jueves, 9 de enero de 2014

La legendaria pareja del porno gay [05/??]

Capítulo 5: Vas a estar conmigo por siempre ¿Verdad? / Claro, aquí empieza más que una película.

Era ya un nuevo día en la agitada ciudad de Seoul.

O bueno, hace rato era así. Por horas, los sin nombre que habitaban aquella ciudad habían estado codo a codo trabajando bajo el fulminante sol veraniego, aquel que después de surcar los cielos con típica y apacible lentitud, empezaba recién a esconderse tras los edificios, no deteniendo en lo absoluto a los que aún tenían que seguir ganándose la vida de una forma u otra. Uno de ellos era Sungmin, quien tras una ventana miraba absorto aquel imparable paisaje colectivo, sentado en el puesto de co-piloto sobre el auto de su representante camino al lugar en el que grabaría su próxima película. Y aunque lo que había tras la ventanilla podía entretenerlo por un rato, era bueno que Nari estuviera ahí para distraerlo de la enorme ensalada emocional que aquejaba su estómago, sobre todo con el curioso aspecto que llevaba ese día. 

-En serio, Noona ¿Puedes sacarte esa peluca y esos lentes oscuros?-Le reclamó con el ceño fruncido- Ya estás entrando en la exageración.
-¿Exageración dices?- La mujer al volante espetó de vuelta, alterada- ¡No sabes nada así que no digas que exagero!
-¿¡Como podría saber si no quieres contarme!?
-¡Bien! ¡Te diré pero debes prometer no molestarme!
-¡Al fin!-Exclamó con un tinte de sarcasmo en su grito de gloria- Eso ya pasó, Noona. Solo dime de una vez.
- Ok... Hace un par de semanas, me encontré con Shindong-oppa en la calle, me llevó a un café para que conversáramos y me pidió que te alejara de Kyuhyun suponiendo que tu le podías hacer daño. Me enfadé con él por esas suposiciones, le grité, armé un escándalo y me fui del lugar.
-A-ah ¿Por qué hiciste eso?
-¡Porque soy estúpida!- Chilló con la cara estreñida, dando un giro violento con el auto que espantó a Sungmin- Y porque soy aún más estúpida cuando alguien te ataca o habla mal de ti. Eres mi bebé, te he cuidado por 5 años, nadie tiene derecho a hablar sobre ti si no te conoce más de lo que te conozco yo.
-Pero Nari-Noona...-Le llamó con un tono de regaño amoroso- No debiste gritarle por algo así, además, no es como si estuviera tan errado. En ese tiempo...yo también temía hacerle daño a Kyuhyun...
-¿Pero lo lastimaste?
-N-No, no...de hecho, gradualmente, nuestra relación ha ido mejorando...
-¿Ves? No me equivoqué- Suspiró- ... Aunque... quisiera volver en el tiempo y haber actuado con más calma. El tenía razones para ser precavido, Kyuhyun le importa tanto como tú a mi, y... Ahhhhhh...
- Ya, no te sigas atormentando- Le pidió sobando uno de sus brazos- Fue algo insignificante, de seguro ya no le importa.
-Ja, eso crees, pero no viste como él y las personas que estaban ahí me miraron.
-Bueno, entonces piensa en que si ambos estaban actuando por defendernos, el comprendió tus razones para molestarte y si le pides perdón por tu comportamiento, todo podrá solucionarse.
-¿Um? - La mujer se extrañó por tanto positivismo-¿Quien eres tú y que hiciste con mi amargoso Sungminnie? 

El menor rodó los ojos.

-Solo intento ayudarte con tu novio ¿Si?
-¡No es mi novio! Y... Nunca lo va a ser por que soy Jung Nari la espanta-hombres- Profirió chillando sin lágrimas- ¿Porque a todos los poquísimos sujetos que se me acercan y a la vez me atraen los espanto?
-¿Así que de verdad te atraía?
-¿¡Que importa ya!?-Espetó-Está todo arruinado.
-No es así, has cuidado bien de mi por todos estos años a pesar de lo molesto que soy- Comentó- Si lograste eso, puedes con eso y con cualquier cosa.
-Auww...en serio ¿Que hiciste con mi Sungminnie?
-Ashh...

Sungmin siseó cruzando sus brazos sobre su pecho, no encontrándole caso a su representante. 

- Ven -Le pidió la mujer, cambiando su semblante al maternal de siempre- Acerca esos cachetitos de conejo.
-Ahhh, nooona...
-Hazlo.

De mala gana el chico se arrimó hacia ella.

-Muuuuuuuuack.

Exclamó la castaña mientras le daba un largo y cariñoso beso en la mejilla. Al volver a acomodarse el menor sobó la zona besada cuan niño pequeño que no le gusta recibir besos de sus tías.

-Como sea- Agregó finalmente el pelinegro- Quítate ya esas cosas.
-Nunca.


No faltó mucho tiempo más para que por fin llegaran al "Grand Intercontinental Seoul Parnas", un hotel de Gangnam con 5 estrellas y enorme prestigio, famoso por recibir a turistas y empresarios extranjeros con grotescas cuentas bancarias. Era un lugar magnífico y que tras concretar un acuerdo- amenaza con el dueño, la  presidenta y su directiva consiguieron para grabar la película. El piso 15 estaría a su total disposición para representar un lujoso hotel en las Vegas. 

A Sungmin le temblaron ligeramente las piernas al pisar la bella cerámica que tapizaba la entrada, sintiéndose inferior por el hermoso lugar y nervioso por lo que haría ahí, aunque no hubo tiempo para inseguridades ni lentitud cuando gracias al elevador llegó al lugar indicado. A penas tocó el piso 15, un grupo de mujeres lo agarraron y lo llevaron con ellas velozmente como si hubiera llegado 10 horas tarde.

-Sungmin-ssi ¿Verdad?

Preguntó una pelianaranjada del grupo que lo arrastraba.

-S-Sí.
-Muy bien, nosotras somos tus estilistas, maquilladoras y demás. Vas a estar a cargo de nosotras durante un buen rato.
-¿Eh? U-Un momento ¿Donde está Kyuhyun?
-El estar con otras estilistas, otra habitación -Dijo una mujer rubia que hizo notar su nacionalidad china por su acento y poca habilidad con el Hangul- Disculpe ¿Usted es Nari?
-A-Ah, si.

Contestó la mujer que caminaba pasos atrás del grupo.

-Debe ir a la habitación 137, ahí se grabará la película y la presidenta quiere hablar con usted.
-Ok- Contestó la mujer deteniéndose y haciendo una venia- Entonces, cuiden bien de Sungminnie.
-Déjelo en nuestras manos- Dijo en la entrada de una habitación la pelianaranjada, también china pero con mejor manejo del idioma- Ahora ¡Depilación!
-¿¡Ah!?

Gritó alarmado el pelinegro, abriendo los ojos como platos.

-Adiós.

Pronunció la mujer, cerrando la puerta de un empujón.


Durante poco más de una hora, las mujeres se dedicaron minuciosamente a pulir la belleza de Sungmin, empezando por arrancarle la ropa sin pudor alguno y dar inicio a la tan aterradora depilación. El chico trató de huir pero fue inevitable que hasta el último pelo de sus axilas fuera retirado, como también aquellos que sobraban al rededor de la figura de sus cejas. Por suerte tenía costumbre de depilarse las piernas y así se ahorró la mitad del dolor al ser "Limpiado". Es que era inevitable hacerlo, de esa manera se los había indicado la presidenta y la orden había sido clara aún cuando se los dijo en mandarin algo nasal: Esta película no era larga pero aún así era un importante proyecto, y por ello, los actores debían lucir tan bellos como el mismo lugar donde filmarían. Librarlos de vellos que a veces no eran tan estéticos era tan esencial como la aplicación de cremas corporales y faciales para que la piel estuviera más tersa, acompañado del vestuario adecuado, un lindo peinado y algo de maquillaje. 

Tenían que estar que estar perfectos para un perfecto proyecto.

Y cuando con un poco de delineador, Sungmin iba superando por mucho la perfección, el estruendo que causó la puerta abriéndose violentamente logró que por el sobresalto la maquilladora casi arruinara la delicada línea sobre los ojos del pelinegro. 

-¡Estoy buscando a Lee Sungmin!- Gritó aquel que interrumpió repentinamente la sesión de belleza- ¿¡Eres tú Lee Sungmin!?

Gritó el alto hombre, con una efusividad conocida mientras apuntaba con el dedo al radiante chico.

-S-Sí...
-Oh-Exclamó el extraño hombre quitándose unos lentes oscuros, guardándolos en uno de sus bolsillos, esta vez más sosegado- Así que eres tú. Realmente eres muy lindo ¿Eh?

Comentó acercándose al chico para tomarle el mentón y girarle la cabeza levemente a la izquierda y derecha para así analizarlo mejor. Sungmin trataba de mirarlo aún espantado, con los ojos oscuros del tipo encima y viendo que ninguna de las mujeres hacía nada por alejarlo ¿Y este quien carajos era? 

-Um, en verdad no estás nada mal- Confirmó de nuevo- Si quieres, podría contratarte para otras cosas más interesantes ¿Sabes?
-Es suficiente, lo estás asustando ¡Suéltalo! 

De la nada, un tipo salió por detrás del alto hombre y golpeó su cabeza en forma de regaño, espantando aún más al pelinegro ante tan repentina aparición.

-Ash- Exclamó el golpeado, sobándose resentidamente la cabeza- Hijo de...
-Disculpe- Musitó Sungmin, antes de que siguieran hablando- ¿Qu-quien es usted? 
-Ah, cierto. Casi lo olvido...

Comentó el alto, como si fuera lo más natural llegar gritando a tocar a la gente sin presentarse o forjar confianza antes.

-Soy Kim Heechul- El alto pelinegro pronunció con orgullo su nombre, poniendo la cabeza en alto, una mano en su cadera y la otra usándola para tirarse con gracia el cabello hacia atrás - Genio director cinematográfico. El idiota que me golpeó es Hangeng, camarógrafo principal de la película y el sujeto con el que me acuesto regularmente.

Otro golpe volvió a estallar en la cabeza de Heechul.

-Está bien, es mi novio.

Corrigió sobándose una vez más las neuronas muertas mientras el otro sonreía satisfecho.

-Un gusto.

Le dijo el hombre, compartiendo una inclinación de cabeza con Sungmin.

-En fin- Agregó Heechul- ¿Estás listo para grabar la película? 
-A-Ah...supongo...
-No me vengas con supongo-Advirtió cambiando repentinamente su tono de voz a un serio- La perra de Taeyeon salió con que harían el amor y por eso no necesitan mis pautas ni uno de mis grandiosos guiones así que más le vale a ti y a tu novio darme una linda película o los mataré.
-Es que...

No, no era buena idea decirle que no eran novios. De ninguna manera lo era.

-¿Capisci? 
-A-Ajá...
-Muy bien- Sonrió palmeándole suavemente una de sus mejillas-Iremos a revisar la iluminación y todo ese asunto una vez más. Ustedes chinada...
-Deja de decirles así, Hyung.
-No sé como decirle a un montón de chinas- Reclamó el alto a su novio- Lo que sea, quiero que este chico esté aún más bello para cuando entre en escena, para eso las traje. Sigan con su trabajo. 
-Sí~

El hombre dio la vuelta, caminando como una verdadera diva al pasillo, mientras de mala gana, Hangeng lo seguía. 


-Ojalá no te haya asustado el director.

Comentó rato después la pelinaranja que maquillaba a Sungmin.

-Me asustó un poco, a decir verdad- Rió medroso- Pero estoy algo acostumbrado con la presidenta. 
-Oh, entiendo.  Es que ellos dos comparten muy bien esa personalidad, aparte de la sangre.
-¿Disculpe?
-Oh ¿No sabía? Heechul-oppa y Taeyeon-unnie son hermanos.

Sungmin abrió desmesuradamente los ojos y miró el suelo con miedo ¡Todo tenía sentido ahora! Un escalofrío horrible recorrió su espina al entender el asunto y saberse mezclado con gente tan extraña.

¿¡En que maldito nido de demonios se había metido!? 



-¿Y...como has estado, hermanita?- Preguntó Heechul con tono malicioso, al entrar a la habitación 137 y ponerse al lado de la mujer que supervisaba el trabajo del staff después de haber charlado con Nari- ¿A cuanta gente has intimidado últimamente?
-Amm, no sé...-La rubia fingió rememorar- quizás, la misma cantidad de gente con la que tú te has acostado...oppa.

Contestó con una sonrisa tan cínica como la que tenía su hermano, y la gente que trabajaba tranquilamente a sus alrededores se inquietaron al sentir como dos auras oscuras y demoníacas se posaban detrás de los hermanos. 

-No sé de que hablas- El mayor contestó después de un rato, arreglándose el cabello y fingiendo que aquello no le había molestado- Yo he cambiado, ahora tengo novio. 
-Ja, pobre iluso...
-No como tus ex maridos...
-¿¡Qué!? 

La mujer volteó velozmente su rostro hacia el de su hermano y lo miró asesinamente.

-Por otro lado- Heechul viró hacia fingiendo no tomarle interés al enojo de su hermana- ¿Cómo está mamá? 
-Um, igual, rezando por nuestras almas impías en la vieja capilla del pueblucho donde crecimos. Me pidió que le avisara si contraías sida estando en china... ¿Se te pegó? 
-Por supuesto que no. 
-¿Estás seguro? 
-¿Qué? ¿Acaso crees que soy un tonto que no usaría preservativo?
-Supongo, acabas de autoacusarte solito de ser un tonto. 
-¡Umg!  

Esta vez fue el más alto quien dirigió una mirada asesina a su hermana, quien sonreía malvadamente por su buena jugada en aquella venenosa conversación. 

-P-Presidenta- Interrumpió Seohyun, algo aterrada por acercarse más de lo sano a los temibles hermanos Kim- Hangeng-oppa quiere su opinión sobre los enfoques de las cámaras sobre la cama. 
-Bien. 

Dijo volteando para seguirla.

-Espera,yo también voy- Reclamó Heechul siguiéndolas- Soy el director. 
-Piérdete, nadie te llamo.
-Aún así soy el favorito de mamá.
-¡Claro que no! ¡Esa soy yo!

Luego de terminar una película en china y regresar a corea hace unas semanas, Heechul accedió a trabajar con su hermana en la compañía, y aunque trataban de mantener la compostura cuando cooperaban en algún proyecto, siempre terminaban dejándose llevar por sus deseos, peleando con veneno y estupidez mezclada. Y aquellos que tenían respeto por sus vidas sabían que ni por un minuto debían acercarse a detenerlos. 


De vuelta en la habitación donde las estilistas arreglaban al pelinegro, un aún medio espantado Sungmin terminaba de alistarse, arreglándose un poco el corbatín sobre su fina camisa y agitando las piernas para acomodarse bien dentro del blanco, liso y bien hecho traje. Cuando se sintió totalmente cómodo, soltó un largo suspiro.

Bien, estaba listo.

Al menos en el aspecto físico. Por dentro tenía todo un revoltijo de emociones, estaba cada vez más desorientado y sentía como si apenas recordara su nombre y lo que iba a hacer ahí. Además, ni siquiera había visto a Kyuhyun durante su estancia en ese lugar, y por Dios que se había acostumbrado a que ese extraterrestre del planeta 'Hormona' estuviera pegado a él. 

-Saldré un momento. 

Comentó a las noonas que lo habían arreglado, recibiendo positivas con la cabeza de parte de ellas. 

Lentamente, el chico avanzó por los pasillos, caminando con especial cuidado cuando pasó por la puerta 137 y los gritos de los hermanos traspasaban las paredes. Entró en cada habitación que no estuviera cerrada, encontrándose lugares vacíos y otras con miembros del staff pendientes en distintas cosas. Cuando ya llegaba a la última y empezaba a rendirse, volvió a suspirar al no hallar a quien buscaba, no esperándose que de pronto ese mismo hombre le llamara por detrás.

-¡Hyung! 

La voz grave resonando en el pasillo le hizo voltear sorprendido y encontrarse con el alto castaño.

-Ahh...

El pelinegro balbuceó al cruzar su vista con la del menor. Kyuhyun llevaba un conjunto blanco, elegante, parecido al suyo, solo cambiaba el encaje de su jabot y el corbatín que adornaba la parte baja de su cuello. Su pelo brillaba y estaba peinado de una forma desordenada que en conjunto de su rostro maquillado -Y que además lucía más terso gracias a la ayuda del dermatólogo- le hacían lucir como un atractivo y adinerado chico malo. Sungmin quedó embobado por varios segundos mirándolo en silencio, aunque a Kyuhyun no le importó presumir su buen ver al recibir un impacto directo al corazón después de que el mayor se girara. 

Dios.

¿Cómo era posible que cada vez que veía a su Hyung este se ponía más y más bello? ¡Era inexplicable! Ya estaba sospechando incluso que el chico era alguna especie de brujo. De ser así, le pediría que por favor le diera un pócima para librarlo de la locura casi insoportable que le provocaba verlo cada día. Le estaba enloqueciendo, le estaba desesperando, pero por pensar solo en la idea de que ese chico algún día se fuera de su lado.Ya se sentía incapaz de vivir sin él.

Totalmente incapaz.

-Sungmin- Hyung- Volvió a llamarlo, esta vez acercándose a él y tomándole la mano- Tengo algo que entregarte.
-¿Um? 

Caminaron juntos un par de pasos hasta llegar a otro pasillo, donde había un pequeño y bonito sofá en el cual ambos tomaron asiento. Sungmin puso nervioso las manos entre sus piernas y miró atentamente como Kyuhyun sacaba algo de uno de sus bolsillos. Una pequeña cajita se asomó por la blanca tela hasta estar totalmente a la vista del mayor.

-¿Que es eso? 
-Bueno... como esta película se trata de una pareja recién casada en su luna de miel- Dijo abriendo lentamente la fina caja- Pensé que estaría bien que ambos usáramos anillos matrimoniales ¿No crees? 

Preguntó, enseñando dos sencillas pero bellas sortijas de oro acomodadas en un almohadoncito rojo que las sostenía. Sungmin pestañeó pasmado por el sorpresivo pero tierno gesto, sonrojándose al segundo después de que Kyuhyun quitara uno y se lo pusiera en el dedo anular de su mano derecha. 

-Pero...- El mayor acotó, confundido-¿ Por qué gastaste tu dinero en algo así? 
-Soy un derrochador cuando estoy aburrido, y como no estaba con Hyung en ese momento pensé en comprarlos- Contestó sonriente- ¿Sabes? Antes de conocerte y tener la moto era peor. Había tenido un auto, tres bicicletas y un scooter eléctrico.  

Sungmin bajó el rostro para reírse de lo dicho ¿Que tan idiota y adorable podía ser el chico frente a él?

-Oh...

Al volver a abrir sus ojos después de la pequeña risita, vio el otro anillo en la pequeña caja.

-¿Y que hay de este anillo? 
-Ese es el mío- Contestó ofreciendo su mano- Tu debes ponérmelo a mi. 

Sungmin hizo un pequeño movimiento con su boquita, para finalmente obedecer y poner delicadamente el anillo en el dedo de Kyuhyun. En cuanto hubo finalizado su tarea, elevó la vista y se encontró con el radiante rostro del menor, cuyos labios picaban ansiosos por dejar de perder el tiempo y tomar esa bonita boca como suya una vez más. Sus deseos se hicieron realidad en cuanto levantó el mentón de Sungmin y unió intensamente sus bocas con todo el consentimiento del mayor, el cual cerró sus ojos con suavidad para saborear mejor el beso. El castaño pasó sus manos por debajo de los brazos del mayor, apresando su espalda y atrayéndolo de un abrazo, mientras su presa descansaba las las suyas en el pecho del más alto, sintiendo como el otro soltaba sus labios, pasando a sus mejillas y su cuello, enterrando finalmente su nariz en él para aspirar el aroma de aquel que le tenía tan embrujado. Sintiendo como el más alto le mimaba, el mayor se animó a rodear el cuello de Kyuhyun con las mejillas sonrojadas por las potentes corrientes eléctricas que le causaban esos mimos. Sin soltarlo ni por un segundo, el más alto volvió a quedar con su rostro frente al de Sungmin, quien a diferencia de todas las veces anteriores, conectó su cristalina mirada con la suya, observándolo con serenidad y cariño indescifrable.

-Hyung-Le llamó el menor, aún medio embobado- ¿Puedo decir cosas sucias cuando te esté cogiendo?

Sungmin abrió los ojos de par en par, enrojecido y abrumado. Es que en serio ese niño tonto nunca iba a cambiar...

Sin embargo, en vez de enojarse o gritar, rió completamente sonrojado.

-Gran idiota.

Le respondió en cuanto el otro volvió a ladear su rostro para besarlo.

-Umh, es bueno saber que ya están entrando en calor para la película.

Interrumpió Hangeng al ponerse frente a ellos, haciéndolos saltar por la repentina interrupción.

-Bueno, espero que ya estén listos para grabar- Continuó- Ya terminamos de asegurarnos que todo en el set estuviera en orden, así que solo queda la grabación y que ustedes hagan lo suyo ¿Entendido?
-A-ah, si.
-Perfecto- Dijo mirando su reloj- Comenzamos en...
-¡Dos minutos!

Gritó un hombre del staff asomándose por la puerta de la habitación 137.

-Dos minutos- Le imitó- Yo entraré, ustedes esperan a que Heechul-Hyung grite "¡Luz, cámara, acción!'---
-Espere-Le frenó Kyuhyun- ¿Como lo oiremos?
-El tiene una voz muy potente.
-¿¡HANGENG, DONDE DIABLOS ESTÁS!?

Un grito enormemente sonoro se escucho salir del set, haciendo saltar a los tres del susto.

-Hela allí- Comentó el chino rodando los ojos- Como decía, esperan el llamado, entran y hacen el amor. La pauta no es complicada y no hay guiones, así que espero que hayan hecho un plan bueno o esos dos idiotas los matarán.
-Ajá.
-En fin, voy a dentro ¡Buena suerte!

Exclamó con una linda sonrisa mientras cerraba la puerta tras él. Kyuhyun se levantó, tomando cálidamente la mano del mayor para que le siguiera. Ya frente a la puerta Sungmin exhaló aire con inseguridad y ansiedad.

-¿Estás nervioso? 

Le preguntó el castaño al verle tan rígido.

-Nnn...sí...

Contestó bajando el rostro.

-No te preocupes- Sonrió confortablemente- Lo haremos bien.
-Pe-pero...ni siquiera tenemos una idea de lo que haremos...
-Tampoco la teníamos cuando casi lo hicimos en tu departamento.
-A-ah...

Balbuceó apenado, corriendo el rostro, dándole una oportunidad a Kyuhyun de apegarlo a la pared, tomar las piernas del mayor y con ayuda del muro, levantarlo en brazos.

-¿Que haces? 
-Solo quiero llevarte así.
-¿Por qué? 
-Para que no huyas del miedo. 

Sungmin reprimió una risita ante la respuesta. 

-Tranquilo -Le dijo- Todo saldrá bien, solo tienes que confiar en lo que dije.
-¿Que me protegerás?
-Así es- Sonrió- Voy a ser cuidadoso y me detendré si te disgusta ¿Ok?

Sungmin asintió sumisamente, haciendo sonreír al menor y que este acercara sus labios al cuello del pelinegro.

-Prrrrrrrrrr...

El más alto hizo un ruidito extraño con su boca, cuyos labios vibraban, logrando un gracioso cosquilleo en la piel del otro. 

-O-Oye...

El mayor trató de proteger su zona sensible acercando su cabeza a su hombro, pero por más que lo intentaba, Kyuhyun se hundía más en su cuello, empezándole a sacar pequeñas risitas.

-Ya, ya- El mayor pedía sonriente- deja eso...
-Nou...


-¡BIEN, ESTAMOS LISTOS! 

Otro gritó sonoro del director traspasó las paredes, poniendo a la pareja en alerta. 

-¡LUCES!

-Tene-mos...que entrar.

Advirtió Sungmin aún padeciendo de la risa, logrando que Kyuhyun dejara de juguetear y en vez de seguir, pasara su lengua por su mandíbula hasta llegar al lóbulo de la oreja.

-¡CÁMARA!

-Aam...

Un pequeño gemido salió de los labios de Sungmin al sentir el mimo de aquel húmedo músculo.

-Vamos.

Kyuhyun musitó, esta vez pegado a sus labios, recibiendo otra positiva del mayor.

-¡ACCIÓN! 

Desde adentro, todos expectantes y en sus posiciones, esperaron unos segundos hasta que el pomo de la puerta empezó a girar y la puerta se abrió. Los labios de la pareja chocando se sentían incluso antes de que entraran completamente, y en cuanto lo hicieron, todos se impresionaron levemente al ver que el mayor aún era cargado de frente por Kyuhyun, como si fuera una versión alterada de la típica tradición de recién casados en donde el esposo carga a la esposa a la habitación. 

-Um, buen detalle.

Susurró Taeyeon quien estaba ahí como en cada proyecto importante de la compañía, aunque ahora lo hacía más por fastidiar a su hermano.

Al sentir la reacción positiva de los expectantes y como la cámara les filmaba, Kyuhyun siguió su camino por la amplia habitación de hotel hasta la cama. Se sorprendió de que el lugar no tuviera una decoración picante como muchos de los otros set en los que había grabado películas anteriormente, sino que era un lugar tan lujoso como el mismo hotel se veía por fuera. Bueno, supuso que merecían un lugar tan finamente decorado si iba a hacerlo con su Hyung, el estaba sin duda a otro nivel en muchos sentidos, en especial en su corazón. Aunque claro, para la compañía hacer un gasto tan grande solo significaba que invertían en un gran proyecto, no tenía que ver con lo que él estuviera sintiendo, por ello se empeñaría en dar un buen espectáculo a pesar de tener en cuenta que los sentimientos y sensaciones nunca experimentadas iban a aparecer mientras avanzaba.

Como si fuera una clase de jarrón invaluable, el menor depositó a su Hyung en las suaves sábanas y se acomodó sobre él con la intención de seguir comiéndoselo a besos. Sin embargo, mientras lo hacía, una confusión insufrible revoloteó en su cabeza.

¿Porque alguien que estaba metido en aquella turbia industria por más de 5 años podía tener un rostro, un cuerpo, una piel y una presencia que aún emanaba una dulce pureza?

 En cada beso que compartían no hallaba suciedad alguna. Esos labios cálidos y deliciosos no parecían haber sido tocados antes, como tampoco parecía haber experiencia tras esas enrojecidas mejillas y brillantes ojos. No aparentaba ser el mismo Sungmin que había visto en las películas que le dio su representante. 

Kyuhyun no sabía que eso se debía a que el pelinegro precisamente no se sentía de esa manera. 

Estando ahí recibiendo besos tan intensos y siendo apresado de forma tan apasionada por Kyuhyun, no podía sentirse como el actor porno que era. 

De alguna manera, volvía a ser un chico de 17 años, entregándose a la persona más especial para él, solo que esta vez porque de verdad quería hacerlo al estar seguro de encontrarse con la persona correcta. No porque lo hubieran presionado.

Tomando el rostro de Kyuhyun con sus pequeñas manos buscó profundizar el beso que compartían, estando feliz de sentirse por fin  totalmente listo para entregarse a alguien, pero a la vez, tenía unos nervios enormes. Podía responder a los labios del menor ¡Pero no recordaba que debía hacer después! De hecho, es como si nunca lo hubiera sabido y ellos de verdad fueran una pareja recién casada que por primera vez iban a hacer el amor. Y esa inquietud llegó hasta el castaño, quien soltó sus labios despaciosamente y volvió a contemplar el rostro aniñado del mayor, tratando de calmar con su mirada los preocupados ojos de Sungmin. Aquel que había quedado inmóvil insistió en moverse, hacer algo, ejercer alguna de las promiscuidades que había aprendido y tanto odiaba, pero sus recuerdos sexuales habían sido borrados por quien estaba encima suyo y aquello de verdad empezaba a desesperarlo. 

-¿Se han quedado en blanco?

Preguntó Taeyeon en un susurro, frunciendo el ceño y arrimándose hacia delante para levantarse, siendo detenida por su hermano. 

-Espera...

Farfulló Heechul, contemplando atentamente la escena. 

-A-ah...

Sungmin seguía hundido en el pequeño lío que era su cabeza, tratando de enviarle la orden correcta a su cuerpo y no consiguiendo nada a la vez. Y cuando pensaba en rendirse, una pequeña sonrisa de Kyuhyun llamó atención ¿Por qué sonreía? Estaba arruinando la película y aún así el otro le sonreía. Sin recibir respuesta, Sungmin sintió al instante como el otro le acariciaba una mejilla con mucha suavidad.

-Tranquilo. 

Pronunció el menor, con una inconmensurable ternura cargada en cada letra, logrando bajar su ansiedad solo con eso y aquel beso en la nariz que acostumbraba a darle. Al segundo, los labios de Kyuhyun viajaron hasta el oído del mayor.

-Yo me encargaré de todo- Le susurró- Tu solo disfrútalo.

El mayor enrojeció salvajemente, aliviándose y a la vez suspirando internamente por aquel tonto tan confiado que tenía encima.

-Engreído.

Le dijo, haciéndoles sonreír a los dos.

Heechul y Taeyeon se acomodaron de nuevo en sus asientos al ver que el ambiente había vuelto a ponerse bueno entre ellos , tal como el mayor lo había predicho, y al ver las mejillas sonrojadas de una de las mujeres del staff que miraba atentamente la escena, supo que había estado en lo correcto, porque si aquello de los "Novios nerviosos en su primera vez" no había sido real, había salido muy creíble y el público se derretiría al verlo.

Y con la confianza reanudada, Kyuhyun volvió a besar al otro, esta vez no durando mucho al oír el cuello del mayor clamando por su boca, así como sus oídos y su mentón...

-A-ahh...

Y los gemidos que Kyuhyun lentamente iba consiguiendo por parte de su Hyung, le tentaban cada vez más.  Con veloz tranquilidad, empezó a desabrochar los botones de la pulcra chaqueta del mayor y después quitó el jabot. Ya solo quedando la camisa, el castaño siguió su labor, desabrochándola pero no quitándola, sino que tirándola hacia atrás, dejándola a la altura de los codos del mayor. Ver ese torso suave que subía y bajaba por la expectación y la excitación logró que el labio inferior del menor tiritara. Seguía tan lechoso y perfecto como la vez en que casi lo habían hecho, pero al combinarlo con ese rostro abrumado y la luz que permitía observarlo perfectamente, el festín que se daría lucía aún más apetecible.  Sin querer hacerse esperar más por darse gusto, con sus manos viajó de abajo a arriba por el pecho del pelinegro, moviendo en círculos sus pulgares al llegar a los pezones del mayor quien soltó un gemido, contemplado totalmente por los oscuros ojos de aquel que sonreía perversamente por el fruto de su maldad, misma maldad que lo consumía, incitándole a rozar delicadamente la piel con sus labios y terminar aquello con pequeños besitos en todo ese precioso torso. 

-Umm...

Los suspiros de Sungmin empezaron a hacerse más audibles a medida que Kyuhyun aumentaba la intensidad de sus besos. Escuchar y sentir como el chico lamía y aspiraba su piel con los labios le hacía temblar, y le desconcentraba en su tarea de quitarse los zapatos con los mismos pies. Cuando por fin lo logró, intentó colar sus manos por debajo del pecho de Kyuhyun y empezar a desvestirlo también, llamando la atención del menor quien dejó su faena y levantando su cabeza, le sonrió, finalmente arrimándose a sus labios para que el otro pudiera desvestirlo más cómodamente. En cuanto Sungmin hubo terminado de quitarle la camisa, el menor dejó de besarlo por un momento.

-Abre las piernas, mi amor.

Le susurró ronco al oído, a lo que Sungmin obedeció algo aturdido por aquel agregado tan particular a su petición. 

El menor se acomodó entre las piernas de Sungmin, recostándose suavemente sobre su cuerpo, acoplándose tan perfectamente que cualquiera que viera la película repararía en aquel detalle. Un gemido excitado quiso salir de su boca al palpar con su ya excitado miembro el trasero del mayor aún a través de la tela, y desesperado por liberar un poco de presión, levantó las extremidades del mayor y fingió embestirlo.

-A-amm...

Los dedos del mayor se colaron y hundieron desesperados en la interminable espalda de Kyuhyun al sentir como ese bulto ajeno quemaba con su excitación al hacer contacto con el suyo. Habían torturado antes a su miembro de esa forma, pero nunca había causado real expectación en su interior, como tampoco había deseado lo que seguía...hasta ahora. Sus gemidos cada vez que Kyuhyun hacía rozar sus sexos gritaban que lo hiciera suyo de una vez, porque eran reales, no eran fingidos. El menor le estaba provocando, y vale decir que aún más que la vez anterior.

Con esto presente en la mente de ambos, el castaño se incorporó y empezó a quitarle el cinturón a su Hyung y luego arrancó el propio. A Sungmin le pareció un desperdicio que sus pantalones tan pulcros y de tela tan suave fueran lanzados por los cielos como un trapo sucio, pero suponía que conseguir algo bueno se valía de sacrificios y por ello, mientras Kyuhyun le besaba una vez más, con flexibilidad, puso sus pies a cada costado de las caderas del menor y fue empujándolos por las piernas de este, hasta que el mismo Kyuhyun terminara el trabajo expulsándolos de sus extremidades con los propios pies.

Ambos se miraron a los ojos después de que Kyuhyun se sentara entre las separadas piernas del más bajo y se quitara a ambos los calcetines. La camisa de Sungmin quedaría media puesta en él para darle un misterio erótico a su cuerpo, por lo que lo único que quedaba por quitar era su ropa interior que encerraba sus despiertos y desesperados sexos, el paso al que no habían llegado hace días tras la inoportuna llamada, el paso que cambiaría todo y daría a conocer todos los esfuerzos de ambos por confiar mutuamente, y que sin remedio para ellos dos, había llegado a algo más. Consciente de esto, Sungmin cerró los ojos y los abrió de forma que pareciera la señal de aprobación que Kyuhyun necesitaba para continuar. Al verlo, el castaño tomó una de sus manos y la estrechó con cariño.

"Todo está bien" 

Le dijo con la mirada, cosa que el mayor creyó con todo su corazón.

Delicadamente, el castaño empezó a deslizar la ropa interior del bajito con tal suavidad que el otro casi no la sintió bajar hasta que tuvo que levantar las piernas para hacer más fácil el trabajo. 

Kyuhyun vio el paraíso en el rostro sonrojado y nervioso de su Hyung cuando este, al verse totalmente desnudo de la cintura para abajo, sintió vergüenza de que el otro lo mirara con tanto deseo. Con cuantos hombres se había metido y ahora tenía verguenza ¡Ja! Hasta en eso Kyuhyun era diferente y de alguna forma, empezaba a fastidiarle un poco que el otro influyera tanto en él. 

El castaño se relamió los labios mirando bajo aquella pancita aquel tumefacto, erguido y cálido sexo pronunciándose ante el, pidiéndole algo de atención, y como el no era nada malo, se estiró acomodando su cabeza entre las piernas del mayor y dio una lamida juguetona al eje de su Hyung.

-¡Aaack---!

Un gemido salvaje fue reprimido a medias por el pelinegro, consiguiendo una sonrisa torcida en el rostro del menor que una vez más disfrutó de sus travesuras y quiso ir por más. Colando sus manos por debajo de los engordados muslos, los envolvió en sus brazos para levantarlos y brindarse más comodidad para lamer una vez más aquel miembro y metérselo en la boca, enjuagándosela en el sabor agridulce y adictivo de su Hyung . 

La descarga eléctrica que Sungmin experimentó y logró que todo su cuerpo se retorciera nunca en sus malditos 24 años la había sentido. 

Le desesperaba. 

Nunca en su vida había concebido tanto placer, siendo que el menor imponía un ritmo lento y malditamente tortuoso. 

-A-ahh... aaaaammm...

Sus aullidos sonaban por toda la habitación y tanto la cámara como los expectantes admiraban al  pelinegro buscar como enfrentar tanto placer, moviendo los brazos desenfrenadamente, aferrándose a las sábanas bajo él y soltándolas de inmediato al no sentirlo suficiente para ayudarlo a sosegarse. Segundos después se rindió internamente y aunque por fuera siguiera retorciéndose, arrimó sus manos a su rostro con fin de tapar sus ojos llenos de vergüenza y satisfacción mezcladas, dejándose hacer con toda la libertad a la que el otro pudiera aspirar mientras le sacaba gemido tras gemido. 

-Aah... Kyu-Kyuhyun...

Y casi sin darse cuenta, Sungmin pronunció con voz grave el nombre de aquel que causaba su cielo-infierno y ahora había sentido como por poco su sexo explotaba en mil pedazos al palpar en sus oídos una forma tan exquisitamente erótica de decir su nombre ¿Que él estaba matando a Sungmin? ¡Sungmin lo estaba matando a él! Y no queriendo que aquello ocurriera, soltó pausadamente el miembro del mayor y aproximándose a su chaqueta que yacía a su izquierda, sacó de un bolsillo una pequeña botellita de lubricante que las miembros del staff que lo vistieron habían metido. 

Al observar la acción, el camarógrafo de origen chino se acercó con la cámara para una mejor visión, detalle que Kyuhyun encontró idóneo. Antes de abrir el potecito, el chico volvió a hundirse en la entrepierna de su Hyung, esta vez saboreando sus testículos y al segundo su entrada. La cámara de varios miles de dólares captó como el chico hundía y retiraba su lengua de la rosada entrada con una maestría increíble. No por nada estaba en el porno, era bueno en eso y la experiencia había pulido sus cualidades con éxito, aunque no le agradaba lucir aquello a través de la lente solo por jactancia, sino para demostrar a todo futuro espectador de la película, que él era el mejor y nadie podría hacer sentir placer igual a Sungmin, que por ende le pertenecía y nadie tenía permitido hacerle el amor más que él. Y los gritos de fondo le favorecían, el bajito odiaba que en las películas le comieran el culo a lamidas y besos, pero aún con todo lo sucio que era se estaba quedando sin cuerdas vocales de tanto alarido, alaridos que Heechul, quien junto a los demás había estado mirando inmóvil en interesante espectáculo, no quiso perder.

-Hey- El director llamó bajo e hizo un pequeño gesto con su mano en alto, a lo que se acercó de inmediato un miembro del staff- Esto de verdad se pone bueno, necesito más cámaras. Quiero que el rostro excitado de Sungmin esté tan bien enfocado que las pervertidas puedan ponerlo de imagen de fondo en sus computadoras. 

El hombre asintió a la orden y de inmediato con un sujeto más tomaron cámaras y buscaron cada uno un buen ángulo.

-Y tú querías darles libretos.

Se burló Taeyeon a su lado. 

-Tú querías frenar la grabación.
-Tú creíste en Santa hasta los 14 años.
-Tú tuviste frenillos hasta el instituto.
-Tú tenías acné.
-Tú eras gorda.

Ambos se miraron a los ojos para gruñirse, pero un aullido extasiado de Sungmin les hizo concentrarse nuevamente en la pareja. El menor había introducido el primer dedo en la entrada del mayor envuelto en el viscoso lubricante olor a vainilla, mientras lo relajaba dándole besos en el estómago y tomando fuerte la mano en la que Sungmin llevaba el precioso anillo, aquel que para él, oficializaba su promesa de protegerlo, aún en momentos como ese.

Dos dígitos más entraron a medida de que la entrada se ensanchaba, lo que hizo comprobar a Kyuhyun mientras hacía movimientos de tijera, que todo lo dicho por el mayor era verdad. Algunos de los tipos con los que había trabajado no necesitaban tanta preparación porque pasaban haciendo de las suyas, pero Sungmin estaba muy estrecho, se notaba que solo lo hacía cuando era por trabajo, y en vista de las pocas películas que tenía en su haber, suponía que su Hyung lo hacía una vez cada 1 o 2 meses ¿Como sería tanta abstinencia para él? Como un calenturriento de primera, Kyuhyun no se imaginaba sobrevivir con una vida sexual tan floja, pero tampoco se lo imaginaba para alguien que tuviera sexo con la frecuencia normal. Eso dejaba por sentado que Sungmin  había perdido el cariño y el interés por el sexo. Bueno, por las experiencias con el patán asqueroso de su ex novio y con el porno, hasta dudaba que haya sentido alguna vez afinidad con aquella práctica que a él le parecía tan placentera. 

Kyuhyun se inclinó  hacia el rostro del mayor aún con los dedos dentro de él. 

-Dame un beso.

Le pidió con suavidad, siendo respondido a la brevedad con un corto y delicioso roce de labios. Conseguido aquello, volvió a incorporarse y sacó los dedos de la entrada del mayor. Pues bien, si Sungmin nunca había disfrutado, el lo haría ahogarse en una ola de placer justo en ese momento, y si se lo permitía, si en Sungmin también había aflorado ese sentimiento intenso y después de grabar la película lograba más que poder toquetearlo como un viejo pervertido que el otro repelía, le mostraría todo lo que durara su vida el libro del placer de la A a la Z. 

Con la erección doliéndole como el infierno, el castaño se apresuró a sacarse la ropa interior mientras el otro trataba de relajarse sin éxito alguno. El tieso eje del menor captó la atención de sus ojos en el momento en que este se asomó. Sungmin  no sabía de tamaños y formas porque nunca le había interesado, pero en vista de los estragos que había hecho en su cuerpo las atenciones de Kyuhyun, sus partes erógenas gritaban ansiosas que aquello que se pronunciaba tan orgullosamente entre las piernas del menor, lo llevaría al paraíso. Pero su atención fue puesta en otra cosa cuando el más alto volvió a acercarse a su chaqueta y revolvió sus dedos en los bolsillos. Un condón salió a la luz  sobre la palma de Kyuhyun a los pocos segundos, ese que por ley se le ordenaba a las compañías de pornografía entregarles a sus actores para no padecer de enfermedades venéreas. La cara del mayor se contrajo en una expresión de decepción y fue casi involuntario cuando se apoyó en uno de sus codos y estiró el otro brazo para poner la mano encima de aquella en la que Kyuhyun tenía el preservativo.

-¿Um? 

Una reacción de desconcierto se oyó al unísono en la habitación ,proviniendo tanto del director como de Kyuhyun, el cual miró confundido los ojos bien abiertos del mayor. Este, al reaccionar y notar su osadía, se sonrojó de vergüenza y paseó sus ojos mirando hacia abajo, pero estaban grabando y no podía retractarse de lo que había hecho así de la nada, por lo que armándose de valentía, no quitó su mano sobre la de Kyuhyun hasta haber tomado el condón y haberlo tirado a cualquier lugar de la habitación.

-¿Que está haciendo? 

Murmuró la presidenta, pero no hubo respuesta para ella hasta después de unos segundos, en cuanto aún sin haber dicho nada, Kyuhyun comprendió las intenciones del mayor y sonriendo levantó la cabeza gacha del pelinegro plantándole un beso mientras lo volvía a estirar.  Hay mitos de que el condón limita el placer al hacerlo y muchos pensarían que era lo que al mayor le importaba, pero no era nada de eso, sino que era su primera vez con Kyuhyun y quería sentir todo de él, hasta el orgasmo estallando en su interior que quitaría el rastro de aquel único insensato al que hace más de 5 años le había permitido hacérselo sin protección.  Y con que Kyuhyun lo entendiera estaba bien, pero no quería ver su molesto y campante rostro al saberse tan especial, por ello lo rodeó su cuello con los brazos y siguió enloqueciéndolo con el sabor de sus labios. Ante esto el menor no vio más remedio que colar una mano por la espalda del pelinegro y tomar impulso para levantarlo junto a él. Sungmin quedó sentado con las piernas abiertas sobre un Kyuhyun acomodado sobre sus talones, en posición de indio, y mientras seguían un interminable beso húmedo, el menor agarró el lubricante, echó un poco sobre su erección después de tantearla,  lanzó el pote y empezó a untárselo.

-O-oye ¿De verdad van a hacerlo sin condón?- Dijo el director viendo al castaño- ¿Deberíamos detenerlos?
-No- Espetó firme su hermana, juntando los dedos como el conocido Mr. Burns de Los Simpsons y mirando fijamente la escena- De seguro nos ponen una demanda y tendremos que hacer todo un embrollo para explicar que la decisión de no usar protección fue enteramente de ellos, pero esa escena nos va a traer más ingresos que los de Bill Gates así que te corto las bolas si la borras. 

Dada la orden, ambos volvieron la mirada a la escena, donde la pareja se miraba muda, con los ojos perdidos en lujuria y las respiraciones chocando por la cercanía. Kyuhyun acariciaba con una mano el hombro descubierto del mayor frenándose en la parte donde llegaba la arrugada y mal puesta camisa, y con la otra, luego de haberse lubricado bien volvía a tantear con curiosidad y perversión la dilatada entrada del mayor. 

Ya era el momento. 

Tomando suavemente el mismo brazo que le acariciaba, hizo que el mayor le abrazara por el cuello, logrando que este le entendiera y arrimara la otra mano para afirmarse bien. Segundos después, un suspiro implorando calma a su excitado ser salió de la boca del pelinegro en cuanto se levantó un poco para empezar a empalarse lentamente sobre el eje del menor. 

-A-ah...

Un suspiro embelesado salió de los gruesos labios del más alto al sentir como su miembro era apresado por las estrechas paredes del mayor. Siempre se sentía bien penetrar y coger hasta el cansancio a alguien, pero la sensación que le provocaba el cuerpo de Sungmin eran las indicadas para dejarlo sin habla. Volvió a concentrarse al instante después de estar completamente dentro del mayor y sentir como apretaba sus hombros con fuerza y hundía su cabeza en el hueco de su cuello, con dientes y ojos apretados, tratando de afrontar la incomodidad. Coló sus manos por debajo de la camisa abierta y le frotó la espalda, besándole las mejillas y siseándole alguna cancioncilla para relajarlo, poco a poco logrando aflojar la tensión de su cuerpo. Sungmin levantó su enrojecido rostro otra vez y Kyuhyun llamó su atención rozándole la mejilla con la nariz, no pasando mucho para que empezaran a mimarse como dos felinos, frotando con labios, narices y frente las misma partes del otro. 

-Uh...

Una mezcla de incomodidad y placer salió de la boca del mayor al empezar a moverse por primera vez, y sin más volvió a hacerlo otra vez, y otra vez y otra vez y más veces, cada vez un poco más rápido.

-A-aa-ah...

Kyuhyun delineaba su espalda y su trasero con las manos mientras Sungmin subía y bajaba con un ritmo sensual y lento. No sabía que le estaba jodiendo más la mente, el placer que crecía a velocidad abismal por cada penetración o como el otro con la intención de relajarlo totalmente le tocaba de arriba a abajo mientras le besaba y dejaba chupones en el cuello con deseo desbordante, pero que importaba ¿Que era esto? 

-Aah...

¿Por qué se sentía tan bien? 

-Kyuhyun...

¿Por qué nunca lo había sentido antes?

Acogiendo al llamado embebido en gozo de Sungmin, el castaño levantó el rostro y volvió a ponerse nariz con nariz con el mayor.

-¿Que ocurre? 

Preguntó con la voz de barítono que poseía y que se agravaba aún más por la situación. Sungmin sabía y se sentía delicioso desde el primer cabello hasta la punta de los pies, era inevitable estar así de conmocionado y claro, caliente. Y a pesar del llamado que el pelinegro hizo, no soltó más que fogosos suspiros que dieron una vez más, lugar a un beso húmedo, apasionado y cálido.

La escena emanaba tanto fuego y sensualidad que el director, los camarógrafos y miembros del staff poco a poco se vieron en la obligación de cruzarse de piernas para no evidenciar el problema que ese par les estaba causando. 

Sus cuerpos empezaron a pedir a gritos que fueran más de prisa, pero todo lo que refería a ellos durante a ese mes había sucedido rápido, el efecto monógamo que Sungmin causó en Kyuhyun y la curación interior que le entregaba este a cambio, por lo que ahora querían ir lento, conocerse de otra manera, sin chistes, peleas o estupideces. Aquel era un momento que querían disfrutar con la seriedad y concentración que merecía, porque a pesar de que muchos ojos verían aquella película, el momento pertenecía únicamente a ellos y siempre sería así.  Pensando en eso y que de todos modos tenía que dar un aporte a la película, el pelinegro desenredó sus lenguas y se separó parsimoniosamente del menor. Puso sus manos sobre los hombros del castaño y fue empujándolo hacia atrás con la intención de dejarlo estirado. Kyuhyun comprendió y sin protestar se tendió, dejando las piernas flectadas. Creyó que ver a Sungmin así, sentado encima suyo, era perfectamente lo más hermoso que había visto en la vida, hasta que comenzó a moverse una vez más. Apoyándose en el pecho del menor, el pelinegro empezó a embestirse solo. Una de las cámaras corrió para enfocar como entre las piernas de Kyuhyun, el eje de este entraba y salía exquisitamente del interior de Sungmin, mientras otra de las cámaras buscaba el rostro de este, que tras ser descubierto de mechones rebeldes por el menor, se le veía sudado, conmocionado y tremendamente excitado.

-Ahh...

Por Dios.

Kyuhyun quiso sollozar, pero solo soltó un jadeo desesperado al ver una imagen que quedaría grabada en su memoria toda la vida.  Sungmin volvía a empinar su espalda y erguir su cabeza, la luz del cuarto iluminaba su rostro perlado y su boca jadeante, mientras bajo la sombra de su cabeza,  una gotita de sudor se perdía cuesta abajo por el abdomen del mayor que serpenteaba al ritmo de sus caderas estallando una y otra vez contra el miembro de su amante. 

- Aaaaamm...

Aullidos provenientes desde lo más profundo de su ser escapaban por los labios del mayor. Su eje y su bolsa golpeaban el estómago del menor cada vez que saltaba sobre él y sus uñas se clavaban en las rodillas flexionadas de aquel que le estaba proporcionando tanto placer ¿Como es que no se había sentido así antes si lo había hecho tantas veces? Aún en la vez número mil que se lo había preguntado creía aún más que Kyuhyun era un maldito con todas la de la ley, y con todo lo maldito que era, el chico estaba empeñado en llevar a esa danza enloquecedora a otro nivel. El menor sabía que le gustaba su Hyung, sabía que le encantaba desde su bravura al enojarse hasta lo sumiso que era cuando estaba feliz o triste, y también sabía que todo esos sentimientos se estaban volviendo algo más allá que algo simple, pero ahora tenía confirmadísimo que sin importar nada, lo querría hasta que las bolas se le cayeran. Tal vez pensar eso estaba impulsado por lo profundamente impactado que lo tenía esta experiencia, sin embargo, verlo ahí, embistiéndose solo como una hermosa bestia insaciable, tan iluminado y tan alto que parecía ser un ángel a la entrada del paraíso, le hacía concebir un miedo horrible de solo imaginar que ya no estuviera más a su lado, que ya no estuviera más de esa y muchas formas. Además, verle gobernándolo a su manera, con la posición para poder irse en cuanto lo quisiera, le asustaba aún más, y no importando si le gustaba, lo quería o lo amaba, lo quería a su lado y ser el quien lo controlara.

-Ahora es mi turno. 

Espetó casi sin aire, agarrándole un brazo, haciendo que el concentrado pelinegro cayera sobre su pecho y esto le diera oportunidad de sostenerlo, rodar sobre la cama y ser él quien quedara arriba y controlara el asunto. Ni le dio tiempo al mayor de sonrojarse por haber sido tan osado antes cuando, agarrándole las piernas para enredarlas en su cintura y los brazos en su cuello, afianzó el delicado cuerpo de su Hyung e impuso su propio ritmo en las embestidas. Uno más firme, duro y profundo. 

-¡AHHH! 

Sungmin profirió un magnífico alarido cuando en cosa de segundos la hinchada erección del menor con todo su salvajismo llegó a su próstata. En cada golpe que le daba Sungmin gritaba más y más fuerte, enterrando sus dedos en la espalda del menor hasta sacarle un poco de sangre mientras sus ojos lloriqueaban por el profundo choque emocional que la experiencia le había brindado y que dejaría una marca permanente en su subconsciente ¡Porque Dios era testigo de que nunca lo había pasado tan bien en la cama!

-Sal...vaje...

De todas formas, entre gemido y gemido, un pequeño regaño no pudo evitar salir a la luz, logrando una risita traviesa en un jadeante Kyuhyun que con todo el esfuerzo y la concentración puestas en embestir como un animal al mayor, se dio el tiempo de juntar sus carnosos labios con los de Sungmin.  El bajito soltó la espalda ajena y recibiendo el torpe beso que se daban entre jadeos, tomó cariñosamente el rostro del menor y buscó más contacto. Kyuhyun sonrió, desbordando felicidad y placer en su interior, animándose a poner una mano sobre la que Sungmin tenía en su rostro mientras se apoyaba en el codo de su otro brazo y continuaba con las embestidas. 

Con todo el calor y erotismo rodeándole, era una escena bellísima y que emanaba amor, cosa que no notaron aquellos a los que se les caldeaba cierta parte en su interior, pero que la presidenta, con las piernas cruzadas y aún teniendo sus dedos juntos, apreció perfectamente y le hizo liberar nuevamente su aura demoníaca, pero esta vez de felicidad al ver que sus planes iban bien. 

-A-ack...

Sungmin reprimió un alarido cuando Kyuhyun empezó a masturbarle para acabar con aquella experiencia inolvidable. Sin embargo no se decepcionó y esbozó una mueca aliviada. No sabía que pasaría exactamente ahora, pero Kyuhyun había dicho que estaría a su lado sin importar qué, y el confiaba en esa sonrisa estúpida e insoportable que el menor le entregaba en ese momento al pegar sus frentes, así que no había nada de que preocuparse. Se aferró con fuerza a la espalda del menor con la intención de no soltarse nunca, y sintiendo el aliento cálido y errático del chico sobre su mejilla y como este le daba con todo lo que tenía, gritó con orgullo su primer orgasmo hecho y derecho, alegrándose al segundo al sentir como Kyuhyun llenaba su interior con su esencia y se desplomaba igual de vencido que él sobre su cuerpo. 

-¡CORTE!

La estrepitosa voz del director resonó en algún lugar de la habitación, pero mientras trataban de regular sus agitadas respiraciones, ni eso ni las pisadas aceleradas que se perdieron hacia afuera llamaron la atención de ambos. Los ojos les pesaban por todo el esfuerzo realizado y de todas formas luchaban por no perderse de vista. Querían mirarse y asimilar que aquella espléndida conexión había sido real, sin embargo, la risa de la presidenta estallando en el lugar consiguió romper el lazo entre sus ojos unos instantes después.

-¡Que hijos de putas! ¡La escena ha quedado perfecta! -Gritó entre risas complacidas- Se supone que hoy aparte de esta, tendríamos que grabar las escenas extras, pero el bastardo de Heechul y el camarógrafo han quedado tan calientes por causa de ustedes que se han largado a joderse en una de las habitaciones, así que ¿Para cuando tendrían que grabar lo demás y hacerse las fotos, Seohyun?
-P-para pasado mañana a las 10 AM, unnie.

Contestó la ruborizada mujer, escondida detrás de la puerta para no ver a los dos chicos desnudos. 

-Bien, diles lo mismo a sus representantes- Le ordenó a lo que la otra se fue de inmediato- Ustedes por ahora pueden largarse, el staff se encargará del resto ¡BUEN TRABAJO! 

Gritó riendo mientras agarraba una de las cámaras y se iba en busca de su hermano para grabarlo en plena sesión con su novio y poder mostrárselo a su madre. 

"Veamos quien será la favorita ahora..."

Pensó maliciosamente mientras se marchaba dejando perplejos a los dos inmóviles chicos solos.

30, 40, 50 y más segundos pasaron hasta que ambos,  ya más calmados, reaccionaron. Kyuhyun se afirmó con uno de sus brazos sobre la cama y se salió despacio del cuerpo, arrancando un pequeño gemido de la garganta del mayor. Después de dejar sus extremidades laxas y deshechas sobre la cama, Sungmin mezcló el azabache de sus ojos con los chocolate profundo del menor. Esperaba oír alguna cosa y Kyuhyun tenía  esas palabras.

-¿Fingiste al hacerlo?

Pronunció con la voz acelerada al no saber como decirlo y por lo desesperadamente que necesitaba respuesta, logrando parpadeos atónitos de parte del pelinegro. 

-N-No...

Contestó finalmente, tratando de no correr la vista por la vergüenza que le daba admitirlo. Sin embargo, Kyuhyun no se jactó ni rió burlonamente, solo afirmó su mirada sobre el mayor y sonrió con alivio. Sungmin también se concentró más en el otro al ver la felicidad que embargaba sus transparentes ojos, entregándole al segundo una sonrisa tierna que culminó en una acaricia hambrienta y desesperada de sus labios. Volvieron a estrecharse tan fuerte como hace unos minutos y entendieron de inmediato que había algo por terminar. 

Minutos después, en otra de las habitaciones, después de hablar con Seohyun y tratar algunos asuntos sobre las condiciones sobre las siguientes películas, Nari se enteró por boca de un miembro del staff, que la escena de cama ya había sido grabada y que podían irse, por lo que canturreando, la castaña caminó hacia la habitación donde antes habían arreglado a su protegido para ver si ya estaba listo. Al no encontrarlo ahí, se aventuró al set de grabación, pero no encontró más que una cama revuelta y un hombre subido en una escalera retirando la iluminación extra. 

-¿Donde se habrá metido? 

Pensó en voz alta. 

-Oh ¡Nari-ssi! 

El cuerpo se le congeló por completo al oír detrás suyo la voz de Shindong. Todo el esfuerzo que había hecho por evadirlo se fue al carajo en ese momento y como aún no tenía valor para enfrentarlo, intentó espabilar de inmediato y correr lo más lejos que le permitieran sus cortas y delicadas piernas, más no pudo ya que el corpulento hombre le tomó un brazo, imposibilitando su escape. 

-Oiga, oiga, oiga, ya basta de jugar al escondite ¿Si?- Le regañó sin tono enojado- Todas las veces en que hemos tenido que ir a la compañía se ha arrancado de mi  y de verdad tengo que hablar con usted.
-Lo-lo-lo siento- Respondió a duras penas- T-tengo algo urgente q-que hacer aho-ora...
-No me venga con excusas baratas, si ya estamos cerca de la media noche ¿Que tan urgente podría hacer a esta hora?
-Ugh...
-Vamos- Le insistió- No voy a decirle ni hacerle nada malo, solo quiero hablar.

Nari se quedó quieta, con la mirada lejos del rostro del hombre y con su brazo aún agarrado. Suspiró rendida después de un rato. Está bien, ya la habían atrapado, tendría que hacer lo que correspondía y acabarlo de una vez. 

Dándose vuelta hacia Shindong aún sin mirarle el rostro, se desprendió del agarre e hizo una gran venia. 

-P-perdón...por mi comportamiento de aquella vez... estoy realmente apenado por eso así que...
-¿Por qué se disculpa?

La interrumpió, confundido, el más alto. 

-Porque le grité y...
-No, no, no- Volvió a interrumpir, negando repetidamente con la cabeza- Usted no tiene porqué disculpase por eso.
-¿Um? 
-Tal vez no fue la forma más idónea de expresarse, pero usted tuvo todo el derecho de enojarse de esa manera aquel día- Explicó- De hecho, yo venía a disculparme por haberla hecho enfadar. 

Dicho esto el hombre retrocedió unos pasos e hizo una venia de 90 grados a la sorprendida mujer.

-Usted quiere tanto a Sungmin como yo quiero a Kyuhyun, pero aún así no lo tomé en cuenta y dije estupideces- Comentó el hombre algo apenado- Debí hacer preguntas y comprender plenamente la situación antes de hacer acusaciones y pedir medidas tan abruptas. Además, usted tuvo razón sobre la relación entre ellos. De verdad parecen llevarse bien y ambos se ven felices. Por eso y por lo de antes, espero que me disculpe. 

Nari  miraba al hombre hacerle la venia con una graciosa expresión de desconcierto, como si el mismo Sungmin le hubiera pegado esos gestos. Su cuerpo dio un respingo al notar como el ambiente había quedado en total silencio al esperar una respuesta suya. 

-Acepto sus disculpas- Dijo veloz, devolviendo nerviosa la venia- Aún así, de todas formas yo también quiero disculparme... me enojé, pero debí responder de forma más calmada...y no armar tal alboroto.
-¡Que va!- Shindong respondió risueño cuando volvía a erguirse- Me gusta una chica que aunque es calmada y respetuosa, sabe ponerse fiera al momento de defender a sus seres queridos. Es una actitud admirable que no muchos poseen. 
-A-ah...

Nari se sonrojó salvajemente ante el comentario. Por sus gestos, ella y Sungmin parecían cortados por la misma tijera, detalle que al mayor le enterneció.

-Así que no se preocupe por nada- Finalizó el hombre- y acepte ir a cenar conmigo como muestra de mi arrepentimiento. 
-¿Eh? ¿A-Ahora?
-¿Por qué no? ¿O de verdad tiene algo urgente que hacer? 
-¡No, no! 
-Entonces vamos, le prometo no decir otra estupidez. 

Acotó sonriendo, contagiándole la mueca a la delicada mujer. 

-Está bien- Respondió con voz dulce, cambiando de semblante al segundo- ¡Pero espere! ¿Donde están Kyuhyun y Sungminnie? 
-No se preocupe- Rió poniendo su mano en la espalda de Nari para empezar a caminar- Ellos están de lo mejor. 

Aunque la castaña no quedó muy convencida con aquella respuesta, decidió dejarlo estar y siguió andando rumbo al elevador. 


Al mismo tiempo, a toda velocidad sobre la carretera, Kyuhyun conducía su moto con los ojos fijos adelante y el estómago inquieto apresado por los brazos de Sungmin. Tan pronto como terminaron de grabar, corrieron a las habitaciones donde los habían arreglado, tomaron las ropas con las que habían llegado al hotel y en cuanto se las pusieron, se marcharon sin pensar en nada. Ni siquiera se bañaron para desprenderse de la esencia del otro como tampoco se sintieron asqueados de si mismos al terminar. Estaban bien con lo que habían hecho, porque no lo habían hecho con un desconocido, no era un ególatra actor porno, no era un tipejo asqueroso ni un culo más de la lista, era Kyuhyun y era Sungmin. Ellos sabían bien quien era el otro y que significaban para sus corazones. 

Al frenar en el estacionamiento del edificio donde el mayor vivía, corrieron al ascensor y luego al departamento. Se detuvieron abruptamente en la puerta de la habitación de Sungmin, donde se miraron por indeterminados segundos bañados por la oscuridad. 

-Ahora nos toca nuestro propio espectáculo.

Pronunció el más alto, y sin esperar respuesta, levantó al pelinegro para que este enredara las piernas en sus caderas y entraran juntos a la habitación. 

No importaba que hace menos de una hora hubieran compartido un orgasmo, Kyuhyun volvió a hacérselo esa noche, pero de forma totalmente diferente. Le quitó la ropa con una suavidad candente, dedicándose a conocerle y besarle hasta el último centímetro de su adictiva carne, terminando por tomarlo, comprenderlo, curarlo y quererlo como no lo había hecho con nadie y como nadie lo había hecho con el mayor. Y aunque no habían cámaras o contratos de por medio, Sungmin no emitió quejas ni golpes, lo único que se oyó en esa habitación fueron los gritos y sollozos de placer, clamando el nombre del otro y rogando por más, que ambos profirieron con intensidad hasta llegar juntos al nirvana.

Continuará...

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