamente de cada uno. Dime, ¿Deseas ayudar a Kyuhyun a ser feliz otra vez?
—Sí quiero, yo quiero hacerlo ahora— Respondió
el bajito con fuerza.
—Entonces muéstrale tu interés en
su pena, hazle sentir bien y cuando sepas que es feliz de nuevo, anímalo a
aprobar su asignatura, haz que la felicidad perdure, ¿Sabes qué cosas le
animan?
—Él me dice que las 3 cosas que más
le gustan son el chocolate, los videojuegos y yo.
—Oh Dios, eso es muy cursi— Susurró
Hyukjae aguantándose una risa— Bueno, yo creo que basta con el
chocolate y tú, ¿Crees que puedes hacerte cargo solo de la situación de ahora
en adelante?
—Quiero intentarlo.
—Ese es mi amigo— Celebró
Hyukjae, poniéndose de pie con dificultad para luego ayudar al bajito. Después
se estiró y soltó un gran bostezo— Estoy hecho polvo, me voy a
dormir. Buenas noches, Sungmin.
—Buenas noches, Hyukjae. Muchas
gracias por ayudarme— Respondió el otro, ganándose una sacudida de pelo y
un beso en la coronilla. Al verlo limpiándose incómodo, su amigo soltó una
pequeña risa y salió del lugar.
Apenas estuvo solo, Sungmin puso a calentar leche chocolatada
en una pequeña olla. Era lo más cercano al chocolate que había en la cocina y
era muy deliciosa, por lo que al estar lista y ponerla en una taza, no resistió
beber un buen sorbo. A Kyuhyun no le importaría. Después caminó lentamente por
el comedor con el brebaje en las manos. Su novio, con los ojos cerrados y
demasiado hundido en sus tormentos, no lo notó hasta que después de dejar la
taza en la mesita de centro, el bajito se puso encima y se aferró a él como un
koala. A Sungmin le hacía sentir muy bien cuando Kyuhyun lo abrazaba, seguro le
gustaría que esta vez él le abrazara.
—¿Su-Sungmin? ¿Qué ocurre?— Se alertó
el menor al verlo de la nada así de apretado a él.
—Kyuhyun, estás triste, no me gusta
que estés triste, así que traje chocolate caliente y a mí mismo para que seas
feliz otra vez… También puedes decirme que te pasa, yo puedo ayudarte— Contestó
tratando de recordar todo lo que le dijo Hyukjae, luego recordó el chocolate y
con dificultad lo volvió a tomar para dárselo a su novio—Bebe.
Kyuhyun permaneció un largo rato boqueando
confundido. Finalmente, recibió el gesto de su novio.
—¿Estás… consolándome?— Inquirió con
ternura y asombro. Sungmin asintió— Gracias, eres muy amable— Concedió
con una tímida sonrisa, logrando que el otro también sonriera. Al parecer
estuvo bien no ir a marcar su territorio cuando vio a Hyukjae ir donde se
encontraba su novio.
Kyuhyun bebió el chocolate y le contó todo lo que Hyukjae
y él habían sospechado, más otros detalles.
—Estudio
todos los días, lo sabes, pero en cálculo soy tan bueno que 5 días antes del
examen lo sabía todo, estaba muy confiado por eso, así que decidí centrarme a
fondo en estudiar para los demás exámenes que sí me daban problemas. Luego
llega el examen de cálculo, y aparte del cansancio, estaba saturado de las
demás asignaturas, recordaba la mitad del contenido, y encima el examen tenía 6
hojas, eso me hizo ponerme más en blanco ¡Los anteriores fueron normales y
justo este debía ser monstruoso! Hice lo posible pero…ah, resulta que ahora
tengo buenas notas en los ramos que me acomplejan y estoy a punto de reprobar
en el que mejor se me da. Soy un idiota, no logro evitar comportarme tan
despreocupado como en el instituto.
—¡Kyuhyun no es idiota en lo
absoluto! Tu coeficiente intelectual está 32 puntos más arriba de la categoría
que indica retraso mental, tendrías que sufrir un trauma muy severo en la
cabeza para ser idiota— El bajito dijo aquello con tanta firmeza que hizo al
menor abrir los ojos como plato— No obstante, los errores los
puede cometer cualquier persona sin importar su CI, es un hecho de la
naturaleza humana, y el que cometiste se debe a un problema de adaptación. Yo
sé bien que es eso, lo he sentido al llegar a Seúl, así que también puedo
entender lo que Kyuhyun está sintiendo.
—Sí, sé que lo sabes perfectamente
y que además lograste adaptarte muy bien, pero eso no indica que yo logre
hacerlo. Tengo miedo— Se sinceró el menor. Sungmin posó la mirada en la
pared, pensando por un momento.
—Yo no creo que debas sentir miedo,
Kyuhyun— Afirmó volviendo a mirar a su novio. Este lo miró
confundido— Para adaptarse a un nuevo entorno se necesita
tiempo y errores, tiempo para encontrar los aspectos de ese nuevo entorno que
son semejantes al anterior entorno en el cual viviste y errores para descubrir
que es diferente, y yo creo que todo eso lo estás haciendo muy bien. Cometiste tu
primer gran error, lo has reconocido y sabes perfectamente que hiciste mal, y
por ende, sabes que debes cambiar. Eso está muy bien. Es en esencia lo que yo
tuve que hacer así que lo entiendo. Verás, la historia se basa en documentar hechos
concretos y en el descubrimiento de estos, pero por algún motivo tengo
asignaturas que tocan temas enteramente abstractos. Yo no entendía los
contenidos así que los memoricé, y mis primeras calificaciones de todas formas
fueron deficientes. Es cuando me di cuenta que no bastaba con plasmarlo de
memoria como lo hacía en el instituto para aprobar, y que tampoco podría
entenderlo solo, así que busqué ayuda. La Ajumma que dirige mi sección en la
biblioteca sabe mucho de filosofía y me explica muchas cosas, y Siwon también
me ayuda mucho. Sin duda no hay nadie que sepa más de temas abstractos que un
cristiano que lee la biblia y estudia leyes.
Kyuhyun no se aguantó la gran risotada que nació de
su estómago.
—Pues sí, tienes razón— Concedió
al serenarse, mirando con embeleso a su novio ¿En qué momento avanzó tanto? Era
impresionante como había evolucionado aquel retraído chico que lo miraba
descaradamente en la cafetería del instituto.
—Tengo razón, por eso no debes
preocuparte en exceso y tampoco confiarte demasiado, debes adaptar tus técnicas
de estudio a los contenidos más densos que ahora aprendes. Eso es todo.
—El examen que consta del 30% del
promedio final es en una semana y es el único que me queda. Aseguraré mi éxito
retroalimentándome hasta el día anterior— Respondió el menor con optimismo,
Sungmin puso su mano en la mejilla de su novio y la acarició torpemente.
—Kyuhyun no sólo no es idiota, también
es muy listo. Has podido enseñarme cosas sobre la vida que antes nadie pudo
enseñarme, y sin ser tu especialidad, esas son las matemáticas. Es lógico que
si lograste fácilmente guiarme en algo que no es tu fuerte, te desempeñarás
estupendamente en cálculo de ahora en adelante.
El menor contempló largamente al otro con los ojos
vidriosos. Como cualquier persona que tenía una relación cercana con un
Asperger, tenía dudas de si realmente algún día podría contar con su novio en
las buenas y las malas. Por Dios que le parecía ofensivo pensarlo, pero sabía que
era una inquietud realista y no se apartaría de su cabeza hasta tener una
respuesta. Su cuerpo se sintió notablemente más ligero al ver en toda la
conversación una pequeña prueba de que iban bien encaminados.
—Aigoooo, este chico…—Suspiró
abrazando posesivamente a su novio.
—Kyuhyun, ¿Ya te sientes feliz de
nuevo? ¿He empatizado correctamente contigo?— Preguntó ansioso el mayor mientras
recibía cortos besitos en sus mejillas.
—Sí, tienes un talento con la
empatía sin duda. Me siento mucho mejor— Respondió Kyuhyun juguetonamente,
dejando esta vez un casto beso en sus labios. Sungmin sonrió encantadoramente.
Su pecho dejó de apretar y en cambio se llenó de satisfacción, sobre todo
viendo que los síntomas de tristeza en el rostro de su novio desaparecieron.
—Entonces debes prepararte para tu
examen— Le sugirió, siguiendo lo que su amigo le había
dicho. Por su lado el menor enmudeció un instante, más animado por la ternura y
exquisita cercanía de su novio que por el estudio.
—¿Sabes? En realidad, aún no estoy
del todo reanimado— Se retractó con un brillo maligno en sus ojos— ¿Puedes
seguir haciéndome feliz?
—Oh…está bien— Respondió
el mayor ingenuamente— Aunque ya no se me ocurre otra cosa que decir.
—Bueno, no tienes nada que decir y
el chocolate también se acabado… entonces hazme feliz contigo— Le
sugirió suavemente, acariciándole la espalda por debajo de la ropa. Sungmin
conocía ese lenguaje corporal y ese tono de voz muy bien, su cuerpo se sintió
más cálido y sensible al saber que significaba. Miró la hora en el reloj de
pared. No era hora de estudiar y se suponía que su objetivo actual era hacer
feliz a Kyuhyun ¿Cierto?
—Sí eso te hará feliz, de acuerdo— Accedió.
—Bien, vamos— Con una
gran sonrisa y lujurioso como él solo, se llevó en brazos a su novio a la
habitación.
Sungmin reconoció y compartió la felicidad de
Kyuhyun perfectamente esa noche.
Continuará...
Vine a dejar mi comentario aquí, hah.
ResponderBorrarAh entiendo totalmente esa angustia por las materias u.u ... pero yo no tengo un conejo nalgon que me consuele :'v
ResponderBorrar... acabo de ponerme al dia con el fic y realmente esta hermoso, me gusta mucho como escribes y la forma en que expresas a Sungmin con su enfermedad...
Bueno solo me queda esperar por el capitulo final :'( , gracias Pia por darnos este hermoso escrito no crei que volveria a leer un Kyumin y llenarme de ese sentimiento lindo, que tenia hace mas de dos años, y que creia ya extinto en mi... muchas gracias y voy a estar esperando por el siguiente^^