Capítulo 4: ¿Que me estás haciendo? / Ja ¿Que me estás haciendo tú a mi?
Continuará...
El pelinegro no sabía que hora era y aún padecía de la típica amnesia temporal que se manifiesta los primeros segundos después de despertar, pero por la molestia de la amarillenta luz solar y el calor que convertía lentamente su habitación en un horno, asumía que ya debían ser más allá de las 12 de la tarde ¿Pero que importaba? Todo, hasta el punzante dolor en su cabeza, quedó en segundo plano cuando se sintió envuelto en algo más que las frazadas. Un brazo se hallaba bajo su cuello y otro abrazaba su espalda, atrayéndolo al cálido pecho que era dueño de esas largas extremidades que lo envolvían. Sungmin parpadeó rápidamente tratando de desperezarse y lentamente levantó su cabeza, encontrándose inevitablemente con el poseedor de aquel aroma que perfumaba el pequeño huequito en el que había estado durmiendo y el conocía tan bien. Con los ojos suavemente cerrados y la boca semi abierta, Kyuhyun dormía plácidamente. Y entonces Sungmin lo recordó. Aquello que Kyuhyun le había contado, lo que el había confesado, cuanto lloró...las dulces promesas del menor selladas con uno de los besos más cálidos que había recibido en su vida. Incluso recordaba como ahogado por la ebriedad y el dolor pidió al castaño que no se marchara, experimentando un enorme bienestar interior cuando el otro se quedó para envolverlo en sus brazos toda la noche. Y vaya...
¿Que significaba todo esto?
Mirara por donde le mirara, producto de todos esos sucesos mezclados algo había cambiado en la relación que tenían. Kyuhyun... Él le había mirado y hablado con una madurez hasta ahora desconocida para el pelinegro y le habría jurado que lo protegería por siempre. Ellos eran novios falsos por la película ¿Pero ese juramento de por vida dictaba que eran novios reales ahora? ¿Dictaba que eran algo?...¿O decía que Kyuhyun a pesar de actuar como un bobo todo el tiempo de verdad empezaba a sentir algo por él? Dios, tanta confusión, tantas preguntas en tan poco tiempo...pero ¿De que servía negarlo? No sabía bien que estaba pasando, pero no le había molestado la intensa promesa ni la ternura con la que el otro lo había confortado. Pensando en su estado actual lleno de amargura y soledad, el menor parecía ofrendar de forma poco convencional todo lo que necesitaba: Amor, alguien en quien confiar y felicidad. Cosas esenciales para el ser humano y que el necesitaba desde hace mucho, Kyuhyun se las ofrecía todas apasionadamente y con acerada determinación. Sí, antes su ex novio se había llenado la boca con palabras falsas prometiendo felicidad y el tenía bien grabado en su mente como había terminado todo, temía que alguien volviera a dañarlo de esa forma tan despiadada, pero no podía evitar pensar que Kyuhyun era diferente. Era el idiota más irritante y pervertido que había conocido en toda su vida ¡Pero por Dios que era diferente! Y quería creer en él desde el fondo de su corazón ¿Sería eso lo adecuado?
Sungmin se alarmó al sentir que el otro se removía, pero lo supo aún dormido al sentir el grave ronroneo que salió de su garganta mientras lo apretaba más hacia si y restregaba su mejilla en la cabeza del mayor. Era tan irritantemente ingenioso,tan inoportunamente sincero, tan pervertidamente cariñoso, tan insoportablemente... Kyuhyun, y con todo eso, sin quitar nada, le había estado volviendo a la vida todo ese tiempo y anoche, solo diciéndoselo una vez le había convencido de que los errados habían sido su ex novio, sus ex amigos y sus padres, no él.
¿Por qué no sería de confiar con todo eso a su favor?
-Hyuuuung- El castaño musitó en voz baja y con tono perezoso. Al fin se había despertado- ¿Estás despierto?
-Sí...
Contestó nervioso, mientras el otro soltaba un largo bostezo.
- Y no te levantaste porque te gustó que durmiéramos así ¿Verdad?
Sungmin se sonrojó salvajemente por la acotación, por suerte el menor estaba recostado un poco más arriba y no podía verle el rostro.
-C-Claro que no- Respondió con voz nerviosa- So-Solo no quería levantarme aún...
El menor esbozó una pequeña sonrisa, apretujando más el cuerpo del más bajo y dándole pequeños besitos en su frente, besitos que bajaron por los ojos, la nariz y terminaron en un dulce beso en los labios, y vaya que se sorprendió debido a la nula resistencia del mayor y como incluso cooperó tímidamente en el masaje, pero sin intenciones de desaprovechar la oportunidad, ignoró el hecho y siguió besándolo por largos segundos. El sonido de sus bocas jugando daba cabida a imaginarias mariposas que molestaban incesantemente en ambos vientres y un pequeño sonrojo se posó en sus mejillas ¿Por qué siempre que correspondían un beso se sentía tan jodidamente bien? Algo estaba ocurriendo y Sungmin empezaba a entender qué.
Después de un rato, se separaron por falta de aire y como Kyuhyun empezaba a hacer costumbre, le dio un cálido besito en la nariz.
-¿Que tienes con mi nariz?
Le preguntó el pelinegro curioso por el detalle.
-No sé, es bonita.
Sungmin quiso sonreír al oír la respuesta, pero el hielo que aún faltaba por derretir le hizo correr el rostro e incorporarse.
-Amm...como sea...-Agregó- G-Gracias...por lo de ayer...
El castaño sonrió levemente al oírlo y ver como ocultaba un sonrojo.
-Para servirte.
-Umm...
El silencio reinó por unos segundos hasta que el más alto calzó sus zapatos y se puso de pie.
-Bueno, me iré a casa- Finalizó- Debo asearme y comer algo.
-Ah, ok...
-Me tardaré solo un par de horas. Puedes sobrevivir sin mi ¿Verdad?
Bromeó el menor haciendo que Sungmin saltara indignado.
-Por mi te fueras para siempre.
Contestó como siempre, gruñón y orgulloso, haciendo reír al más alto, y sabiendo que no hablaba en serio, besó una mejilla de su Hyung y caminó hacia la salida con una sonrisa. El mayor sintió que volvía a respirar normalmente cuando escuchó la puerta principal cerrarse.
Minutos después, el pelinegro fue al baño, lavó sus manos, rostro y dientes, luego se duchó, se puso un pijama- ya que no saldría en todo el día y no veía la lógica en vestirse- y caminó a la cocina a prepararse un desayuno- almuerzo, debido a que por la hora a la que había despertado se había saltado su comida matutina. Y terminado eso, se sentó frente al televisor a esperar. Kyuhyun dijo que volvería en unas horas, y el no tenía nada más que hacer, además era en lo único que pensaba. Se sentía ansioso y totalmente vulnerable. Ahora el castaño sabía aquellas cosas que no le decía a nadie y le había entregado la llave de su corazón para que lo protegiera y curara...aún así, el terror de volver a ser lastimado persistía. Y como si fuera poco, Kyuhyun acostumbraba a estar fastidiando a esas horas de la tarde y al verse alterada esa rutina, se sentía aún más ansioso. Más le valía llegar pronto o se vería a si mismo caminando en círculos por la sala.
Toc toc.
Unos nudillos estallaron un par de veces en la madera de su puerta y tras abrirla, esa traviesa sonrisa volvió a tranquilizarlo.
-Perdón por la demora, fui a comprar algunas cosas y tuve que volver a casa a dejarlas.
Se excusó el menor entrando tranquilamente en el lugar.
-No es como si te estuviera esperando...
Contestó fingiendo indiferencia.
-Claro que lo hacías, me deseas.
-No te deseo.
-¿Y que hay del encuentro salvaje que tuvimos anoche?
-No hay nada de eso.
El mayor espetó, empezando a impacientarse en tiempo record con el pesado que lo seguía hasta el sillón.
-Vamos ¿No recuerda como te apretaba el trasero mientras te cogía duro?
-¡Ya deja el chiste, estúpido!
Gritó, ya enojado, haciendo reír estrepitosamente a Kyuhyun.
-Miren eso, Hyung ha vuelto.
-¿Qué?- Frunció el ceño y le enseñó un puño- ¿Tanto te gusta que te cague a golpes y te insulte que me prefieres malhumorado?
-No es que me guste, es que eres así- Respondió sonriente- Hoy despertaste demasiado dócil, me preocupaste.
Sungmin pestañeó bruscamente al oír aquello.
-Aah...
-Hey, no te asustes ni actúes más cautelosamente conmigo por lo que hablamos ayer. Te hice una promesa y la voy a cumplir correctamente- Agregó tomando gentilmente una de sus manitos- No tenía ninguna intención de dejarte cuando me repelías, menos lo voy a hacer ahora, así que solo confía en mi y desenvuélvete de la manera que a ti te plazca.
El pelinegro se quedó frío por unos cuantos instantes, mirando sus manos afianzadas.
-Mira- El castaño llamó nuevamente su atención, levantando una bolsa que tenía en su otra mano- Fui a un local de comida rápida en el centro comercial y traje pollo frito.
El mayor bajó el rostro y escondió una sonrisa.
-Idiota.
Acordado esto, ambos se acomodaron bien y empezaron a comer. Ciertamente, Sungmin estaba preocupado desde que despertó por lo que pasaría después de abrirse mutuamente los corazones, pero ahora con la reafirmación de Kyuhyun -Esta vez sobrio y con todos los sentidos bien despiertos- se tranquilizó, aunque si el mayor se dejaba proteger, el castaño comprendería que el Sungmin de antes, el Sungmin original y no el que se formó por las malas vivencias, era así de sumiso como el que encontró abrazado a su cuerpo en la mañana. Sumiso, amable, risueño, dedicado, cariñoso, ese era el Sungmin al que Kyuhyun podía llegar después de derretir el hielo y derrumbar las murallas de desconfianza, amargura y malhumor que había creado. Para su suerte, ya había pasado la etapa más dura: Lograr que Sungmin le diera una oportunidad. Y era feliz pensando en ello, viendo como después de pasar la tarde comiendo, conversando y viendo televisión, su Hyung se había quedado dormido sobre su hombro. Sin contar la noche anterior que había ocurrido por la influencia del alcohol y el amargo dolor convertido llanto, esta era la primera vez que el mayor se atrevía a quedarse dormido cerca de Kyuhyun sin una puerta con cerradura de por medio y con pleno conocimiento de sus actos. Aunque estuviera cabeceando de sueño, no se atrevía a dormirse hasta haber echado al castaño de su departamento, pero ahora estaba ahí, plácidamente dormido, confiando y alegrando inmensamente a Kyuhyun, quien se levantó de su puesto y tal como el día anterior, lo llevó a su cama, solo que esta vez, el mayor dormía calmadamente y con aquellas heridas del pasado cicatrizando de verdad. Y todo gracias a él.
Ya habiendo entrado a la habitación, estiró el cálido cuerpito del más bajo y lo miró detenidamente. Esos labios ligeramente despegados, ese rostro angelical, ese cuello blanco, esa pequeña pancita apenas asomada debajo del pijama de dos piezas, ese cuerpo sin fallas y perfectamente proporcionado...Una perversa vocecilla que viajaba de su miembro a su cabeza gritaba sin parar "Viólalo, viólalo, viólalo" pero lamentablemente para sus instintos animales, su corazón hablaba más fuerte, así que arropando bien al mayor y depositando un tierno beso en sus labios, camino con paso extraño hacia la salida. Su hombría estaba despierta y el lloraba internamente por no poder complacerla, pero no importaba, algo bueno se avecinaba, lo sabía, así que por ahora su mano tendría que ser lo suficiente para complacerse.
Y así los días siguieron. De a poco, la ternura y las buenas vibras se iban tomando el lugar. No hacían mucho, sino lo mismo de siempre como quedarse en casa del mayor a jugar playstation, ver televisión o hacer una que otra tontería que se le ocurriera al castaño. Por otro lado, es siempre válido mencionar que el acoso nunca se iba y el castaño lo ejercía con más frecuencia al ver que el mayor ya no le negaba los besos. Lo frenaba cuando intentaba ir más lejos, pero podían estar besándose por varios segundos y el más bajo le seguía el ritmo sin molestia. Por supuesto, aunque Kyuhyun disfrutaba de ello, seguía extrañándole el repentino beneficio y no tardó en preguntar.
-Hyung- Le llamó, luego de haberle dado un largo beso estirados juntos en el sillón- ¿Por qué me dejas besarte ahora?
-Amm...-El mayor se sintió metido en un repentino y gran aprieto- Por-porque me dijiste que confiara en ti...
-Ah ¿Y no porque te gustan mis besos?
-No.
-¿Ah si?
-Sí.
Contestó desafiante, a lo que el otro mostró una ladina sonrisa y arrimándose levemente a la mesita de centró tomó una bolsa que reposaba en ella, dejándola sobre una pequeña parte desocupada del sillón para sacar más cómodamente un frasquito mediano dentro de ella.
-¿Que es eso?
-Nutella, es como chocolate mezclado con avellanas- Explicó abriendo el frasco- Encontré una tienda nueva en el centro comercial que vendía productos extranjeros y ya que mañana nos blanquearán los dientes para la película, quería manchármelos de forma interesante.
-Ah...
-Así que...- Agregó, sacando un poco de la dulce crema con un dedo y pintando los labios de Sungmin con ella- Vamos a comerla y a ver si no te gustan mis besos.
-¡O-oye--!
La queja del mayor fue abruptamente interrumpida por los deseosos labios del más alto, y a pesar de que Sungmin se removió por un rato, al final tuvo que rendirse debido a la irrompible determinación del otro.
-B-bastardo...
Masculló antes de ceder totalmente.
El frasco de Nutella fue vaciándose a medida de que Kyuhyun sacaba un poquito con el dedo, repitiendo aquello de pintar los labios del mayor con el dulce y devorarlos hasta que estuvieran limpios para una nnueva ronda. Al poco tiempo las mejillas de Sungmin estaban sonrojadas por los húmedos besos compartidos, y un poquito más tarde el menor estaba muy encima de él aprovechándose de la situación. Pero no determinaron cuanto tiempo pasaron así hasta que el frasco estuvo vacío y ellos hastiado de tanta azúcar ingerida, lo que si casi contaron fueron las horas que Sungmin estuvo molesto al día siguiente por el dolor en sus labios y lo anormalmente incómoda que fue la visita al dentista producto de eso. Nari sentada en la sala de espera podía ver como en el pasillo Sungmin le tiraba pequeños golpes a un sonriente Kyuhyun con los labios igual de hinchados, hasta que el menor le hizo un gesto de disculpa con las manos y abrazando al mayor por las caderas, le dio un suave beso en los labios al pelinegro para que no le doliera. Nari pestañeó incrédula viendo como a pesar de tener el ceño fruncido, Sungmin se relajó y correspondió al masaje. Finalmente, el castaño lo soltó y entró con el dentista.
-¿Ahora ya estás de humor para decirme que te pasó en los labios?
La mujer inquirió maliciosamente en cuanto el menor se sentó a su lado.
-Ah...No ¿Por qué habría de estar de mejor humor?
- Te acaban de dar un beso que pareció gustarte mucho- Contestó con una sonrisa mirando cómplice al pelinegro- ¿Que mejor para alegrarte el día?
El chico abrió a más no dar los ojos, ruborizándose tanto que tuvo que correr el rostro en otra dirección.
-Hey- Le llamó Nari- Sabes que yo estaré feliz de que sean novios de verdad, además debes decírmelo porque es un dato importante para la compañía.
-¡No somos novios!- Se defendió- Solo que a veces... nos besamos...
-¿Y por qué lo dejas si no es tu novio?
-Es que...ya me aburrí de luchar con el...
-Por favor, mi Sungminnie amargado de antes amaba estar riñendo con la gente ¡Por cierto! Ni siquiera te has peleado con él como las otras veces...
-...
-Sungminnie...
-Cállate.
-Ah, no te enojas con él pero si conmigo ¿Eh?
-Tu me estás fastidiando, Noona.
-Solo quiero respuestas.
-No somos novios, es lo único que necesitas.
-Soy tu Noona, merezco más ¿Estás sintiendo algo por él?
-¡No!
-...
-No sé...a su lado me siento...extraño...
La castaña pensó en reír y aplaudir emocionada, pero antes de que lo consiguiera, vio a Shindong entrar a la clínica dental, aterrorizándola y haciéndole correr a esconderse mientras llevaba a Sungmin a rastras. Si que se había enojado al tener aquella conversación con el representante del castaño hace unos días, pero al llegar a casa y reflexionar sobre el asunto se sintió tremendamente avergonzada ¿Que rayos había hecho? Haya usado palabras inadecuadas o no, lo único que quería aquel hombre era proteger a Kyuhyun, no había nada de malo en eso y ella lo podía entender perfectamente porque tenía las mismas intenciones respecto a Sungmin, pero no supo controlar su temperamento y ahora de solo pensar en la cara que pondrá aquel hombre al verla de nuevo le daban deseos de que la tierra se la tragara.
-Hey hey hey ¿Que te--
-Shhh, Habla más bajo.
Le ordenó la nerviosa mujer mientras miraba al hombre caminar hacia la recepción, cosa que Sungmin logró notar.
-¿Pasó algo con Shindong- Hyung?
-N-No, claro que no...
-Nari-Noona...
La llamó con tono de voz amenazante mientras se asomaba lo suficiente para que el fornido representante lo viera.
-Hey, no.
Farfulló la castaña tirándolo de vuelta.
-Entonces dime.
-Si te digo vas a fastidiarme con ello.
-Es depende ¿Vas a seguir haciéndome preguntas sobre Kyuhyun?
-Arggg...
Gruñó la mujer al verse acorralada por la amenaza del menor, y por demorarse el pelinegro volvió a asomarse, esta vez intentando llamar a Shindong desde el pasillo en el que estaban escondidos.
-¡Shi--!
Pero antes de que lo lograra la mujer volvió a atraerlo y le tapo la boca.
-Está bien, está bien...
-Así me gusta.
Sonrió malvadamente, escabulléndose al segundo con la mujer por la otra entrada de la clínica.
-¿Me dices ahora?
-No- Reclamó la mujer, deteniéndose por un momento- Espera, nos fuimos y dejamos a Kyuhyun ahí sin decirle nada.
-No importa, de todas maneras irá a fastidiar a mi casa.
Nari volvió a sonrojarlo con una graciosa y fastidiosa mirada cómplice, provocando que a la vez el chico se enojara y diera la vuelta.
-¡Shindong-Hy--!
-¡Ya!
Volvió a frenarlo, retomando el rumbo mientras la castaña lo afirmaba rodeándole la espalda con un brazo y entre risas, le daba un beso en la mejilla al también sonriente chico. Con esto, al menos la mujer pudo comprobar que no había errado al defender la idea de que Sungmin y Kyuhyun se siguieran viendo, ya que muy pocas veces había visto así de animado a su pequeño protegido. En parte se sentía mal por no haber logrado en 5 años lo que el menor estaba logrando en menos de un mes, pero suponía que algo tan difícil de conseguir como la felicidad de Sungmin solo lo lograría una persona especial, negara o no el pelinegro que Kyuhyun era esa persona.
-Hyuuuuung- Chilló pesadamente el castaño, un par de horas más tarde en la entrada del departamento de Sungmin- ¿Por qué te fuiste sin mi?
-Lo siento, Noona tuvo un asunto urgente que atender y me arrastró con ella.
-Pero debieron avisarme.
-Shindong-Hyung llegó para acompañarte, no quedaste solo.
-Mmmm....
-Ahhh- El mayor suspiró afligido por haber hecho sentir mal al castaño- De verdad lo siento...
El menor sonrió enternecido al ver la cara triste de Sungmin.
-Ya, no te pongas mal- Dijo tomando al mayor de las caderas para acercarlo- Era broma.
-A-ah...Idiota...
-Actuo bien ¿No?
-Cuando te conviene.
-Es que se me da bien cuando es natural.
El mayor gruño ante tal respuesta, sin embargo, no fue más que un beso lo que el recibió a cambio, un beso en compañia de los cálidos brazos del más alto que rodearon su espalda y cintura. Sin querer apartarse, el otro suspiró en su foro interno y correspondió al menor, apoyando suavemente sus manos en el pecho del otro. Y estuvo todo bien así hasta que partes de la conversación que tuvo con Nari hace un par de horas aparecieron en su mente.
"¡No somos novios! Sol oque a veces...nos besamos...
-¿Y por qué lo dejas si no es tu novio?"
"-Por favor, mi Sungminnie amargado de antes amaba estar riñendo con la gente ¡Por cierto! Ni siquiera te has peleado con él como las otras veces..."
Por donde lo viera su Noona tenía razón, el nunca cedía a nada y le encantaba pelear con desesperada e involuntaria necesidad de hacer a alguien más miserable de lo que él era, pero ahora Kyuhyun le domaba y el se dejaba sin quejas.
¿Quizás era gratitud por alejarlo de la soledad y prometerle protegerlo?
No lo creía. Aunque era difícil de admitir, no lo estaría disfrutando tanto si fuera por agradecimiento.
Entonces...
¿De verdad estaba sintiendo algo por ese tonto e insoportable bastardo?
Sus labios se separaron después de unos segundos cuando el ardor volvió a aparecer, sin embargo, al encontrarse sus miradas, Sungmin entendió que el otro no parecía querer terminar realmente.
-Hyung ¿Que tal si vamos a tu habitación y hacemos algo divertido?
¿En serio podría gustarle alguien así?
-Ya te entró aire al cerebro.
Contestó el más bajo, frunciendo el ceño, alejándose para sentarse en el sillón.
-Dios- Bufó el menor disfrutando entre risas del enojo del pelinegro, mientras también se acercaba al sillón- Siempre te enojas por todo aún sabiendo que no hablo en serio.
-Mmpfh...
-Hey- Le llamó levantando su rostro tomándolo del mentón- Digo muchas idioteces, pero son todas para animarte ¿Cuando me vas a regalar una carcajada?
El pasmo en el rostro del más bajo fue evidente después de escuchar aquella pregunta, dejándolo petrificado y en blanco.
Al día siguiente, Sungmin se levantó temprano como siempre y caminó hasta el baño para empezar su aseo matutino, pero entremedio de sus labores se miró al espejo y observó detenidamente su rostro. Analizó sus labios, por suerte ya no dolían y habían vuelto a la normalidad. Luego, la pregunta que Kyuhyun le había hecho el día anterior volvió a su mente, por lo que empezó a hacer gestos, intentando sonreír. Bueno, de haber sonreído o reído un poco en esos 5 años, pues si, lo había hecho ¿Pero reír a carcajadas? Casi no lo recordaba. Esta vez probó una expresión no usada hace más de 5 años, aquella que ponía cuando se reía hasta que le dolía el estómago. Se preguntó cuando volvería a reír de esa manera.
Al rendirse y volver a poner atención a lo que hacía, supuso que cuando su vida estuviera volviendo al carril correcto, sería algo muy gracioso lo que le haría reír así de nuevo, pero por hoy, que era un día caluroso y mortalmente aburrido, supuso que no pasaría. Sin embargo, la vida siempre había estado llevándole la contraria, y ese día no era la excepción. Vale mencionar con redundancia incluida, que Sungmin ya no le sorprendía que Kyuhyun le sorprendiera. Junto a él todo era impredecible.
Después de asearse correctamente, vistió un short y una polera, ropa ligera que el tiempo había gastado y por ello solo usaba para andar en casa, porque como siempre, eso era lo que estaba dispuesto a hacer: Solo estar en su casa, sentado frente a la televisión, absorbiendo oxígeno y liberando dióxido de carbono. Por ello, con un tazón de leche con cereal, caminó hasta su confortable y casi mejor amigo sillón para estampar su trasero en el, pero antes de conseguirlo, unos golpecitos se oyeron en su puerta. Sabiendo de sobra quien era, suspiró y dejó el tazón en la mesita de centro, esperando que su día de flojera extrema siguiera después de abrir la puerta. Sin embargo...
-Oh, Hyung. Veo que estás vestido- Exclamó el menor mirándolo animado, para en seguida tomarlo del brazo y arrastrarlo fuera- Bien ,vámonos.
-¡Oye, oye, oye!
El pelinegro chilló ante tan repentina orden, pero sin ser remotamente escuchado, vio como el otro se arrimó al gancho al lado de la puerta donde colgaba sus llaves y tras cerrar la puerta, lo arrastraba hasta el ascensor. Ver durante unos segundos como su apetitoso desayuno se despedía de él desde dentro del departamento le hizo formar un pequeño puchero mientras el otro lo tironeaba sonriente.
-Idiota, hubieras esperado a que terminara de desayunar.
Reclamó minutos después el mayor, caminando por la calle.
-Ahhh, te compré un jugo de naranja y unas galletas ¿No?
-Ajá.
-Entonces ya no te quejes, Hyung.
El pelinegro le gruñó como respuesta final y poniendo el ceño fruncido agarró con su boca la bombilla de la pequeña caja que contenía el cítrico refresco y empezó a tomar de mala gana, hasta que una pregunta vino de golpe a su mente, alterándolo.
-¡Oye, espera!- Gritoneó- ¿¡Donde diablos me llevas!?
-¿Um?
-¡Me sacaste a rastras de mi casa sin dar ninguna explicación! ¿¡Que te crees!?
-Pero...
-No me vengas con eso de "Dijiste confiarías en mi"- Imitó con una voz chillona y graciosa - Dime ahora donde vamos.
-Ahhh, que aguafiestas eres- Reclamó el menor, rendido- Vamos a la casa de una de mis tías.
-¿Y que pinto yo en que vayas a visitar a un familiar?
-Pues mucho, te voy a presentar como mi novio.
-¿Ahhhhh?
Exclamó el otro, incrédulo.
-Es broma, es broma- Rió el castaño frenándose en un paradero- Me pidió que cuidara a mi primo mientras ella hacía algunos trámites. El tiene 1 año y medio, no hay nadie más en casa y por eso mi tía me consultó por si acaso podía hacerlo, yo le dije que si, pero como tengo que estar con Hyung también, te traje conmigo.
-¿Vamos a ser niñeros?
-¿Que tiene? Seungwoo es tan adorable como yo.
-Eso no es nada convincente ¿Sabes?
-Que malo eres.
Dando unos cortos pasos más al terminar la conversación, juntos se sentaron en un paradero en espera del autobús que en poco menos de 5 minutos llegó y paró frente a ellos. Kyuhyun dejó subir al mayor, pagó y luego se sentó a su lado.
-Kyuhyun.
El pelinegro le llamó con curiosidad durante el viaje.
-¿Si, Hyung?
-¿Por qué tu tía te ha pedido ese favor?-Preguntó confundido- Digo, mis tíos o algún familiar ni locos me dejarían con algunos de sus niños después de saber lo que hago. Ya sabes como es la gente...
-Es porque ningún familiar a excepción de mis padres saben lo que hago- Contestó risueño- Mi tía cree que soy un perdedor que trabaja en Mc Donalds. Si se enteraran te aseguro que nunca más los volvería a ver.
Rió el otro con tristeza, mientras el mayor le miraba atentamente, entendiendo aquel doloroso gaje de su oficio.
El bus recorrió la ciudad por poco más de media hora, hasta que Kyuhyun vio que era adecuado bajarse. Caminaron un par de calles, encontrándose en el camino con una que otra muchachita que los miraba sonrojada. Parece que aquellos artículos de las revistas porno que compraron decían la verdad, porque además de contar el suceso vivido con los delincuentes mostraba las reacciones vistas entre el público.
"Es bien sabido que más que el porno, nos encanta el amor tierno entre hombres ¿Verdad? Pues por ello no es novedad que tras empezar los rumores de que una pareja real se ha formado por primera vez en la industria del porno homosexual, el interés por Cho Kyuhyun y Lee Sungmin se disparara. Después de que "Tell me your wish", la compañía a cargo de esta atractiva pareja , confirmara la relación, los post sobre ellos en distintas redes sociales han crecido a una increíble velocidad así como también la palabra "KyuMin" ha sido buscada una importante cantidad de veces en distintos exploradores, incluso fuera del país. Además, las tiendas que venden películas para adultos reportan un aumento en las ventas de las películas que ambos han hecho por separado, pidiendo incluso hacer una lista para todas las que comprarán la primera película de ellos juntos y que no desean quedarse sin su copia el día del lanzamiento ¡Tanto amor está revolucionando totalmente la industria del porno!"
Sungmin recordaba aquella parte de una de las revistas, mientras inclinaba la cabeza a una de las sonrojadas chicas que los miraban.
-Hyung, ya somos famosos.
Le susurró Kyuhyun.
-No me importa, cállate y camina.
Le ordenó el pelinegro tomándolo de la mano para caminar más rápido.
Un par de minutos después, Kyuhyun se detuvo junto al mayor frente a una casa acogedora, sin mucho adorno y con un patio grande, lleno de malezas, tierra y juguetes repartidos por el lugar. No era de extrañarse, las casas de al lado también contaban con mucho terreno sin cuidado. Debía ser por la gran cantidad de niños que vivían en aquel barrio y revoloteaban enérgicos por todos lados, disfrutando de sus vacaciones de verano.
Sin más preámbulos, ambos tocaron el timbre y al poco tiempo una mujer que no pasaba de los 40 los recibió alegremente. Sungmin fue presentado, quedándose después esperando en la sala de estar mientras la tía de Kyuhyun le daba diversas instrucciones recorriendo toda la casa. Ya con todo dicho, no tardó en tomar su bolso e irse.
-Adiós~
El pelinegro musitó mientras la mujer salía y no pasaron más de un par de segundos cuando Kyuhyun salió de una habitación con un bien alimentado y adorable bebé en brazos.
-Hyung, te presento al recién despertado Cho Seungwoo.
El mayor se levantó curioso y se acercó al chico. Las miradas del pelinegro y el vivaz pequeño se mezclaron por unos instantes y como si el bebé hubiera visto algo realmente impresionante, se talló con poca habilidad los ojitos.
-Umm...ummm...
Balbuceó con el chupón en la boca, mientras estiraba las manos hacia Sungmin, quien se sorprendió por ello.
-A-ah...
-Creo que quiere que lo tomes en brazos.
Murmuró el castaño mientras se lo entregaba delicadamente al mayor. Ya adueñado por el más bajo, Seungwoo siguió haciendo ruiditos, esta vez sonriendo con los ojos y agitando feliz sus cortos brazos.
-Vaya, creo que le agradas.
Sungmin esbozó una pequeña sonrisa y un leve sonrojo se posó en sus mejillas al ver concentrado al pequeño niño que se removía animado en sus brazos y le hablaba en su idioma de lactante. Tan pequeño, tan frágil, tan adorable...
Kyuhyun fue bajando discretamente su cabeza para ver más de cerca la expresión tierna del mayor, el cual al notarlo corrió su rostro y forzó su serio semblante a pesar de lo abrumado que le había puesto el otro.
-No me mires así-Reclamó, acercando nuevamente el bebé al castaño- Y como sea, tómalo de vuelta.
Kyuhyun rió bajo y estirando sus brazos hacia el pequeño niño trató de cogerlo, pero sin tenerlo en cuenta, el pequeño frunció su ceño y como pudo, le tiró un brusco manotazo al castaño en toda la cara.
-¡Auch!
Exclamó sobándose la nariz, mientras el algo alterado bebé se removía tratando de volver a acercarse a Sungmin, y en cuando este entendió el mensaje, Seungwoo se aferró a él como un pequeño koala y le gruño a Kyuhyun.
"Y parece que tu le desagradas" Pensó Sungmin en respuesta a la acotación que el menor hizo hace algunos instantes, mientras miraba impresionado la escena.
-¿No que era "Adorable" como tú?
-Pues ya ves, es adorablemente chillón y terco -Sonrió- Además parece que tiene los mismos gustos que yo...
Acotó mirando al bebé con los ojos entrecerrados ya no tan campante.
-¿Los mismos gustos?
Preguntó el mayor, pero no recibió respuesta debido a que tanto el castaño como el bebé compartían miradas que parecían estar unidas por una especie de rayo lleno de hostilidad.
Y así siguieron toda la tarde.
Kyuhyun le contó al mayor que desde el nacimiento, Seungwoo no era muy afín a la idea de estar cerca de él y que por eso nunca había podido ser cercano al bebé como los demás familiares y que su tía solo recurría a él cuando ya no había más opciones. Sungmin lo comprobó, pero al poco tiempo pensó que tal vez Kyuhyun había minimizado el asunto, porque cada que podía el pequeño diablillo miraba con maldad al castaño y de vez en tanto le lanzaba las cosas que tenía a mano. Lo que el mayor no sabía es que el bebé parecía haberse encantado tanto con Sungmin como lo había hecho Kyuhyun y veía al tipo en cuestión como una amenaza, mientras que el castaño, al tanto de la situación ,se sentía enojado de que el malvado lactante estuviera manipulando a su Hyung para captar toda su atención y conseguir los mimos de parte del pelinegro que a él tanto le costaba conseguir. De todas formas, mientras el mayor atendía a Seungwoo ya que no se dejaba tocar por el menor, este no hizo nada al respecto, porque a pesar de ser maltratado por el bebé cuando jugaron en la sala de estar...
-Ah, ah, ah ,ah, ah- Se quejaba el castaño sintiendo como el bebé sentado en la alfombra, le tironeaba con rabia el cabello, haciendo que su cabeza quedara practicamente a los pies de Seungwoo- ¡Hyung! haz que me suelte ¡Haz que me suelte!
De esquivar la comida que le lanzaba el pequeño niño en su hora de almuerzo...
-¡No! ¡No! ¡Seung-ssi, no!
Gritaba el mayor viendo como el pequeño agarraba su papilla con las manos y se la lanzaba a Kyuhyun.
-Me la tiras porque sabes que yo la calenté ¿Verdad?- Le gritaba el castaño, esquivando los proyectiles- ¡Malagradecido!
-¡Kyuhyun, ya! Es solo un bebé, no sabe lo que hace.
-Ay si tú...
Y de tener peleas absurdas con él...
-¡Hey! ¡Yo lo vi primero!- Le gruñía el castaño a un Seungwoo con un puchero enojado- Búscate el tuyo.
El menor en respuesta le gritaba mientras intentaba arañar a ese que le enfurecía más y más haciéndole burla por poder alejarse con más facilidad que la que el bebé tenía para acercarse.
-¡Ya no seas tonto!- Les interrumpía Sungmin, dándole un golpe en la cabeza al castaño y tomando al bebé quien reía triunfante por tener a Sungmin de su lado- Vinimos a cuidarlo, no a que te pelees con él.
El mayor parecía sinceramente encantado jugando con el pequeño malvado, y verle liberando pequeñas sonrisas mientras le hablaba tiernamente al bebé, le hacía imposible al Kyuhyun interferir con aquella alegría.
Ya cuando el sol empezaba recién a esconderse y era la hora de la siesta para Seungwoo, ambos entraron a la habitación del pequeño niño, la cual era cálida y estaba tiernamente decorada.
-Bueeeno, como Seungwoo-ssi está cansado, tomará una rica siesta después de que lo cambie- Canturreaba el mayor, mientras mudaba al calmado niño que lo miraba atentamente- ¿Que te parece eso? ¿Eh?
Le preguntó chocando su nariz con la del pequeño quien reía contento ante el mimo, y siguió sonriendo hasta que el pelinegro volvió a erguirse y vio como Kyuhyun se ponía detrás de él, abrazándolo por la espalda y poniendo su mentón en el hombro del chico. Debido a esto, el bebé no tardó en empezar a chillar agudamente, removiéndose sobre el mesón donde lo mudaban y moviendo las manos hacia Kyuhyun.
-Ya vete- Le ordenó Sungmin- ¿No ves que lo estresas?
-El se estresa solo, yo no le hago nada.
Reclamó frustrado, sin lograr hacerle caso al mayor ya que tan pronto como volvió a mirar al bebé, este había apretado el envase de talco apuntando directamente al rostro de Kyuhyun. El castaño retrocedió desconcertado y tosiendo, con todo el rostro empolvado.
-¡O-Oye!
Pero antes de siquiera emitir un reclamo más, unos cuantos peluches estallaron en su rostro.
-¡Gah!
El pequeño exclamó bravo su grito de guerra.
-Maldi...¡Ugh!
Con dolor, esta vez fue la sonaja del pequeño la que llegó a su frente y lo aturdió por unos segundos.
-¡Es todo!- Gritó el castaño volviendo a concentrarse, tomando un peluche de la repisa- Ahora si que---
-Pjjj...
Un ruido extraño fue lo que interrumpió definitivamente esa pelea. Kyuhyun bajó su brazo en ofensiva y llevó de inmediato su vista hacia el mayor, quien volteado hacia otro lado, parecía tapar su boca mientras temblaba por alguna razón.
-¿Que pasó, Hyung?-Se preocupó, dándolo vuelta sobre su eje e intentando ver su rostro- ¿Seungwoo te lanzó algo también?
Su preocupación pasó a sorpresa en cuanto al lograr quitar las manos del rostro de su Hyung, vio un rostro tiernamente descompuesto....descompuesto por la risa.
-Hyung...
Susurró perplejo, mientras el otro trataba de contener una inevitable carcajada que ,sin demora, salió libre y resonó por toda la habitación.
-Oh dios...-Exclamó el mayor riendo con voz aguda, apoyando su rostro en el pecho de Kyuhyun para esconderlo de alguna forma- Lo sie-ento es que ...la forma curiosa en que... pjjj... los objetos llegaron a tu cara...y tu expresión...
El menor soltó lentamente las manos del mayor y con una sonrisa, dejó que el otro siguiera riendo. No ocurrió de la forma que esperaba, pero al fin logró que algo lo suficientemente gracioso volviera a hacer reír animadamente a su Hyung. Para alguien que no se había atrevido a carcajear sinceramente en años y había estado hundido en una horrible amargura, aquello era sin duda un paso para llegar a la felicidad, felicidad que Kyuhyun estaba trayendo a la vida del pelinegro.
-Eres muy malo, Hyung- Reclamó el menor, después de un rato- Te ríes solo cuando te burlas de mi.
- No te enojes- Respondió el mayor tratando de calmarse- Solo me pareció gracioso que un bebé sea capaz de demostrar tan claramente su desagrado hacia ti...
-Pues eso duele.
Agregó con falsa molestia.
-Ya...
El pelinegro intentó disculparse, sin embargo, al levantar la vista, los ojos profundos y cálidos de Kyuhyun lo devoraban en conjunto de una sonrisa llena de amor. La mano del castaño empezando a acariciar repentinamente su mejilla lo sorprendió casi tanto como la silenciosa mirada sobre él.
-¿Qué?
Preguntó solo porque si.
-Yo no te desagrado ¿Verdad?
Inquirió el menor, serio, con una leve gota de súplica en algún rincón de su pregunta. El mayor bajó su vista, sonrojándose en cuanto estuvo mirando el suelo a salvo de los ojos de Kyuhyun.
-No...tanto...
Contestó con el típico y falso tono de molestia que usaba cuando el menor le hacía esa clase de preguntas, sin embargo, Kyuhyun había aprendido a escudriñar en las palabras del mayor, y sonriente, tomó el mentón del otro y aprisionó los labios del pelinegro con dulzura. Y será porque los pies y manos le empezaron a molestar de alguna forma, es que Sungmin meneó sus pies para finalmente ponerse en puntas y con sus dedos apretó los costados de la polera de Kyuhyun.
O tal vez no.
El bebé, quien miraba atentamente la escena, empezó a balbucear enojado. Con malicia, el castaño giró un poco su cuerpo y el del mayor, para mirar a Seungwoo y menear sus cejas en forma de burla, recibiendo una mirada de odio del pequeño, quien sentía una frustración tal que casi podría llegarse a pensar que contaba con la madurez e inteligencia para entender totalmente la situación y maldecir mentalmente de formas horribles a Kyuhyun.
De todas formas, el pequeño no se rindió y empezó a llorar de tal forma que podría fulminarte los tímpanos al estar escuchándolo por más de 5 minutos. Sungmin soltó los labios del menor y sin demora corrió a tomar en brazos al bebé.
-Ya, ya, tranquilo.
Le habló, meciéndolo en sus brazos mientras ponía el chupón en su boca. A los pocos minutos, Seungwoo había acomodado su cabecita en el hombro de quien lo arrullaba, mientras miraba molesto y con los ojos llenos de lágrimas al castaño.
"Mal perdedor"
Pensó el más alto, mirándolo igual de desafiante.
No pasaron ni 10 minutos cuando Sungmin por fin logró dormir al bebé ni más de media hora para que la tía de Kyuhyun estuviera de vuelta en casa. Después de explicar como habían cuidado al bebé durante el día (Omitiendo las partes muy violentas por parte del pequeño y las pérdidas de paciencia de Kyuhyun) , la mujer les agradeció y ambos se fueron.
Tras haber caminado la misma distancia de antes y esperar una pequeña cantidad de tiempo por un autobús, juntos subieron a este de regreso al departamento de Sungmin. Sentimientos adversos invadieron al menor cuando ya se hallaban viajando, frustrado porque Sungmin estaba demasiado cansado para hablar durante el viaje y feliz porque debido a eso, poco a poco se iba quedando dormido sobre su hombro, aunque cuando se despertaba brevemente, volvía a alejarse.
-Ahhh, solo acomódate ¿Sí?
Se quejó después de la tercera vez que se corrió, atrayendo bruscamente la cabeza del pelinegro a su hombro, quien le gruñó pero sin embargo no se movió. Y así los minutos pasaron hasta que su destino estuvo cerca y Sungmin se despertó involuntariamente, sobre el hombro del más alto y con sus manos entrelazadas como detalle extra. Removió casi imperceptiblemente sus dedos en el agarre que el menor había hecho. No molestaba, de hecho ¿Por qué le agradaba tanto?
Kyuhyun observaba distraído el paisaje por la ventana, pero el mayor sentía que le estaba atacando directa y despiadadamente, además que solo estuvieran a 4 días de filmar la película no le ayudaba mucho a pensar correctamente, a entender todo esto y a entenderse a si mismo.
De todas formas, no se quejó o movió hasta que Kyuhyun, sin saber que estaba despierto, le llamó para que al fin bajaran del transporte.
-Ahhh, cuidar bebés es muy cansador, y más encima yo tuve que hacer la mayoría del trabajo porque Seungwoo te odia- Sungmin reclamó sobándose el cuello mientras entraba a su departamento- Me debes una buena.
-Yo te hice carcajear hoy, estamos a mano.
-N-no carcajee ni nada- Replicó Sungmin, nervioso y avergonzado por la respuesta del menor- Solo fue una risa pequeña.
-Yah, deja de engañarte- Le dijo el castaño, tomándole un brazo para darlo vuelta hacia el y encontrarse con el rostro frustrado de su Hyung-Deberías animarte por estar recuperando tu buen humor.
El pelinegro levantó indeciso su rostro, encontrándose por segunda vez en el día con aquella mano del otro acariciando una de sus mejillas y esa cálida sonrisa que el menor sabía poner solo para el.
-Hey- Agregó el menor, después de unos segundos, cambiando drásticamente su semblante a uno lleno de perversión- ¿Por qué no me lo pagas en carne?
El más bajo pestañeó abrumado por la pregunta.
-Sexópata.
Gruñó frustrado, corriendo el rostro.
-Oye, se que soy un pervertido, pero si fuera sexópata, estaría buscando prostitutos todos los días y llenándome de venéreas- Se quejó con un feo puchero- Pero estoy aquí, contigo, acompañándote e intentando animarte.
-Jum, no es como si quedaras libre de polvo y paja con eso- Contestó el mayor- Siempre estás tocándome y diciendo cosas sucias.
-Es porque estás bueno y eres muy lindo.
¿Por qué rayos era tan inoportunamente directo? Se preguntó el mayor como por centésima vez desde que había conocido a Kyuhyun.
-Hay mucha gente afuera a la que puedes desear de la misma forma.
-No, yo solo quiero a Hyung.
El mayor se apabulló, abriendo sus ojos como platos ante la respuesta tan directa y seria de Kyuhyun. Maldita sea, tanta confusión le irritaba.
-Ahh, eres en serio molesto- Exclamó el mayor, empujando al menor con pequeños golpes en el pecho, llevándolo al sillón- ¿De verdad deseas tanto esto?
-¿Um?
El menor miró extrañado el rostro del mayor, cayendo sentado en el sillón, y su impresión aumentó más cuando poniendo las piernas a cada costado de sus muslos, Sungmin se sentó sobre él, descansando sus manos sobres los hombros del castaño y mirándolo sensualmente.
-¿De verdad estás tan desesperado por hacerlo conmigo?- El pelinegro preguntó con voz grave, acariciando el cabello de Kyuhyun- ¿En serio mueres porque nos besemos, nos toquemos y... hagamos muchas cosas sucias...?
El menor se quedó boquiabierto ante tanto erotismo abruptamente liberado y por las extrañas preguntas ¿¡Pero que importaba!? ¡Claro que quería todo eso! Moría por hacer suyo al mayor. Este por su lado, al sentir como el otro le respondía acariciándole con las dos manos el trasero, sonrió perversamente.
-Lástima, vas a tener que esperar.
Espetó levantándose aún con la malvada sonrisa en su rostro, pero antes de que pudiera largarse, sintió como sin ánimo de quedar así, Kyuhyun lo agarró de un brazo y lo tiró con fuerza sobre el sillón, no perdiendo ningún segundo para ponerse sobre él.
-Yo creo que no.
Respondió, demostrando que si bien Sungmin lo había hecho, el real maestro de las sonrisas perversas era él. Y no le permitió emitir queja alguna, tomando sus labios con hambre y deseo salvaje que había contenido a duras penas en anteriores besos. El mayor se removía nervioso bajo el cuerpo del más alto, hasta que aquella traviesa boca viajó un pequeño tramo para marcar su cuello y las piernas del chico se colaron entre las suyas para hacer chocar sus miembros de forma exquisita y feroz, invitándolo a soltar algo demasiado diferente a los insultos que tenía planeado gritar.
-¡Umgh!
Habría reprimido mejor aquel fogozo gemido de haber sabido que el menor se lo provocaría ¿Que había sido eso? ¿Fue real?
-A-agh...
Volvió a gemir en cuanto Kyuhyun mordió suavemente el lóbulo de su oreja ¡Dios! ¡Si era real! ¿Pero que había ocurrido con el Sungmin que no se calentaba con nada? ¿Que pasó con el Sungmin que se empeñaba tercamente en fingir que Kyuhyun no le causaba nada?
Maldición.
¿Porqué ese bastardo alteraba con tanta facilidad todo lo que refería a él?
-Deja de ser tan obstinado y solo déjate llevar por lo que tanto tú como yo queremos.
-Pero yo---
Los cálidos y cada vez más desesperados labios del castaño lo silenciaron de tal manera que no pudo negarse a corresponder. Bastardo, era de verdad un bastardo...
Besos.
Besos por doquier y cada vez más fogozos consumieron la piel y los labios de Sungmin. El menor de verdad que era muy apasionado, pero en ningún momento violento o repugnante. La forma en que Kyuhyun colaba los brazos por su espalda en un afianzamiento desesperado para que no escapara, como lo saboreaba con su lengua, como se sofocaban a si mismos al hacer contacto con sus cada vez más acaloradas pieles, como el cuerpo del castaño llamaba agonizante al suyo... era excitante, tremendamente excitante, y cuando el menor lo tuvo bien sedado por causa de sus dementes caricias, bajó por el estómago del mayor y volvió a subir, esta vez arrastrando la polera del mayor y dejando besos húmedos en la piel que lentamente iba siendo expuesta.
-Ahh...aaah...
Pequeños jadeos abrumados y encendidos salían de los rosados labios de la ahora víctima, mientras curvaba su espalda, dejándose hacer con las manos al los costado de su cabeza, y cuando la polera voló por los cielos, con los ojos entrecerrados vio como en la oscuridad el menor se quitaba la suya sin un rastro de suavidad, porque quería volver a la tarea que de un momento a otro se había vuelto su favorita.
-¡Mmm!
Cerrando la boca firmemente pero no aguantando el sonido, Sungmin contuvo un gemido potente al sentir la lengua del menor danzar en círculos sobre su pezones, y fue necio al creer que podría seguir escondiendo la evidencia del placer que sentía, cuando el otro recorrió todo su torso como un viajero sueña errar por cada rincón del mundo.
- A-aaa-amm.... K-k-k-k...
-Di mi nombre.
Le pidió el menor, con la voz tan grave como nunca pensó oírla.
-I-Idiota...
-Um, casi.
Rió el menor, quien a pesar de ir con paciencia, no deseaba perder el tiempo, por lo que incorporándose, levanto las piernas del mayor para descalzarlo y arrancarle los shorts. Con aquel objetivo listo, puso las suaves extremidades sobre sus hombros, acariciándolas con sus cálidas manos y admirando detalladamente la erótica obra de arte que era su Hyung estirado en el confortable sillón, sonrojado, completamente agitado. Sin embargo, no tardó en despertar de sus ensueño para quitarle los calcetines.
-Agh...
Sungmin lo observó sin perder detalle. Admiró como después de dejar desnudos sus pies, el pervertido que le estaba llevando al nirvana puso la lengua en su tobillo y desde ese punto tomó rumbo hacia abajo, llegando a su miembro aún cubierto por su ropa interior. Sus piernas se enredaron con fuerza en el cuello de Kyuhyun, al sentir como aquel paseó su nariz por encima de la tela y al segundo apretaba con los labios la pronunciada erección del mayor. Una erección causada totalmente por Kyuhyun, no por una estúpida reacción natural de su cuerpo o alguna otra mierda. No era nadie más que el menor quien lo estaba volviendo loco de una manera nunca antes experimentada.
Lamentablemente para sus deseos y felizmente para su maldito orgullo, el más alto volvió a subir hasta su boca y lo atrajo hacia si con un brazo, usando el otro para quitarse el cinturón. Ya después de habérselo quitado, siguió con sus zapatos siendo ayudado por sus mismos pies y finalmente luchó duramente con sus pantalones, quedando al fin en las mismas condiciones que su Hyung, volviendo a estrecharlo en sus brazos como antes. Y dada que las voces de su corazón y su entrepierna eran más fuertes, el mayor hizo clara su rendición enredando esta vez sus brazos al rededor del cuello del castaño. Segundos después de sentirlo, Kyuhyun soltó los labios del mayor y apoyado en sus codos, miró el rostro del más bajo, y este miró de vuelta al castaño. Sus miradas brillantes se mezclaron y sus agitadas respiraciones se hicieron una, pero al parecer aquello decía más que cualquier palabra ya que sin más, volvieron a unirse.
Sus cuerpos acoplados y sus miembros rozándose sin parar, no tardaron en hacer que ambos liberaran suspiros dementes sobre sus bocas. Ya no quedaba cordura en ninguno de ellos, impulsando a Kyuhyun a bajar una de sus manos hasta aquel trasero que a el tanto le gustaba admirar, para quitar ansioso el último rastro de ropa en el cuerpo de su Hyung.
Y el momento era perfecto.
Pero Kyuhyun no esperó en ese segundo que al siguiente instante nombraría ese día como uno de los que más odiaba en su vida, cuando un muy despreciable y chillón "Ring ring" salió desde el celular de Sungmin sobre la mesita a uno centímetros del sillón, espantando al mayor, llevándolo a que por un impulso involuntario empujara al castaño y este cayera boca abajo en la alfombra.
"Tan cerca"
Pensó tratando de asimilar la situación mientras los dolores por la caída empezaban a molestarle.
El mayor por su lado, con toda la agitación y sorpresa aún invadiéndole, se arrimó a la mesita sin bajarse del sillón y tomó el celular. Echándose aire con su mano desocupada, miró el número en la pantalla. Quien había interrumpido la casi-sesión de ardiente sexo era un número desconocido, aunque tembló pensando en quien podía ser.
-¿A-Aló?
-¡Hey!
Un grito efusivo pero corto llegó desde la otra línea, y si, era ella.
-¿P-presidenta?
-¿Quien más podría ser?
´"Pues muchas personas más, a decir verdad..." Contestó mentalmente Sungmin ante la indignada pregunta.
-Como sea ¿¡Estás teniendo sexo con Kyuhyun o algún idiota!?
La segunda pregunta hizo que Sungmin abriera desmedidamente los ojos y abrazara sus piernas por el miedo ¿¡Las arpías locas tienen poderes!? ¿¡Como mierda sabía aquello!?
-N-No...
Contestó, porque después de todo, no había alcanzado a hacerlo con el menor ¿Verdad? No merecía que aquella aterradora mujer le cortara la cabeza y se la comiera...¿Verdad?
-¿¡Tú y él lo han hecho en estos días!?
-N-no, solo hemos salido y esas cosas....
-¡Más les vale!- Amenazó fuerte- Porque hay algo que se nos olvidó decirlos, no pueden tener relaciones sexuales con nadie hasta el día de la filmación ¡Los quiero tan calientes como un sacerdote en un jardín de niños cuando estén grabando la película! ¿¡Entendido!?
-Sí...
-Muy bien, porque cuando los vea los analizaré y si me doy cuenta de que han tenido sexo esta semana les cortaré las bolas, las procesaré y las venderé como cura milagrosa para el cáncer ¿Ok?
-O-O-Ok...
Contestó el pelinegro, temblando del miedo.
-Me parece ¡Hasta pronto!
Y tan repentinamente como llamó, colgó.
El mayor se quedó mirando perdidamente algún punto vacío ¿En que clase de compañía se había metido? Podría morir en cualquier momento...
Sus tormentosos pensamientos de un horrible deceso a manos de esa atemorizante mujer fueron interrumpidos por un quejido. Sungmin tiró el celular en el sillón espantado al recordar que Kyuhyun aún seguía tirado en el piso, asomándose para ver su condición.
-¿Estás bien?
Le preguntó al chico que aún seguía boca abajo.
-Creo que me fracturé la erección.
Masculló a duras penas.
-Eso es bueno, por ahora...- El mayor comentó nervioso- La presidenta me ha llamado para decir que debemos estar en abstinencia hasta el día de la película.
-Entendido.
Contestó el otro, empezando lentamente a levantarse.
-Bueno...eso.
Y sin más que poder agregar, saltó por los brazos del sillón y corrió a encerrarse a su habitación. Recién en ese momento, apoyado sobre la puerta, había salido de su burbuja de demencia y asimiló lo que había estado apunto de hacer: Casi había tenido sexo con Kyuhyun...
O quizás...
¿Había sido algo más que solo eso?
Unos repentinos toques a su puerta lo alarmaron, sacándolo de sus pensamientos.
-Hyung, voy a irme ahora. Aún estoy algo "animado" y no creo poder resistir las ansias si estamos en un mismo lugar- Comentó haciendo suspirar al mayor- Por otro lado... ojalá no pienses que esto fue un mero impulso animal. No me arrepiento de lo que estuvo a punto de pasar y espero que podamos repetirlos...pero no llamándole "Sexo"...
El mayor se petrificó ante tal acotación ¿Sin llamarle "sexo"?
-Espero que pienses en ello...
Musitó finalmente, caminando ya vestido hacia la puerta para marcharse. En cuanto esta se cerró, el mayor cayó rendido al suelo, dispuesto a nuevamente hundirse en sus pensamientos por un buen rato.
Los días siguientes Kyuhyun volvió como siempre a ir a su casa y entendiendo que su Hyung no necesitaba seguir enredándose más mentalmente, no mencionó nada de lo ocurrido aquella noche y siguió comportándose como siempre lo hacía. Sin embargo, al robarle besos al pelinegro no podía evitar recordar su nívea y hermosa piel a merced de sus labios y el mayor no podía alejar de su mente como esa boca carnosa lo volvía loco sobre el mismo sillón en el que veían televisión en esos instantes.
Pero no hablarían de ello, porque el día de la película se acercaba y más valía estar concentrado en eso que en cualquier otra cosa.
El día antes de la filmación, Kyuhyun subía despreocupadamente por el ascensor hasta el departamento de su Hyung, pensando que aquel sería un día como cualquier otro, hasta que al llegar al piso correspondiente, grande fue su sorpresa al encontrarse a Sungmin apoyado sobre la entrada de su departamento.
-¿Um? ¿Que ocurrió Hyung? -Preguntó curioso- ¿Te echaron de tu departamento?
-Claro que no-Contestó entretenido- Solo que hoy quiero ir a un lugar, pero si me iba sin ti de seguro aporrearías la puerta por media hora y la derribarías pensando que tal vez estoy muerto o algo así.
-Si que me conoces.
Comentó el menor, riendo levemente.
-En fin, vámonos- Agregó, emprendiendo marcha- No quiero volver tan tarde a casa.
Esta vez sobre la motocicleta de Kyuhyun, juntos emprendiendo marcha hacia un lugar al que el mayor les guiaba dando solo indicaciones. Unos 15 minutos de viaje después, la brisa marina golpeó el rostro de ambos, haciéndole entender al menor su destino.
-Es ahí.
Indicó después de un rato el mayor una zona de la playa dividida por pequeños montes rocosos húmedos y cubiertos por vegetales marinos traídos por el mar.
Kyuhyun encontró cerca un pequeño estacionamiento al aire libre para aparcar su pequeño vehículo, caminando junto a Sungmin tras haberlo conseguido. No tardaron ni dos minutos en parar en un punto plano, sentándose en la suave arena, lejos de la gente que disfrutaba del agua en familia y perfecto para observar el profundo mar y como las olas estallaban llamativamente en las rocas.
-¿A que hemos venido, Hyung?
Preguntó el menor curioso por el silencio mantenido durante todo el viaje por Sungmin y por lo que el lugar significaba para el.
-Bueno... Aquí es donde vengo antes de hacer una película.
-Oh...
-Ya sabes, a mi no me gusta lo que hago- Confesó el pelinegro con la vista perdida en el azul paisaje- Siempre siento rabia y miedo cuando voy a filmar con alguien...se que me voy a sentir asqueado de mi mismo después de terminar la grabación pero no sé lo que me pasará durante esta. Todo eso me altera mucho y me deja intranquilo.
El chico suspiró brevemente antes de continuar.
-Pero el mar en comparación es tan sereno, además de enorme, siempre logra arrastrar con facilidad todo lo que cae en sus manos... y no se las llevará para siempre pero cuando vengo a verlo empuja lejos todo lo que me aqueja y me ayuda a enfrentar lo que hago.
Kyuhyun lo miró perdidamente ¿De verdad Sungmin odiaba tanto aquella industria? No podía imaginar como había sobrevivido 5 años trabajando en eso.
-Sin embargo...
Agregó el mayor, volviendo a captar la atención del más alto.
-Ahora estoy algo confundido, pero no siento rabia ni miedo- Comentó con una voz suave y tranquila- Supongo que has estado tanto tiempo a mi lado fastidiando que se perfectamente a que voy a enfrentarme... aunque no lo siento como un reto realmente, a diferencia de las otras veces...supongo que es porque... confío en ti...
El chico sonrió radiantemente al oír aquello.
-He sido realmente adorable ¿No?
-Eres un tonto pervertido e insoportable- Refutó sonriendo- Pero eres buena persona... y te estoy agradecido...
El menor se acercó más hacia el mayor y lo envolvió en un abrazo.
-Lamento haber sido tan o más insoportable que tú cuando nos conocimos...-Agregó refugiándose en el pecho ajeno- Lamento las veces que te grité, insulté y te hice sentir mal...de haber sabido que---
-Hyung-Le cortó repentinamente- No es necesario culparse. Así eras antes, y fue por cosas que pasaron, cosas malas. Ahora eres más tranquilo y capaz de sonreír con más frecuencia...eso es lo único que debe importarte y el único agradecimiento que necesito.
El mayor lo miró ruborizado, con la boca entreabierta.
-A-ah, en serio ¿Porque te comportas así?
-Ya te lo he dicho, es porque eres mi novio.
-Idiota...
Murmuró mientras el otro lo abrazaba con más fuerza. Se sentía bien tener a alguien que le confortara de esa manera, que le aliviara solo con un par de palabras, que le ofreciera tal sosiego sin pedir nada a cambio...
-Hey, Hyung- Le llamó con tono bromista- ¿Que tal si lo hacemos dentro del agua?
Y bueno, aunque costara admitirlo, también se sentía bien que en parte fuera tan idiota para hacerlo reír con las más grandes estupideces.
-¡Eres un maldito pervertido!
Le gritó Sungmin, fingiendo indignación mientra tomaba un puñado de arena para tirárselo en el cuello y que se le metiera dentro de la ropa.
-¡Oye!
Gritó el otro, tratando de agarrar al mayor que se le escabullía para conseguir venganza.
-¡No! ¡No! ¡Aléjate!
Chilló el pelinegro corriendo y riendo.
-¡Tú empezaste!
-¡Tú dijiste algo pervertido!
-¡Tú me provocas! Deberías hacerte cargo ¿Sabes?
-¡Hazte cargo de esto!
Gritó lanzándole otro puñado de arena.
-Oh, ya verás.
Amenazó el menor empezando a perseguirlo, agarrándolo a los pocos minutos de la cintura y empezándolo a girar entre risas por el cielo, cayendo a la arena y rematando con un dulce beso.
Jugaron como hace mucho Sungmin no lo hacía, estando por más de media hora tirándose arena y haciéndose llaves de lucha libre como niños pequeños, hasta que un salvavidas que pasaba por ahí les pidió que dejaran el alboroto y además la indecencia por estar besándose de vez en cuando, obligándolos a irse de vuelta al departamento.
Ya que la noche estaba por caer cuando volvieron al edificio y ellos debían estar bien descansados para el día siguiente, Kyuhyun decidió irse apenas dejó al mayor en la puerta de su casa.
-Buenas noches, Hyung.
Le dijo con dulzura después de besarlo por última vez.
-Buenas noches.
Le contestó el mayor, avergonzado pero tranquilo y con una extraña sensación de bienestar. El menor dio media vuelta y escurriendo arena, caminó de vuelta al ascensor, y solo cuando las puertas se cerraron, el pelinegro entró a su departamento.
Sin esperar, buscó algo para comer, luego se lavó y bañó para quitarse la arena y el olor marino de encima, e inmediatamente después de secarse el cabello y ponerse la pijama, corrió a su cama para dormirse de una vez, porque a pesar de aún estar algo confundido, por primera vez, se sentía impaciente por el día de la filmación.
¿Que significaba todo esto?
Mirara por donde le mirara, producto de todos esos sucesos mezclados algo había cambiado en la relación que tenían. Kyuhyun... Él le había mirado y hablado con una madurez hasta ahora desconocida para el pelinegro y le habría jurado que lo protegería por siempre. Ellos eran novios falsos por la película ¿Pero ese juramento de por vida dictaba que eran novios reales ahora? ¿Dictaba que eran algo?...¿O decía que Kyuhyun a pesar de actuar como un bobo todo el tiempo de verdad empezaba a sentir algo por él? Dios, tanta confusión, tantas preguntas en tan poco tiempo...pero ¿De que servía negarlo? No sabía bien que estaba pasando, pero no le había molestado la intensa promesa ni la ternura con la que el otro lo había confortado. Pensando en su estado actual lleno de amargura y soledad, el menor parecía ofrendar de forma poco convencional todo lo que necesitaba: Amor, alguien en quien confiar y felicidad. Cosas esenciales para el ser humano y que el necesitaba desde hace mucho, Kyuhyun se las ofrecía todas apasionadamente y con acerada determinación. Sí, antes su ex novio se había llenado la boca con palabras falsas prometiendo felicidad y el tenía bien grabado en su mente como había terminado todo, temía que alguien volviera a dañarlo de esa forma tan despiadada, pero no podía evitar pensar que Kyuhyun era diferente. Era el idiota más irritante y pervertido que había conocido en toda su vida ¡Pero por Dios que era diferente! Y quería creer en él desde el fondo de su corazón ¿Sería eso lo adecuado?
Sungmin se alarmó al sentir que el otro se removía, pero lo supo aún dormido al sentir el grave ronroneo que salió de su garganta mientras lo apretaba más hacia si y restregaba su mejilla en la cabeza del mayor. Era tan irritantemente ingenioso,tan inoportunamente sincero, tan pervertidamente cariñoso, tan insoportablemente... Kyuhyun, y con todo eso, sin quitar nada, le había estado volviendo a la vida todo ese tiempo y anoche, solo diciéndoselo una vez le había convencido de que los errados habían sido su ex novio, sus ex amigos y sus padres, no él.
¿Por qué no sería de confiar con todo eso a su favor?
-Hyuuuung- El castaño musitó en voz baja y con tono perezoso. Al fin se había despertado- ¿Estás despierto?
-Sí...
Contestó nervioso, mientras el otro soltaba un largo bostezo.
- Y no te levantaste porque te gustó que durmiéramos así ¿Verdad?
Sungmin se sonrojó salvajemente por la acotación, por suerte el menor estaba recostado un poco más arriba y no podía verle el rostro.
-C-Claro que no- Respondió con voz nerviosa- So-Solo no quería levantarme aún...
El menor esbozó una pequeña sonrisa, apretujando más el cuerpo del más bajo y dándole pequeños besitos en su frente, besitos que bajaron por los ojos, la nariz y terminaron en un dulce beso en los labios, y vaya que se sorprendió debido a la nula resistencia del mayor y como incluso cooperó tímidamente en el masaje, pero sin intenciones de desaprovechar la oportunidad, ignoró el hecho y siguió besándolo por largos segundos. El sonido de sus bocas jugando daba cabida a imaginarias mariposas que molestaban incesantemente en ambos vientres y un pequeño sonrojo se posó en sus mejillas ¿Por qué siempre que correspondían un beso se sentía tan jodidamente bien? Algo estaba ocurriendo y Sungmin empezaba a entender qué.
Después de un rato, se separaron por falta de aire y como Kyuhyun empezaba a hacer costumbre, le dio un cálido besito en la nariz.
-¿Que tienes con mi nariz?
Le preguntó el pelinegro curioso por el detalle.
-No sé, es bonita.
Sungmin quiso sonreír al oír la respuesta, pero el hielo que aún faltaba por derretir le hizo correr el rostro e incorporarse.
-Amm...como sea...-Agregó- G-Gracias...por lo de ayer...
El castaño sonrió levemente al oírlo y ver como ocultaba un sonrojo.
-Para servirte.
-Umm...
El silencio reinó por unos segundos hasta que el más alto calzó sus zapatos y se puso de pie.
-Bueno, me iré a casa- Finalizó- Debo asearme y comer algo.
-Ah, ok...
-Me tardaré solo un par de horas. Puedes sobrevivir sin mi ¿Verdad?
Bromeó el menor haciendo que Sungmin saltara indignado.
-Por mi te fueras para siempre.
Contestó como siempre, gruñón y orgulloso, haciendo reír al más alto, y sabiendo que no hablaba en serio, besó una mejilla de su Hyung y caminó hacia la salida con una sonrisa. El mayor sintió que volvía a respirar normalmente cuando escuchó la puerta principal cerrarse.
Minutos después, el pelinegro fue al baño, lavó sus manos, rostro y dientes, luego se duchó, se puso un pijama- ya que no saldría en todo el día y no veía la lógica en vestirse- y caminó a la cocina a prepararse un desayuno- almuerzo, debido a que por la hora a la que había despertado se había saltado su comida matutina. Y terminado eso, se sentó frente al televisor a esperar. Kyuhyun dijo que volvería en unas horas, y el no tenía nada más que hacer, además era en lo único que pensaba. Se sentía ansioso y totalmente vulnerable. Ahora el castaño sabía aquellas cosas que no le decía a nadie y le había entregado la llave de su corazón para que lo protegiera y curara...aún así, el terror de volver a ser lastimado persistía. Y como si fuera poco, Kyuhyun acostumbraba a estar fastidiando a esas horas de la tarde y al verse alterada esa rutina, se sentía aún más ansioso. Más le valía llegar pronto o se vería a si mismo caminando en círculos por la sala.
Toc toc.
Unos nudillos estallaron un par de veces en la madera de su puerta y tras abrirla, esa traviesa sonrisa volvió a tranquilizarlo.
-Perdón por la demora, fui a comprar algunas cosas y tuve que volver a casa a dejarlas.
Se excusó el menor entrando tranquilamente en el lugar.
-No es como si te estuviera esperando...
Contestó fingiendo indiferencia.
-Claro que lo hacías, me deseas.
-No te deseo.
-¿Y que hay del encuentro salvaje que tuvimos anoche?
-No hay nada de eso.
El mayor espetó, empezando a impacientarse en tiempo record con el pesado que lo seguía hasta el sillón.
-Vamos ¿No recuerda como te apretaba el trasero mientras te cogía duro?
-¡Ya deja el chiste, estúpido!
Gritó, ya enojado, haciendo reír estrepitosamente a Kyuhyun.
-Miren eso, Hyung ha vuelto.
-¿Qué?- Frunció el ceño y le enseñó un puño- ¿Tanto te gusta que te cague a golpes y te insulte que me prefieres malhumorado?
-No es que me guste, es que eres así- Respondió sonriente- Hoy despertaste demasiado dócil, me preocupaste.
Sungmin pestañeó bruscamente al oír aquello.
-Aah...
-Hey, no te asustes ni actúes más cautelosamente conmigo por lo que hablamos ayer. Te hice una promesa y la voy a cumplir correctamente- Agregó tomando gentilmente una de sus manitos- No tenía ninguna intención de dejarte cuando me repelías, menos lo voy a hacer ahora, así que solo confía en mi y desenvuélvete de la manera que a ti te plazca.
El pelinegro se quedó frío por unos cuantos instantes, mirando sus manos afianzadas.
-Mira- El castaño llamó nuevamente su atención, levantando una bolsa que tenía en su otra mano- Fui a un local de comida rápida en el centro comercial y traje pollo frito.
El mayor bajó el rostro y escondió una sonrisa.
-Idiota.
Acordado esto, ambos se acomodaron bien y empezaron a comer. Ciertamente, Sungmin estaba preocupado desde que despertó por lo que pasaría después de abrirse mutuamente los corazones, pero ahora con la reafirmación de Kyuhyun -Esta vez sobrio y con todos los sentidos bien despiertos- se tranquilizó, aunque si el mayor se dejaba proteger, el castaño comprendería que el Sungmin de antes, el Sungmin original y no el que se formó por las malas vivencias, era así de sumiso como el que encontró abrazado a su cuerpo en la mañana. Sumiso, amable, risueño, dedicado, cariñoso, ese era el Sungmin al que Kyuhyun podía llegar después de derretir el hielo y derrumbar las murallas de desconfianza, amargura y malhumor que había creado. Para su suerte, ya había pasado la etapa más dura: Lograr que Sungmin le diera una oportunidad. Y era feliz pensando en ello, viendo como después de pasar la tarde comiendo, conversando y viendo televisión, su Hyung se había quedado dormido sobre su hombro. Sin contar la noche anterior que había ocurrido por la influencia del alcohol y el amargo dolor convertido llanto, esta era la primera vez que el mayor se atrevía a quedarse dormido cerca de Kyuhyun sin una puerta con cerradura de por medio y con pleno conocimiento de sus actos. Aunque estuviera cabeceando de sueño, no se atrevía a dormirse hasta haber echado al castaño de su departamento, pero ahora estaba ahí, plácidamente dormido, confiando y alegrando inmensamente a Kyuhyun, quien se levantó de su puesto y tal como el día anterior, lo llevó a su cama, solo que esta vez, el mayor dormía calmadamente y con aquellas heridas del pasado cicatrizando de verdad. Y todo gracias a él.
Ya habiendo entrado a la habitación, estiró el cálido cuerpito del más bajo y lo miró detenidamente. Esos labios ligeramente despegados, ese rostro angelical, ese cuello blanco, esa pequeña pancita apenas asomada debajo del pijama de dos piezas, ese cuerpo sin fallas y perfectamente proporcionado...Una perversa vocecilla que viajaba de su miembro a su cabeza gritaba sin parar "Viólalo, viólalo, viólalo" pero lamentablemente para sus instintos animales, su corazón hablaba más fuerte, así que arropando bien al mayor y depositando un tierno beso en sus labios, camino con paso extraño hacia la salida. Su hombría estaba despierta y el lloraba internamente por no poder complacerla, pero no importaba, algo bueno se avecinaba, lo sabía, así que por ahora su mano tendría que ser lo suficiente para complacerse.
Y así los días siguieron. De a poco, la ternura y las buenas vibras se iban tomando el lugar. No hacían mucho, sino lo mismo de siempre como quedarse en casa del mayor a jugar playstation, ver televisión o hacer una que otra tontería que se le ocurriera al castaño. Por otro lado, es siempre válido mencionar que el acoso nunca se iba y el castaño lo ejercía con más frecuencia al ver que el mayor ya no le negaba los besos. Lo frenaba cuando intentaba ir más lejos, pero podían estar besándose por varios segundos y el más bajo le seguía el ritmo sin molestia. Por supuesto, aunque Kyuhyun disfrutaba de ello, seguía extrañándole el repentino beneficio y no tardó en preguntar.
-Hyung- Le llamó, luego de haberle dado un largo beso estirados juntos en el sillón- ¿Por qué me dejas besarte ahora?
-Amm...-El mayor se sintió metido en un repentino y gran aprieto- Por-porque me dijiste que confiara en ti...
-Ah ¿Y no porque te gustan mis besos?
-No.
-¿Ah si?
-Sí.
Contestó desafiante, a lo que el otro mostró una ladina sonrisa y arrimándose levemente a la mesita de centró tomó una bolsa que reposaba en ella, dejándola sobre una pequeña parte desocupada del sillón para sacar más cómodamente un frasquito mediano dentro de ella.
-¿Que es eso?
-Nutella, es como chocolate mezclado con avellanas- Explicó abriendo el frasco- Encontré una tienda nueva en el centro comercial que vendía productos extranjeros y ya que mañana nos blanquearán los dientes para la película, quería manchármelos de forma interesante.
-Ah...
-Así que...- Agregó, sacando un poco de la dulce crema con un dedo y pintando los labios de Sungmin con ella- Vamos a comerla y a ver si no te gustan mis besos.
-¡O-oye--!
La queja del mayor fue abruptamente interrumpida por los deseosos labios del más alto, y a pesar de que Sungmin se removió por un rato, al final tuvo que rendirse debido a la irrompible determinación del otro.
-B-bastardo...
Masculló antes de ceder totalmente.
El frasco de Nutella fue vaciándose a medida de que Kyuhyun sacaba un poquito con el dedo, repitiendo aquello de pintar los labios del mayor con el dulce y devorarlos hasta que estuvieran limpios para una nnueva ronda. Al poco tiempo las mejillas de Sungmin estaban sonrojadas por los húmedos besos compartidos, y un poquito más tarde el menor estaba muy encima de él aprovechándose de la situación. Pero no determinaron cuanto tiempo pasaron así hasta que el frasco estuvo vacío y ellos hastiado de tanta azúcar ingerida, lo que si casi contaron fueron las horas que Sungmin estuvo molesto al día siguiente por el dolor en sus labios y lo anormalmente incómoda que fue la visita al dentista producto de eso. Nari sentada en la sala de espera podía ver como en el pasillo Sungmin le tiraba pequeños golpes a un sonriente Kyuhyun con los labios igual de hinchados, hasta que el menor le hizo un gesto de disculpa con las manos y abrazando al mayor por las caderas, le dio un suave beso en los labios al pelinegro para que no le doliera. Nari pestañeó incrédula viendo como a pesar de tener el ceño fruncido, Sungmin se relajó y correspondió al masaje. Finalmente, el castaño lo soltó y entró con el dentista.
-¿Ahora ya estás de humor para decirme que te pasó en los labios?
La mujer inquirió maliciosamente en cuanto el menor se sentó a su lado.
-Ah...No ¿Por qué habría de estar de mejor humor?
- Te acaban de dar un beso que pareció gustarte mucho- Contestó con una sonrisa mirando cómplice al pelinegro- ¿Que mejor para alegrarte el día?
El chico abrió a más no dar los ojos, ruborizándose tanto que tuvo que correr el rostro en otra dirección.
-Hey- Le llamó Nari- Sabes que yo estaré feliz de que sean novios de verdad, además debes decírmelo porque es un dato importante para la compañía.
-¡No somos novios!- Se defendió- Solo que a veces... nos besamos...
-¿Y por qué lo dejas si no es tu novio?
-Es que...ya me aburrí de luchar con el...
-Por favor, mi Sungminnie amargado de antes amaba estar riñendo con la gente ¡Por cierto! Ni siquiera te has peleado con él como las otras veces...
-...
-Sungminnie...
-Cállate.
-Ah, no te enojas con él pero si conmigo ¿Eh?
-Tu me estás fastidiando, Noona.
-Solo quiero respuestas.
-No somos novios, es lo único que necesitas.
-Soy tu Noona, merezco más ¿Estás sintiendo algo por él?
-¡No!
-...
-No sé...a su lado me siento...extraño...
La castaña pensó en reír y aplaudir emocionada, pero antes de que lo consiguiera, vio a Shindong entrar a la clínica dental, aterrorizándola y haciéndole correr a esconderse mientras llevaba a Sungmin a rastras. Si que se había enojado al tener aquella conversación con el representante del castaño hace unos días, pero al llegar a casa y reflexionar sobre el asunto se sintió tremendamente avergonzada ¿Que rayos había hecho? Haya usado palabras inadecuadas o no, lo único que quería aquel hombre era proteger a Kyuhyun, no había nada de malo en eso y ella lo podía entender perfectamente porque tenía las mismas intenciones respecto a Sungmin, pero no supo controlar su temperamento y ahora de solo pensar en la cara que pondrá aquel hombre al verla de nuevo le daban deseos de que la tierra se la tragara.
-Hey hey hey ¿Que te--
-Shhh, Habla más bajo.
Le ordenó la nerviosa mujer mientras miraba al hombre caminar hacia la recepción, cosa que Sungmin logró notar.
-¿Pasó algo con Shindong- Hyung?
-N-No, claro que no...
-Nari-Noona...
La llamó con tono de voz amenazante mientras se asomaba lo suficiente para que el fornido representante lo viera.
-Hey, no.
Farfulló la castaña tirándolo de vuelta.
-Entonces dime.
-Si te digo vas a fastidiarme con ello.
-Es depende ¿Vas a seguir haciéndome preguntas sobre Kyuhyun?
-Arggg...
Gruñó la mujer al verse acorralada por la amenaza del menor, y por demorarse el pelinegro volvió a asomarse, esta vez intentando llamar a Shindong desde el pasillo en el que estaban escondidos.
-¡Shi--!
Pero antes de que lo lograra la mujer volvió a atraerlo y le tapo la boca.
-Está bien, está bien...
-Así me gusta.
Sonrió malvadamente, escabulléndose al segundo con la mujer por la otra entrada de la clínica.
-¿Me dices ahora?
-No- Reclamó la mujer, deteniéndose por un momento- Espera, nos fuimos y dejamos a Kyuhyun ahí sin decirle nada.
-No importa, de todas maneras irá a fastidiar a mi casa.
Nari volvió a sonrojarlo con una graciosa y fastidiosa mirada cómplice, provocando que a la vez el chico se enojara y diera la vuelta.
-¡Shindong-Hy--!
-¡Ya!
Volvió a frenarlo, retomando el rumbo mientras la castaña lo afirmaba rodeándole la espalda con un brazo y entre risas, le daba un beso en la mejilla al también sonriente chico. Con esto, al menos la mujer pudo comprobar que no había errado al defender la idea de que Sungmin y Kyuhyun se siguieran viendo, ya que muy pocas veces había visto así de animado a su pequeño protegido. En parte se sentía mal por no haber logrado en 5 años lo que el menor estaba logrando en menos de un mes, pero suponía que algo tan difícil de conseguir como la felicidad de Sungmin solo lo lograría una persona especial, negara o no el pelinegro que Kyuhyun era esa persona.
-Hyuuuuung- Chilló pesadamente el castaño, un par de horas más tarde en la entrada del departamento de Sungmin- ¿Por qué te fuiste sin mi?
-Lo siento, Noona tuvo un asunto urgente que atender y me arrastró con ella.
-Pero debieron avisarme.
-Shindong-Hyung llegó para acompañarte, no quedaste solo.
-Mmmm....
-Ahhh- El mayor suspiró afligido por haber hecho sentir mal al castaño- De verdad lo siento...
El menor sonrió enternecido al ver la cara triste de Sungmin.
-Ya, no te pongas mal- Dijo tomando al mayor de las caderas para acercarlo- Era broma.
-A-ah...Idiota...
-Actuo bien ¿No?
-Cuando te conviene.
-Es que se me da bien cuando es natural.
El mayor gruño ante tal respuesta, sin embargo, no fue más que un beso lo que el recibió a cambio, un beso en compañia de los cálidos brazos del más alto que rodearon su espalda y cintura. Sin querer apartarse, el otro suspiró en su foro interno y correspondió al menor, apoyando suavemente sus manos en el pecho del otro. Y estuvo todo bien así hasta que partes de la conversación que tuvo con Nari hace un par de horas aparecieron en su mente.
"¡No somos novios! Sol oque a veces...nos besamos...
-¿Y por qué lo dejas si no es tu novio?"
"-Por favor, mi Sungminnie amargado de antes amaba estar riñendo con la gente ¡Por cierto! Ni siquiera te has peleado con él como las otras veces..."
Por donde lo viera su Noona tenía razón, el nunca cedía a nada y le encantaba pelear con desesperada e involuntaria necesidad de hacer a alguien más miserable de lo que él era, pero ahora Kyuhyun le domaba y el se dejaba sin quejas.
¿Quizás era gratitud por alejarlo de la soledad y prometerle protegerlo?
No lo creía. Aunque era difícil de admitir, no lo estaría disfrutando tanto si fuera por agradecimiento.
Entonces...
¿De verdad estaba sintiendo algo por ese tonto e insoportable bastardo?
Sus labios se separaron después de unos segundos cuando el ardor volvió a aparecer, sin embargo, al encontrarse sus miradas, Sungmin entendió que el otro no parecía querer terminar realmente.
-Hyung ¿Que tal si vamos a tu habitación y hacemos algo divertido?
¿En serio podría gustarle alguien así?
-Ya te entró aire al cerebro.
Contestó el más bajo, frunciendo el ceño, alejándose para sentarse en el sillón.
-Dios- Bufó el menor disfrutando entre risas del enojo del pelinegro, mientras también se acercaba al sillón- Siempre te enojas por todo aún sabiendo que no hablo en serio.
-Mmpfh...
-Hey- Le llamó levantando su rostro tomándolo del mentón- Digo muchas idioteces, pero son todas para animarte ¿Cuando me vas a regalar una carcajada?
El pasmo en el rostro del más bajo fue evidente después de escuchar aquella pregunta, dejándolo petrificado y en blanco.
Al día siguiente, Sungmin se levantó temprano como siempre y caminó hasta el baño para empezar su aseo matutino, pero entremedio de sus labores se miró al espejo y observó detenidamente su rostro. Analizó sus labios, por suerte ya no dolían y habían vuelto a la normalidad. Luego, la pregunta que Kyuhyun le había hecho el día anterior volvió a su mente, por lo que empezó a hacer gestos, intentando sonreír. Bueno, de haber sonreído o reído un poco en esos 5 años, pues si, lo había hecho ¿Pero reír a carcajadas? Casi no lo recordaba. Esta vez probó una expresión no usada hace más de 5 años, aquella que ponía cuando se reía hasta que le dolía el estómago. Se preguntó cuando volvería a reír de esa manera.
Al rendirse y volver a poner atención a lo que hacía, supuso que cuando su vida estuviera volviendo al carril correcto, sería algo muy gracioso lo que le haría reír así de nuevo, pero por hoy, que era un día caluroso y mortalmente aburrido, supuso que no pasaría. Sin embargo, la vida siempre había estado llevándole la contraria, y ese día no era la excepción. Vale mencionar con redundancia incluida, que Sungmin ya no le sorprendía que Kyuhyun le sorprendiera. Junto a él todo era impredecible.
Después de asearse correctamente, vistió un short y una polera, ropa ligera que el tiempo había gastado y por ello solo usaba para andar en casa, porque como siempre, eso era lo que estaba dispuesto a hacer: Solo estar en su casa, sentado frente a la televisión, absorbiendo oxígeno y liberando dióxido de carbono. Por ello, con un tazón de leche con cereal, caminó hasta su confortable y casi mejor amigo sillón para estampar su trasero en el, pero antes de conseguirlo, unos golpecitos se oyeron en su puerta. Sabiendo de sobra quien era, suspiró y dejó el tazón en la mesita de centro, esperando que su día de flojera extrema siguiera después de abrir la puerta. Sin embargo...
-Oh, Hyung. Veo que estás vestido- Exclamó el menor mirándolo animado, para en seguida tomarlo del brazo y arrastrarlo fuera- Bien ,vámonos.
-¡Oye, oye, oye!
El pelinegro chilló ante tan repentina orden, pero sin ser remotamente escuchado, vio como el otro se arrimó al gancho al lado de la puerta donde colgaba sus llaves y tras cerrar la puerta, lo arrastraba hasta el ascensor. Ver durante unos segundos como su apetitoso desayuno se despedía de él desde dentro del departamento le hizo formar un pequeño puchero mientras el otro lo tironeaba sonriente.
-Idiota, hubieras esperado a que terminara de desayunar.
Reclamó minutos después el mayor, caminando por la calle.
-Ahhh, te compré un jugo de naranja y unas galletas ¿No?
-Ajá.
-Entonces ya no te quejes, Hyung.
El pelinegro le gruñó como respuesta final y poniendo el ceño fruncido agarró con su boca la bombilla de la pequeña caja que contenía el cítrico refresco y empezó a tomar de mala gana, hasta que una pregunta vino de golpe a su mente, alterándolo.
-¡Oye, espera!- Gritoneó- ¿¡Donde diablos me llevas!?
-¿Um?
-¡Me sacaste a rastras de mi casa sin dar ninguna explicación! ¿¡Que te crees!?
-Pero...
-No me vengas con eso de "Dijiste confiarías en mi"- Imitó con una voz chillona y graciosa - Dime ahora donde vamos.
-Ahhh, que aguafiestas eres- Reclamó el menor, rendido- Vamos a la casa de una de mis tías.
-¿Y que pinto yo en que vayas a visitar a un familiar?
-Pues mucho, te voy a presentar como mi novio.
-¿Ahhhhh?
Exclamó el otro, incrédulo.
-Es broma, es broma- Rió el castaño frenándose en un paradero- Me pidió que cuidara a mi primo mientras ella hacía algunos trámites. El tiene 1 año y medio, no hay nadie más en casa y por eso mi tía me consultó por si acaso podía hacerlo, yo le dije que si, pero como tengo que estar con Hyung también, te traje conmigo.
-¿Vamos a ser niñeros?
-¿Que tiene? Seungwoo es tan adorable como yo.
-Eso no es nada convincente ¿Sabes?
-Que malo eres.
Dando unos cortos pasos más al terminar la conversación, juntos se sentaron en un paradero en espera del autobús que en poco menos de 5 minutos llegó y paró frente a ellos. Kyuhyun dejó subir al mayor, pagó y luego se sentó a su lado.
-Kyuhyun.
El pelinegro le llamó con curiosidad durante el viaje.
-¿Si, Hyung?
-¿Por qué tu tía te ha pedido ese favor?-Preguntó confundido- Digo, mis tíos o algún familiar ni locos me dejarían con algunos de sus niños después de saber lo que hago. Ya sabes como es la gente...
-Es porque ningún familiar a excepción de mis padres saben lo que hago- Contestó risueño- Mi tía cree que soy un perdedor que trabaja en Mc Donalds. Si se enteraran te aseguro que nunca más los volvería a ver.
Rió el otro con tristeza, mientras el mayor le miraba atentamente, entendiendo aquel doloroso gaje de su oficio.
El bus recorrió la ciudad por poco más de media hora, hasta que Kyuhyun vio que era adecuado bajarse. Caminaron un par de calles, encontrándose en el camino con una que otra muchachita que los miraba sonrojada. Parece que aquellos artículos de las revistas porno que compraron decían la verdad, porque además de contar el suceso vivido con los delincuentes mostraba las reacciones vistas entre el público.
"Es bien sabido que más que el porno, nos encanta el amor tierno entre hombres ¿Verdad? Pues por ello no es novedad que tras empezar los rumores de que una pareja real se ha formado por primera vez en la industria del porno homosexual, el interés por Cho Kyuhyun y Lee Sungmin se disparara. Después de que "Tell me your wish", la compañía a cargo de esta atractiva pareja , confirmara la relación, los post sobre ellos en distintas redes sociales han crecido a una increíble velocidad así como también la palabra "KyuMin" ha sido buscada una importante cantidad de veces en distintos exploradores, incluso fuera del país. Además, las tiendas que venden películas para adultos reportan un aumento en las ventas de las películas que ambos han hecho por separado, pidiendo incluso hacer una lista para todas las que comprarán la primera película de ellos juntos y que no desean quedarse sin su copia el día del lanzamiento ¡Tanto amor está revolucionando totalmente la industria del porno!"
Sungmin recordaba aquella parte de una de las revistas, mientras inclinaba la cabeza a una de las sonrojadas chicas que los miraban.
-Hyung, ya somos famosos.
Le susurró Kyuhyun.
-No me importa, cállate y camina.
Le ordenó el pelinegro tomándolo de la mano para caminar más rápido.
Un par de minutos después, Kyuhyun se detuvo junto al mayor frente a una casa acogedora, sin mucho adorno y con un patio grande, lleno de malezas, tierra y juguetes repartidos por el lugar. No era de extrañarse, las casas de al lado también contaban con mucho terreno sin cuidado. Debía ser por la gran cantidad de niños que vivían en aquel barrio y revoloteaban enérgicos por todos lados, disfrutando de sus vacaciones de verano.
Sin más preámbulos, ambos tocaron el timbre y al poco tiempo una mujer que no pasaba de los 40 los recibió alegremente. Sungmin fue presentado, quedándose después esperando en la sala de estar mientras la tía de Kyuhyun le daba diversas instrucciones recorriendo toda la casa. Ya con todo dicho, no tardó en tomar su bolso e irse.
-Adiós~
El pelinegro musitó mientras la mujer salía y no pasaron más de un par de segundos cuando Kyuhyun salió de una habitación con un bien alimentado y adorable bebé en brazos.
-Hyung, te presento al recién despertado Cho Seungwoo.
El mayor se levantó curioso y se acercó al chico. Las miradas del pelinegro y el vivaz pequeño se mezclaron por unos instantes y como si el bebé hubiera visto algo realmente impresionante, se talló con poca habilidad los ojitos.
-Umm...ummm...
Balbuceó con el chupón en la boca, mientras estiraba las manos hacia Sungmin, quien se sorprendió por ello.
-A-ah...
-Creo que quiere que lo tomes en brazos.
Murmuró el castaño mientras se lo entregaba delicadamente al mayor. Ya adueñado por el más bajo, Seungwoo siguió haciendo ruiditos, esta vez sonriendo con los ojos y agitando feliz sus cortos brazos.
-Vaya, creo que le agradas.
Sungmin esbozó una pequeña sonrisa y un leve sonrojo se posó en sus mejillas al ver concentrado al pequeño niño que se removía animado en sus brazos y le hablaba en su idioma de lactante. Tan pequeño, tan frágil, tan adorable...
Kyuhyun fue bajando discretamente su cabeza para ver más de cerca la expresión tierna del mayor, el cual al notarlo corrió su rostro y forzó su serio semblante a pesar de lo abrumado que le había puesto el otro.
-No me mires así-Reclamó, acercando nuevamente el bebé al castaño- Y como sea, tómalo de vuelta.
Kyuhyun rió bajo y estirando sus brazos hacia el pequeño niño trató de cogerlo, pero sin tenerlo en cuenta, el pequeño frunció su ceño y como pudo, le tiró un brusco manotazo al castaño en toda la cara.
-¡Auch!
Exclamó sobándose la nariz, mientras el algo alterado bebé se removía tratando de volver a acercarse a Sungmin, y en cuando este entendió el mensaje, Seungwoo se aferró a él como un pequeño koala y le gruño a Kyuhyun.
"Y parece que tu le desagradas" Pensó Sungmin en respuesta a la acotación que el menor hizo hace algunos instantes, mientras miraba impresionado la escena.
-¿No que era "Adorable" como tú?
-Pues ya ves, es adorablemente chillón y terco -Sonrió- Además parece que tiene los mismos gustos que yo...
Acotó mirando al bebé con los ojos entrecerrados ya no tan campante.
-¿Los mismos gustos?
Preguntó el mayor, pero no recibió respuesta debido a que tanto el castaño como el bebé compartían miradas que parecían estar unidas por una especie de rayo lleno de hostilidad.
Y así siguieron toda la tarde.
Kyuhyun le contó al mayor que desde el nacimiento, Seungwoo no era muy afín a la idea de estar cerca de él y que por eso nunca había podido ser cercano al bebé como los demás familiares y que su tía solo recurría a él cuando ya no había más opciones. Sungmin lo comprobó, pero al poco tiempo pensó que tal vez Kyuhyun había minimizado el asunto, porque cada que podía el pequeño diablillo miraba con maldad al castaño y de vez en tanto le lanzaba las cosas que tenía a mano. Lo que el mayor no sabía es que el bebé parecía haberse encantado tanto con Sungmin como lo había hecho Kyuhyun y veía al tipo en cuestión como una amenaza, mientras que el castaño, al tanto de la situación ,se sentía enojado de que el malvado lactante estuviera manipulando a su Hyung para captar toda su atención y conseguir los mimos de parte del pelinegro que a él tanto le costaba conseguir. De todas formas, mientras el mayor atendía a Seungwoo ya que no se dejaba tocar por el menor, este no hizo nada al respecto, porque a pesar de ser maltratado por el bebé cuando jugaron en la sala de estar...
-Ah, ah, ah ,ah, ah- Se quejaba el castaño sintiendo como el bebé sentado en la alfombra, le tironeaba con rabia el cabello, haciendo que su cabeza quedara practicamente a los pies de Seungwoo- ¡Hyung! haz que me suelte ¡Haz que me suelte!
De esquivar la comida que le lanzaba el pequeño niño en su hora de almuerzo...
-¡No! ¡No! ¡Seung-ssi, no!
Gritaba el mayor viendo como el pequeño agarraba su papilla con las manos y se la lanzaba a Kyuhyun.
-Me la tiras porque sabes que yo la calenté ¿Verdad?- Le gritaba el castaño, esquivando los proyectiles- ¡Malagradecido!
-¡Kyuhyun, ya! Es solo un bebé, no sabe lo que hace.
-Ay si tú...
Y de tener peleas absurdas con él...
-¡Hey! ¡Yo lo vi primero!- Le gruñía el castaño a un Seungwoo con un puchero enojado- Búscate el tuyo.
El menor en respuesta le gritaba mientras intentaba arañar a ese que le enfurecía más y más haciéndole burla por poder alejarse con más facilidad que la que el bebé tenía para acercarse.
-¡Ya no seas tonto!- Les interrumpía Sungmin, dándole un golpe en la cabeza al castaño y tomando al bebé quien reía triunfante por tener a Sungmin de su lado- Vinimos a cuidarlo, no a que te pelees con él.
El mayor parecía sinceramente encantado jugando con el pequeño malvado, y verle liberando pequeñas sonrisas mientras le hablaba tiernamente al bebé, le hacía imposible al Kyuhyun interferir con aquella alegría.
Ya cuando el sol empezaba recién a esconderse y era la hora de la siesta para Seungwoo, ambos entraron a la habitación del pequeño niño, la cual era cálida y estaba tiernamente decorada.
-Bueeeno, como Seungwoo-ssi está cansado, tomará una rica siesta después de que lo cambie- Canturreaba el mayor, mientras mudaba al calmado niño que lo miraba atentamente- ¿Que te parece eso? ¿Eh?
Le preguntó chocando su nariz con la del pequeño quien reía contento ante el mimo, y siguió sonriendo hasta que el pelinegro volvió a erguirse y vio como Kyuhyun se ponía detrás de él, abrazándolo por la espalda y poniendo su mentón en el hombro del chico. Debido a esto, el bebé no tardó en empezar a chillar agudamente, removiéndose sobre el mesón donde lo mudaban y moviendo las manos hacia Kyuhyun.
-Ya vete- Le ordenó Sungmin- ¿No ves que lo estresas?
-El se estresa solo, yo no le hago nada.
Reclamó frustrado, sin lograr hacerle caso al mayor ya que tan pronto como volvió a mirar al bebé, este había apretado el envase de talco apuntando directamente al rostro de Kyuhyun. El castaño retrocedió desconcertado y tosiendo, con todo el rostro empolvado.
-¡O-Oye!
Pero antes de siquiera emitir un reclamo más, unos cuantos peluches estallaron en su rostro.
-¡Gah!
El pequeño exclamó bravo su grito de guerra.
-Maldi...¡Ugh!
Con dolor, esta vez fue la sonaja del pequeño la que llegó a su frente y lo aturdió por unos segundos.
-¡Es todo!- Gritó el castaño volviendo a concentrarse, tomando un peluche de la repisa- Ahora si que---
-Pjjj...
Un ruido extraño fue lo que interrumpió definitivamente esa pelea. Kyuhyun bajó su brazo en ofensiva y llevó de inmediato su vista hacia el mayor, quien volteado hacia otro lado, parecía tapar su boca mientras temblaba por alguna razón.
-¿Que pasó, Hyung?-Se preocupó, dándolo vuelta sobre su eje e intentando ver su rostro- ¿Seungwoo te lanzó algo también?
Su preocupación pasó a sorpresa en cuanto al lograr quitar las manos del rostro de su Hyung, vio un rostro tiernamente descompuesto....descompuesto por la risa.
-Hyung...
Susurró perplejo, mientras el otro trataba de contener una inevitable carcajada que ,sin demora, salió libre y resonó por toda la habitación.
-Oh dios...-Exclamó el mayor riendo con voz aguda, apoyando su rostro en el pecho de Kyuhyun para esconderlo de alguna forma- Lo sie-ento es que ...la forma curiosa en que... pjjj... los objetos llegaron a tu cara...y tu expresión...
El menor soltó lentamente las manos del mayor y con una sonrisa, dejó que el otro siguiera riendo. No ocurrió de la forma que esperaba, pero al fin logró que algo lo suficientemente gracioso volviera a hacer reír animadamente a su Hyung. Para alguien que no se había atrevido a carcajear sinceramente en años y había estado hundido en una horrible amargura, aquello era sin duda un paso para llegar a la felicidad, felicidad que Kyuhyun estaba trayendo a la vida del pelinegro.
-Eres muy malo, Hyung- Reclamó el menor, después de un rato- Te ríes solo cuando te burlas de mi.
- No te enojes- Respondió el mayor tratando de calmarse- Solo me pareció gracioso que un bebé sea capaz de demostrar tan claramente su desagrado hacia ti...
-Pues eso duele.
Agregó con falsa molestia.
-Ya...
El pelinegro intentó disculparse, sin embargo, al levantar la vista, los ojos profundos y cálidos de Kyuhyun lo devoraban en conjunto de una sonrisa llena de amor. La mano del castaño empezando a acariciar repentinamente su mejilla lo sorprendió casi tanto como la silenciosa mirada sobre él.
-¿Qué?
Preguntó solo porque si.
-Yo no te desagrado ¿Verdad?
Inquirió el menor, serio, con una leve gota de súplica en algún rincón de su pregunta. El mayor bajó su vista, sonrojándose en cuanto estuvo mirando el suelo a salvo de los ojos de Kyuhyun.
-No...tanto...
Contestó con el típico y falso tono de molestia que usaba cuando el menor le hacía esa clase de preguntas, sin embargo, Kyuhyun había aprendido a escudriñar en las palabras del mayor, y sonriente, tomó el mentón del otro y aprisionó los labios del pelinegro con dulzura. Y será porque los pies y manos le empezaron a molestar de alguna forma, es que Sungmin meneó sus pies para finalmente ponerse en puntas y con sus dedos apretó los costados de la polera de Kyuhyun.
O tal vez no.
El bebé, quien miraba atentamente la escena, empezó a balbucear enojado. Con malicia, el castaño giró un poco su cuerpo y el del mayor, para mirar a Seungwoo y menear sus cejas en forma de burla, recibiendo una mirada de odio del pequeño, quien sentía una frustración tal que casi podría llegarse a pensar que contaba con la madurez e inteligencia para entender totalmente la situación y maldecir mentalmente de formas horribles a Kyuhyun.
De todas formas, el pequeño no se rindió y empezó a llorar de tal forma que podría fulminarte los tímpanos al estar escuchándolo por más de 5 minutos. Sungmin soltó los labios del menor y sin demora corrió a tomar en brazos al bebé.
-Ya, ya, tranquilo.
Le habló, meciéndolo en sus brazos mientras ponía el chupón en su boca. A los pocos minutos, Seungwoo había acomodado su cabecita en el hombro de quien lo arrullaba, mientras miraba molesto y con los ojos llenos de lágrimas al castaño.
"Mal perdedor"
Pensó el más alto, mirándolo igual de desafiante.
No pasaron ni 10 minutos cuando Sungmin por fin logró dormir al bebé ni más de media hora para que la tía de Kyuhyun estuviera de vuelta en casa. Después de explicar como habían cuidado al bebé durante el día (Omitiendo las partes muy violentas por parte del pequeño y las pérdidas de paciencia de Kyuhyun) , la mujer les agradeció y ambos se fueron.
Tras haber caminado la misma distancia de antes y esperar una pequeña cantidad de tiempo por un autobús, juntos subieron a este de regreso al departamento de Sungmin. Sentimientos adversos invadieron al menor cuando ya se hallaban viajando, frustrado porque Sungmin estaba demasiado cansado para hablar durante el viaje y feliz porque debido a eso, poco a poco se iba quedando dormido sobre su hombro, aunque cuando se despertaba brevemente, volvía a alejarse.
-Ahhh, solo acomódate ¿Sí?
Se quejó después de la tercera vez que se corrió, atrayendo bruscamente la cabeza del pelinegro a su hombro, quien le gruñó pero sin embargo no se movió. Y así los minutos pasaron hasta que su destino estuvo cerca y Sungmin se despertó involuntariamente, sobre el hombro del más alto y con sus manos entrelazadas como detalle extra. Removió casi imperceptiblemente sus dedos en el agarre que el menor había hecho. No molestaba, de hecho ¿Por qué le agradaba tanto?
Kyuhyun observaba distraído el paisaje por la ventana, pero el mayor sentía que le estaba atacando directa y despiadadamente, además que solo estuvieran a 4 días de filmar la película no le ayudaba mucho a pensar correctamente, a entender todo esto y a entenderse a si mismo.
De todas formas, no se quejó o movió hasta que Kyuhyun, sin saber que estaba despierto, le llamó para que al fin bajaran del transporte.
-Ahhh, cuidar bebés es muy cansador, y más encima yo tuve que hacer la mayoría del trabajo porque Seungwoo te odia- Sungmin reclamó sobándose el cuello mientras entraba a su departamento- Me debes una buena.
-Yo te hice carcajear hoy, estamos a mano.
-N-no carcajee ni nada- Replicó Sungmin, nervioso y avergonzado por la respuesta del menor- Solo fue una risa pequeña.
-Yah, deja de engañarte- Le dijo el castaño, tomándole un brazo para darlo vuelta hacia el y encontrarse con el rostro frustrado de su Hyung-Deberías animarte por estar recuperando tu buen humor.
El pelinegro levantó indeciso su rostro, encontrándose por segunda vez en el día con aquella mano del otro acariciando una de sus mejillas y esa cálida sonrisa que el menor sabía poner solo para el.
-Hey- Agregó el menor, después de unos segundos, cambiando drásticamente su semblante a uno lleno de perversión- ¿Por qué no me lo pagas en carne?
El más bajo pestañeó abrumado por la pregunta.
-Sexópata.
Gruñó frustrado, corriendo el rostro.
-Oye, se que soy un pervertido, pero si fuera sexópata, estaría buscando prostitutos todos los días y llenándome de venéreas- Se quejó con un feo puchero- Pero estoy aquí, contigo, acompañándote e intentando animarte.
-Jum, no es como si quedaras libre de polvo y paja con eso- Contestó el mayor- Siempre estás tocándome y diciendo cosas sucias.
-Es porque estás bueno y eres muy lindo.
¿Por qué rayos era tan inoportunamente directo? Se preguntó el mayor como por centésima vez desde que había conocido a Kyuhyun.
-Hay mucha gente afuera a la que puedes desear de la misma forma.
-No, yo solo quiero a Hyung.
El mayor se apabulló, abriendo sus ojos como platos ante la respuesta tan directa y seria de Kyuhyun. Maldita sea, tanta confusión le irritaba.
-Ahh, eres en serio molesto- Exclamó el mayor, empujando al menor con pequeños golpes en el pecho, llevándolo al sillón- ¿De verdad deseas tanto esto?
-¿Um?
El menor miró extrañado el rostro del mayor, cayendo sentado en el sillón, y su impresión aumentó más cuando poniendo las piernas a cada costado de sus muslos, Sungmin se sentó sobre él, descansando sus manos sobres los hombros del castaño y mirándolo sensualmente.
-¿De verdad estás tan desesperado por hacerlo conmigo?- El pelinegro preguntó con voz grave, acariciando el cabello de Kyuhyun- ¿En serio mueres porque nos besemos, nos toquemos y... hagamos muchas cosas sucias...?
El menor se quedó boquiabierto ante tanto erotismo abruptamente liberado y por las extrañas preguntas ¿¡Pero que importaba!? ¡Claro que quería todo eso! Moría por hacer suyo al mayor. Este por su lado, al sentir como el otro le respondía acariciándole con las dos manos el trasero, sonrió perversamente.
-Lástima, vas a tener que esperar.
Espetó levantándose aún con la malvada sonrisa en su rostro, pero antes de que pudiera largarse, sintió como sin ánimo de quedar así, Kyuhyun lo agarró de un brazo y lo tiró con fuerza sobre el sillón, no perdiendo ningún segundo para ponerse sobre él.
-Yo creo que no.
Respondió, demostrando que si bien Sungmin lo había hecho, el real maestro de las sonrisas perversas era él. Y no le permitió emitir queja alguna, tomando sus labios con hambre y deseo salvaje que había contenido a duras penas en anteriores besos. El mayor se removía nervioso bajo el cuerpo del más alto, hasta que aquella traviesa boca viajó un pequeño tramo para marcar su cuello y las piernas del chico se colaron entre las suyas para hacer chocar sus miembros de forma exquisita y feroz, invitándolo a soltar algo demasiado diferente a los insultos que tenía planeado gritar.
-¡Umgh!
Habría reprimido mejor aquel fogozo gemido de haber sabido que el menor se lo provocaría ¿Que había sido eso? ¿Fue real?
-A-agh...
Volvió a gemir en cuanto Kyuhyun mordió suavemente el lóbulo de su oreja ¡Dios! ¡Si era real! ¿Pero que había ocurrido con el Sungmin que no se calentaba con nada? ¿Que pasó con el Sungmin que se empeñaba tercamente en fingir que Kyuhyun no le causaba nada?
Maldición.
¿Porqué ese bastardo alteraba con tanta facilidad todo lo que refería a él?
-Deja de ser tan obstinado y solo déjate llevar por lo que tanto tú como yo queremos.
-Pero yo---
Los cálidos y cada vez más desesperados labios del castaño lo silenciaron de tal manera que no pudo negarse a corresponder. Bastardo, era de verdad un bastardo...
Besos.
Besos por doquier y cada vez más fogozos consumieron la piel y los labios de Sungmin. El menor de verdad que era muy apasionado, pero en ningún momento violento o repugnante. La forma en que Kyuhyun colaba los brazos por su espalda en un afianzamiento desesperado para que no escapara, como lo saboreaba con su lengua, como se sofocaban a si mismos al hacer contacto con sus cada vez más acaloradas pieles, como el cuerpo del castaño llamaba agonizante al suyo... era excitante, tremendamente excitante, y cuando el menor lo tuvo bien sedado por causa de sus dementes caricias, bajó por el estómago del mayor y volvió a subir, esta vez arrastrando la polera del mayor y dejando besos húmedos en la piel que lentamente iba siendo expuesta.
-Ahh...aaah...
Pequeños jadeos abrumados y encendidos salían de los rosados labios de la ahora víctima, mientras curvaba su espalda, dejándose hacer con las manos al los costado de su cabeza, y cuando la polera voló por los cielos, con los ojos entrecerrados vio como en la oscuridad el menor se quitaba la suya sin un rastro de suavidad, porque quería volver a la tarea que de un momento a otro se había vuelto su favorita.
-¡Mmm!
Cerrando la boca firmemente pero no aguantando el sonido, Sungmin contuvo un gemido potente al sentir la lengua del menor danzar en círculos sobre su pezones, y fue necio al creer que podría seguir escondiendo la evidencia del placer que sentía, cuando el otro recorrió todo su torso como un viajero sueña errar por cada rincón del mundo.
- A-aaa-amm.... K-k-k-k...
-Di mi nombre.
Le pidió el menor, con la voz tan grave como nunca pensó oírla.
-I-Idiota...
-Um, casi.
Rió el menor, quien a pesar de ir con paciencia, no deseaba perder el tiempo, por lo que incorporándose, levanto las piernas del mayor para descalzarlo y arrancarle los shorts. Con aquel objetivo listo, puso las suaves extremidades sobre sus hombros, acariciándolas con sus cálidas manos y admirando detalladamente la erótica obra de arte que era su Hyung estirado en el confortable sillón, sonrojado, completamente agitado. Sin embargo, no tardó en despertar de sus ensueño para quitarle los calcetines.
-Agh...
Sungmin lo observó sin perder detalle. Admiró como después de dejar desnudos sus pies, el pervertido que le estaba llevando al nirvana puso la lengua en su tobillo y desde ese punto tomó rumbo hacia abajo, llegando a su miembro aún cubierto por su ropa interior. Sus piernas se enredaron con fuerza en el cuello de Kyuhyun, al sentir como aquel paseó su nariz por encima de la tela y al segundo apretaba con los labios la pronunciada erección del mayor. Una erección causada totalmente por Kyuhyun, no por una estúpida reacción natural de su cuerpo o alguna otra mierda. No era nadie más que el menor quien lo estaba volviendo loco de una manera nunca antes experimentada.
Lamentablemente para sus deseos y felizmente para su maldito orgullo, el más alto volvió a subir hasta su boca y lo atrajo hacia si con un brazo, usando el otro para quitarse el cinturón. Ya después de habérselo quitado, siguió con sus zapatos siendo ayudado por sus mismos pies y finalmente luchó duramente con sus pantalones, quedando al fin en las mismas condiciones que su Hyung, volviendo a estrecharlo en sus brazos como antes. Y dada que las voces de su corazón y su entrepierna eran más fuertes, el mayor hizo clara su rendición enredando esta vez sus brazos al rededor del cuello del castaño. Segundos después de sentirlo, Kyuhyun soltó los labios del mayor y apoyado en sus codos, miró el rostro del más bajo, y este miró de vuelta al castaño. Sus miradas brillantes se mezclaron y sus agitadas respiraciones se hicieron una, pero al parecer aquello decía más que cualquier palabra ya que sin más, volvieron a unirse.
Sus cuerpos acoplados y sus miembros rozándose sin parar, no tardaron en hacer que ambos liberaran suspiros dementes sobre sus bocas. Ya no quedaba cordura en ninguno de ellos, impulsando a Kyuhyun a bajar una de sus manos hasta aquel trasero que a el tanto le gustaba admirar, para quitar ansioso el último rastro de ropa en el cuerpo de su Hyung.
Y el momento era perfecto.
Pero Kyuhyun no esperó en ese segundo que al siguiente instante nombraría ese día como uno de los que más odiaba en su vida, cuando un muy despreciable y chillón "Ring ring" salió desde el celular de Sungmin sobre la mesita a uno centímetros del sillón, espantando al mayor, llevándolo a que por un impulso involuntario empujara al castaño y este cayera boca abajo en la alfombra.
"Tan cerca"
Pensó tratando de asimilar la situación mientras los dolores por la caída empezaban a molestarle.
El mayor por su lado, con toda la agitación y sorpresa aún invadiéndole, se arrimó a la mesita sin bajarse del sillón y tomó el celular. Echándose aire con su mano desocupada, miró el número en la pantalla. Quien había interrumpido la casi-sesión de ardiente sexo era un número desconocido, aunque tembló pensando en quien podía ser.
-¿A-Aló?
-¡Hey!
Un grito efusivo pero corto llegó desde la otra línea, y si, era ella.
-¿P-presidenta?
-¿Quien más podría ser?
´"Pues muchas personas más, a decir verdad..." Contestó mentalmente Sungmin ante la indignada pregunta.
-Como sea ¿¡Estás teniendo sexo con Kyuhyun o algún idiota!?
La segunda pregunta hizo que Sungmin abriera desmedidamente los ojos y abrazara sus piernas por el miedo ¿¡Las arpías locas tienen poderes!? ¿¡Como mierda sabía aquello!?
-N-No...
Contestó, porque después de todo, no había alcanzado a hacerlo con el menor ¿Verdad? No merecía que aquella aterradora mujer le cortara la cabeza y se la comiera...¿Verdad?
-¿¡Tú y él lo han hecho en estos días!?
-N-no, solo hemos salido y esas cosas....
-¡Más les vale!- Amenazó fuerte- Porque hay algo que se nos olvidó decirlos, no pueden tener relaciones sexuales con nadie hasta el día de la filmación ¡Los quiero tan calientes como un sacerdote en un jardín de niños cuando estén grabando la película! ¿¡Entendido!?
-Sí...
-Muy bien, porque cuando los vea los analizaré y si me doy cuenta de que han tenido sexo esta semana les cortaré las bolas, las procesaré y las venderé como cura milagrosa para el cáncer ¿Ok?
-O-O-Ok...
Contestó el pelinegro, temblando del miedo.
-Me parece ¡Hasta pronto!
Y tan repentinamente como llamó, colgó.
El mayor se quedó mirando perdidamente algún punto vacío ¿En que clase de compañía se había metido? Podría morir en cualquier momento...
Sus tormentosos pensamientos de un horrible deceso a manos de esa atemorizante mujer fueron interrumpidos por un quejido. Sungmin tiró el celular en el sillón espantado al recordar que Kyuhyun aún seguía tirado en el piso, asomándose para ver su condición.
-¿Estás bien?
Le preguntó al chico que aún seguía boca abajo.
-Creo que me fracturé la erección.
Masculló a duras penas.
-Eso es bueno, por ahora...- El mayor comentó nervioso- La presidenta me ha llamado para decir que debemos estar en abstinencia hasta el día de la película.
-Entendido.
Contestó el otro, empezando lentamente a levantarse.
-Bueno...eso.
Y sin más que poder agregar, saltó por los brazos del sillón y corrió a encerrarse a su habitación. Recién en ese momento, apoyado sobre la puerta, había salido de su burbuja de demencia y asimiló lo que había estado apunto de hacer: Casi había tenido sexo con Kyuhyun...
O quizás...
¿Había sido algo más que solo eso?
Unos repentinos toques a su puerta lo alarmaron, sacándolo de sus pensamientos.
-Hyung, voy a irme ahora. Aún estoy algo "animado" y no creo poder resistir las ansias si estamos en un mismo lugar- Comentó haciendo suspirar al mayor- Por otro lado... ojalá no pienses que esto fue un mero impulso animal. No me arrepiento de lo que estuvo a punto de pasar y espero que podamos repetirlos...pero no llamándole "Sexo"...
El mayor se petrificó ante tal acotación ¿Sin llamarle "sexo"?
-Espero que pienses en ello...
Musitó finalmente, caminando ya vestido hacia la puerta para marcharse. En cuanto esta se cerró, el mayor cayó rendido al suelo, dispuesto a nuevamente hundirse en sus pensamientos por un buen rato.
Los días siguientes Kyuhyun volvió como siempre a ir a su casa y entendiendo que su Hyung no necesitaba seguir enredándose más mentalmente, no mencionó nada de lo ocurrido aquella noche y siguió comportándose como siempre lo hacía. Sin embargo, al robarle besos al pelinegro no podía evitar recordar su nívea y hermosa piel a merced de sus labios y el mayor no podía alejar de su mente como esa boca carnosa lo volvía loco sobre el mismo sillón en el que veían televisión en esos instantes.
Pero no hablarían de ello, porque el día de la película se acercaba y más valía estar concentrado en eso que en cualquier otra cosa.
El día antes de la filmación, Kyuhyun subía despreocupadamente por el ascensor hasta el departamento de su Hyung, pensando que aquel sería un día como cualquier otro, hasta que al llegar al piso correspondiente, grande fue su sorpresa al encontrarse a Sungmin apoyado sobre la entrada de su departamento.
-¿Um? ¿Que ocurrió Hyung? -Preguntó curioso- ¿Te echaron de tu departamento?
-Claro que no-Contestó entretenido- Solo que hoy quiero ir a un lugar, pero si me iba sin ti de seguro aporrearías la puerta por media hora y la derribarías pensando que tal vez estoy muerto o algo así.
-Si que me conoces.
Comentó el menor, riendo levemente.
-En fin, vámonos- Agregó, emprendiendo marcha- No quiero volver tan tarde a casa.
Esta vez sobre la motocicleta de Kyuhyun, juntos emprendiendo marcha hacia un lugar al que el mayor les guiaba dando solo indicaciones. Unos 15 minutos de viaje después, la brisa marina golpeó el rostro de ambos, haciéndole entender al menor su destino.
-Es ahí.
Indicó después de un rato el mayor una zona de la playa dividida por pequeños montes rocosos húmedos y cubiertos por vegetales marinos traídos por el mar.
Kyuhyun encontró cerca un pequeño estacionamiento al aire libre para aparcar su pequeño vehículo, caminando junto a Sungmin tras haberlo conseguido. No tardaron ni dos minutos en parar en un punto plano, sentándose en la suave arena, lejos de la gente que disfrutaba del agua en familia y perfecto para observar el profundo mar y como las olas estallaban llamativamente en las rocas.
-¿A que hemos venido, Hyung?
Preguntó el menor curioso por el silencio mantenido durante todo el viaje por Sungmin y por lo que el lugar significaba para el.
-Bueno... Aquí es donde vengo antes de hacer una película.
-Oh...
-Ya sabes, a mi no me gusta lo que hago- Confesó el pelinegro con la vista perdida en el azul paisaje- Siempre siento rabia y miedo cuando voy a filmar con alguien...se que me voy a sentir asqueado de mi mismo después de terminar la grabación pero no sé lo que me pasará durante esta. Todo eso me altera mucho y me deja intranquilo.
El chico suspiró brevemente antes de continuar.
-Pero el mar en comparación es tan sereno, además de enorme, siempre logra arrastrar con facilidad todo lo que cae en sus manos... y no se las llevará para siempre pero cuando vengo a verlo empuja lejos todo lo que me aqueja y me ayuda a enfrentar lo que hago.
Kyuhyun lo miró perdidamente ¿De verdad Sungmin odiaba tanto aquella industria? No podía imaginar como había sobrevivido 5 años trabajando en eso.
-Sin embargo...
Agregó el mayor, volviendo a captar la atención del más alto.
-Ahora estoy algo confundido, pero no siento rabia ni miedo- Comentó con una voz suave y tranquila- Supongo que has estado tanto tiempo a mi lado fastidiando que se perfectamente a que voy a enfrentarme... aunque no lo siento como un reto realmente, a diferencia de las otras veces...supongo que es porque... confío en ti...
El chico sonrió radiantemente al oír aquello.
-He sido realmente adorable ¿No?
-Eres un tonto pervertido e insoportable- Refutó sonriendo- Pero eres buena persona... y te estoy agradecido...
El menor se acercó más hacia el mayor y lo envolvió en un abrazo.
-Lamento haber sido tan o más insoportable que tú cuando nos conocimos...-Agregó refugiándose en el pecho ajeno- Lamento las veces que te grité, insulté y te hice sentir mal...de haber sabido que---
-Hyung-Le cortó repentinamente- No es necesario culparse. Así eras antes, y fue por cosas que pasaron, cosas malas. Ahora eres más tranquilo y capaz de sonreír con más frecuencia...eso es lo único que debe importarte y el único agradecimiento que necesito.
El mayor lo miró ruborizado, con la boca entreabierta.
-A-ah, en serio ¿Porque te comportas así?
-Ya te lo he dicho, es porque eres mi novio.
-Idiota...
Murmuró mientras el otro lo abrazaba con más fuerza. Se sentía bien tener a alguien que le confortara de esa manera, que le aliviara solo con un par de palabras, que le ofreciera tal sosiego sin pedir nada a cambio...
-Hey, Hyung- Le llamó con tono bromista- ¿Que tal si lo hacemos dentro del agua?
Y bueno, aunque costara admitirlo, también se sentía bien que en parte fuera tan idiota para hacerlo reír con las más grandes estupideces.
-¡Eres un maldito pervertido!
Le gritó Sungmin, fingiendo indignación mientra tomaba un puñado de arena para tirárselo en el cuello y que se le metiera dentro de la ropa.
-¡Oye!
Gritó el otro, tratando de agarrar al mayor que se le escabullía para conseguir venganza.
-¡No! ¡No! ¡Aléjate!
Chilló el pelinegro corriendo y riendo.
-¡Tú empezaste!
-¡Tú dijiste algo pervertido!
-¡Tú me provocas! Deberías hacerte cargo ¿Sabes?
-¡Hazte cargo de esto!
Gritó lanzándole otro puñado de arena.
-Oh, ya verás.
Amenazó el menor empezando a perseguirlo, agarrándolo a los pocos minutos de la cintura y empezándolo a girar entre risas por el cielo, cayendo a la arena y rematando con un dulce beso.
Jugaron como hace mucho Sungmin no lo hacía, estando por más de media hora tirándose arena y haciéndose llaves de lucha libre como niños pequeños, hasta que un salvavidas que pasaba por ahí les pidió que dejaran el alboroto y además la indecencia por estar besándose de vez en cuando, obligándolos a irse de vuelta al departamento.
Ya que la noche estaba por caer cuando volvieron al edificio y ellos debían estar bien descansados para el día siguiente, Kyuhyun decidió irse apenas dejó al mayor en la puerta de su casa.
-Buenas noches, Hyung.
Le dijo con dulzura después de besarlo por última vez.
-Buenas noches.
Le contestó el mayor, avergonzado pero tranquilo y con una extraña sensación de bienestar. El menor dio media vuelta y escurriendo arena, caminó de vuelta al ascensor, y solo cuando las puertas se cerraron, el pelinegro entró a su departamento.
Sin esperar, buscó algo para comer, luego se lavó y bañó para quitarse la arena y el olor marino de encima, e inmediatamente después de secarse el cabello y ponerse la pijama, corrió a su cama para dormirse de una vez, porque a pesar de aún estar algo confundido, por primera vez, se sentía impaciente por el día de la filmación.
Continuará...